jueves, 9 de septiembre de 2010

JERUSALEM - SU HISTORIA HASTA NUESTROS DIAS

La época antigua (1000-3800 A.E.C)

Jerusalem - sus comienzos fueron nebulosos. Arqueólogos e investigadores de la época del bronce central, hace 3800 años encontraron restos de la ciudad que poseían una muralla para la defensa.

Justamente de un lugar lejano de Egipto y Manobia, se encontraron restos de una ciudad egipcia antigua Ajan - Atun (el marna) que describen la historia de Jerusalem.

Restos de vasijas de arcilla y estatuas de barro egipcias llamadas "ktabei hamearot" que llevan el nombre de Jerusalem y sus gobernantes. En estos escritos se encontraron varias ciudades cananeas y entre ellas "Arasalem", hoy en día Jerusalem. Los investigadores que se ocupan de descubrir el pasado y analizan lenguas antiguas, encuentran en este nombre dos palabras: ieru - shalem, y su explicación es "el d's integro instruirá las bases de la ciudad".

Cuando el patriarca Abraham llegó a la tierra de Israel, gobernaba en Jerusalem Malki Tzedek, que era sumo sacerdote al dios supremo. Esto es un testimonio bíblico que ya hace 3800 años Jerusalem era una ciudad santa.
Los patriarcas
(aprox. s. XVII AEC)
La historia judía empezó hace aproximadamente 4.000 años (circa siglo 17 AEC) con los patriarcas - Abraham, su hijo Isaac y su nieto Jacob. Documentos descubiertos en Mesopotamia, que se remontan a los años 2000-1500 AEC, corroboran aspectos de su estilo de vida nómade, descrito en la Biblia. El Libro del Génesis relata cómo Abraham fue llamado desde Ur de los caldeos a Canaán para ser formar un nuevo pueblo con la creencia en Un Dios. Cuando el hambre azotó Canaán, Jacob (Israel), sus doce hijos y sus familias se establecieron en Egipto, donde sus descendientes fueron sometidos a la esclavitud y obligados a realizar trabajos forzados.

Exodo y asentamiento
(circa s XII-XIII AEC)
Después de 400 años de esclavitud, los israelitas fueron conducidos a la libertad por Moisés, quien, de acuerdo a la narración bíblica, fue elegido por Dios para sacar a su pueblo de Egipto y retornarlo a la Tierra de Israel prometida a sus antepasados (circa siglos XIII-XII AEC). Durante 40 años deambularon por el desierto de Sinaí, donde se forjaron como nación y recibieron la Torá (Pentateuco), que incluyó los Diez Mandamientos y dio forma y contenido a su fe monoteísta. El éxodo de Egipto (circa 1300 AEC) dejó una marca imborrable en la memoria nacional del pueblo judío y pasó a ser el símbolo de la libertad y la redención. Año a año los judíos celebran Pésaj (Pascua), Shavuot (Pentecostés) y Sucot (la Fiesta de los Tabernáculos), para conmemorar los eventos ocurridos en ese tiempo.
Durante los siguientes dos siglos, los israelitas conquistaron gran parte de la Tierra y abandonaron sus costumbres nómades transformándose en campesinos y artesanos; se logró un cierto nivel de consolidación social y económica. Períodos de relativa paz fueron interrumpidos por tiempos de guerra en los que el pueblo se agrupó tras líderes conocidos como "jueces", elegidos por sus capacidades políticas y militares, así como por su habilidad de liderazgo.
La debilidad inherente de su organización tribal frente a la amenaza planteada por los filisteos (un pueblo marítimo de Asia Menor que se estableció en la costa mediterránea del país) generó la necesidad de un gobernante que pudiera unir a las tribus y convirtiera su posición en una institución permanente, cuya autoridad se sucediera por herencia.

Ioshua Bin Nun

Jerusalem era una ciudad jebusea cuando el pueblo de Israel la conquistó. Al leer el libro de Josué aprendemos que el rey de Jerusalem estaba a cargo del pacto de los cinco reyes, que querían castigar a los guibeonitas por haberse rendido ante los israelitas. Ioshua Bin Nun y su ejército triunfaron a los reyes del pacto y a sus soldados y fueron derrotados en el flanco del valle de Aialon, en el lugar que aconteció el milagro de "Sol, detente en Gabaón, y tu luna, en el valle de Aialon" (Josué10:12).

Los cinco reyes de las ciudades fueron asesinados, sus ciudades conquistadas, menos Jerusalem que quedó bajo el mando de los jebuseos hasta la época del rey David. Luego de la muerte de Ioshua Bin Nun se congregaron las tribus de Iehuda y Shimon para conquistar Jerusalem, que formaba una pared divisoria entre ellos y la tribu de Iosef que se encontraban en los montes de Efraim. "Y la tomaron y la hirieron a filo de espada y prendieron fuego a la ciudad" (Jueces 1:8). Prender fuego a una ciudad y destruirla era parte del proceso de conquista que realizaban las tribus de Israel, pero en este caso no encontramos que la ciudad conquistada se tornó en una ciudad hebrea. Jerusalem volvió a manos extranjeras y esperó otros 250 años hasta que el rey David llegó a ella desde la ciudad de Hebrón.


La época de los reyes - el período del primer templo (586-1000 A.E.C)
La monarquía
(circa 1020-930 AEC)
El primer rey, Saúl (circa 1020 AEC), cubrió el período entre la pérdida de la organización tribal y el establecimiento de una monarquía plena por parte de su sucesor, David. El rey David (1004-965 AEC) convirtió a Israel en una importante potencia de la región, por medio de exitosas expediciones militares, inflingiendo la derrota final a los filisteos, así como a través de una red de amistosas alianzas con los reinos vecinos. Como resultado de esto, su autoridad fue reconocida desde las fronteras de Egipto y el Mar Rojo hasta las riberas del Eufrates. En lo interior, unió a las doce tribus de Israel en un solo reino, colocando a Jerusalem y la monarquía en el centro de la vida nacional del país. La tradición bíblica describe a David como poeta y músico, cuyos versos aparecen en el Libro de los Salmos.
David fue sucedido por su hijo Salomón (965-930 AEC), quien reforzó aún más el reino. Por medio de tratados con los reyes vecinos y matrimonios con fines políticos, Salomón aseguró la tranquilidad dentro de las fronteras del reino y lo igualó a las grandes potencias de la época. Expandió el comercio exterior y promovió la prosperidad económica del país, desarrollando importantes empresas como las minas de cobre y la fundición de metales, a la vez que establecía nuevas ciudades y fortificaba otras, de importancia estratégica y económica. La coronación de las actividades constructoras de Salomón en Jerusalem fueron el palacio real y el Templo, que pasó a ser el centro de la vida nacional y religiosa del país. La Biblia atribuye a Salomón el Libro de los Proverbios y el Cantar de los Cantares.

