sábado, 6 de noviembre de 2010

Israel convirtió el término “judío” en una entidad hueca y racista

Publicado Haaretz

Traducido por Meir


¿Qué tiene de malo –pregunta G.- que personas que habitan una pequeña comunidad deseen elegir a sus vecinos? Estoy hablando del deseo de vivir en un entorno limpio, atractivo y de dar a nuestros hijos una educación con valores dentro de una comunidad de alto nivel. ¿Qué tiene de terrible el hecho de que no queremos árabes? Ellos en realidad no son adecuados en un vecindario con características judías y sionistas.
G. es un joven programador de computadoras del centro del país. Su esposa está embarazada. El sueño de una comunidad en la cima de una colina de la Galilea lo cautiva. Y piensa que tanto él como su mujer, dos exitosos académicos disfrutarán de una con esas características.
Le respondí: empecemos por el hecho de que no tenéis posibilidades de que os acepten. G. se sorprendió. Tú eres mizrahí –judío de origen oriental- le expliqué, y tu esposa es hija de inmigrantes de la antigua Unión Soviética. Os criasteis en la periferia, ganáis buenos salarios, pero no os llega ni siquiera para comprar un pequeño departamento en el centro del país. Tu esposa, que trabaja diez horas diarias en un estudio de abogados, tendrá dificultades para encontrar un trabajo semejante en el norte del país. Ella se divorció siendo joven y no os casasteis por el rabinato oficial, ¿quién os aceptará?
Incluso si os aceptaran no podrás renunciar a tu excelente trabajo en Hertzlía. Así, tendrás que manejar tu auto desde tu nuevo hogar hasta la estación ferroviaria más cercana. Y como deberéis poner todos vuestros ahorros en la construcción de la casa, no podréis comprar un segundo auto.
Esas pequeñas comunidades son la punta visible de algo que está ocurriendo y sus efectos aíslan a una gran cantidad de israelíes. Los árabes, efectivamente, encabezan la lista de personajes dudosos que ese sistema ha creado. Pero después de ellos vienen todos los que no pueden permitirse el lujo de vivir en las torres de Gindi o Akiva, en Tel Aviv, con “gente como nosotros”.
G. sueña con la pequeña comunidad en la cima de una colina porque el gobierno no libera tierras cercanas a grandes ciudades, no construye en ellas viviendas accesibles a todo el público, y ofrece muy pocas hipotecas. El Estado prefiere el sistema de contratistas –la construcción es cara por cuestiones burocráticas y porque no hay suficiente mano de obra barata-. Entonces propone reformas que subirán los precios inmobiliarios a cimas inalcanzables. En esta realidad, subirán los intereses sobre los préstamos del Banco de Israel y alejará la posibilidad de adquirir una vivienda por parte de los jóvenes menos ricos.
Si G. fuera despedido mañana de su trabajo y buscara nueva capacitación en una profesión ligada a la construcción, donde la demanda de mano de obra es alta, pronto descubriría que está de más dada la alta cantidad de trabajadores chinos, que cobran salarios mínimos y su capacidad laboral es máxima. Y que pronto se transformarán, además, en esclavos sumisos por la enmienda a la ley de entrada al país, que fue silenciosamente deslizada en el presupuesto legislado para el 2011-2012.
Incluso, si no fuera despedido, él y su esposa están por alumbrar a su bebé. Entonces descubrirán que no son lo suficientemente pobres como para clasificarse para obtener subsidio para la guardería, y en el estudio donde trabaja la mamá preferirán una aprendiza soltera, dispuesta a trabajar por un salario mínimo. El mercado laboral israelí al explotar mano de obra extranjera barata y palestinos, expulsa a los israelíes.
También se extiende una nube negra sobre los graduados con una maestría por el impuesto que cayó sobre la beca recibida para cursarla.
G. no ve el mecanismo que hace funcionar todas estas distorsiones, porque el gobierno tuvo éxito en confundirlo. Incluso todas las nuevas comunidades que se establecieron en los últimos 30 años están de más desde el punto de vista de la planificación, del medio ambiente y de la socioeconomía. Su único propósito es efectuar una distribución desigual del recurso más preciado de todos, la tierra. La única posibilidad de G. de obtener una vivienda y un nivel de vida razonable está en los asentamientos o en alguna de las ciudades construidas para judaizar la Galilea.
A los árabes se les negaron las más mínimas posibilidades de un avance tanto habitacional como industrial, y se encuentran seriamente limitados en el campo laboral. Pero el gobierno dice a G. que los árabes se apropian de la tierra y construyen ilegalmente, y que los trabajadores extranjeros –que el gobierno mismo importa- le quitan el trabajo.
Para que G. no se sienta solidario -¡Dios no lo permita!- con sus pares de Sajnin, y unan sus fuerzas y se rebelen contra el sistema, el gobierno, bajo el liderazgo de Yisrael Beiteinu, canaliza su frustración en el conflicto étnico nacional. ¿Ustedes se quiebran bajo presiones que ahogan?, dicen a las clases bajas y medias, los culpables son los árabes.
G. cayó en la trampa del fascismo que lo compensa hundiéndolo en la brecha que lo separa bajo el título de “judío” y borra su identidad de ciudadano israelí de manera que no pueda percibir hasta qué punto se erosionó su situación. Pero G., ¿cómo es que no ves? Después de todo, para el comité de admisión de la comunidad en la colina y para todas aquéllas que aún se formarán, tú serás el próximo árabe.

