jueves, 24 de diciembre de 2020

Irán quiere derrocar a los líderes árabes que firmen la paz con Israel

 


  





"Los árabes, especialmente aquellos que quieren hacer las paces con Israel, son completamente conscientes de que Irán y las milicias palestinas e iraníes seguirán provocando problemas en la región y queriendo reemplazar a los líderes que quieren la paz con Israel por musulmanes extremistas que reporten a los mulás de Teherán. Esos árabes confían en que la nueva Administración americana respalde una política dura hacia Irán y no mande un mensaje de debilidad a los mulás. Todo intento de apaciguar a Irán o aliviar las sanciones no hará más que fortalecer a los mulás y moverles a seguir instigando golpes de Estado en el mundo árabe".

Los peones islamistas de Irán en el mundo árabe han vuelto por sus fueros y condenado el acuerdo de normalización entre Israel y Marruecos como lo hicieron previamente con los que suscribieron con el primero Emiratos, Baréin y Sudán.

Como es habitual, los islamistas y sus patronos de Teherán, juramentados con la erradicación de Israel, están recurriendo a pasajes del Corán y dichos atribuidos al profeta Mahoma para justificar su oposición a la normalización de relaciones entre los árabes e Israel.

No obstante, tras el acuerdo israelo-marroquí, los islamistas han reforzado su campaña de incitación contra los árabes que quieren firmar la paz con Israel.

Así, están instando al pueblo marroquí a rebelarse contra su Gobierno y contra el rey Mohamed VI, lo cual demuestra que están pasando de los ataques retóricos a los llamamientos a la violencia. Al urgir a los marroquíes a “resistirse” a la normalización, los peones de Irán están lanzándoles un mensaje para que derroquen al régimen “traicionero” sirviéndose de cualquier método, incluido el terrorismo.

Los iraníes fueron de los primeros musulmanes en condenar el acuerdo israelo-marroquí, lo que allanó el camino para que sus satélites tomaran la posta y urgieran a los marroquíes a levantarse contra el régimen de Rabat.

La normalización de las relaciones de Marruecos con Israel es una “traición” y una “puñalada por la espalda” a los palestinos, afirmó Hosein Amir-Abdolahanian, asesor del presidente del Parlamento iraní. Poco después, Hamás, el movimiento islamista palestino respaldado por Irán que controla la Franja de Gaza, emitió un comunicado en el que se leía:

La normalización con la entidad sionista es un movimiento deplorable que Marruecos no se merece y que no refleja las posiciones de los hermanos marroquíes, que han estado en todo momento y circunstancia con Palestina, Jerusalén y la mezquita de Al Aqsa.

En una apelación indirecta a la rebelión, Hamás llamó al “auténtico pueblo marroquí y a todos los pueblos libres” a “rechazar este acuerdo y todos los acuerdos baratos de normalización y a seguir boicoteando y no aceptar la ocupación sionista, al margen de tentaciones y circunstancias”.

El llamamiento de Hamás contradice su propia política de no injerirse en los asuntos internos de los países árabes. “Hamás no se inmiscuye en los asuntos internos de los países árabes y musulmanes”, remachó su cabecilla Salah Bardawil.

Entonces, ¿por qué denuncia la decisión de Marruecos de establecer relaciones con Israel? ¿Y por qué llama a los marroquíes a “rechazar” un acuerdo bendecido por su rey? ¿Qué es ese llamamiento sino una clamorosa injerencia en los asuntos domésticos de un país árabe?

Para que quede más patente su hipocresía: Hamás sigue manteniendo comunicación con Egipto, el primer país árabe en firmar un tratado de paz con Israel. El otro día, miembros de los servicios de inteligencia egipcios acudieron a Gaza para hablar de seguridad con los líderes de Hamás. En los últimos años, los gerifaltes de Hamás han visitado frecuentemente El Cairo para departir con funcionarios de seguridad egipcios sobre la situación en la Franja.