El Rey David

¿Qué aspecto tenía Jerusalem cuando el rey David la declaró capital de Israel ? ¿Cómo fue construido el templo por medio de Salomón, hijo de David y heredero de su reinado?. Cómo era la vida cotidiana en la capital de Israel de aquellos días, ciudad que vivían solamente 2000 habitantes con una superficie que no llegaba a 60 dunas ?
Las respuestas a estas interrogantes son encontradas en versículos de la Biblia y en descubrimientos arqueológicos, principalmente aquellos que fueron descubiertos en la guerra de los Seis Días, en certificados, documentos y descubrimientos realizados en tierras cercanas a Israel.
El rey David llegó a Jerusalem con el tabernáculo, y así transformó a Jerusalem en centro espiritual y de su realeza. Salomón, su hijo, construyó el esplendoroso templo que maravilló a todos los habitantes del antiguo mundo. El poeta del libro de Salmos nos cuenta con admiración sin límites sobre la ciudad de aquellos días: "Grande es el Eterno, y digno de ser alabado, en la ciudad de nuestro D's, su santo monte. De hermosa perspectiva, es la alegría de toda la tierra" (Salmo 48:2-3). "Caminad en torno de Sion y ved en derredor de ella. Cuenta sus torres. Senalad bien sus murallas contemplad sus palacios" (Salmo 48:12-14).
La conquista de Jerusalem por el rey David
La descripción de la biblia es breve y nos deja un espacio para la imaginación. Cuatro versículos nos describen de forma telegráfica la historia del pueblo de Israel: "Y el rey y sus hombre fueron a Jerusalem contra los jebuseos, los habitantes de la tierra. Que hablaron a David diciendo: No entrarás aquí... Sin embrago David tomó la fortaleza de Sion la ciudad de David... Y David residió en la fortaleza y la llamó ciudad de David" (Samuel II, 5:6 en adelante). Jerusalem se torna capital de Israel. Cabe destacar que la fortaleza destacada en estos versículos es la fuente del nombre de "la fortaleza de David" o "la torre de David", punto turístico popular en Jerusalem, pero la fortaleza de David de la Biblia se encuentra en la "Ciudad de David" a los pies del monte del Templo de nuestros días. Los jebuseos, que su destino no es conocido, desaparecen de Jerusalem.
Ciudad internacional
Jerusalem era ciudad nacional e internacional. Reyes y reinados, ministros y duques, gentiles y judíos, de todos los extremos del mundo visitaban Jerusalem y peregrinaban a ella. Más esta ciudad, bonita como era había perdido su posición al dividirse el reinado de Israel en dos reinados. La ciudad que fue fijada minuciosamente en una zona neutral que estaba fuera del control de las tribus de Israel se tornó en la capital del reinado de Iehudá, que incluía solo dos tribus Iehuda y Biniamin. Los grandes reyes de Iehuda - Iehoshafat, Iehoash y Uziahu le agregaron esplendor más no le devolvieron el honor y la posición dentro de la congregación de Israel.
Jerusalem capital de un pequeno reinado siguió creciendo y desarrollándose "en suburbios externos" sobre la colina occidental. En la ciudad floreció el crecimiento espiritual como visionaron los profetas de Israel. De Jerusalem salió el llamado de los profetas, por primera vez en la historia del mundo antiguo, a valores de justicia, moral y paz - valores que en un futuro se tornarán en propiedad de todos los pueblos del mundo.

Fortaleza de Jerusalem
Jizkiahu, rey de Iehudá, obró para fortalecer la ciudad y perfeccionar el sistema de defensa. En ese mismo tiempo, en la segunda mitad del siglo 8 A.E.C, cayó el reinado de Israel y su capital en Samaria a manos del reinado de Asiria. El rey Jizkiahu que vio en peligro su reinado, expandió las murallas de la ciudad y estableció un sistema de agua avanzado que fue llamado en su nombre "el túnel de Jizkiahu" o "el túnel de Siloe". En e año 701 A.E.C luego de haber conquistado casi todas las ciudades de Iehudá y entre ellas Lajish, Sanjeriv rey de Asiria llegó a Jerusalem, la sitio pero no triunfó en conquistarla. En el año 586 A.E.C. Jerusalem cayó en mano de Nabucodonosor, rey de Babel, que destruyó el Templo y la fortaleza de la ciudad. Muchos de los habitantes de Jerusalem fueron exiliados, otros se escaparon a Egipto, y no quedó ni un asentamiento judío en Sion.
Los profetas
Pensadores religiosos y carismáticos individuos que eran considerados dotados de un don divino de revelación, predicaron en el período de la monarquía hasta un siglo después de la destrucción de Jerusalem (586 AEC). Ya sea como asesores de los reyes en asuntos relacionados con religión, ética y política, o como sus críticos, bajo la primacía de la relación entre el individuo y Dios, los profetas eran guiados por la firme convicción de la necesidad de justicia, y emitieron enérgicas censuras respecto a la moralidad de la vida nacional judía. Sus experiencias revelatorias fueron registradas en sus libros de inspirada prosa y poesía, muchos de los cuales fueron incorporados a la Biblia.
El llamado universal y permanente de los profetas deriva de su apelación a una consideración fundamental de valores humanos. Palabras como del profeta:, Aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda, (Isaías 1:17) siguen nutriendo a la humanidad en su búsqueda por una justicia social.

Monarquia dividida
El reinado de Salomón se deterioró hacia el final por el descontento de parte de la población que debía pagar fuertes tributos por sus ambiciosos proyectos. Al mismo tiempo, el trato preferencial que recibía su propia tribu produjo la irritación de las demás, lo que provocó un creciente antagonismo entre la monarquía y los separatistas tribales. Después de la muerte de Salomón (930 AEC), una insurrección abierta condujo a la separación de las diez tribus del norte y a la división del país en un reino norte: Israel, y un reino sur: Judea, en el territorio de las tribus de Judá y Benjamín.
El reino de Israel, con su capital Samaria, duró más de 200 años bajo 19 reyes, mientras que el reino de Judea, fue gobernado desde Jerusalem durante 400 años por un número igual de reyes de la casa de David. La expansión de los imperios asirio y babilonio conquistó primero a Israel y después a Judea. El reino de Israel fue vencido por los asirios (722 AEC) y su pueblo fue llevado al exilio y al olvido. Más de cien años después, Babilonia conquistó el reino de Judea, exilió a la mayoría de sus habitantes, destruyó Jerusalem y el Templo (586 AEC).
El primer exilio
(586-538 AEC)
La conquista babilonia puso término al Primer Estado Judío (Período del Primer Templo), pero no cortó la relación del pueblo con la Tierra de Israel. Sentados junto a los ríos de Babilonia, los judíos prometieron recordar siempre a su patria: Si me olvidare de ti, oh Jerusalem, mi diestra sea olvidada. Mi lengua se pegue a mi paladar, si no ensalzare a Jerusalem como preferente asunto de mi alegría. (Salmos 137:5-6).
El exilio a Babilionia que siguió a la destrucción del Primer Templo (586 AEC) marcó el comienzo de la diáspora judía. Ahí el judaísmo empezó a desarrollar un marco religioso y una forma de vida fuera de la Tierra, asegurando finalmente la supervivencia nacional y la identidad espiritual del pueblo y le infundió suficiente vitalidad para garantizar su futuro como nación.


