martes, 4 de enero de 2011

El significado de los Rollos del Mar Muerto

El título de esta postal es el de un libro que acabo de leer y que deseo comentar para los lectores. Hago una pausa en el tema que nos ha ocupado en los días pasados –sobre la línea básica de pensamiento de 1 Corintios, que continuaremos más tarde-, para ofrecer la reseña que comienza hoy. He aquí la ficha completa del libro:
James VanderKam y Peter Flint, El significado de los rollos del Mar Muerto. Su importancia para entender la Biblia, el judaísmo, Jesús y el cristianismo, Editorial Trotta, 2010, 477 de formato amplio, con cuadros y figuras. Traducción de Andrés Piquer y Pablo Torijano. ISBN: 978-84-9879-091-7.

Este libro es, en líneas generales, una puesta al día de lo que se sabe científicamente sobre los manuscritos del Muerto hasta 2002, fecha de publicación de la edición inglesa. Una ojeada a su contenido es, como casi siempre, de lo más instructivo.
El libro comienza con un capítulo sobre la historia de los descubrimientos; cómo se datan los manuscritos, y qué resultados ofrecen los trabajos de arqueología realizados por varios equipos de expertos desde 1947.
Luego se abre una sección sobre los Rollos y la Biblia:
• Cuántos manuscritos se han encontrado:
Respuesta: unos 225 -de los más o menos 900 en los que se cifra hoy el número de códices del Mar Muerto- son copias de libros bíblicos;
• Qué texto del Antiguo Testamento poseían los “habitantes” de Qumrán:
Respuesta: uno que es presumiblemente muy anterior al que nosotros tenemos hoy;
• En qué afecta el conocimiento de estos textos qumránicos bíblicos a nuestro conocimiento del Antiguo Testamento hoy día y,
• Cómo podemos comprender el canon, o lista de libros sagrados del Antiguo Testamento, a la luz de cómo utilizaban la Biblia los qumranitas.
Hay en este apartado un interesante apéndice sobre "apócrifos y pseudoepígrafos" del Antiguo Testamento (libros que aparecen como escritos por un autor, que es evidentemente falso, como Henoc, Adán, Abrahán, etc.).
La atención se centra posteriormente sobre los manuscritos que no son bíblicos:.Son unos 675, muchos de los cuales se hallan en un estado terriblemente fragmentario.
Los autores, VanderKam y Flint, ofrecen un inventario relativamente detenido de los textos más importantes, de modo que el lector se hace una perfecta idea de qué códices pueden interesarle.
Interesante aquí es la breve historia de las teorías de los investigadores acerca del grupo que está detrás de los manuscritos: ¿eran esenios, saduceos, fariseos, otros…? ¿Cuál era la teología del grupo en sus líneas distintivas?
También se intenta responder a la pregunta de cómo situar a ese conjunto de personas, sociológica y teológicamente, dentro del mosaico de grupos del judaísmo del momento (fue éste el tiempo en el que las tropas romanas, mandadas por Vespasiano, destruyeron el asentamiento en su avance contra Jerusalén en la Gran Guerra Judía del 66 al 73).
Hay también otro apartado en este libro que describe el modo cómo interpretaban su Biblia los sectarios de Qumrán.
La sección IV puede ser una de los más interesantes para los lectores del blog, porque trata en general de los “Rollos y el Nuevo Testamento”.
Hay en ella los apartados usuales, que no dejan de cautivar la atención: Juan Bautista, Jesús, los Evangelios y sus relaciones con Qumrán; Los Hechos de los apóstoles y Pablo y el resto de autores de las Epístolas neotestamentarias a la luz de la teología de los Manuscritos.
Un apartado menos corriente en otros libros por el estilo, pero en extremo interesante, es el dedicado al Apocalipsis y los textos qumránicos.
Por último, el libro presenta un apartado de historia social sobre los grupos de investigadores que han contribuido a lo largo de los decenios pasados, desde 1947 a 2002, a la publicación de los Rollos del Mar Muerto. En él se abordan los siguientes temas:
• Las vicisitudes de la publicación con sus enormes retrasos;
• Las publicaciones sensacionalistas de algunos con la idea central de que o bien los Rollos deben entenderse como la historia cifrada del cristianismo, o bien
• Cómo –en este transfondo- el Vaticano pudo estar interesado en acallar su contenido, o si esta idea es una completa falsedad.
• Algunos procesos judiciales curiosos en los que se han visto implicados los investigadores de los Rollos y que demuestran cómo los estudiosos no son a veces tan limpios, etc.
Los dos autores tienen especial cuidado en dejar en claro cómo la inmensa mayoría de los textos sensacionalistas, por no decir todos, son en verdad un fraude para forrarse los bolsillos…, etc.
Dentro de las apéndices hay que destacar listados utilísimos, como el índice de pasajes bíblicos presentes en los Rollos; otro índice de textos apócrifos y pseudoepígrafos usados pos los autores de esos manuscritos, y el índice sobre qué traducciones y ediciones hay de los textos del Mar Muerto. Aunque aquí los autores se centran ante todo en la bibliografía en lengua inglesa y omiten el resto, la información es interesante.
Hay que decir que aunque hayan pasado 8 años desde la edición norteamericana del libro que comentamos hasta hoy, la información básica ha cambiado poco.
Sólo añadir que los volúmenes aún no aparecidos de la publicación oficial de los Manuscritos, “Discoveries of the Judaean Desert”, citados en la p. 406, han visto la luz todos, incluido un volumen último de Eugene Ulrich, el nº 40, que republica el texto de Isaías, que había aparecido en 1950.
En verdad no se trata de una mera reedición de Isaías, sino de un texto nuevo con más de 2000 variantes.
He consultado a mi colega Julio Trebolle -que ha sido uno de los miembros del Comité último para la publicación de los textos de Qumrán- y me dice que ya está todo, absolutamente todo, publicado de los textos aparecidos en Qumrán y alrededores. Quedan fragmentos minúsculos, menores que un sello de correo, ilegibles e inútiles hoy por hoy.
Se acabó, por tanto, cualquier sospecha de secretismo. Además, como diremos, hay fotografías electrónicas de todos los textos. Cualquiera puede utilizarlas.
Como se ve el volumen parece muy interesante. Quizás, para el gusto europeo, está confeccionado un tanto “desde el punto de vista del interés de” o “a lo norteamericano”. Pero no importa, puesto que el material ofrecido es de primera mano. Los autores han pertenecido desde hace muchos años a la Comisión de publicaciones de los textos de Qumrán.
Por último, la traducción encomendada a dos colegas de la Complutense es buena, en el sentido de que los dos son expertos en la materia y saben muy bien qué se llevan entre manos; por tanto no hay errores de comprensión. Veo, sin embargo, que desde el punto de vista del tenor, lisura y belleza del castellano, hubiera sido necesario un pequeño repasito, para corregir ciertas deficiencias de expresión propias de quienes se han formado en el extranjero.
Seguiremos comentando algunos aspectos del contenido de este interesante volumen –¡enhorabuena a Trotta!- en los días siguientes. Hacen falta muchas publicaciones de este estilo, porque el sensacionalismo se dispara por sí mismo en todos los ambientes y se extiende como fuego por cañaveral, pero los resultados científicos tardan mucho en propagarse, y a veces no consiguen
contrarrestar el veneno vertido.

