martes, 5 de octubre de 2010

Xenofobia por capas

Por Daniel Kantor

1. Sobre el nombre. Cinco puntos iniciales.

Quisiera llamar la atención sobre un fenómeno de difícil percepción mientras sucede, pero de graves y evidentes consecuencias que se manifiestan a medida que avanza. Es altamente difícil denunciar una situación perjudicial que no es conocida por un nombre técnico. Resulta importante poder “nombrar” lo que ocurre, puesto que hará a su misma detección y denuncia. Siendo que se da a través de una sucesión de situaciones, por razones pedagógicas podemos hablar de “xenofobia por capas”.


Cinco puntos iniciales:

a. Referimos el proceso a la prensa escrita, pero podría ampliarse a otros medios de comunicación (por ejemplo, tenemos noticias de un locutor de radio que todos los domingos dedica tres minutos a leer un artículo o a hacer un comentario antiisraelí...sus actos individuales se encuentran protegidos por la libertad de expresión pero en su conexión dan lugar a la xenofobia por capas)

b. En el caso en particular encontramos la situación referenciada a través de continuas informaciones con carga negativa referidas a “Israel” o “lo israelí”, pero bien podría ocurrir que se dé en referencia a otros Estados y otros pueblos.

c. Lo característico del caso es que los artículos individuales que conforman la xenofobia por capas no dan lugar a la “xenofobia” a secas. No son artículos diciendo: “los israelíes son ladrones”, lo cual daría lugar a una denuncia inmediata. Son artículos como el de Mankell, que sin temor al ridículo acusa a los soldados israelíes de haberle robado sus “calcetines”. En la constante repetición de los tratamientos maliciosos está el problema.

d. Para la conformación del fenómeno xenofóbico por capas, en particular en lo referido a “lo israelí”, se requiere: continuidad en el tiempo, unicidad de objeto (“lo israelí”), sobredimensionamiento del objeto (Israel figura en las noticias más de lo que cualquier otro Estado con su mismo tamaño, población e importancia lo ameritaría), tendenciosidad negativa de la información relativa a “lo israelí” (como explicó el periodista Carlos Duclos: “Israel siempre es Satanás”).

e. ¿Existe la posibilidad de que la xenofobia por capas se deba a conductas no intencional? Quizá exista alguien que reproduzca información sin saber que está contribuyendo al fenómeno, pero en general pareciera ser que la xenofobia por capas obedece a un proceso masivo en el que se participa a sabiendas.

2. Forma en que aparece el fenómeno: identificación inicial

Veamos en forma práctica cómo sacar a la luz este fenómeno “escondido”. Abro en fecha 10/7/2010 la página de APDH, Organización No Gubernamental argentina (http://www.apdh-argentina.org.ar/biblioteca/index.asp), en busca de material sobre Derechos Humanos. En la biblioteca virtual hay ocho links. Siete de ellos tratan de diversas cuestiones relacionadas con Argentina. Pero el último el único relacionado con artículos periodísticos da con un artículo de Galeano (http://www.apdh-argentina.org.ar/biblioteca/2009/p12_20090118.asp), sobre la operación que en el 2009 Israel lleva a cabo en Gaza para poner fin a los ataques con cohetes que desde allí se disparaban contra civiles israelíes (utilizando como escudos humanos a la población civil palestina).

El artículo de Galeano es tendenciosamente anti-israelí, y de sus líneas surge que Israel tiene como voluntad asesinar a civiles palestinos. (Desde una perspectiva lógica, cabría preguntarse por qué el ejército israelí al que Galeano describe como una máquina de matar, se está tomando décadas en matar una cantidad de personas que los ejércitos convencionales han matado en pocos días en guerras actuales. Claro que la razón no cuenta cuando alguien dice la palabra “muertos” y señala a los “soldados israelíes asesinos”.)