Hamás teme decir una sola palabra contra Egipto por si El Cairo reacciona cerrando la frontera con Gaza o imponiendo sanciones a los cabecillas del movimiento islámico que les impidan viajar, por ejemplo. Una cosa es condenar a Emiratos, Baréin o Marruecos, que no tienen frontera con la Franja, y otra muy distinta arremeter contra tu poderoso vecino egipcio. Los líderes de Hamás saben que en el mismo momento en que lo hicieran, el paso de Rafah quedaría clausurado; y que si llamaran al pueblo egipcio a rebelarse contra el régimen de Sisi, miles de hamasistas egipcios acabarían entre rejas.

Aun cuando los egipcios cierran en ocasiones el paso de Rafah, Hamás no se atreve a lanzar un solo cohete hacia Egipto. Evidentemente, sus líderes saben que en cuanto atacaran a Egipto, la Gaza pagaría un precio muy elevado, lo más probable que en forma de ofensiva militar contra el movimiento islamista.

Los egipcios envían frecuentemente mensajes de advertencia a Hamás para que no se inmiscuya en los asuntos internos de su país ni amenace su seguridad nacional. “Si a Hamás se le ocurre penetrar un solo milímetro en territorio egipcio, será su último día de existencia”, afirmó una fuente militar del país norteafricano en 2014, luego de que se conociera que Hamás estaba acumulando fuerzas en la frontera para lanzar ataques contra los egipcios.

Es de notar la paciencia egipcia para con Hamás, hijuela de los proscritos Hermanos Musulmanes, pese a la injerencia de esta organización terrorista en los asuntos internos de Egipto y la amenaza que representa para su seguridad nacional.

Precisamente, el mes pasado Egipto cerró el paso de Rafah a bienes y vehículos por las “transgresiones” de Hamás. El Cairo no dio más detalles, pero el diario Egypt Today aludió crípticamente al historial antiegipcio de Hamás, que comprendía: 1) los beneficios que obtenía traficando con bienes y alimentos para palestinos de bajos ingresos subsidiados por Egipto pero contrabandeados por túneles clandestinos; 2) su implicación en el asesinato de 16 soldados egipcios en el propio Rafah en agosto de 2010; 3) sus operaciones de cambio de divisas de libras egipcias a dólares americanos, que dañaban la economía egipcia; 4) su incursión fronteriza de 2008, en el curso de la cual cometió varios delitos; 5) su irrupción en varias prisiones egipcias en 2011, que provocó la fuga de varios terroristas; 6) sus asesinatos de manifestantes en la Plaza Tahrir de El Cairo en 2011 y 7) sus ataques contra oleoductos y puestos militares del Sinaí.

Es por esto que Hamás pone sumo cuidado en sus relaciones con Egipto. Lo último que quiere es que El Cairo borre de la faz de la Tierra el movimiento islamista. Presumiblemente, es por eso que se comporta en los últimos años con Egipto. Esto, por supuesto, no aplica a Marruecos, cuyo rey jamás ha amenazado a Hamás ni atacado Gaza.

El hamasino Mahmud Zahar ha pedido a los marroquíes que «hagan frente a la política de normalización” con Israel y urgido al Parlamento del reino a criminalizarla y a adoptar las leyes necesarias para combatir la paz con Israel. Ya no es que ese líder de Hamás esté incitando a la violencia y la desestabilización en un país árabe, sino que da consejos al Legislativo de ese país sobre qué leyes ha de adoptar. Uno no puede sino imaginar cuál sería la reacción de Zahar si un funcionario marroquí llamara a los gazatíes a levantarse contra los gobernantes de Hamás.

Para seguir con la política hamasina de no injerencia en los asuntos internos de los países árabes, Zahar incitó asimismo al pueblo marroquí a rebelarse contra su monarquía. La Yihad Islámica Palestina (YIP), el segundo grupo terrorista proiraní de Gaza, se sumó a Hamás en la incitación a la rebelión en Marruecos. “Estamos plenamente confiados en que el pueblo marroquí rechazará poderosamente la normalización con la ocupación sionoista, y la tierra del Reino de Marruecos no será un vivero para los sionistas, pues el pueblo marroquí y sus fuerzas políticas rechazarán y combatirán la normalización”, afirmó por medio de un comunicado. “Los regímenes y líderes árabes que corren en pos de la entidad sionista serán maldecidos”.

