viernes, 25 de noviembre de 2011

La llegada de los nazis a la Argentina.


VISITA WWW.PORTALJUDAICO.BLOGSPOT.COM



La Odessa que creó Perón

“La auténtica Odessa” es una muy minuciosa investigación que revela un secreto de medio siglo: cómo Perón armó una vasta red de agentes para rescatar cientos de criminales de guerra.

Goñi y su detallada investigación sobre los nazis.

Una de las cosas que llaman la atención de La auténtica Odessa es su extremo rigor: cada afirmación, por minúscula que sea, tiene una nota al pie citando un documento. No es apenas que su autor, el periodista Uki Goñi, tenga un estándar de historiador. También sabe que tocar el tema de la llegada de los nazis a la Argentina instantáneamente irrita a muchos peronistas y a muchos otros que creen que esa vergüenza debería ser enterrada y olvidada. Lo que Goñi revela en su libro es la enormidad de la red formada para traer criminales de guerra al país. Esta organización no era clandestina: fue fundada en la Casa Rosada en una reunión de Perón con nazis alemanes, franceses y belgas, fue financiada generosamente, tuvo todo el apoyo del servicio diplomático y la dirección de Migraciones.

“Uno nace en Argentina bajo una especie de fascismo mágico totalmente oculto y negado,” explica Goñi. “Siempre supimos de la leyenda de la llegada de los nazis con ayuda de Perón y del establishment, pero era algo de ficciones como Los Niños del Brasil. En 1996, haciendo una nota, me di cuenta de qué poca información había acá sobre el tema. Era como el caso Yabrán, o los atentados a la AMIA y la embajada. Me encontré lo mismo: versiones sobre la complicidad del estado argentino de hace medio siglo con el terrorismo de esa época, que era el nazi.” Los siguientes seis años, Goñi los pasó desenterrando documentos en cinco países.

–¿Se encontró con lo que esperaba o fue peor?
–Me encontré con mucho más de lo que esperaba. Aunque hice más de 200 entrevistas, el libro no está basado en ellas sino en la documentación, porque el tema es todavía muy irritativo. Investigué los archivos en Bélgica del colaboracionista Pierre Daye, que vivió en Argentina y era un hombre educado, un escritor y diarista compulsivo que fundó la organización para el rescate de sus camaradas en una reunión de criminales de guerra en la sala de gabinete con Perón. Daye dejó detalladas descripciones de las reuniones con Perón, escribiendo cosas como que se miraban entre ellos en la mesa, se reconocían como criminales de guerra nazi y se miraban sorprendidos de que “el presidente más importante de Sudamérica nos recibiera en su palacio presidencial.” Otros archivos importantes fueron los suizos, donde se guardan los detalladas minutas del jefe de policía de los años cuarenta, Heinrich Rothmund, que hace un pacto con los agentes argentinos para mandar nazis refugiados a Argentina. También hubo mucho información que logré desclasificar informes norteamericanos sobre la vía española de escape. Pero la gran fuente fue el archivo de la Dirección Nacional de Migraciones aquí en Buenos Aires.

–¿Y lo dejaron investigar?
–No querían, hicieron lo imposible para alejarme pero temían un escándalo. Allí descubrí que cada inmigrante tiene un legajo y en cada libro de llegadas quedaba anotado el número de legajo. Así encontré las llegadas y los números de Mengele, Eichmann, Priebke, y pedí los legajos. No estaban, habían desaparecido. Los habían limpiado. Se armó un gran revuelo, y un día un funcionario me dice, “¿qué quiere que haga? ¿que le admitamos que nos ordenaron quemarlos en 1996? Nunca lo admitiremos.” Aún así, hubo información valiosísima. Por ejemplo, que los expedientes de inmigración de Mengele y Priebke tienen números consecutivos, lo que muestra que fueron abiertos por una misma persona, al mismo tiempo. Esto ocurre muy frecuentemente, con varios criminales de guerra. También aparece claramente que el año de mayor actividad es 1948, cuando el capitán de las SS Carlos Fuldner está en Suiza trayendo nazis. Por ejemplo, ese año se abre el expediente de Eichmann, que llega en 1950.