Arabia Saudita arrestó a un buitre acusado de espiar para el Mossad

Un buitre etiquetado por científicos de la Universidad de Tel Aviv se perdió en el territorio de Arabia Saudita, y fue rápidamente arrestado, acusado de espiar para el Mossad.
El ave fue hallada en una zona rural del reino saudita portando un transmisor y un brazalete en su pata con las palabras "Universidad de Tel Aviv".
Aunque estas etiquetas indican que el ave es parte de un proyecto de investigación a largo plazo, los habitantes de la zona dijeron a un diario saudita que creían que se trata de un "complot sionista".
Las acusaciones crecieron en forma exponencial en los fórum de los sitios árabes del internet, agregando que los "sionistas", han entrenado a estas especies para el espionaje.
El mes pasado, el gobernador regional de la península del Sinaí sugirió que el tiburón que mató y mutiló a una turista en una playa del Mar Rojo fue enviado intencionalmente por agentes israelíes para sabotear la industria turística egipcia.
"Lo que se dice acerca del Mossad lanzando un tiburón asesino al mar para perjudicar al turismo en Egipto está fuera de toda cuestión. Pero se precisa tiempo para confirmarlo", dijo Mohamed Fadil Shousha

Los bucaneros hebreos, por la mañana tefilim y ………………….

Por la mañana Tefilim y Braja. Por la tarde atraco a los tesoros de las naves españolas. Valientes y estoicos judíos sefardíes del Medioevo convirtieron el dolor de la expulsión en venganza. En el presente reportaje les presentamos algunas postales navieras de un capítulo poco conocido en la historia de nuestro pueblo: Los Piratas Judíos del Caribe (y otros oleajes).