De la misma manera, el grupo terrorista libanés Hezbolá, otro satélite de Irán, declaró que apostaba por “el pueblo marroquí libre” para que desbaratara el acuerdo de normalización con Israel.

Las amenazas contra Marruecos y otros países árabes por parte de los peones de Irán –Hamás, la YIP y Hezbolá– son preocupantes para numerosos árabes de Oriente Medio. Los árabes, especialmente aquellos que quieren hacer las paces con Israel, son completamente conscientes de que Irán y las milicias palestinas e iraníes seguirán provocando problemas en la región y queriendo reemplazar a los líderes que quieren la paz con Israel por musulmanes extremistas que reporten a los mulás de Teherán. Esos árabes confían en que la nueva Administración americana respalde una política dura hacia Irán y no mande un mensaje de debilidad a los mulás. Todo intento de apaciguar a Irán o aliviar las sanciones no hará más que fortalecer a los mulás y moverles a seguir instigando golpes de Estado en el mundo árabe.

Israel veta el acceso de extranjeros desde Reino Unido

 

Israel se intenta blindar ante una nueva variante del coronavirus detectada en Reino Unido y ha prohibido el acceso de extranjeros procedentes de territorio británico, un paso contundente pero con impacto reducido, ya que mantiene vetada la entrada de turistas del exterior desde el inicio de la pandemia.

Sin embargo, la medida sí afecta a británicos o extranjeros con permiso de residencia que quieran volver a Israel tras estar en Gran Bretaña, y solo los diplomáticos quedan exentos de ella, concretó hoy el diario Haaretz.

Por su parte, los israelíes que retornen del Reino Unido deberán ingresar inmediatamente a su vuelta en hoteles gestionados por el Estado donde deberán permanecer dos semanas en cuarentena, en lugar de aislarse en su propio domicilio.

La medida, tomada hoy por el Gabinete de Coronavirus, incluyendo el veto a extranjeros y el aislamiento en hoteles para locales, se extiende además a quienes lleguen desde Dinamarca y Sudáfrica, donde también se detectaron mutaciones del virus.

El Ministerio de Salud alertó que la nueva cepa identificada en el Reino Unido podría causar que el coronavirus se propague más rápidamente, y realiza pruebas para determinar si la vacuna -que justo hoy se empezó a administrar a la población- genera inmunidad o no ante posibles mutaciones.

El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ordenó la creación de un equipo de expertos, altos cargos de Salud, ministros del Gobierno y miembros del Consejo de Seguridad Nacional para valorar qué plan de acción tomar frente a esta situación.

Los viajeros de los dos vuelos procedentes de Londres que lleguen hoy a Tel Aviv serán enviados directamente a un área aislada del Aeropuerto de Ben Gurión, donde serán sometidos a pruebas de coronavrius, antes de ser trasladados a hoteles donde quedarán estrictamente aislados, informó la cadena de televisión pública Kan.

Mientras tanto, Salud intenta además identificar a todas las personas que hayan llegado en las dos últimas semanas desde el Reino Unido, Dinamarca o Sudáfrica, con el fin de realizarles pruebas preventivas.

Israel, con nueve millones de habitantes, padece un progresivo aumento de contagios desde noviembre y esta semana rozó los 3.000 casos diarios -la cifra más alta de los dos últimos meses-.

Este número supera la cifra de 2.500 infecciones diarias establecida por el Gobierno como límite antes de imponer más restricciones, un asunto que justo hoy debate el Gabinete de Coronavirus. EFE

El director médico de Moderna que busca la mejor vacuna es israelí

 


 

Por Abigail Klein Leichman

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El doctor Tal Zaks es el director médico de Moderna en Cambridge, EEUU. El científico nació y se educó en Israel. Imagen captura de pantalla del video de noticias de MSNBC

El doctor Tal Zaks dijo que si la vacunación de la compañía de EEUU recibe la aprobación requerida, algunas de las primeras dosis irán a Israel según lo acordado en junio pasado.

Mientras Israel alcanzó esta semana la cifra de 2.806 muertos por COVID-19 y la tasa de infecciones sube su índice cada día las esperanzas están puestas en las vacunas que se están desarrollando en el país y en el exterior.