–O sea que la leyenda negra se quedó corta. No fue que llegaron sino que los trajeron.
–Por eso el libro se llama la auténtica Odessa, porque acá se trata de una organización que nace de las reuniones que Perón, el propio Presidente de la Nación, tuvo en la sala de gabinete de la Casa Rosada con los criminales de guerra. Los papeles muestran que Perón financió esta empresa, que envió a Fuldner a tener reuniones para organizar todo esto al más alto nivel en Suiza, con un pasaporte oficial que decía “enviado especial del Presidente de Argentina”. Lo fantástico es que esto estuvo oculto por 50 años. A mí no me interesa el tema nazis, lo que yo quería demostrar es que en este país vivimos sobre un iceberg gigantesco que todos desconocemos, que pretendemos no ver. En mi libro anterior, “Perón y los alemanes”, documento la historia del nacionalista argentino Juan Carlos Goyeneche que es enviado durante la guerra como enviado de Perón para juntar apoyo a un golpe contra el gobierno de Castillo. Goyeneche se entrevistó con Himmler, con Ribbentrop, tal vez con Hitler, con Mussolini, pidiendo financiamiento para el golpe. Mussolini acepta y manda una carta a Castillo en estos términos que llega a Buenos Aires el mismo día del golpe de 1943. Siempre se dijo que el golpe del GOU había sido financiado por el Eje y cuando se ven estos documentos... Pero los mismos militares que derrocaron a Perón en 1955 nombran a Goyeneche secretario de información pública.

–En este aspecto, hay continuidad.
–Absoluta. Uno de los primeros criminales de guerra que llegan al país es Jacques de Mahieu, un colaboracionista francés condenado a muerte que se hace íntimo de Perón y hasta escribe algunos de los textos doctrinarios del peronismo. Hay fotos de De Mahieu en 1989 haciendo campaña presidencial para Menem. Eso es fascismo mágico, como que Brinzoni tenga un abogado que es apoderado de los nazis argentinos. En cualquier país del mundo le costaría el puesto a un comandante en jefe del Ejército, aquí no. Lo terrible en Argentina no son los malos, que hacen perfectamente bien su labor. El problema somos los buenos, que aceptamos cosas tremendas y las venimos aceptando hace décadas. Cuando empecé estas investigaciones pensé que si las exponía al ojo público, si mostraba lo que pasaba en realidad, algo puede cambiar. Ya no pienso eso, no pasa nada. Con Brinzoni no pasó nada, hasta la DAIA acepta recibirlo. No existen los “nunca más.” Trabajo como historiador, porque si estamos informados podremos tener mejores herramientas para manejar los problemas que se repetirán.

–¿Por qué hizo todo esto Perón?
–Perón dio varias entrevistas en los sesenta y setenta diciendo que Nuremberg era una desgracia, una infamia, que no se podía someter a juicio a un ejército derrotado, y que él se propuso rescatar a los nazis de la justicia aliada. Lo decía públicamente. Perón hizo, en realidad, varias cosas a la vez. Obviamente, le estaba dando un gran servicio a los nazis que trajo a Argentina. Se estaba haciendo un favor a sí mismo porque pensaba que esa gente podía servirle como agentes anticomunistas. Tercero, le estaba haciendo un favor a los Aliados, que apenas empezó la guerra fría infiltró a los colaboracionistas como agentes anticomunistas en el bloque oriental. Para 1948 estas operaciones no funcionan, pero no pueden entregarlos a la Justicia porque ya trabajaron para ellos. Perón les hace el servicio de sacarlos de Europa. Y finalmente, le hace un servicio a la Iglesia. Uno de los descubrimientos más terribles del libro son los documentos en la embajada argentina que muestran que el cardenal Caggiano viajó al Vaticano en 1946 y ofreció en nombre del gobierno argentino al país como refugio de los criminales de guerra franceses escondidos en Roma. En ese archivo hay muchas recomendaciones de Caggiano y del Vaticano para que se permita la entrada de franceses.