Todo por un plato de lentejas

Por Mijael Vera

Hay que reconocer que la lentejas son gratas al paladar, saludables para el cuerpo, conmovedoras en los días fríos, y reconfortantes por el aroma especialmente casero que se expande desde la cocina.
Noble plato que, según me comentaba un alumno, proviene de un complejo cultivo que en nada resulta fácil.
Con todo, las lentejas tienen una mención especial en la Torah. Se trata, ni más ni menos, que del traspaso de la primogenitura del mayor al menor en una jugada maestra que ha traído de cabeza a los pensadores de todos los tiempos.
En efecto, la manera en que la Torah describe a Esaú vendiendo su primogenitura hace parecer que no era cosa muy significativa. Leímos que despreció su derecho porque se moría de hambre. Aunque no debemos pensar en un hambre física pues en todo momento en que la Torah habla de "hambre" o "sed", está haciendo referencia a apetencias espirituales...e intelectuales.
Quizás Esaú tenía "hambre" porque había pasado días de caza infructuosa y ahora en estado de desesperación por algo que comer, su primogenitura no tenia sentido alguno para el. La primogenitura, después de todo, era un bien intangible que beneficiaba con derechos en el futuro y que no guardaba ningún valor en el presente. Al menos eso es lo que creyó Esaú.
Esaú era el hijo mayor de Isaac y era a quien le pertenecía este derecho de nacimiento. La primogenitura de Esaú comprendía una herencia que seria el grueso de la fortuna de Isaac. Además, también significaba que a través de él vendría la continuación del nombre de la familia, igual que la herencia del poder y de la autoridad, lo que no eran bienes menores...pero...
Podríamos entender con relativa facilidad la escena y las intenciones de Jacob al servirle el famoso plato de lentejas a cambio de la primogenitura. Después de todo a su madre el propio Di-s le había señalado: "Dos naciones hay en tu seno; dos pueblos se separarán desde tus entrañas uno será más fuerte que el otro y el mayor servirá al menor".
Pero lo que resulta un poco más difícil de comprender, es el porqué Esau accedió con tamaña facilidad. ¿Acaso buscaba una oportunidad para desligarse de la responsabilidad? Es posible. Después de todo era un cazador, un hombre que se alimentaba de la caza, no del pastoreo lo que habría significado otra conducta diferenciada hacia el alimento. Esaú, no tiene paciencia, no conoce la relación estructural entre causa y efecto.
Su ética es inmediatista, como buen cazador. Depreda, no cultiva un campo ni pastorea un rebaño. Lo suyo es el beneficio inmediato a cualquier precio, como muchos líderes públicos en el campo de la política, del deporte, de la religión, en fin, de todas las áreas en donde fácilmente las responsabilidades pueden quedar en segundo plano en beneficio de los logros temporales, estéticos, comerciales, electorales. Tal como dicen nuestro Sabios Talmúdicos, Esau aceptó el "negocio" a sabiendas que por su parte no cumpliría el convenio. Lo suyo era saciar su apetito inmediato, a cualquier precio.
De allí que es razonable y lógico derivar que no fue Jacob quien engañó a Esaú. Fue sólo la conducta descarriada, su amor por lo material, su depredación del trabajo de otros, su excesiva seguridad y egolatría lo que le llevó a entregar todo por un "plato de lentejas", incapaz de prever los sucesos que seguirían. Como muchos otros "Esau" a lo largo de la
historia...