¿Genera de por sí el artículo una “xenofobia por capas”? No. Pero genera una capa más que se suma a las anteriores: en la página de APDH aparece sólo ese artículo contra Israel –y no se habla de otros países-. Al mismo tiempo visualizamos un sobredimensionamiento (¿es realmente la violación realizada tan grande?), información tendenciosa y que ocupa ese lugar hace ya más de un año (el artículo es de enero del 2009).

3. La calumnia anti-israelí como género periodístico literario

La exageración contra Israel es un género de ficción con ribetes cuasi-xenófobos al que ese artículo de Galeano adhiere. Con él identifico los escritos de Gelman y Bayer, y otros del diario Página/12, que cuando de Israel se trata dejan al progresismo a un lado.

La realidad de los lectores, que mayoritariamente no pisaron Medio Oriente ni están demasiado interiorizados en la discusión Palestina-Israel, se compone de opiniones construidas a partir de la lectura casual de este tipo escritos. Sus autores logran una identificación maniquea con quienes son presentados como oprimidos, y en las vísceras se genera una aversión a “lo israelí”. El estilo editorial de estas notas de por sí solo no aporta nada “directamente antisemita”, pero es más destructivo que las pedradas de la “Noche de los Cristales”. Porque de a poco va estimulando la bronca, y ya se sabe como la gota que horada la piedra.

4. Por qué no siempre es posible responder con eficiencia

Los occidentales reaccionaríamos ante novelas de televisión o dibujos animados antisemitas como las que se proyectan en países árabes (algunas pueden consultarse en youtube). Por eso un artículo que dé a entender que los israelíes buscan matar a niños no puede ser creíble por un público relativamente inteligente. Lo que busca una xenofobia por capas (dolosa en este caso) es crear la sensación del “a los israelíes no les importa que mueran niños”. Esta mentira tan bien lograda, desplazó la verdad de que a quienes realmente no les importan esos niños es a aquellos que los están utilizando de escudos humanos disparando desde las escuelas misiles que bien podrían caer sobre otros niños o explotar en el lugar.

El contrapeso informativo no se puede ejercer por razones numéricas: hay un número grande de cultores de lo antiisraelí, y medios con gran llegada al público se han plegado a la ola de demonización de un Estado. El periodismo de habla hispana de Latinoamérica presta mucha atención en sus noticias a lo dicho por medios de comunicación españoles con mayor producción de noticias. Allí se contagia de los prejuicios que abundan y se amplía la gran masa silenciosa que asimila la xenofobia por capas desde hace años. La prensa española ha generado un falso criterio de “progresismo” que impide la lectura crítica de la información en lo relativo a Israel. En España la xenofobia por capas ya es odio puro, y sólo queda aplicar cada tanto un refuerzo.

Cierto es que hay un número nada despreciable de artículos que esclarecen sobre “lo israelí”, pero que lamentablemente son poco difundidos por los medios. El criterio editorial de las notas que prevalece es el “políticamente correcto”, la búsqueda de lo que sólo aparentemente es progresista.

Resulta inevitable que en el avance de los días las noticias maliciosas pasen y que algunas queden sin respuesta. Antes de que se conteste una, aparecen dos nuevas. Con las noticias corre la regla de “el que pega primero, pega dos veces”: la réplica casi nunca es tan llamativa como la noticia primigenia. Hay excepciones, como cuando se prueba que la agencia de noticias Reuters tiene periodistas que recortan fotos, para hacer ver como “pacifistas” a algunos fundamentalistas con cuchillos en sus manos (en el caso de la flotilla del Mavi Marmara, 2010). O cuando un fotógrafo también de Reuters agregó humo en las fotos de los ataques aéreos para hacer ver una situación en forma más dramática (en la guerra contra Hezbollah en el 2006, si no recuerdo mal). Estas imágenes visuales trucadas son generalmente más sencillas de detectar que los artilugios o falsedades escritas, y la sorpresa del público es inmediata. Las tergiversaciones, en cambio, generan mayores polémicas: pero a las imágenes trucadas no se las discute. Lo que ocurre en general es que los medios no “escarchan” a las agencias de noticias en este tipo de casos gráficos. La mentira en estos casos termina siendo revelada sólo por páginas webs especializadas, la verdad entonces elude a mucha gente.