PARTIDA DE POKER

VISITA WWW.PORTALJUDAICO.BLOGSPOT.COM

Israel se enfrenta a Irán en una partida de póquer en la cual Teherán puede exponerse al bluff israelí o arriesgarse a sufrir un ataque militar. Pero, en cualquier caso, Israel estará en una situación crítica de la cual sólo la comunidad internacional podrá rescatarlo imponiendo sanciones.
Si el último informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica sobre Irán, y la avalancha de reportes que dan cuenta de la intención de Israel de atacar, tienen como resultado nuevas sanciones, Israel debe decidir si es suficiente, o si se debe acometer contra las instalaciones nucleares iraníes.

Si, por otra parte, la ONU tiene dificultades para aprobar sanciones adicionales decisivas, debido a la oposición de China y Rusia, Israel habrá de enfrentar un terrible dilema. Si no se decide a atacar a Irán, perderá credibilidad. La comunidad internacional ya no hará caso de sus amenazas vacías. Pero si ataca, argumentando que el mundo se muestra del todo indiferente, terminará convirtiendo el problema iraní en israelí, absolviendo de ese modo a la comunidad internacional de toda necesidad de actuación.

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, declaró: "Después de lo ocurrido en la Segunda Guerra Mundial, la supervivencia de Israel es esencial, y su creación fue un acto político central del siglo 20. No estamos dispuestos a transigir sobre eso". Esta sola declaración es suficiente para mostrar hasta qué punto Israel logró reducir la amenaza global que representa Irán a una amenaza local. Por cierto, se trata del mismo Sarkozy que en el pasado advirtió que un ataque israelí contra Irán sería "desastroso".

El deliberado parloteo de Israel no sólo logró desviar la atención del temor del programa nuclear iraní hacia la sospecha de una respuesta israelí. También transformó el carácter de la respuesta por parte de Israel, de dilema estratégico en dilema lógico. Ya no se trata de un problema cuyas preguntas clave giran en torno a saber si Israel puede realmente llevar a cabo un ataque militar; si sabe dónde atacar; si puede soportar un contraataque iraní o las consecuencias políticas de su actuación. El interrogante se ha reducido ahora a si es razonable para Israel lanzar un ataque, o si se decidirá a actuar como un país irracional que ni siquiera es capaz de considerar las consecuencias de sus propias acciones.

Dicha disyuntiva pone a Israel en la misma posición que Irán, ya que su alternativa principal tiene que ver también con la racionalidad: ¿Está Teherán dispuesto a sufrir una profunda crisis económica y afrontar la posible pérdida de vidas humanas sólo para mantener su programa nuclear?

Los esfuerzos internacionales para imponer nuevas sanciones - o para ofrecer incentivos destinados a detener el programa - se basan en la suposición de que Irán es un estado sensato que obra de acuerdo a la lógica, y que a la larga, actuará racionalmente. Si, por el contrario, se acepta el punto de vista israelí de que Irán no es un país racional, sino el equivalente estatal de un terrorista suicida, entonces no tiene mucho sentido implementar nuevos castigos, ya que, en todo caso, ninguno de ellos será capaz de persuadir a un lunático de que lo conveniente es cambiar su conducta.

Y es allí donde yace la contradicción de la lógica israelí. Si los rayos y truenos provenientes del gobierno de Netanyahu están destinados a alentar a la comunidad internacional para que imponga más sanciones a fin de prevenir una acción bélica, esto implica que Israel sigue considerando a Irán como un estado racional capaz de cambiar su actitud merced a la presión internacional.

Tal conclusión debería llevar a la implementación de una serie de medidas diplomáticas en lugar de amenazas militares, las cuales forzarían incluso a los adversarios de Irán, incluyendo la mayoría de los estados europeos y árabes, a unirse en contra de una posible operación militar israelí. Y cuando aún los propios amigos de Israel - aquellos que aún le quedan - se oponen a un ataque, entonces incluso aquel cliché de que "todas las opciones, incluida la militar, están a disposición", pierde su valor.

