martes, 4 de enero de 2011

El signo de la libertad

por Rab Ioram Eliahu


Debemos aprender a no esclavizarnos, ni a nuestros bajos deseos ni tampoco a fuerzas ajenas – ni tampoco a los gentiles de las naciones del mundo que quieren humillarnos y evitar que seamos el pueblo que corona a D’s en el mundo.
Am Israel (el Pueblo de Israel) fue ordenado colocar los Tfilin (filactelias) todos los días, en el brazo y en la cabeza – los miembros que se encuentran frente al corazón (el brazo) y el cerebro (la cabeza). Y así decimos en la plegaria antes de colocarlos: Nos disponemos a colocar los Tfilin “en el brazo… frente al corazón, para dirigir los deseos y los pensamientos del corazón al culto a D’s, y en la cabeza, frente al cerebro, para que el alma que se manifiesta en mi cerebro junto con el resto de mis sentidos y mis fuerzas de vida todas ellas sean sometidas al culto de D’s, bendito sea”. Esa mitzva fue entregada enseguida después de la salida de Egipto, para poner en evidencia que ahora - cuando nos liberamos de la terrible esclavitud - el camino para alcanzar la libertad eterna, la libertad auténtica, es encausar las fuerzas y los deseos para Su culto – porque “solamente el esclavo de D’s es libre”. Fue dicho en las Lujot HaBrit (las Tablas de la Ley), “la escritura era escritura de D’s, grabada sobre las tablas” (Shmot 32:16). “Dijo Rabí Ioshua Ben Levi, no leas jarut (gravado), sino que jerut (libre). Porque no hay quien sea libre, sólo el que se ocupa de la Torá” (Avot 6).
De acuerdo a ello podemos entender lo que dijeron nuestros sabios respecto al versículo de nuestra Parashá, “para que esté la Torá del Señor en tu boca” (Shmot 13:9) - “el que se coloca los Tfilin, es como si leyese la Torá”. De momento que los Tfilin son el signo de libertad, y el que se ocupa de la Torá llega a la libertad, el que los coloca es considerado también como si se ocupase de la Torá, porque está expresando la libertad que la Torá entrega a los que la estudian. Como nos enseñó nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk: “Los Tfilin son como el sumario de toda la Torá, un uniforme de libertad, del desprecio de la bajeza de la esclavitud”. Y por ello, son llamados “esplendor”, “los Tfilin son el esplendor de Am Israel” (Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Shmot, Pág. 135).

Nuestros sabios nos enseñaron que también D’s se coloca Tfilin. ¿Y qué está escrito en los Tfilin de D’s? “Y quien como Tu pueblo, Israel, un pueblo en la tierra” (Shmuel Alef 7:23). D’s se vanagloria con las alabanzas de Am Israel, y les dice: “Ustedes me hicieron una unidad en el mundo con sus Tfilin, donde está escrito 'escucha, Israel, el Eterno es nuestro Señor, el Eterno es uno' (Dvarim 6:4), entonces Yo también los haré una unidad en el mundo [con Mis Tfilin], como dice el versículo 'y quién como Tu pueblo, Israel, un pueblo en la tierra'” (Brajot 6).
Aprendemos de ello que el camino para nuestra subsistencia plena, en toda nuestra tierra, depende de hasta qué punto adquirimos nuestra libertad para nosotros mismos. Debemos aprender a no esclavizarnos, ni a nuestros bajos deseos ni tampoco a fuerzas ajenas – ni tampoco a los gentiles de las naciones del mundo que quieren humillarnos y evitar que seamos el pueblo que corona a D’s en el mundo.
A través de la liberación de esa esclavitud sabremos proclamar el Nombre de D’s colocándonos nuestros Tfilin, seremos merecedores de la plasmación de lo que está escrito en los Tfilin de D’s, “y quién como Tu pueblo, Israel, un pueblo en la tierra” – uno, único, unido y soberano de nuestro patrimonio para siempre.

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