lunes, 13 de febrero de 2012

EE.UU. intenta disuadir a Israel para que no ataque a Teherán


Divididos. Obama apunta a sanciones para frenar el programa nuclear


En medio de tensiones en torno a si Israel llevará a cabo un ataque militar en contra del programa nuclear de Irán, Estados Unidos e Israel siguen divididos respecto a una cuestión: saber si las cruciales instalaciones están por volverse inexpugnables.
El ministro de la Defensa de Israel, Ehud Barak, acuñó la frase "zona de inmunidad" para definir las circunstancias bajo las cuales Israel juzgaría que ya no podría contenerse de un ataque debido a que el esfuerzo de Irán por producir una bomba sería invulnerable a cualquier ataque. Sin embargo, juzgar cuándo llegará ese momento ha desatado un intenso debate con la administración Obama, cuyos oficiales responden que existen otras formas de hacer que Irán sea vulnerable.
Oficiales israelíes de alto rango, incluido el canciller y líder del Mossad, han viajado a Washington en semanas recientes para exponer el argumento en el sentido que ese punto se está acercando rápidamente. Oficiales estadounidenses han devuelto las visitas a Jerusalén, argumentando que Israel y Occidente tienen más tiempo y deberían permitir que las sanciones y acciones encubiertas disuadan los planes de Irán.
Aunado a esto, los estadounidenses han usado las discusiones para poner a prueba su creencia, fundamentada en una serie de declaraciones de oficiales israelíes, en el sentido que un ataque contra Irán podría llegar en la primavera boreal, con base en un oficial familiarizado con las discusiones.

El presidente Barack Obama intentó restarle fuerza a los argumentos a favor de una acción militar en un diálogo el mes pasado con el premier israelí, Benjamin Netanyahu, cuya sustancia fue confirmada por un funcionario norteamericano, bajo anonimato. Si bien los dos hombres han tenido una relación frecuentemente argumentativa en torno a la diplomacia de Oriente Medio, oficiales estadounidenses salieron de ese intercambio convencidos de que Netanyahu estaba dispuesto a dar tiempo a que funcionaran las sanciones económicas y otras medidas.
La diferencia de opiniones con respecto a la "inmunidad" nuclear de Irán es crucial debido a que no solo pone en juego el momento con respecto a un posible ataque militar, sino los cálculos sobre el grado de profundidad y velocidad con que deben impactar las sanciones. Si el gobierno israelí está en lo correcto, el interrogante de cuán rápidamente pueden ensamblar un arma los iraníes se vuelve menos importante que saber si hay forma de pararlos.
"Inmunidad". "La `zona de inmunidad` es un término mal definido", dijo un alto oficial de EE.UU., expresando frustración porque los israelíes están viendo el problema muy estrechamente, dados los muchos tipos de presión que se aplican a Irán y la evidencia en aumento en cuanto a que sanciones más severas están teniendo efecto.
Los israelíes se han enfocado en el plan de Irán para poner buena parte de su enriquecimiento de uranio cerca de Qum en unas instalaciones subterráneas, debajo de tantas capas de granito que incluso el Pentágono reconoce que estarían fuera del alcance sus mejores bombas. Una vez que las actividades de enriquecimiento estén en marcha en Qum, argumentan los israelíes, Irán podría expulsar a los inspectores de la ONU y producir combustible con grado necesario para bombas sin temor a que las instalaciones fueran destruidas.
En el núcleo, dijo el oficial, el argumento que exponen los israelíes es que una vez que los iraníes obtengan una "capacidad inexpugnable de rompimiento" -esto es, un lugar que está protegido de un ataque militar-, "no hay diferencia si a Irán le toma seis meses o un año o cinco años" la fabricación de un arma nuclear, explicó.
Los estadounidenses abrigan una opinión muy diferente, con base en un segundo oficial de alto rango que ha discutido el concepto con israelíes. Dijo que "hay muchas otras opciones" para desacelerar la marcha hacia un arma completa, como el cierre de los ingresos petroleros de Irán, la eliminación de instalaciones que abastecen refacciones de centrifugadoras o el aislamiento de instalaciones en las que los iraníes convertirían el combustible en un arma.
Funcionarios norteamericanos citan esta imagen compleja para presionar a los israelíes a fin que le den una oportunidad a las sanciones más recientes. Por culpa de estas, la divisa iraní se ha desplomado, destacan; su petróleo se está acumulando en tanques de almacenamiento porque no puede encontrar compradores, al tiempo que crece la evidencia de fisuras entre los dirigentes del país.
Tras un periodo de duda con respecto a las intenciones de Israel hacia el final de 2011, funcionarios de EE.UU. dijeron que ambas partes se están comunicando mejor. Obama dijo la semana pasada a la cadena NBC: "No creo que Israel haya tomado una decisión con respecto a lo que necesitan hacer".
Obama: "No creo que Israel haya tomado una decisión respecto a lo que necesitan hacer".
Ayatolá le pide a Hamas que resista
TEHERAN | El líder supremo iraní instó ayer al primer ministro de Hamas en Gaza a continuar la resistencia contra Israel.
Según la televisión estatal iraní, el ayatolá Alí Jamenei dijo a Ismail Haniye que el pueblo espera que Hamas "continúe con su lucha".
Jamenei afirmó que el fallecido líder palestino Yasser Arafat perdió su popularidad debido a que se distanció de la resistencia.
Haniye dijo por su parte que sus prioridades son la liberación de toda Palestina, el rechazo de las negociaciones de paz y la consideración de la cuestión palestina como islámica.
Sin embargo el jefe supremo de Hamas, Jaled Mashaal, ha buscado la reconciliación con su rival palestino Mahmud Abas, partidario de las negociaciones, y ha apoyado la no violencia como herramienta importante.
Diferencias. Las divergencias cada vez más visibles entre la dirección en el exilio de Hamas y los jefes del movimiento islamista en la franja de Gaza complican y amenazan la laboriosa reconciliación con el Fatah del presidente palestino Abas.
Uno de los principales responsables en Gaza, gobernada por Hamas, Mahmud Zahar, calificó de "error" el acuerdo concluido el 6 de febrero en Doha por el jefe del movimiento, Mechaal, con Abas, que confía a este último la dirección de un gobierno transitorio de personalidades independientes para organizar elecciones.
"No se ha consultado a nadie de Hamas", protestó Zahar en una entrevista publicada ayer por la agencia oficial egipcia Mena.
El acuerdo "tiene que ser revisado, los dirigentes de Hamas en el interior y en el extranjero tendrán que reunirse sobre este tema en los dos próximos días", afirmó.
Y eso que el jefe del gobierno de Hamas en Gaza, Haniye, había expresado su satisfacción por el compromiso de Doha, y "confirmado que estaba dispuesto a aplicar el acuerdo".
Parte de la dirección de Hamas reprocha a Mechaal que haya aceptado demasiadas concesiones.

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