miércoles, 9 de noviembre de 2011

El clamor de los oprimidos



A menudo debemos tomar resoluciones en el plano social o judicial en temas donde hay una confrontación entre el dolor de la víctima y la necesidad de aliviar el castigo del agresor.

Nos acostumbramos a pensar que las personas de Sdom ya habían rebosado el vaso de los pecados, nos enseñaron que su maldad era tan grande que D’s se vio obligado a destruir ese lugar. El Netzi”v (Rav Naftali Tzvi Iehudá Berlín) de Voloshin en su comentario a la Torá nos alumbra ese episodio de otro ángulo.

La decisión de exterminar a las personas de Sdom fue antecedida por un clamor: “Y dijo D’s, el clamor contra Sdom y Amora es grande, y su pecado se ha agravado mucho. Descenderé y veré si han hecho según el clamor suyo que ha llegado hasta Mi, entonces los exterminaré, y si no, lo he de saber” (Bereshit 18:20-21). Los que claman son las víctimas de la injusticia y maldad que reina en Sdom, el clamor llega de los oprimidos por sus leyes, “el clamor de los asesinados” como dice el Netzi”v en su comentario “Arjev Dabar”, o “el clamor de los explotados por el público” como dice en su otro comentario, “Hamek Dabar”.

Por ese clamor que subió al cielo, D’s resuelve destruir a Sdom, incluso si las acciones de los agresores todavía no justifican un castigo tan severo. El dolor de las víctimas es tan preciado e importante para D’s que ha decidido castigar a los agresores, de todas formas. D’s “escucha” el clamor, y “desciende” para verificar que sus acciones son realmente tan severas como el sufrimiento de los agredidos, “y si no, lo he de saber”, si todavía no se merecen el exterminio según sus acciones, D’s sabrá cómo hacerlos pecar más aún, hasta el punto que el decreto de exterminio sea justificado. “Sabré lo qué hacer para que se merezcan el exterminio, como realmente hizo, cuando D’s envió a los ángeles para que los habitantes de Sdom les intenten hacer maldades, y de esa forma el veredicto será totalmente justificado… pero ya fue decretado, por el clamor” (Hamek Dabar 18:21).

El Señor del Mundo no cometerá una injusticia, y por ello cuando resulta que todavía no se ha colmado la medida para destruir a Sdom según sus acciones, Él se encarga que suceda todo el episodio de los ángeles, cuando luego de ello el castigo es justo. Pero el blanco fue señalado anteriormente, luego que el clamor de los agredidos fue escuchado en lo alto…

El clamor de la víctima tiene una influencia decisiva en el juicio de D’s. Egipto comienza a pagar la esclavización de Am Israel (el Pueblo de Israel) sólo después que su clamor se elevó al cielo. También los versículos que hablan del préstamo al pobre dicen: “Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque ése es su único abrigo, es su vestido para sus carnes, ¿en qué habrá de dormir? Pues acontecerá que si clamare a Mi, Yo oiré, porque soy misericordioso” (Shmot 22:25-26). D’s le da gran importancia al sufrimiento de sus criaturas, y ningún clamor producto del sufrimiento es desatendido.

A menudo debemos tomar resoluciones en el plano social o judicial en temas donde hay una confrontación entre el dolor de la víctima y la necesidad de aliviar el castigo del agresor. Por supuesto que el tema es complejo, y hay muchos aspectos a tomar en cuenta, pero por lo menos un principio básico surge del estudio del episodio de Sdom: “Ya fue decretado, por el clamor”. El dolor del herido tiene mucha potencia, más aún que los aspectos a tomar en cuenta en cuanto al agresor.

A veces en nuestra vida nos vemos obligados a hacer cosas necesarias y justas, a raíz de las cuales le es producido dolor a otros.

También en este caso el estudio del clamor puede enseñarnos respecto al cuidado y sensibilidad que debemos tener en nuestras acciones en esos casos, para disminuir el dolor que producimos. Así se expresó Rav Tzadok de Lublin: “Hay que cuidarse de no producir ningún dolor a ninguna criatura, incluso por alguna mitzva… y ordené a todos los que acosan, incluso los encargados de la limosna… incluso la piedra con la que apedrean a un condenado a muerte, o el árbol donde lo cuelgan tendrán que rendir cuentas…” (Tzidkat HaTzadik 175).

No hay ningún dolor que escape a ojos de D’s, sus oídos están abiertos para escuchar los clamores de los angustiados, cuanto más nos comportemos de acuerdo a ello, seremos merecedores de la plasmación del rezo: “Acepta nuestra súplica y escucha nuestro clamor, Tú que conoces los secretos

No hay comentarios:

Powered By Blogger