Porque cada vez que Israel presiona por un ataque militar, dicha opción encuentra la firme oposición de un cohesionado frente internacional. De modo que esa amenaza implícita que supuestamente debería disuadir a Irán termina convirtiéndose en un cheuqe sin fondos si Tzáhal no recibe la orden de atacar inmediatamente. Pero, en realidad, Israel no quiere hacer eso; lo único que pretende es amenazar para que la comunidad internacional se despierte. Y ahí está el problema.

Ahora, Israel se enfrenta a Irán en una partida de póquer, en la cual Teherán puede exponerse al bluff israelí o arriesgarse a sufrir un ataque militar. Pero, en cualquier caso, Israel habrá de encontrarse en una situación crítica de la cual solamente la comunidad internacional podrá rescatarlo mediante la imposición de sanciones.

ANTISEMITISMO RECARGADO

VISITA WWW.PORTALJUDAICO.BLOGSPOT.COM

De todos los males que aquejan al mundo: el calentamiento global, las violaciones a los Derechos Humanos, la falta de libertades, la situación de la mujer o de los niños, el analfabetismo, el terrorismo; en lo único que pueden ponerse de acuerdo las mayorías automáticas es en condenar a Israel.
La semana pasada se publicó que 4 de cada 10 estudiantes judíos de las universidades británicas declaró haber presenciado o sido objeto de actos antisemitas.

En una encuesta reciente realizada por la DAIA en Argentina, el 82% de los encuestados opinó que el interés principal de los judíos es ganar dinero.

En Concordia, el mes pasado, una señora concurrió a misa y escuchó al cura decir que "los judíos son tan mentirosos, que tienen el alma podrida hasta los huesos".

Pocos días después, un judío fue brutalmente agredido en la puerta de una sinagoga, en el barrio de Flores, en Buenos Aires.

Es que hablamos de un odio tan ancestral que impregna la cultura popular.

El pueblo judío es el más perseguido de la historia humana. No hay ningún otro pueblo que haya tenido que soportar tanto odio, con tantas consecuencias terribles durante tanto tiempo y en tantos lugares.

500 años AEC la fe judía ya era muy antigua y posiblemente debido a la creencia en un Dios, único, abstracto y ético, comienza a generar hostilidad.

Los griegos y luego los romanos, los acusaron de deslealtad por que se negaban a practicar la religión del imperio.

El cristianismo los culpó de deicidio y de no aceptar la divinidad de Jesús.

El ideólogo del antijudaísmo cristiano fue el Papa Gregorio Magno, considerado un Santo y del cual obtiene su nombre la música religiosa. Dicho pontífice argumenta que los judíos, a diferencia de otros pueblos, conocían la verdad, pero la rechazaban. Entonces no podían ser humanos. Por lo tanto debían tener características diferentes, como despedir un olor peculiar, poseer cuernos o colas ocultas, o servir al mismo demonio.

Se difundió la leyenda de que la "matzá" (pan ácimo ritual) requería como ingrediente esencial la sangre de un niño cristiano.

En la Edad Media fueron despiadadamente maltratados y acusados de todos los males, hasta de causar y difundir la peste negra que asoló Europa.

Luego sobrevino la inquisición y la expulsión en 1492. Los judíos debían convertirse al cristianismo para poder salvarse de la condena eterna.

Los musulmanes tardaron más en generar sentimientos antijudíos, pues Mahoma no murió crucificado, sino que ascendió con su caballo al cielo. Pero bajo la autoridad árabe, los judíos eran "dimmi", ciudadanos de jerarquía inferior.

La historia nos muestra que el odio antijudío se transforma y se adapta a nuevas situaciones para poder continuar sobreviviendo. Así el antisemitismo religioso evoluciona y da origen al antisemitismo popular.

Las masas provocan persecuciones y masacres para vengarse del pueblo deicida.

Luego aparece el antisemitismo científico. Es la teoría racista que sostiene, con argumentos histórico-antropológicos, que la raza judía es inferior.