El retorno a Sion - principios del período del segundo templo (536 - 164 A.E.C)
A raíz de un decreto del rey persa Ciro, conquistador del imperio de Babilonia, (538 AEC), aproximadamente 50.000 judíos emprendieron el Primer Retorno a la Tierra de Israel, dirigidos por Zerubabel, descendiente de la Casa de David. Menos de un siglo después, el Segundo Retorno fue dirigido por Esdrás el Escriba. Durante los siguientes cuatro siglos, los judíos conocieron diversos grados de autonomía bajo el dominio persa (538-333 AEC) y posteriormente el helenístico (ptolomaico y seléucida) (333-63 AEC).
La repatriación de los judíos bajo el inspirado liderazgo de Esdrás, la construcción del Segundo Templo en el sitio del Primero, la reedificación de los muros de Jerusalem y el establecimiento de la Knéset Haguedolá (Gran Asamblea) como ente religioso y judicial supremo del pueblo judío, marcaron el comienzo del Segundo Estado Judío (Período del Segundo Templo). Dentro de los confines del imperio persa (538-333 AEC), Judea era una nación que se centraba en Jerusalem, cuya dirección estaba confiada al Sumo Sacerdote y al Consejo de Ancianos.
Tres "inmigraciones"
Cuatro olas de inmigraciones a Jerusalem fueron necesarias para devolverle su honor y posición.
En los primeros inmigrantes se encontraba Sheshbatzar, que pertenecía a la estirpe del rey David y con él un grupo de distinguidas personalidades que se asentaron entre las ruinas de la ciudad y comenzaron a reconstruirla.
Luego de unos pocos años llegó el grupo de "segunda inmigración" bajo la dirección de Zerubabel Ben Shaltiel que fue gobernador de Jerusalem y Iehoshua Ben Tzadok el sumo sacerdote. Estas dos personas dirigieron al pueblo y establecieron el templo, llamado "segundo templo". Veintritres años después de la "declaración de Siró" se completó la construcción del templo y se renovaron los sacrificios en el Templo de Jerusalem.
El aspecto de esta pequena ciudad, que su población crecía constantemente, hizo al profeta Zacarías profetizar a su pueblo: "Se sentarán los ancianos y las ancianas en las plazas de Jerusalem cada uno con su báculo de ancianidad en su mano y las plazas de la ciudad estarán llenas de mancebos y muchachas jugando" (Zacarías 8:4-5).
Ezra el escriba fue el dirigente de la "tercera aliá". Ezra tenía la autorización de instituir jueces sobre el pueblo en Israel y juzgar según las leyes de la Torá. El organizó un cambio religioso y social cuya principal finalidad era que el pueblo de Israel, que se encuentra en Jerusalem y Iehudá, retorne a los preceptos y a la religión.

La nueva fortaleza
Nehemia que era el ministro de los escanciadores en el palacio del rey de Persia inmigró a Jerusalem en el año 445 A.E.C para restaurar las murallas de la ciudad que estaban destruidas y sus quemados portones. Nehemias era el dirigente de la cuarta ola de inmigrantes y le otorgó a Iehuda una nueva posición política y fortificó a Jerusalem y declaró: "Ven y construyamos las murallas de Jerusalem" con su carisma el sabía atraer los corazones del pueblo y tuvo éxito en su cometido. Su deseo acrecentar la población de Jerusalem y estableció que el 10% de las aldeas pasen a tener su vivienda fija en Jerusalem.
Las obras de Ezra y Nehemia concluyen con la historia de Jerusalem en la época bíblica. Durante cien años volvieron a Israel decenas de miles de exiliados de babilonia que renovaron el templo y establecieron a Jerusalem como centro religioso y nacional.
La Biblia nos otorga una importante fuente informativa de esa época, pues no encontramos material que pertenece a la época pérsica, durante 200 años.

La época de los helenistas y jasmoneos (333 A.E.C - 37 E.C)

Como parte del mundo antiguo conquistado por Alejandro Magno de Grecia(332 AEC), la Tierra se mantuvo como una teocracia bajo los gobernantes seléucidas con sede en Siria. Cuando se prohibió a los judíos la práctica del judaísmo y su Templo fue desecrado como parte del esfuerzo por imponer a toda la población la cultura y las costumbres con orientación hacia Grecia, los judíos se rebelaron (166 AEC).
Dirigidos en un comienzo por Matatías, miembro de la dinastía de sacerdotes hasmoneos y después por su hijo, Judá el Macabeo, los judíos entraron en Jerusalem y purificaron el Templo (164 AEC), eventos que se conmemoran anualmente durante la Fiesta de Janucá.
Los helenistas
Durante cien años continuaron los días de esplendor judío en Jerusalem, pero en el aסo 333 A.E.C la ciudad fue conquistada por Alejandro Magno, "el grande", que doblegó al imperio persa.
Luego de un breve período, con la muerte de Alejandro, el imperio macedonio se dividió en tres reinados que al frente de cada uno de ellos se encontraba uno de sus jefes de ejército. La ciudad de Jerusalem y toda la tierra de Israel se encontró durante cien años bajo la tutela de los egipcios talmitas y luego bajo el reinado sirio seleuki.
En la época del gobierno seleuki aumentó la influencia cultural helenista, y el rey Antiojus IV Epifanes (163-175 A.E.C) declara a Jerusalem como una "polis" griega llamada "Antiojia de Jerusalem".

La rebelión de los jashmoneos
Muchos de los jerusalimitanos se adhirieron a la cultura helenista y adquirieron sus costumbres y su forma de vida. A diferencia hubieron otras personas que se opusieron drasticamente al helenismo, y trataron de cumplir rigurosamente los preceptos de la Torá.
La lucha que estalló entre los "helenistas" y los "jasidim" llevó a una guerra entre hermanos. En consecuencia a los decretos religiosos decretados por el rey Antiojus IV Epifanes, decretos que ofendían directamente al templo y a sus servicios, los jasidim llegaron a una confrontación que no hubo igual en la historia.
En 167 A.E.C hubo una rebelión contra el gobierno celeuseo bajo el mando de los jasmoneos con Matitiau a su cabeza. Su hijo Iehuda el macabeo tuvo éxito en la conquista de la mayoría de los terrenos de Jerusalem triunfando a los helenistas, purificó el templo y renovó sus servicios. Luego de veinte años Shimon el jasmonaeo conquistó la fortaleza de Jakra, lugar donde se encontraban los helenistas y se consiguió un estado completamente soberano por el período de ochenta años.

De la ciudad baja a la ciudad alta
Luego de años convulsionados Jerusalem consiguió un descanso bajo el gobierno de Iojanan Orkenus y Alexander Ianai cuyo lema principal era la impulsiva construcción. Jerusalem se expandió para el occidente y en su superficie fue integrada "la ciudad alta" un apodo especial a la colina occidental en la cual se encuentra hoy en día el barrio judío y el armenio. La colina occidental estaba rodeada de murallas fuertes y nuevas, "la primera muralla" que rodeaba "la ciudad de David" y la "ciudad alta".
Pero el mundo se encontraba en cambios. Roma se hizo cargo de los portones del oriente. La guerra entre hermanos que estalló entre los herederos de Alejandro Magno sirvió como una grata oportunidad para Pompius, general romano en el oriente, gobernar en el año 63 A.E.C sobre la tierra de Israel. Fraudes e intrigas de aquellos que anhelaban gobernar llevaron a dar el cargo a Herodes, un judío de origen edomita, como rey judío bajo el imperio romano.