El barco pirata exhibe una estrella de seis puntas en un rincón de su bandera. Con bravura surca el gran oleaje marino. Su capitán es David Abrabanel (descendiente del linaje del sabio Isaac Abrabanel). El “Capitán Davis” observa en la lejanía una nave española que promete transportar grandes tesoros en su interior. Desde la Proa del “The Jerusalem” la sigue en su recorrido con el catalejo. La ve pasar. Se va, se va la barca… El capitán sefardí “endecha” su suerte: “Ay dio, dio mío”. Hoy no podrá atacarla: es Shabat. Su tripulación deberá aguardar hasta la finalización del día sagrado. En la cena el menú que comen los navegantes del “The Jerusalem” es kosher, por supuesto. Valentía y tradición se dan la mano a bordo. Los marinos lo mismo cantan “Abraham Abinu” que gritan: “¡Al abordaje mis valientes!”. Su misión es despachurrar de tesoros a sus ex –inquisidores. Con una mano en el sable y la otra en la Torah ajustan cuentas con quienes otrora fueron los verdugos de su familia y amigos. Lo hacen atacando cuanta flota ibérica pasa por delante y despojándoles todo el botín. (Incluso el botín del capitán ibérico, el cual lo calza en la pata que no es de palo.)

Así es la cosa, mis queridos lectores. No todo era estudio de Torah y comercio tras la expulsión de 1492. Cuesta imaginar a un judío devoto de botas, con sombrero de capitán y parche en el ojo. La imagen de los sefardíes del Medioevo remite en el imaginario colectivo a figuras más cercanas a aquellos hombres que se quemaban las pestañas estudiando el Talmud bajo la luz de las velas. Sin embargo las velas que encendían el corazón de los bucaneros hebreos de la post-expulsión eran otras. Eran las que el viento empujaba bajo las estrellas (de seis puntas) de un cielo infinito.
El Capitán Davis no fue el único bucanero judío de la historia. A continuación les presentamos brevemente a otros de los protagonistas de estas aventuras marinas:

EL CORSARIO TURCO: SINAN REIS

Sinan nació en Izmir, Turquía. Este judío sefardí se puso bajo las órdenes del Imperio Otomano. Su destreza y valentía en los combates navales contra los enemigos de Turquía le valieron el grado de Capitán Pasha (almirante de la flota turca) y era conocido entre los piratas de su tiempo como “El Gran Judío”. Su alianza más famosa fue con el viejo lobo de mar Barbarroja de quien llegó a ser el segundo al mando. Sinan participó en la victoria de la Batalla de Preveza en 1538, la cual aseguró el dominio turco sobre el Mediterráneo hasta 1571.

EL HOLANDES ERRANTE APÓCRIFO: SHMUEL PALACHI

Shmuel Palachi nació en Fez a mediados del siglo XVI. Vivió en España como Embajador de Marruecos. Obtuvo el monopolio del comercio con Holanda y en 1609 fue enviado a ese país como representante comercial del Sultán Mulay. En un artículo publicado por José Chocrón Cohén el autor afirma que “algunas investigaciones parecieron evidenciar que Pallache actuó como un doble agente que pasaba informaciones clasificadas a España en torno a las relaciones Holanda- Marruecos y al mismo tiempo era informante de Marruecos y Holanda en torno a las actividades españolas, y se dice que el simple rumor acerca de dicha ambigüedad fue la causa de que el sultán le retirara sus favores. Sin embargo, Samuel Pallache continuó sus actividades como comerciante y su amistad personal con el príncipe Mauricio de Nassau le valió una patente de corso que le permitió dedicarse durante varios años a las actividades de corsario bajo la bandera holandesa, reclutando marranos para su tripulación y vendiendo el botín obtenido a lo largo y ancho de las costas marroquíes”.

EL PORTUGUES AFORTUNADO: MOISÉS COHEN ENRIQUEZ

Portugués Sefardí, nacido a comienzos del Siglo XVII. En 1628 junto al holandés Piet Heinde atacó y atracó (frente a las costas cubanas) a dos barcos españoles que llevaban oro macizo y plata. El valor del tesoro que obtuvieron está estimado en Mil millones de dólares actuales. Enriquez estableció junto a otros judíos su propia Isla Pirata en Brasil y se convirtió en el asesor del famoso pirata Henry Morgan. Nunca lo capturaron.

EL FUGITIVO : SIMÓN FERNÁNDEZ

Escapó de la Inquisición y no tuvo mejor idea que meterse a pirata y corsario. Dicen por ahí que procedía de las islas portuguesas de las Azores, pero no se sabe con exactitud cuándo nació. Lo que sí podemos afirmar es que en el 1571 ya estaba haciendo “de las suyas” bajo las órdenes del pirata galés John Callis. Sus objetivos eran los barcos españoles y franceses. Los británicos veían con agrado estas acciones, y les permitieron operar desde los puertos ingleses. Cuando a Callis lo ahorcaron en Newport, Fernández huyó y comenzó a trabajar en varios barcos ingleses. (“¡Run, Simon Run!” ). Fernández llegó a ser el capitán piloto del famoso pirata Sir Walter Raleigh. (¿Tomaría té a las cinco de la tarde?.) En su bitácora de viaje (si es que la tuvo) figuran destinos como las Indias Occidentales, América del Norte y varias islas del Pacífico.
Otros piratas judíos (para googlear): Yaakob Koriel (o Curiel), Jean Lafitte.