Discuten la animosidad de la prensa española hacia Israel y los judíos

Las redes sociales de internet pueden ser "puentes informativos" en las relaciones entre israelíes y palestinos, dijo el periodista español Pedro González al presentar las conclusiones del debate que reunió en Alicante a medio centenar de periodistas especializados en Oriente Medio.
El encuentro internacional de periodistas, que durante dos días han debatido el conflicto, finalizó en Alicante (España) con la despedida a los asistentes del director general de casa Sefarad-Israel, Diego de Ojeda, y la directora general de Casa Mediterráneo, Yolanda Parrado.
A la reunión, bajo el nombre de "La Información en Oriente Medio, acudieron medio centenar de profesionales, israelíes, palestinos y españoles, que abordaron distintos temas relacionados con el conflicto.
¿Dónde está la frontera entre la crítica a Israel en el conflicto palestino-israelí y el antisemitismo?, fue uno de los temas abordados.
Este tema surgió, según el director de la casa Sefarad-Israel, a través de varias organizaciones judías que detectaron en la prensa española una actitud de antipatía: 2/3 respecto a Israel y 1/3 hacia los judíos en general.
A estos datos hay que añadir diversas caricaturas que fueron publicadas en distintos periódicos españoles y que reflejaban el conflicto de Oriente Medio.
Una de las conclusiones pone de manifiesto que los medios de comunicación españoles, en ocasiones, confunden las acciones del gobierno israelí con las de sus ciudadanos, en perjuicio de "éstos", aseguró el periodista Marco Schwartz.
Los profesionales israelíes pidieron una crítica constructiva enfocada a conseguir un cambio y no un reproche sistemático.
El decano de los periodistas en Oriente Medio, Tomás Alcoverro, aseguró que las caricaturas expresan opinión y que ésta es satírica no sólo con los israelíes.
"La crítica a través de las caricaturas se ejerce con los árabes, con los musulmanes y muchos de nuestros políticos son criticados de esta forma, sin que se cree alarma porque, insistió, se trata de una opinión y no de una exposición de datos."
Por su parte, el corresponsal de la agencia AP en los territorios palestinos, Mohamed Daragmeh, aseguró que las caricaturas cesarán cuando "finalice la ocupación"; mientras tanto, "se critica la política de un Estado que viola los Derechos Humanos", dijo.
¿Por qué la opinión pública toma postura en un conflicto extranjero? Este otro de los puntos del debate fue tratado desde distintos ángulos por algunos periodistas israelíes.
Para el corresponsal de Yedioth en Berlín, Eldad Beck, "el mayor tratamiento informativo de un conflicto hace desaparecer el resto de los conflictos."
Beck achacó el interés que los medios internacionales dedican al conflicto israelí-palestino a una cuestión de "entretenimiento": "Mientras miran los problemas ajenos, no se centran en los suyos", afirmó.
Sin embargo, los palestinos se mostraron favorables a que la exposición del problema en los medios de comunicación, que "puede ayudar a poner fin a los asentamientos y a finalizar el conflicto".
WikiLeaks fue analizada también en el ámbito de las filtraciones y muchos de los asistentes valoraron la labor de esta nueva forma de informar, siempre que los datos "sean verificables, a ser posible por distintos medios, y no pongan en riesgo la vida de las personas".

Israel necesita Constitucion!

"No dicen la verdad, no se trata de "Judío y democrático", se trata de judío y NADA MAS.
Se trata de un inmenso miedo a que la Minoría Árabe se haga cargo de las riendas del Poder , "cambie el Hatikva y quite la Estrella de David de la bandera".
Así respondió un tal Kike, al nuevo articulo de Aaron Alboukrek, aquí en AURORA. Muy bien redactado, pero esta vez creo que Alboukrek delega al concepto JUDAÍSMO, un carácter demasiado limitado, comparándolo con Catolicismo, como ejemplo.
Los conceptos de JUDAÍSMO son tantos y tan variados:
a : Judaísmo es Religión, según lo interpretan los Jasidim, para los cuales Sionismo es herejía y el Estado una blasfemia.
b: El Judaísmo es todos lo Territorios, y quien entrega un grano, no es judío y merece muerte.
c: Judaísmo es un Culto que se renueva, que progresa, entonces es Reformista y no puede recibir ciudadanía, ni casar ni casarse.
d: Judaísmo es el recuerdo, la muerte de la familia, es algo trágico, que da derecho a un Estado propio aunque , ese judaísmo , son números tatuados en el brazo, de mi tío...
e: Judaísmo es una Cultura laica, que preserva la lengua, los valores del pasado, renueva la construcción de un Estado moderno y democrático. Según las ideas de los padres del Sionismo.
f: Judaismo es sentir y comprender lo que escribio Naftaly Herz Imberת un poeta laico en el Hatikva, es pararse firme cuando se recuerda a los caidos, o el Dia de la Shoah, judaismo es trabajar turnos en los hospitales, es estudiar en las universidades, es mandar a nuestros hijo a escuelas laicas , donde aprenden democracia y hebreo, es servir en el Ejercito por conviccion y no por aventura u obligacion.
O sera , hay que reconocer que todos estos y otros mas, son JUDAÍSMO, por lo tanto es imprescindible escribir, aceptar y decretar una Constitución para el Estado de Israel.
Una Constitución donde este escrito en el mismo Preámbulo : "Para todos los judíos del Mundo y para todos los hombres de Buena Voluntad, respetando la condición sine equa non, que Israel fue, es y sera un Estado Judío.
Alboukrek se extraña , para que hace falta definición de Estado-Judío, pero Kike le explico en pocas palabras,no hay aqui filosofía política, hay miedo a los árabes y un profunda esperanza que una Dictadura Judia de Derecha, lo evite....tan simple..
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