5. PAC (Proceso de Alteración por Capas) de la realidad

¿Cómo se crea un mito? Veamos un ejemplo. Desde hace dos años se busca ligar a Israel con la dictadura militar argentina, a efectos de generar un mayor daño a su imagen. Galeano por ejemplo termina su artículo dedicándolo a sus “amigos judíos asesinados por las dictaduras latinoamericanas que Israel asesoró”. Se “olvida” Galeano de la gran cantidad de refugiados latinoamericanos (entre ellos centenares de argentinos) que escaparon de esas mismas dictaduras gracias al asilo brindado por Israel y sus embajadas. Otros artículos surgieron ligando a Israel con la dictadura militar de 1976 a través de contratos de ventas de armas (desconozco si existieron, de lo que estoy seguro es que Israel no fue el único país que mantuvo relaciones comerciales con Argentina). En refuerzo de la oleada de mentiras sobre el tema, se publicó un libro difamatorio cuyo título creo que era “Israel y las dictaduras en América Latina”: se vendía en la ciudad de Rosario en la Feria de las Colectividades y no precisamente en el Stand de la Comunidad Judía-.

Un lector no informado del Proceso de Alteración por Capas de la realidad (en adelante: PAC de la realidad) podría pensar, viendo el único artículo de Galeano en un contexto de ocho artículos sobre otros temas relacionados con Argentina (país donde APDH actúa mayormente), que Israel además de asesinar en masa a los palestinos fue un principal asesor de los gobiernos militares. No sabemos si a ese lector se le ocurre en el mismo momento pensar que otros cien o más países tuvieron relaciones con el gobierno militar de Argentina y con otras dictaduras de Latinoamérica. Entre ellos: la Unión Soviética y países del bloque oriental, Cuba, USA, España, países africanos, países asiáticos, países árabes, los no alineados...

Lo que debe notarse es que Israel, país con menos de ocho millones de habitantes, y más diminuto que la provincia de Tucumán, ocupa un espacio desproporcionado en la información. El caso de APDH es grosero y quizá se deba a un error. Pero es real. Y lo que va quedando es que Israel es violador de Derechos Humanos: el único, o el mayor entre todos. Tal cosa surge incluso aunque al artículo de Galeano se le eche apenas un vistazo. Cada artículo de ese estilo es como la aplicación de una capa de barniz. Es invisible, no se ve, pero engrosa al objeto y le da un brillo especial. Al cabo de veinte capas, será una realidad completamente cubierta y lustrosa que nadie discutirá.

6. El mundo, según una dependencia

oficial de la Municipalidad de Rosario

Como anécdota ejemplar del pseudo-progresismo vernáculo: la Oficina de Derechos Humanos de la Municipalidad de Rosario.

El día 2 de julio envié un correo electrónico preguntándole a las autoridades de la Oficina si creían que era fiel a la verdad decir como decía una nota de Mankell publicada en su página web oficial (http://www.ddhhrosario.gob.ar) que Israel era culpable del Crimen de Apartheid. La página web era una oda al anti-israelismo y el anti-americanismo. Cualquier persona que revise en esa página todos los artículos anteriores a la fecha en que envié mi correo, podrá comprobar que para el ente municipal el mundo de los Derechos Humanos se componía de tres países: Argentina, Israel y Estados Unidos. ¿Los otros países no generaron noticias dignas de ser publicadas?

