domingo, 12 de febrero de 2012

Israel evalúa posibilidad de atacar Irán

Tensión. El gobierno de Netanyahu advierte que el programa nuclear es una amenaza

Ag-Cabanah
A gente como Bibi Netanyahu, Moshe Yaalon y Ehud Barak hay que tomarla en serio cuando dice que está tras las pistas de alguien. Tienen el gatillo fácil si piensan que la existencia misma de Israel está en peligro.
Esto, a pesar de que ese Estado tenga uno de los mejores ejércitos y uno de los mejores servicios de espionaje del mundo, y también unas cuantas bombas nucleares, ocurre con frecuencia. Ahora el trío dirigente del gobierno israelí da a entender que atacará Irán en algún momento de los próximos meses para frenar el programa nuclear de los ayatolás y, le guste o no, el resto del mundo debe incluir eso en sus previsiones.
Esta guerra ha comenzado de hecho. Israel la libra en dos terrenos en los que sobresale: la propaganda y el espionaje. A rastras, Estados Unidos y la Unión Europea acaban de alistarse al decidir bloquear los negocios con el banco central de Irán y no comprar un solo barril de petróleo persa.
Lo seguro es que los gobernantes israelíes piensan que el programa nuclear iraní supone una "amenaza existencial" para su país y que la ansiedad crece en buena parte de sus compatriotas. También es seguro que Tsahal tiene listos los planes para un bombardeo aéreo de instalaciones iraníes. Y que, entretanto, el Mosad zancadillea ese programa nuclear.

Con sabotaje de centros industriales, asesinatos de científicos y uso del virus informático Stuxnet, la fase secreta de la guerra contra Irán comenzó la pasada década, después de que los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel llegaran a la conclusión de que Irán tenía una planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, a unos 250 kilómetros al Sur de Teherán. Ni unos ni otros creyeron al régimen de los ayatolás cuando dijo que solo estaba interesado en el uso civil de la energía nuclear.
Era una desconfianza sensata. El Irán jomeinista tiene un montón de razones para querer hacerse con armas nucleares. Empezando por su voluntad de ser una potencia regional y terminando por su temor a ser víctima de una agresión bélica norteamericana o israelí.
Justificar. Los preparativos se han acelerado desde que, el pasado noviembre, la Agencia Internacional de la Energía Atómica certificó que el programa nuclear iraní tiene fines militares. Ha llegado al convencimiento de que, dentro de un año, ya nada ni nadie podrá impedir que Irán se dote del arma nuclear.
Límite. Sin embargo, un reportaje de Time asegura que Israel no tienen recursos para atacar a Irán. Para empezar, el régimen iraní ha repartido ese programa entre numerosas instalaciones dispersadas a lo largo y ancho de ese amplio país. Y las más importantes están construidas bajo tierra, profundidades que las hacen casi invulnerables.
Y luego están las limitaciones de la aviación israelí.
El problema estriba, como señala Time, en que resulta difícil imaginar que esas unidades pueden estar yendo y viniendo días y días, semanas y semanas, teniendo que repostar una y otra vez en el aire a muchos de sus aparatos.
Así que Israel podría lanzar un ataque aéreo puntual que dañara unas cuantas instalaciones.
El programa nuclear iraní sufriría así un retraso de algunos meses, quizá un año, pero no más, según fuentes norteamericanas.
Solo Estados Unidos podría causarle un daño más serio, pero a costa de emplear durante largo tiempo todo su potencial con misiles y desde aviones. Quedaría, pues, el recurso a la invasión terrestre, a la guerra total, algo inalcanzable para Israel e impensable hoy para Estados Unidos.
Esto es, no sería descartable una guerra total en Oriente Próximo. Como tampoco una campaña de acciones terroristas en el resto del mundo contra objetivos israelíes y judíos.
Por no hablar de un intento de cierre del estrecho de Ormuz por parte de Irán con la subsiguiente crisis petrolera planetaria. Asimismo Irán podría sabotear refinerías y oleoductos.
A Obama, por su parte, no le gusta la próxima guerra, intuye que será tan desastrosa o más que la de Irak. A mediados de enero, telefoneó a Netanyahu para advertirle de que no debe atacar a Irán por su cuenta.
Y con ese mensaje envió a Israel, días después, al jefe del Estado Mayor norteamericano, Martin Dempsey.
Pero Netanyahu no oculta su disposición a actuar por sorpresa y sin permiso.
La cifra
5 científicos iraníes han sido asesinados desde 2007 y otros tantos heridos.
Teherán: científicos en la mira
Madrid | Por su propia naturaleza, la guerra secreta es muy sucia. Y lo más sucio de esta son los asesinatos de científicos iraníes. Han ido cayendo Ardeshir Hosseinpour (2007), Masud Ali Mohammadi (2010), Majid Shahriari (2010), Dariush Rezaeinejad (2011) y Mostafa Ahmadi-Roshan (2012). El hoy director de la agencia atómica iraní, Fereydun Abbasi-Davani, fue gravemente herido en noviembre de 2010. Y el general Hassan Moghadam pereció en noviembre de 2011, en la explosión de un cuartel de los Guardias Revolucionarios.
El modus operandi en los asesinatos de la mayoría de científicos ha sido el siguiente: unos motociclistas se acercan al coche de su objetivo, le adosan una bomba magnética, aceleran para alejarse y no tarda en producirse una explosión.
Estados Unidos ha negado con vehemencia estar detrás de estas acciones. Su desmentido parece creíble y la práctica totalidad de los expertos las atribuye al Mosad. Como los agentes israelíes de la unidad especializada en sabotaje y asesinato, no pueden actuar en Irán, el Mosad ha reclutado a opositores iraníes.

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