Los servicios secretos zaristas desarrollan la doctrina política del complot judío para dominar al mundo que detallan en "Los Protocolos de los Sabios de Sión". Este libro apócrifo, en el que se inspiró Hitler, es adoptado tanto por los nazis, como por el antisemitismo árabe moderno. En muchos países árabes en la actualidad es un best seller.

La última mutación del antisemitismo es el antisionismo.

Luego del Holocausto, deja de ser políticamente correcto identificarse a sí mismo como un simple antisemita. Entonces el antisemitismo se moderniza y deviene antisionismo. Entiende que todos los pueblos del mundo tienen derecho a la autodeterminación, menos el judío. Por lo tanto el sionismo es ilegítimo e Israel es el único país que no debe existir.

En esta concepción confluyen los antisemitas de la extrema derecha, los regímenes totalitarios y muchos sectores de la izquierda, para quienes Israel representa al imperialismo norteamericano en Oriente Medio.

Podemos distinguir vertientes dentro del antisionismo. Algunos trivializan o directamente niegan el Holocausto, sosteniendo que los judíos lo inventaron o exageraron con el fin de promover la creación de Israel. Otros intelectuales y periodistas comparan los campos de refugiados palestinos con Auschwitz o afirman que el ejército israelí utiliza métodos nazis para combatir el terrorismo palestino. Todos ellos encierran bajo la forma de crítica legítima el más puro prejuicio antisemita.

Por eso la causa palestina cosecha tanta popularidad. Son el pueblo más subsidiado del mundo. En la ONU hay una agencia para refugiados palestinos y otra para el resto de refugiados del mundo. La cantidad de dinero en donaciones que reciben no tiene parangón.
Los países del mundo se apresuran a reconocer un Estado palestino que no cumple con los requisitos necesarios para ser un Estado y que en gran parte es gobernado por una banda terrorista. Y cuando UNESCO reconoce a Palestina como miembro está implícitamente aceptando el odio antijudío que trasmiten en sus escuelas y medios de comunicación.

Esta solidaridad, absolutamente desproporcionada, no se debe tanto a la preocupación por los palestinos, sino por ser fundamentalmente antiisraelí.

Cuando el presidente de Irán proclama a viva voz que hay que borrar a Israel del mapa ¿cómo reacciona el mundo? La ONU le ofrece un podio para que sus palabras tengan más repercusión.

No puedo imaginar a otro líder proferir este tipo de amenazas a otro Estado miembro, sin ser expulsado de inmediato de cualquier foro internacional.

Sin embargo, la enorme mayoría de las resoluciones de la Asamblea General de la ONU son condenas a Israel.

De todos los males que aquejan al mundo: el calentamiento global, la ecología, las violaciones a los Derechos Humanos, la falta de libertades, la situación de la mujer o de los niños, el analfabetismo, la violencia, el terrorismo; en lo único que pueden ponerse de acuerdo las mayorías automáticas es en condenar a Israel.

Si hay una especie de ballena en riesgo de extinción, la culpa es de Israel.

De esa manera han convertido a la ONU en un instrumento para promover el antisemitismo.

En nuestra América Latina la situación ha empeorado ostensiblemente en los últimos años. Muchos países como Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, etc. han estrechado su alianza con Irán, el actual campeón mundial del antisemitismo. En muchos de estos casos, el odio transita el camino inverso al tradicional. Es la política oficial y se trasmite desde el gobierno hacia la población en general.

Lo grave es que todas estas prácticas tienen consecuencias muy importantes.

En el campo de las relaciones internacionales causan ruptura de relaciones diplomáticas, expulsión de embajadores, masivo apoyo al reconocimiento de Palestina, desproporcionadas condenas a Israel.

Y en los pueblos estimulan un sentimiento de odio que muchas veces se traduce en hechos concretos. Se producen en todo el mundo amenazas, ataques físicos, profanación de cementerios y sinagogas, pintadas callejeras, expresiones antisemitas en manifestaciones contra las embajadas y contra las comunidades judías, caricaturas y versiones de prensa que se parecen mucho a las peores del siglo pasado.
Powered By Blogger