jueves, 24 de mayo de 2012

Algunas verdades sobre el Día de Jerusalem



Ag.Cabanah
Esta semana, el pueblo judío en general y el Estado de Israel en particular, celebraron el Día de Jerusalem, señalando 45 años desde la reunificación de la ciudad. Desde aquel histórico 8 de junio de 1967 en el que los paracaidistas de las Fuerzas de Defensa de Israel irrumpieron a la Ciudad Vieja por la Puerta de los Leones, lograron llegar al Muro de los Lamentos y al Monte del Templo y liberaron así a Jerusalem de la ocupación jordana, pasaron ya cuatro décadas y media.

Oficialmente, la fecha recalca la reunificación de Jerusalem, que sin duda es motivo de fiesta. En la práctica, todo es más complejo.

“Jerusalem, en la práctica, está dividida”, afirman a menudo habitantes judíos de Jerusalem, conscientes de la tensión en las zonas lindantes con barrios árabes de Jerusalem oriental, de la falta de seguridad que esta cercanía supone y de las aspiraciones palestinas respecto al sector Este, como futura capital de un Estado palestino independiente.

Al liberar la Jerusalem ocupada por Jordania y-a diferencia del resto de los territorios conquistados en 1967- anexarla al Estado de Israel y declararla parte integral de su capital, Israel sumó al perímetro de Jerusalem también territorios que no eran antes parte de la ciudad y que tampoco tenían nada que ver con el legado histórico de la misma. Ello influyó en su demografía y en su realidad.

Claro está que los 142 kms de muros construidos al norte y sur de Jerusalem, como barrera separatoria contra los atentados terroristas suicidas, no son un mero símbolo de la problemática existente sino una realidad concreta que deja “del otro lado” inclusive a barrios árabes que oficialmente son parte del territorio israelí.Ello destaca más aún lo irracional de algunas situaciones .Hemos recorrido zonas que oficialmente son Jerusalem, pasando el muro, y sentimos estar en otro mundo….

No se habría erigido la barrera de no ser por el terrorismo y es importante recordarlo.También es bueno tenerlo presente, al hablar de “reunificación”.

Sin embargo, a pesar de todas estas aclaraciones y de la necesidad que sentimos de recordar los matices que van más allá de las declaraciones festivas en los discursos , el Día de Jerusalem tiene también su clara justificación.

Es que es imperioso recordar que al conquistar la así llamada parte oriental, Israel pudo volver a lo que le estaba vedado antes: su santuario más sagrado, el Muro de los Lamentos, al que la Legión Jordana prohibía el acceso. Al liberar la Ciudad Vieja de la ocupación jordana, Israel se encontró con la destrucción de sus sinagogas. Al llegar al cementerio del Monte de los Olivos, vio que lápidas habían sido arrancadas y utilizadas para el pavimento..Toda esa profanación se terminó en junio de 1967.

No es imprescindible ser un judío religioso y observante para emocionarse ante el Muro de los Lamentos y comprender el significado de las raíces, de la historia del pueblo. Poder retornar a él, tras 19 años de alejamiento forzado, es justificado motivo de fiesta.

Por más divisiones que siga habiendo en Jerusalem, nada puede hacer olvidar que la libertad de cultos hoy existente, era impensable entre 1948 y 1967.Y el hecho que haya hoy a veces, por razones de seguridad, limitaciones al ingreso de hombres hasta determinada edad a orar en las mezquitas, no significa que haya siquiera punto de comparación entre la situación reinante en Jerusalem durante la ocupación jordana y la existente hoy bajo gobierno israelí. Lo saben bien los musulmanes y los cristianos, no sólo los judíos.

Para terminar, otra mención que nos parece importante.

A menudo se oye y lee en los informes periodísticos o en declaraciones políticas de figuras árabes, sobre “la Jerusalem árabe”, “la parte árabe de Jerusalem” y expresiones similares. Es imperioso recordar que Jerusalem no era una ciudad dividida y que lo que la dividió por primera vez en su historia, fue la guerra lanzada en ese frente en 1948 contra el entonces naciente Estado de Israel, por parte del ejército jordano. A fin de poder erigir su Estado, los judíos habían aceptado inclusive que Jerusalem quede por una década en status de “Corpus separatum”, al igual que Belén, tal cual recomendaba la resolución de Partición de Palestina aprobada por la ONU el 29 de noviembre de 1947.

Fue el ataque de Jordania el que introdujo a Jerusalem en la guerra.Y la línea de armisticio al cesar las hostilidades, fue la que dividió a Jerusalem por primera vez.

Claro está que al reconquistar la parte antigua-ubicada al Este de la línea de armisticio, de donde surgió el término “Jerusalem oriental”-, Israel entró a una zona habitada exclusivamente por árabes.Pero ello se debió al hecho que en 1948 Jordania tomó el barrio judío de la Ciudad Vieja, evacuó a todos sus habitantes, llevando a algunos prisioneros y convirtiendo a la mayoría en refugiados en su propia tierra.

No nos gusta dejarnos llevar por slogans y por eso consideramos importante hacer algunas aclaraciones sobre la “unidad” de Jerusalem.

Pero eso implica también aclarar las frases hechas y conceptos equivocados que alguien logró introducir en la opinión pública, confiando evidentemente en que muchos no recordarían la verdadera historia.

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