Desde la época de Herodes hasta la destrucción del Segundo Templo (37 A.E.C - 70 E.C)
La ciudad en su esplendor

El estado de Judá, bajo el gobierno de Herodes, se fortificó mucho en diversas aspectos hasta llegar a las dimensiones de la época del rey David. Jerusalem era la capital del estado y Herodes la convirtió en una de las ciudades más grandes y bonitas del mundo.
En Jerusalem se expandieron las construcciones del monte del templo y sus murallas, y se estableció una muralla adicional - "la segunda muralla" que sería cercana al portón de Shjem de nuestros días. El palacio del rey y su fortaleza fueron construidas en el extremo occidental de la ciudad, se allanaron calles y se crearon centros comerciales, y establecimientos de cultura y deporte. Su obra de arte en la capital fue el templo que se construyó en el monte del templo, que fue considerada la construcción más bella en el mundo romano.

Principios del cristianismo
La Jerusalem de Herodes no supo solo de construcciones bonitas. A simple vista Jerusalem se encontraba en un esplendor económico, pero en la ciudad había desequilibrio económico que creó diferencias económicas y sociales entre las clases. En el ambiente de tensión que crearon estas diferencias se comenzaron a encontrar grupos en el pueblo que anhelaban el Mesías y estallaron confrontaciones religiosas. La aparición de Jesús y sus actos trajeron como consecuencia la creación de una nueva religión - el cristianismo. Jesús, el nazareno, que los demás consideraban el Mesías, fue crucificado bajo el comisionado romano Pontius Pilatus, luego de haberse encontrado culpable de rebelión al reinado.

La gran rebelión
En el año 66 E.C estalló "la gran rebelión" de los judíos contra los romanos. En Jerusalem se dio la primer senal para la rebelión - el cese de sacrificios para el bienestar del emperador en el templo de Jerusalem. Cuatro años Jerusalem se mantuvo fuerte ante el sitio romano hasta que se rindió. Sus murallas fueron arrasadas, el templo destruido y los tesoros fueron llevados a Roma. El nueve de Av (70 E.C) el segundo templo se convirtió en ruinas. La ciudad que era la metrópoli judía en el mundo entero quedó desolada, y sobre sus ruinas los soldados de la décima legión romana acamparon como soldados gobernando a Iehuda.
Masada
En el año 73 E.C. cerca de 1.000 hombres, mujeres y niños que sobrevivieron la caída de Jerusalem ocuparon y fortificaron el complejo del palacio de Herodes en Masada, ubicado en la cumbre de un monte cerca del Mar Muerto, donde durante tres años resistieron los repetidos intentos romanos para desalojarlos. Cuando los romanos finalmente escalaron Masada e irrumpieron dentro de sus muros, descubrieron que los defensores y sus familias habían preferido darse muerte con sus propias manos que someterse a la esclavitud.
La destrucción total de Jerusalem y del Templo fue catastrófica para el pueblo judío. De acuerdo al historiador judío de la época Flavio Josefo, cientos de miles de judíos perecieron en el asedio a Jerusalem y en distintas partes del país, y muchos miles fueron vendidos como esclavos.
Un último breve período de soberanía judía siguió a la revuelta de Shimón Bar Kojbá (132), durante la cual se recobraron Judea y Jerusalem. Sin embargo, dado el enorme poderío de los romanos, el resultado fue inevitable. Al término de tres años, conforme a la costumbre romana, Jerusalem fue "arada con una yunta de bueyes"; Judea fue llamada Palaestina, y Jerusalem, Aelia Capitolina.
Aunque el Templo fue destruido y Jerusalem quemada hasta los cimientos, los judíos y el judaísmo sobrevivieron su encuentro con Roma. El ente judicial y legislativo supremo, el Sanhedrín (sucesor de la Knéset Haguedolá), fue reconstituido en Yavne (70 EC) y posteriormente en Tiberíades. Sin el marco unificador de un estado y del Templo, la pequeña comunidad judía se recobró gradualmente, siendo reforzada de vez en cuando por exiliados que regresaban. La vida institucional y comunitaria se renovó, los sacerdotes fueron reemplazados por rabinos y la sinagoga pasó a ser el centro de cada comunidad judía, como lo evidencian las ruinas de sinagogas encontradas en Capernaum, Korazín, Baram, Gamla y otros lugares. La Halajá (ley religiosa) pasó a ser el lazo común entre los judíos, y se transmitió de generación en generación.

Casi sesenta años Jerusalem quedó desolada y abandonada. En esos años Yavne era el centro nacional y religioso del pueblo judío. Nuestros conocimientos sobre la ciudad de la época de la gran rebelión hasta la época de Bar Kojba son muy escasos.
Según lo que parece, retornaron los judíos a Jerusalem solo en la época de la rebelión de Bar Kojba.

La época romana posterior

Aelia Capitolina (135-324 E.C)
Decenas de años después de la destrucción del templo, el emperador Adriano decide restaurar a Jerusalem de sus ruinas, así como lo hizo en diversos lugares del imperio romano, y establecer una ciudad con características helenistas. Como era distintivo de las ciudades extranjeras en esa epoca, Adriano construyo tambien en Jerusalem, templos paganos. Es sabido que fundo un templo a Zeus Capitolino y tambien un templo a Venus (Afrodita), diosa de la belleza y el amor. La ciudad fue merecedora de ser una colonia, superior a la posición que ocupaba "Polis" y recibió el nuevo nombre de "Aelia Capitolina", en nombre del emperador Elius Adrianus y el dios Júpiter el capitolino.
La ciudad nueva que construyó Adrianus era diferente a la anterior que fue destruida en la guerra. Los límites de la nueva ciudad se parecen a los de la ciudad vieja de nuestros días.
Las dos rebeliones, la gran rebelión y la rebelión de Bar Kojba causaron el abandono de judíos a la galilea y disminuyó la importancia de Iehuda. Luego de la rebelión de Bar Kojba quedó el norte de las montanas de Iehuda y la zona de Jerusalem casi sin ningún asentamiento judío. El aplastamiento de la rebelión del año 135 simboliza el principio del proceso en el cual la tierra de Israel se tornó en una tierra de extraסos y samaritanos.

La época bizantina (324-638)
Constantino que elevó al cristianismo como religión preferida comenzó en el año 324 E.C con obras de construcción, que estaban dirigidas a aumentar el prestigio de Jerusalem y darle una posición de cuna al cristianismo.
Las realizaciones llevadas a cabo por Constantino, cambiaron el color grisáceo de la ciudad. La población y la superficie crecieron y Jerusalem fue merecedora de una posición respetable y una fuerza económica. A la orden de Constantino y con el patrocinio de su madre, la emperatriz Helena, se estableció un centro en la ciudad "la iglesia del santo sepulcro".
En los siglos 4 y 5 se construyeron en Jerusalem varias iglesias. En el año 361, con la autorización de Julianus, hubo un intento de construcción del Templo, pero fracasó.
En la época del emperador Justinianus (527-567) Jerusalem llegó a la cúspide de su grandeza. En toda esa época el monte del templo estaba desolado y destruido.