De abril a julio las dos notas que había eran contrarias a Israel, que parecía ser el único país del mundo, junto con Estados Unidos otras dos notas, país del cual tampoco se leían cosas elogiosas. La Oficina de DDHH no respondió mi correo electrónico...pero publicó el 6 de julio una nota sobre homosexuales colgados en Irán, y otra sobre los presos políticos en Cuba el 8 de julio. Pareciera como si se buscara “aguar” entre otras noticias internacionales lo ocurrido hasta el día del envío de mi correo. Otra vez lo escribo: en la página oficial, hasta el 2 de julio, sólo se publicó temática de Derechos Humanos relativa a Israel y Estados Unidos, y obviamente poco halagüeña. Resulta patético que el horizonte mundial de un funcionario encargado de la educación para la paz, se haya ampliado sólo a partir de un correo con un pedido de explicaciones por el antiisraelismo realizado con fondos oficiales. Haber incentivado la “bronca” con notas parcializadas es poco elogiable, sobre todo teniendo en cuenta que las autoridades de Rosario saben que en el año 2009, en la céntrica esquina de Córdoba y Paraguay, un acto antiisraelí culminó con la quema pública de las banderas de Israel y Estados Unidos. Esto por no mencionar que a lo largo de los últimos años se han visto, en las calles, pintadas con esvásticas refiriendo a ambos países o a sus líderes.

7. Israel, según la Oficina Municipal de Derechos Humanos de Rosario

Como se dijo, en la página oficial de la Oficina Municipal de Derechos Humanos de Rosario, también se dio el proceso de barnizado de la realidad: allí también se vendía y seguramente se venderá el PAC (Proceso de Alteración por Capas de la realidad). Los dos artículos antiisraelíes versaban sobre una flotilla que intentó en forma contraria al Derecho Internacional usar un barco tripulado por civiles para entrar a una zona de hostilidades en la que había un declarado bloqueo israelí tendiente a impedir que el grupo terrorista Hamas se rearmase con misiles.

Claro que los artículos sobre “la flotilla” que publicó la Oficina eran ambos muestra de posiciones contrarias a Israel, a pesar de que estaba disponible otra visión de la realidad muy cercana a los hechos. En el diario de la ciudad, por ejemplo, se publicó una carta de lectores de un rosarino viviendo en Israel mostrando otra cara de la realidad. Pero no hubo espacio en la Página Oficial para alguna posición divergente a la antiisraelí.

Por la mala fe o quizá por la aparente carencia de conocimientos de Derecho de algún/a miembro de la Oficina de Derechos Humanos, uno de los artículos que se publicó1 fue tomado del diario El País. Como digresión, el mencionado diario es a todas luces no sólo antiisraelí sino antisemita (acusación de la cual puedo ofrecer gran número de pruebas, aunque al momento me basta nombrar el título del artículo de la periodista Maruja Torres: “Soy antisionista, antisionista, antisionista” en suma, niega al pueblo judío el derecho a su propio Estado, y a darse en el mismo su propio gobierno y sus propias leyes). Como dije al comenzar, la Oficina publicó al escritor H. Mankell, que además de acusar desvergonzadamente a los soldados israelíes de haberle robado sus “calcetines”, dio la nota de su ignorancia sobre el final de su nota: termina con una acusación de APARTHEID contra Israel.

Como se sabe, el apartheid es un crimen de lesa humanidad, es un delito internacional, y tal acusación contra Israel nunca fue realizada por ningún país serio, como tampoco se realizó la de genocidio. Creo que la Oficina de Derechos Humanos se percató de esto, pero aún no respondió a mis correos electrónicos solicitando explicaciones. ¿Cobardía intelectual?

8. Aplicación de capas

La realidad se construye así, artículo a artículo. Una acusación del crimen de apartheid, una acusación de genocidio, una acusación de que Gaza es como Auschwitz. Aisladamente se podrían discutir, pero son muchas las repeticiones. La ofensa es mentirosa, cortita, puntual y muy contagiosa. ¿Cómo apareció la isla mental en cuyo centro queda Israel tan aislado como quedó el judío con la campaña antisemita de los nazis? ¿Hay en esto aplicación del “miente, miente, que algo quedará”?

Los artículos resultan imperceptibles, salvo para el ojo avisado. Pocos tienen tiempo o saben cómo escribir a una página web de una ONG preguntando por qué ese artículo sobre un Estado Extranjero (Israel), que aparece en la página web, es el único artículo referido a Estados Extranjeros.

