martes, 7 de agosto de 2012

Jerusalem Capital de Israel

Independientemente de cómo sea el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, el señor Romney, dijo lo que muchos no quieren decir en público, incluido el señor Obama, que Jerusalén es la capital, incuestionable, de Israel. Va siendo hora de llamar a las cosas por su nombre, cuando nos referimos a la Capital de Israel Jerusalem.
Cada vez que alguien, sea un político, un deportista o un cantante, habla de la Capital de Israel, Jerusalem, se llenan los diferentes medios de comunicación de amenazas contra quienes lo dicen y contra el Estado de Israel, como es norma internacional, especialmente en algunos países con incultura histórica o sencillamente antisemitas.
Caminar por Jerusalén es sentir la historia a flor de piel, vivirla y revivirla, en la más emocionante actualidad histórica. La historia de Israel y su Capital están vivas. No se puede hablar de Israel, sin hablar de Jerusalem y viceversa. El Kotel o Muro Occidental, está hablando de la capitalidad de Jerusalem. No es un sentimiento exclusivamente judío, cualquiera que visita Jerusalén, se da cuenta de su estatus como capital histórica, política y espiritual de Israel.

El señor Romney, ha sabido tocar la fibra sensible de Israel y sus ciudadanos, la capitalidad de Jerusalén. Ningún político norteamericano, se ha atrevido a mencionar explícitamente a Jerusalén como lo que ha sido siempre y será por la eternidad, Jerusalem capital de Israel. No se puede entender con la racionalidad que dice tener la “Comunidad Internacional” que se niegue a reconocer a Jerusalem como Capital de Israel. Las embajadas de los diferentes países, en el orbe internacional, están fuera de Jerusalén, en una posición de agresivo rechazo a reconocer lo evidente, en el pasado, en el presente y en el futuro, que Jerusalem es la Capital indiscutible de Israel.
Los Estados Unidos de América, deben ser los primeros en romper tan injustificada oposición a la capitalidad de Jerusalem. La Embajada Americana debería estar hace mucho tiempo en Jerusalén. Aquellos que se llaman amigos de Israel, deben serlo con ejemplos claros de amistad y trasladar sus embajadas en Jerusalem inmediatamente, Estados Unidos a la cabeza. España como “amigo” de Israel y todo parece indicar “socio comercial” en esta nueva etapa política, con un gobierno español de corte conservador, debe también ser ejemplo de racionalidad y restituir el daño, en el sentido más amplio de la palabra, que ha hecho a Israel. Restituir es una Ley Universal, dictada por el Creador. Estamos obligados a restituir, otra vez en el sentido más ampliamente entendido y en el aspecto jurídico internacional, restituir el reconocimiento a la Capitalidad de Jerusalem.
El señor Obama, está dando palos de ciego intentando atraer el voto de la Comunidad Judía de Estados Unidos, con guiños de amistad y cooperación militar. No se da cuenta el mencionado señor Obama, que quién coopera con Estados Unidos militarmente es Israel. Una frase que aun se puede ver en muchas camisetas impresas es aquella que dice: No te preocupes América, Israel está contigo. La fortaleza de América, no está en su capacidad económica, militar o científica. Su liderazgo internacional está basado en su apoyo explícito, a Israel. Mientras los Estados Unidos de América, continúen con una política de apoyo a Israel, su liderazgo, estará asegurado. La promesa del Cielo, de “a quién te bendiga le bendeciré” está funcionando y permítanme la expresión, a la perfección. En estos meses que quedan por delante, veremos a ambos candidatos a la presidencia de los Estados Unidos de América, hacer promesas de todo tipo, tanto de consumo interno, como para los intereses de Israel.
Las diferencias en las promesas del señor Obama y del señor Romney, no pueden ser en la práctica tan opuestas. Sus políticas hacia Israel, no podrán ser antagónicas, pero el candidato Romney, ha dado en el blanco de uno de los intereses más importantes para Israel, el reconocimiento de Jerusalem como Capital de Israel.
Además como para cerrar con “broche de oro”, la visita del señor Romney a Israel, expresó el candidato a la presidencia de Estados Unidos, con toda claridad, las diferencias entre los árabes llamados palestinos y los judíos, la cultura. Aquella cultura de la cual carecen los que siguen queriendo robar a Israel, su Capital. Todo parece indicar que tanta incultura palestina, les ha vuelto además de desconocedores de la historia, mentalmente enajenados. Dicho esto con todo respeto, por los enfermos que sufren o padecen enfermedades psíquicas y emocionales. La reunificación total de Yerushalaim, no es un proyecto de futuro, más bien un milagro del presente, que veremos en nuestra generación, esté quién esté, en la Casa Blanca.

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