La conquista persa
En el año 614 la tierra de Israel fue conquistada por los persas. Quince años después los persas gobernaron Jerusalem, durante tres años le otorgaron a los judíos una especie de autonomía. Los judíos desearon en sus corazones renovar el templo bajo el patrocinio del rey Kusro II.
En el año 629 el emperador Bizantion, Erquelius, conquistó la tierra de Israel. Nuevamente los judíos fueron exiliados de Jerusalem y se realizaron acciones de venganza y destrucción en el monte del templo. El gobierno bizantino no fue duradero. En el año 638 Jerusalem se rindió a los ejércitos de una nueva fuerza que aparece en la tarima de la historia - los árabes musulmanes.

Período árabe antiguo (638-1099)

En el siglo 7 E.C, Jerusalem fue marcada en la consciencia de la religión musulmana como la tercer ciudad santa, luego de Meka y Medina como objetivo de peregrinación. En la tradición del Islam el monte del templo es reconocido como el lugar donde Mahoma llegó "en las travesías nocturnas".
En el primer año de la conquista de los musulmanes, los omeyas construyeron dos lugares religiosos destacables: la mezquita de El Aqsa y el Domo de la Roca. A los pies del monte del templo se estableció un reinado que incluía un palacio y grandes construcciones. Hubo una inestabilidad política y los abaseidas sucedieron a los omeyas (750-960). En la época de la dinastía abasida Jerusalem descendió en importancia.
En el año 969 la ciudad fue conquistada por los nuevos califas, los fatimidas chiitas, cuya capital era el Cairo. El gobierno fatimita construyó y alentó la construcción musulmana en Jerusalem y destruyó iglesias y obras de culto cristiano. Por la crisis económica y la falta de estabilidad que hubo en el gobierno, el asentamiento judío pudo establecerse en Jerusalem . La ieshiva de "Gaón Iaakov" era el centro religioso en la ciudad que también iluminó a los judíos egipcios y a tierras vecinas. Los judíos de la diáspora peregrinaron a Jerusalem en las festividades pero debido a la prohibición del gobierno de llegar hasta el Monte del Templo, se organizaron rezos en el monte de los Olivos, frente al monte del templo

Período de los cruzados y aiubidas (1099-1260)
El 15 de julio de 1099 era un día soleado en Jerusalem. En horas del atardecer con la puesta del sol, irrumpieron los nobles cruzados a la ciudad santa.
Este día fue el fin del sitio que duró cinco semanas. Los cruzados masacraron a los musulmanes y judíos de la ciudad. Luego de 450 años de gobierno musulmán, Jerusalem volvió a ser capital del reino cruzado - "reinado de Jerusalem".

Conquista de los aiubidas
Casi cien años los cruzados gobernaron Jerusalem, hasta que en la primavera de 1187 conquistó la ciudad Saladino Sultán de la dinastía aiubida, dirigente musulmán que devolvió la ciudad al islam.
Saladino marcó su sello en Jerusalem: trasformando iglesias en mezquitas, las campanas de las grandes iglesias fueron quitas, cruces y símbolos cristianos desaparecieron y las construcciones fueron purificadas con aceite de rosas especial.
La mezquita de El Aqsa se transformó en el lugar principal de oraciones. A ambos lados de la iglesia del Santo Sepulcro se establecieron mezquitas, una de ellas en honor a Omar, el primer conquistador de Jerusalem - que perdura hasta hoy día y la segunda a Saladino segundo conquistador de Jerusalem.
A los judíos les fue permitido volver a Jerusalem y en menos de una generación se establecieron en la ciudad comunidades de judíos provenientes de Magrav, Francia e Inglaterra junto a los habitantes del lugar.

La conquista cristiana
La perdida del reinado en Jerusalem convocó a los cristianos a una nueva partida de cruzados a la tierra de Israel. La tercer expedición de los cruzados estableció nuevamente el reinado cruzado (1192). En el año 1244, casi 150 años luego de la nueva conquista cristiana, finalizó el gobierno cruzado, con la conquista por medio de los mamelucos, nuevos gobernantes de Egipto.

Período mameluco (1260 - 1517)

Siete años después de la conquista mameluca llegó a Jerusalem el Ramban (Rabi Moshe Ben Najman, comentarista de la Biblia). En una carta que le escribió a su hijo describió sus impresiones sobre Jerusalem: "Jerusalem está estéril y abandonada. Para describirlo brevemente, cuanto más sagrado es un lugar más en ruina se encuentra, Jerusalem sufrió más destrucción que el resto de las ciudades".
Bajo el gobierno de los mamelucos Jerusalem preservó su importancia, a pesar de no se capital.

Período otomano (1517-1917)
En el año 1517 las fuerzas otomanas barrieron a los ejércitos mamelucos. En vísperas de la conquista otomana la comunidad judía contaba con 1500 almas. Con el correr del tiempo la comunidad creció e incluyó en ella a los "arabisados", judíos de habla árabe. Junto a los expulsados de Espana, se consolidaron en la ciudad centros de eruditos que obraban junto al centro espiritual de Safed. El corazón de la comunidad se encontraba en el barrio judío, alrededor de la sinagoga de rabi Iojanan Ben Zakai, que fue inaugurada en el siglo 16, y en las sinagogas adjuntas. A fines del siglo 18 y principios del 19 comenzó la inmigración de judíos europeos - "jasidim" y "prushim" que acrecentaron la comunidad judía.

El siglo 19
A principios del siglo 19 Jerusalem era la capital de un pequeno distrito (Sanjak) y estaba bajo el mando general del departamento de Damasco. Su importancia era pobre y las actividades económicas eran insignificantes. La población se centralizaba en la ciudad vieja y contaba con 9000 almas, según esta división: 4000 musulmanes, 3000 cristianos y 2000 judíos.
En la ciudad vieja habían cinco barrios, musulmán, cristiano, armenio, mugrabi y judío. La situación de la ciudad era penosa: las callejuelas sucias, muchas casas estaban destruidas y la mortalidad era grande. Los judíos y cristianos se sentían minoría y les fueron decretadas limitaciones políticas, judiciales y religiosas.

El gran cambio
El gran cambio que se estableció en la ciudad comenzó con la conquista del general egipcio Ibrahim Falla (1833). El gobierno egipcio otorgó amplios derechos a la población no musulmana y a representantes europeos y abrió las puertas de Jerusalem para el mundo entero.
La influencia europea cambió la forma de vida: el correo era dirigido a través de consulados externos por ende se tornó en correos modernos, llegó la era de las diligencias, el reloj comenzó a contar las horas del día a partir de la media noche y no de la salida del sol, la lámpara y la nafta sustituyeron las velas de aceite. Estas eran las primeras senales de modernización en Jerusalem que tornó a la ciudad fanática musulmana en un centro político religioso europeo y en un lugar de interés para las grandes potencias.

La salida de las murallas
Luego de más de mil años se vivir amurallados, las murallas de la ciudad ya no delimitaban toda la ciudad. Comenzó el proceso de "la salida de las murallas" en el cual tomaron parte los judíos cristianos y musulmanes. Los judíos con la inspiración de Moshe Montefiori establecieron "Mishkenot Shaananim" (1860) y luego los siguientes barrios: "Majane Israel" (1868), Najalat Shiva (1869), Mea Shearim (1874). Este proceso comenzó en la segunda mitad del siglo 19 y continua en nuestros días.
En esta época aumentó el número de habitantes en la ciudad de algunos miles a decenas de miles. Se aplanaron caminos desde Iafo, Hebrón, Jericó, Shjem a Jerusalem y a fines del siglo se inauguró el ferrocarril de Iafo a Jerusalem.