TIP TURÍSTICO:

Para los que proyecten un viaje a Jamaica. No dejen de visitar el cementerio judío en el área de Kingston. Allí observarán las tumbas de los piratas hebreos cuya última morada revela la identidad sus habitantes. No es de extrañar que Bob Marley haya heredado este legado judío en sus composiciones musicales. (Iron Lion Zion). En este punto no puedo evitar que mi exagerada imaginación visualice a un ecléctico grupo de piratas judíos con rastas y peyes, danzando en el minuto atemporal un todavía no inventado reggae jamaicano…

El signo de la libertad

por Rab Ioram Eliahu


Debemos aprender a no esclavizarnos, ni a nuestros bajos deseos ni tampoco a fuerzas ajenas – ni tampoco a los gentiles de las naciones del mundo que quieren humillarnos y evitar que seamos el pueblo que corona a D’s en el mundo.
Am Israel (el Pueblo de Israel) fue ordenado colocar los Tfilin (filactelias) todos los días, en el brazo y en la cabeza – los miembros que se encuentran frente al corazón (el brazo) y el cerebro (la cabeza). Y así decimos en la plegaria antes de colocarlos: Nos disponemos a colocar los Tfilin “en el brazo… frente al corazón, para dirigir los deseos y los pensamientos del corazón al culto a D’s, y en la cabeza, frente al cerebro, para que el alma que se manifiesta en mi cerebro junto con el resto de mis sentidos y mis fuerzas de vida todas ellas sean sometidas al culto de D’s, bendito sea”. Esa mitzva fue entregada enseguida después de la salida de Egipto, para poner en evidencia que ahora - cuando nos liberamos de la terrible esclavitud - el camino para alcanzar la libertad eterna, la libertad auténtica, es encausar las fuerzas y los deseos para Su culto – porque “solamente el esclavo de D’s es libre”. Fue dicho en las Lujot HaBrit (las Tablas de la Ley), “la escritura era escritura de D’s, grabada sobre las tablas” (Shmot 32:16). “Dijo Rabí Ioshua Ben Levi, no leas jarut (gravado), sino que jerut (libre). Porque no hay quien sea libre, sólo el que se ocupa de la Torá” (Avot 6).
De acuerdo a ello podemos entender lo que dijeron nuestros sabios respecto al versículo de nuestra Parashá, “para que esté la Torá del Señor en tu boca” (Shmot 13:9) - “el que se coloca los Tfilin, es como si leyese la Torá”. De momento que los Tfilin son el signo de libertad, y el que se ocupa de la Torá llega a la libertad, el que los coloca es considerado también como si se ocupase de la Torá, porque está expresando la libertad que la Torá entrega a los que la estudian. Como nos enseñó nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk: “Los Tfilin son como el sumario de toda la Torá, un uniforme de libertad, del desprecio de la bajeza de la esclavitud”. Y por ello, son llamados “esplendor”, “los Tfilin son el esplendor de Am Israel” (Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Shmot, Pág. 135).

Nuestros sabios nos enseñaron que también D’s se coloca Tfilin. ¿Y qué está escrito en los Tfilin de D’s? “Y quien como Tu pueblo, Israel, un pueblo en la tierra” (Shmuel Alef 7:23). D’s se vanagloria con las alabanzas de Am Israel, y les dice: “Ustedes me hicieron una unidad en el mundo con sus Tfilin, donde está escrito 'escucha, Israel, el Eterno es nuestro Señor, el Eterno es uno' (Dvarim 6:4), entonces Yo también los haré una unidad en el mundo [con Mis Tfilin], como dice el versículo 'y quién como Tu pueblo, Israel, un pueblo en la tierra'” (Brajot 6).
Aprendemos de ello que el camino para nuestra subsistencia plena, en toda nuestra tierra, depende de hasta qué punto adquirimos nuestra libertad para nosotros mismos. Debemos aprender a no esclavizarnos, ni a nuestros bajos deseos ni tampoco a fuerzas ajenas – ni tampoco a los gentiles de las naciones del mundo que quieren humillarnos y evitar que seamos el pueblo que corona a D’s en el mundo.
A través de la liberación de esa esclavitud sabremos proclamar el Nombre de D’s colocándonos nuestros Tfilin, seremos merecedores de la plasmación de lo que está escrito en los Tfilin de D’s, “y quién como Tu pueblo, Israel, un pueblo en la tierra” – uno, único, unido y soberano de nuestro patrimonio para siempre.
Powered By Blogger