De ese modo, Israel reservó dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna que se encuentran actualmente en ensayos clínicos en EEUU a la espera de su aprobación por parte de los organismos reguladores de salud de ambos países.

Tanto las vacunas experimentales de Moderna como las de Pfizer utilizan un nuevo enfoque, la tecnología de mensajería (ARNm), que lleva “instrucciones” a las células para producir proteínas que pueden tratar o prevenir enfermedades.

Israel tiene una conexión local con Moderna. Su director médico, el doctor Tal Zaks, se crió en el país y recibió su máster y doctorado en la Universidad Ben Gurion del Néguev.

De 54 años, Zaks realizó una investigación posdoctoral en los Institutos Nacionales de Salud de EEUU y obtuvo una beca en oncología médica en la Universidad de Pensilvania, donde ahora es profesor asociado de medicina.

Además, comenzó su carrera en el grupo de investigación genética del gigante farmacéutico GlaxoSmithKline, donde formó el equipo de medicina traslacional oncológica y dirigió la investigación traslacional sobre el fármaco lapatinib contra el cáncer oral. Hoy también forma parte del consejo de Adaptimmune Therapeutics.

Antes de unirse a Moderna en Cambridge, Massachusetts, Zaks fue vicepresidente senior responsable del descubrimiento, desarrollo y comercialización de fármacos oncológicos en Sanofi.

Cómo generar un impacto real

“Durante mi tiempo en Sanofi, seguí examinando nuevas tecnologías que podrían tener un impacto real en el mundo de la medicina. Cuando encontré la plataforma de Moderna, que usaba ARN para crear medicamentos y varias vacunas, estimé que era una oferta a la que no pude resistir”, le dijo Zaks al diario financiero israelí Globes.

Como CMO de Moderna, Zaks supervisa todo el desarrollo clínico y los asuntos regulatorios. EN la actualidad, la vacuna de Moderna, creada en cooperación con los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, se está probando en 30.000 voluntarios.

El 16 de noviembre, Zaks le dijo al Jerusalem Post que se sentía “increíble” al recibir la noticia de que los datos provisionales mostraban que su vacuna contra el COVID-19 tenía un 94,5 por ciento de efectividad en la prevención de la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2 .

Planta de producción de Moderna en Norwood, Massachusetts. Foto cortesía



Cinco participantes del grupo de 15.000 que recibieron dos dosis de la vacuna candidata se enfermaron levemente mientras que 90 en el grupo de 15.000 con placebo (como control) se enfermaron.
Aún no se sabe cuánto duran los efectos protectores.

En entrevistas en la televisión israelí, Zaks dijo que se esperan los resultados finales del ensayo dentro de varias semanas ya que se necesitan datos de seguridad adicionales antes de que Moderna o Pfizer puedan solicitar la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU.

En ese sentido, Zaks dijo que se planea una revisión por pares de los datos.

Después de ser abordado por Zaks con la oportunidad de convertirse en uno de los primeros países en recibir la vacuna (si se aprueba), el gobierno israelí acordó en junio comprar al menos entre uno y dos millones de dosis.

“Quiero que mi madre se vacune”

“Israel fue uno de los primeros países que creyó en nosotros. El anticipo que pagó el país ayudó a construir las líneas de producción de la empresa”, le dijo Zaks a Globes.

La principal instalación de Moderna en EEUU está destinada a la distribución nacional. Zaks le dijo al Canal 12 que las dosis para Israel provendrían de una planta de producción de Moderna en Suiza.

“Espero que esto suceda a principios de 2021. No puedo dar un número exacto, pero puedo garantizar que estamos haciendo todo lo posible para suministrar las vacunas a Israel como prometimos”, manifestó el científico, que les dijo a los periodistas que espera que su madre de 80 años en Raanana pueda vacunarse pronto “para que la vida pueda volver a la normalidad”.

Zaks instó a los israelíes a tener cuidado durante los meses de invierno hasta que las vacunas estén aprobadas y disponibles.

Mientras tanto, en Israel, se desarrollan seis vacunas contra el COVID-19. Una de ellas, la del Instituto de Investigación Biológica de Israel, se encuentra en ensayos clínicos en dos hospitales.

Fuente: ISRAEL21c

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