Período del mandato británico (1917-1948)
El 9 de diciembre de 1917 el general británico Alembi conquistó Jerusalem. Luego de dos días Alembi ingresó con marchas de triunfo a la ciudad vieja. La rendición oficial se realizó en la entrada de la fortaleza. De esta manera llegaron a su fin 400 años de gobierno otomano y comenzaron 30 años de gobierno británico.
Los primeros dos años y medio era un gobierno militar, que fue cambiado por un gobierno civil. Por primera vez luego de los cruzados Jerusalem era nuevamente la capital. La ciudad creció y se desarrolló, se pavimentaron calles y caminos y se construyeron barrios judíos y árabes. La construcción de un centro comercial y la apertura de la universidad Hebrea le otorgaron un tinte moderno a la ciudad. El gobierno británico se vio obligado a preocuparse por las necesidades de agua, alimentos e higiene de los habitantes de la ciudad.
En el transcurso del gobierno británico se aceleró el proceso de modernización, aumentó la cantidad de medios de transporte, se pavimentaron caminos y se crearon canerías desde las fuentes del Iarkon de Rosh Haain a la ciudad de Jerusalem. El crecimiento de la población aumentó la tensión de los judíos, árabes e ingleses, tensión que estuvo acompanada por derramamientos de sangre en 1920 y en 1929. La tensión llegó a su cúspide en noviembre de 1947, con la decisión de la O.N.U. de finalizar el período del mandato británico y convertir a Jerusalem en una ciudad internacional.

Jerusalem - capital de Israel
Al finalizar en período del mandato británico los judíos y los árabes lucharon por gobernar en Jerusalem. En la época de la guerra de la independencia los árabes sitiaron al ciudad, había escasez de alimentos, agua, medicamentos y municiones. En el año 1949, al firmarse un acuerdo de cese de fuego, Jerusalem fue dividida. La ciudad vieja, incluyendo al barrio judío, quedó fuera de los límites de la ciudad hebrea.
En 10 de diciembre de 1949 el gobierno de Israel decidió convertir a Jerusalem en la capital oficial del estado de Israel. David Ben Gurion declaró "Jerusalem es una parte inseparable del estado de Israel y es su eterna capital".
En la Jerusalem occidental, capital de Israel se establecieron las instituciones del estado: la morada del presidente, la kneset, las oficinas de gobierno, establecimientos culturales y gubernamentales, el museo de Israel, Iad Vashem - museo del holocausto, el monte de Hertzel - cementerio de próceres israelíes y cementerio militar de los combatientes en las guerras de Israel.
En junio de 1967 estalló la guerra de los Seis Días. Las fuerzas de Tzaal penetraron al barrio judío por el portón de los León y se apoderaron de ella. La pared divisoria entre las dos partes de la ciudad que existió por diecinueve años fue derribada y Jerusalem con sus problemas y dificultades se convirtió en una sola ciudad. La montana del Templo y el Kotel Hamaarabi quedaban nuevamente bajo gobierno judío.

1967-1997
Jerusalem rodeada de barrios
Luego del primer entusiasmo de los israelíes y del primer impacto y la introspección realizada por los árabes - llegaron los días cotidianos a la ciudad. Jerusalem era una sola ciudad, los dirigentes del estado realizaron lo imposible para reunificarla, pero no todo tuvo éxito.
Casi todos los judíos apoyaron la unificación de Jerusalem y descartaron toda posibilidad de volver a la situación anterior. Los árabes residentes en Jerusalem y los jordanos, que gobernaban en Jerusalem oriental hasta principios de junio de 1967, y así también todos los estados árabes, no aceptaban el gobierno israelí en Jerusalem. Ellos declaraban que Jerusalem oriental debía volver a la brevedad posible a sus manos. Hussein el rey de Jordán declaró que su decisión de no ceder su reinado en Jerusalem es terminante.
La unificación de Jerusalem trajo consigo un gran impulso de desarrollo. Nuevos barrios se comenzaron a crear sobre las colinas que rodean la ciudad en el sur, este y norte. La construcción judía en cantidades respondía a las necesidad de una población judía en crecimiento, más no se descartaba la posibilidad de volver a dividir a Jerusalem. Para la expansión fueron necesarios extensos terrenos de árabes y judíos.
También el desarrollo de la construcción árabe en Jerusalem y su periferia tuvieron grandes consecuencias políticas - para los árabes como para judíos. Los focos de construcción árabe fueron en el norte entre Ramala y Shuaafat, Ba Raam, Kalandie y Bir Nabala, en el este de la ciudad El Azaria, Abu Dis y Isauia, en el sur la zona de Bet Zajur.

La restauración del barrio judío
Los años de conquista jordana fueron acompanados con la destrucción total del barrio judío en la ciudad vieja, que había existido cientos de años . Sinagogas, ieshivot, organizaciones públicas y casa particulares se transformaron en ruinas, con la intención de borrar todo recuerdo de vida judía del lugar.
Luego de la guerra de los Seis Días, el gobierno de Israel decidió restaurar el barrio con el propósito "de devolver la corona de antaסo". Luego de grandes debates se decidió restaurar el barrio de una forma tradicional. Parte de las antiguas construcciones fueron remodeladas y otras fueron construidas desde su base pero guardando relación con el medio ambiente existente. Con la ayuda los presupuestos gubernamentales se restauraron 600 unidades de vivienda, sinagogas, ieshivot, y otras instituciones. A mediados de los años 80 se completó la construcción de la superficie del barrio judío. Los arquitectos disenaron también plazas y explanadas para los visitantes.
En seguida después de la guerra, fueron destruidas edificaciones que se encontraban cercanas al Muro de los Lamentos, para poder construir una gran explanada pública que pudiera albergar cientos de miles de peregrinos. Como símbolo de los restos de aquella época se encuentra la sinagoga "Tiferet Israel" ("Hajurba") en sus ruinas. A diferencia de las cuatro sinagogas sefaraditas Iojanan Ben Zakai, Eliahu Hanavi, Haemtzai y la de Istambul que fueron restauradas.

La ciudad vieja - moderna, renovada como un museo abierto
Entre los lugares que se descubrieron en la última generación: la torre israelí - que era parte de la fortaleza norte de Jerusalem durante el primer templo, al lado se construyó una maqueta de la ciudad de dicha época.
El barrio herodeano - son los restos de una construcción en la que aparentemente vivían familias ricas del sacerdocio y demuestran el esplendor y la hermosura de Jerusalem en el período del segundo templo, sobre estos restos en el segundo piso, se construyó la ieshiva Hakotel.
La casa quemada - se encuentra en el sótano de una casa, es la restauración de una vivienda de la época del segundo templo, en ella se encontraron restos de cenizas y el brazo de una mujer extendido queriendo tomar una lanza, esto nos testimonia sobre el final de los días al caer la ciudad alta en manos de los romanos.
La reconstrucción destacable en la cual fueron utilizados restos arqueológicos para la nueva construcción es la del antiguo Cardo - una calle llena de columnas decoradas que dividían a Jerusalem romana y bizantina desde la puerta de Damasco al norte hasta el monte de Sion en el sur. Hoy en día se encuentran los restos arqueológicos en el Cardo y también funciona una galería comercial, tiendas y restaurantes.