En general, los artículos de los diarios quedan sin respuesta. Es necesariamente una elección editorial el criterio de que no haya artículos que expliquen lo que ocurre en la región, haciendo a un lado a Israel. Se escribe poquísimo sobre los países árabes y su realidad. Si la superficie de los países fuera tan grande como los artículos que sobre ellos se escriben, daría la idea de que Israel ocupa absolutamente todo el Medio Oriente, y desde que Chávez está en Venezuela también parecería ocupar parte de Latinoamérica. Los editores de matutinos tampoco parecen publicar notas que expliquen sobre los grupos terroristas: hasta hace poco el diario “EL PAÍS” no usaba la palabra “terrorista” para referirse a los miembros del HAMAS y del Hezbolla: los llamaba “milicianos”. La xenofobia por capas funciona en este caso direccionada contra “lo israelí”. Todo se concentra en denunciar siempre al mismo Estado, pueblo y nación.

9. Realidad no construida: cosas que

no se ven porque no se publican

El proceso contra Israel no ocurre contra ningún otro país. Pensemos en la cantidad de habitantes de los países con ley islámica, y cuántas mujeres habitan en ellos. Busquemos una página web que se identifique con los Derechos Humanos. Sería extraño empezar a ver artículos explicando sobre los Derechos de las Minorías Sexuales en Irán (mucho me temo que mi correo del 2/7/2010 haya servido para que esta curiosidad apareciese en la página oficial de la Oficina de Derechos Humanos de Rosario). Silencio hay sobre la usurpación del gobierno por Hamas, o del genocidio (eso sí es genocidio) de septiembre negro perpetrado por Jordania, sobre la democracia en Siria y sobre los Derechos de la Mujer en Arabia Saudita. Casi nada se lee en relación a las villas miserias de Latinoamérica. Y en este último caso, nadie muestra un país que no sea el propio del autor, nadie se mete con la pobreza ajena. Pero de Israel todos hablan y para mal.

¿Cuánto se tarda en explicar que se está sacando el tema de Israel de sus proporciones, al menos si se las da en función de las medidas de derechos implicados, de personas involucradas, y de posibilidad de visiones alternativas en función de las cuales muchos Derechos Humanos violados no son contemplados?

10. Conclusiones

Las principales conclusiones las he escrito al comienzo del artículo, en el primer punto, para asegurarme de que se lean las características de la “xenofobia por capas”: continuidad en el tiempo, sobredimensionamiento, unicidad del objeto, tendenciosidad negativa.

Los editores que se sumaron al Proceso de Alteración por Capas (PAC) de la realidad decidieron tomar “de punto” a un Estado. Lo están haciendo desde hace tiempo, a fuego lento pero seguro. Cuando los que se defienden son muchos menos, pero tienen razones fuertes, no es posible crear una realidad de golpe. Nadie “compra” el “Auschwitz” de Saramago, pero de su metáfora relativa al campo de la muerte sólo resta pensar que algo muy, muy malo hace Israel. Parafraseando a Goebbels: “Publica, publica, que algo quedará”.

A este punto de la historia sabemos que hay una hegemonización de lo contrario a Israel que da vueltas en los medios. Adormece conciencias de a poco, preparándolas para el odio. Lo israelí equivale a la maldad, los anteojos quedaron pintados de un solo color.

Para terminar o cuanto menos tener a raya, a la construcción mediática de la xenofobia por capas, debe ser llamada a la atención inmediatamente, y continuamente debe explicarse sobre su funcionamiento. Y esta explicación debe ser dada remitiendo al nombre “xenofobia por capas” durante todo el tiempo. Esta es la forma de odio que hoy enfrentamos. Además, no debe dejar de señalarse que hay otras visiones diversas que aquellas conocidas del país de mierda (www.paisdemierda.org), que hay facetas del conflicto que no se quieren mostrar. Si el criterio editorial lo quiere, cabría publicar esas visiones junto a los artículos repletos de antiisraelismo que ya se publican y que en nada contribuyen al entendimiento de la situación.

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