Capital: centro nacional
La capital del pueblo de Israel que fue en la época de David y Salomón, hace 3000 años , volvió a ser capital con el comienzo de la creación del estado. En Jerusalem se encuentran hoy en día la mayoría de organizaciones estatales: la morada del presidente de Israel, las organizaciones gubernamentales en Givat Ram y ahí la Kneset, las oficinas de gobierno y de banco de Israel, cerca a ellos el Palacio de Justicia, una construcción cuya peculiaridad arquitectónica denota el honor y la nobleza del poder judicial.
A raíz de la unificación de la ciudad se construyó en la parte este una cantidad de edificaciones pertenecientes al gobierno, entre ellos el cuartel general de la policía, tribunal de alzada, cerca del monte Scopus se construyó un barrio y en el oficinas del estado. También se traslado la organización obrera a Jerusalem.
Otros lugares de gran importancia nacional están dispersados en Jerusalem.
En el monte de Hertzel el lugar donde está enterrado el visionario del estado judío y la parcela de los próceres de estado, cerca del cementerio militar central, se realizan los actos centrales del día de recuerdo a los caídos en las batallas de Tzaal y el acto del día de la independencia.
No lejos de ahí se encuentra "Iad Vashem" ubicado en el monte de recuerdo, lugar de recuerdo a los mártires del holocausto. Los visitantes de estado, ciudadanos del país, y turistas se encuentran con las más terribles de las desgracias que le acontecieron al pueblo judío. Cada año se realizan actos de recordación centrales en el día del holocausto y del heroísmo.

martes, 7 de septiembre de 2010

Alimentos Simbólicos para Rosh Hashana

Alimentos Simbólicos
de AishLatino
Comemos dátiles, tamari en arameo, y le pedimos a Dios que "nuestros enemigos sean consumidos" (yetamú).
Comemos granada y pedimos que "nuestros méritos sean tan numerosos como las semillas de la granada".
Untamos manzanas en miel, para simbolizar nuestro deseo de un año dulce.
Comemos diferentes vegetales cuyos nombres aluden a lo bueno:
Comemos zanahorias (guezer) y pedimos a Dios que destruya cualquier decreto (guezerá) malo contra nosotros.
Comemos puerros, karsi en arameo, que también significa "cortar". Le pedimos a Dios que corte a nuestros enemigos.
Comemos remolacha (betarraga), silka en arameo, que también significa "remover", y rezamos que nuestros adversarios sean removidos.
Comemos calabaza, kara en arameo, y pedimos a Dios que rompa (kara) cualquier juicio negativo de nosotros, y que proclame (kara) nuestros meritos.
Comemos pescado con una petición de "ser fructíferos y multiplicarnos como los peces".
Comemos (o al menos mencionamos) la cabeza de un pescado o un cordero, con el deseo de ser como líderes (cabeza) y no "cola".

Desde Israel

Desde Israel


por Yoel Meltzer

Con estas y otras muchas reflexiones personales en mi cabeza, quisiera presentar aquí una aleatoria lista de oraciones, pensamientos y preguntas para el próximo año. Al hacerlo, espero también llamar a otros a la reflexión, y tal vez incluso a la acción.
Con la aparición de las granadas en el mercado anunciando la llegada del Año Nuevo, instintivamente siento el deseo de reflexionar. Hace tan sólo una semana fui testigo de algo tan hermoso, tan completamente judío y totalmente humano.

Mientras un hombre ciego erraba el camino en una concurrida intersección de Jerusalén, varios conductores, desde todas las direcciones, salieron fuera de su vehículo en medio del tráfico para ayudarle. Fue algo verdaderamente emocionante ver manifestarse tanta genuina preocupación, algo que me hace sentir tan bien viviendo aquí.

Sin embargo, como cualquiera que esté familiarizado con Israel, se sabe que este lugar está lleno de las virtudes más elevadas y de las faltas más groseras. Para quien busca el estilo de vida judío “sin pan ni leche”, Israel ciertamente no es el lugar adecuado. Así, contra el telón de fondo de aquel hermoso momento que acabo de relatar, se recorta el reciente trágico atentado terrorista que costó la vida a cuatro personas, entre ellas, la madre y el padre de seis hijos. En verdad, algo realmente desgarrador.

Con estas y otras muchas reflexiones personales en mi cabeza, quisiera presentar aquí una aleatoria lista de oraciones, pensamientos y preguntas para el próximo año. Al hacerlo, espero también llamar a otros a la reflexión, y tal vez incluso a la acción.

1. ¿Por qué las manifestaciones en favor de Guilad Shalit provienen principalmente de judíos seculares, mientras que las que se realizan en favor de Jonathan Pollard son mayoritariamente de judíos religiosos?

2. No hay nada más aterrador que conducir a 100 km/h en una carretera israelí, con un coche de menos de un metro detrás de uno, mientras su conductor hace señas con las luces, deseando impacientemente pasarnos. ¿Cómo puede detenerse a esta locura? ¿Cómo lograr que esos conductores se atengan a las “normas culturales" de la carretera del mismo modo en que se ajustan a normas culturales en otros contextos, como en la sinagoga o el lugar de trabajo? Uno podría apostar que ese conductor, en otro país, con un conjunto de normas diferentes, seguramente dejaría de conducir como un animal.

3. ¿Por qué tantos ex generales israelíes se pasan a la izquierda en el ámbito político? ¡No tiene ningún sentido! Recuerdo que, durante mi juventud en Estados Unidos, los más altos mandos militares siempre tenían fama de ser de derecha y conservadores. ¿Qué está pasando aquí?

4. Periódicamente se realizan encuestas que concluyen: "X % de los israelíes apoyan la solución de dos estados." La siguiente pregunta, una que probablemente nunca se hace, debería ser, "A pesar de estar a favor de la solución de dos estados, ¿cree usted honestamente que funcione?" De alguna manera, yo creo que en este caso, el número resultaría significativamente menor en comparación con la primera respuesta.

5. En cuanto al conflicto árabe-israelí, tenemos que ser más creativos en nuestras propuestas, ya que las soluciones que se han hecho durante años, o bien no son factibles, o bien son demasiado problemáticas.

6. ¿Es posible que el pueblo judío comience a tener una visión común, una que sea aceptada por todo el mundo y por la que todos quieran velar con entusiasmo? ¿Existe tal cosa?

7. En una línea similar, suponiendo que tal visión común exista, ¿cómo logar que la gente comience a pensar en algo que no sea ella misma, ya que todos somos parte de la "generación del yo"? El aspecto individual es importante y cada uno de nosotros necesita aprovechar el propio potencial interno y constituirse en el verdadero "yo" en un sentido de realización personal, pero todo esto debe encaminarse hacia la realización de un objetivo común superior.

8. El éxito, en sentido occidental, debe quitarse de la cima de la pirámide del valor en Israel. En su lugar, hay que situar la adquisición de conocimientos, y esto con el propósito de trabajar por el bien común, elemento necesario de aquella visión compartida (una vez más, suponiendo que tal cosa existe.)

9. Rezo fervientemente para que, en los próximos años, Ehud Bark siga los pasos de Avraham Burg y se vaya a vivir a Francia. El beneficio para el Estado de Israel de tal osada decisión sería inmenso.

10. Los íconos culturales de Israel deben abrazar la causa de Pollard de manera tan entusiasta como abrazan la causa de Shalit. Si esto llegara a suceder, entonces estoy seguro de que ambos serían liberados este año.

11. Espero que los israelíes se despierten este año y se den cuenta de que la frase "Estado judío democrático" no tiene ningún sentido. En una verdadera democracia, la minoría puede asumir el control, en virtud del número y/o a través del proceso electoral, y cambiar significativamente el carácter del Estado. En el caso de Israel, esta minoría la constituyen los árabes. ¿Aceptarían los defensores o los propagandistas de la expresión "Estado judío democrático" este escenario? Si no, entonces no son verdaderamente democráticos. Por lo tanto, creo que es preferible denominarnos a nosotros mismos como un Estado judío (que, casualmente, posee muchos aspectos de la democracia).

12. La gente de Tel Aviv debería conocer Jerusalén. Es una ciudad incomparable.

13. La gente de Jerusalén debería conocer Tel Aviv. Es una ciudad animada y súper interesante.

14. Como judíos, necesitamos sentir el profundo anhelo de la cercanía de Dios, e incluso, necesitamos rezar para que Dios nos ayude a alcanzar ese sentimiento (en lugar de desear únicamente más dinero, un mejor trabajo, etc.). El íntimo sentimiento de la presencia de Dios en nuestras vidas y en el mundo, elemento esencial en el judaísmo, ha sido casi olvidado en el mundo judío. Desafortunadamente, sin este sentimiento, entonces, incluso para los judíos ortodoxos como yo, nuestras acciones revisten ese carácter superficial de quien se preocupa sólo por guardar las formas.

15. Para el problema anterior no he encontrado mejor remedio que leer y releer, el clásico de Aryeh Kaplan, "Meditación judía." Es realmente muy bueno.
¡Shaná Tová!

Cómo hacer un maremoto en un vaso de agua

Cómo hacer un maremoto en un vaso de agua

por: Moshé Rozén
A pocos días del iniciadas las conversaciones directas de paz, entre los principales referentes políticos de Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), el rabino ortodoxo Ovadia Yosef –recordado por sus hirientes palabras acerca del destino de los judíos durante la Shoá- volvió a la carga con otro discurso sectario y violento: pidió la desaparición física para el presidente de la ANP, como así también, para la totalidad del pueblo palestino. A continuación, el autor del siguiente artículo, analiza la exposición mediática de dichas palabras.
Ovadia Yosef, nos depara con frecuencia afirmaciones que suscitan enconadas polémicas. La dinámica de la situación es siempre la misma: el anciano rabino pronuncia su sermón semanal y –de acuerdo a las referencias políticas que considere oportuno efectuar- se producen las reacciones en la esfera política local e inclusive internacional.

En la última semana de agosto, Ovadia, auguró la desaparición del presidente palestino

Mahmud Abas, e hizo extensivo su deseo al conjunto del pueblo árabe palestino.
En oportunidades anteriores, el rabino se ensañó con los ciudadanos israelíes laicos.
Muchos recuerdan que llamó a la devolución de territorios ocupados para lograr la paz, y posteriores prohibiciones a ceder un milímetro de los mismos: en ambos casos los bandos políticos afectados por las declaraciones del anciano rabino cuestionaron la legitimidad de su liderazgo. Esa es –a mi humilde entender- la clave del "Caso Ovadia": en lugar de restringir la trascendencia de sus opiniones al ámbito religioso, se les otorga un espacio de privilegio en la prensa, como si se tratara del Primer Ministro o del jefe de la bancada parlamentaria opositora.
Los israelies somos –mayoritariamente- muy críticos hacia el régimen teocrático iraní, pero no todos percibimos la contradicción implícita en los numerosos "liderazgos espirituales" de la política nacional.
Ovadia Yosef merece –obviamente- respeto por su cuantioso caudal de conocimientos en el campo de la legislación religiosa ortodoxa, pero gruesos sectores de izquierda y derecha, inclusive de orientación laica, le confieren una autoridad ideológica que desborda los ribetes de un magisterio espiritual para convertirlo en un actor más del escenario partidario.
Esta atribución de poderes políticos, provoca la devaluación del primigenio carácter del conductor religioso: así como los colonos asentados en territorios ocupados rechazaron el apoyo de Ovadia, en su momento, a la devolución de tierras en pos de acuerdos de paz, hoy, los sectores que rescatan, desde una óptica religiosa, los pilares éticos y humanistas del judaismo, ya no pueden sostener a este rabino como mentor espiritual.
Si el discurso de Ovadia tuviera una función de estricta docencia, o sea: es lo que el rabino transmite a sus discípulos, se pueden discutir sus opiniones, como son discutibles las opiniones de periodistas y profesores. Pero es otro el "Caso Ovadia": se ha convertido –los medios de comunicación masiva lo han convertido- en vocero de un conglomerado étnico: el de los judíos ortodoxos-orientales, "jaredim sfaradim", polarizando artificialmente a la ciudadanía israelí. No todos los judíos religiosos provenientes de países árabes perciben a los palestinos como este rabino, así como tampoco –a pesar de habituales etiquetas periodísticas- no todos los israelies, laicos, de origen ashkenazí, asumen posiciones denominadas "palomas".
La tradición religiosa de los judíos del Magreb, por ejemplo, se destaca por una flexibilidad que carecen muchos creyentes ortodoxos de ascendencia europeos. Miles de los seguidores de Ovadia acuden a los partidos de fútbol los sábados por la tarde, a pesar de la sacralidad de la jornada sábatica.
De manera similar, muchos simpatizantes de este maestro no aprueban sus aseveraciones políticas.

Como escribir sobre el agua…

por: Ingrid E. Hecker Perry
Las recientes "conversaciones directas" entre los principales referentes políticos israelo-palestino –bajo el auspicio de la Casa Blanca y el monitoreo de Egipto y Jordania- terminaron sin arrojar pasos concretos, hasta el momento, en el camino que conduce a la paz. La expansión de las colonias judías, el terrorismo que lleva adelante Hamas y la partición de Jerusalem, continúan siendo los temas claves sin resolución.
Sí, porque aparte de una excelente maniobra de propaganda y relaciones públicas, las tan comentadas “conversaciones directas” entre israelíes y palestinos, lamentablemente, arrojaron un saldo desesperanzador, triste y doloroso para las verdaderas intenciones de paz.
Si bien es cierto que nadie esperaba resultados positivos e inmediatos, haberlos esperado, habría sido una contradicción en términos esenciales con la realidad de lo que ha ocurrido entre estos dos “porfiados” interlocutores desde el comienzo de esta larga historia de desencuentros.
Fue impresionante claro está, ver a todos los personajes del drama retratados para la posteridad. La entrada triunfal de “los cinco” (Hosni Mubarak, Presidente de Egipto, Rey Hussein de Jordania, Benjamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel, el Presidente Mahmoud Abbas, de la Autoridad Palestina y Barak Obama, Presidente de EEUU) dejó a todos deslumbrados… pero en concreto, nada de nada. Promesas que ojalá no se lleve el viento… de seguir conversando “directamente”, o sea cara a cara (¿?), cada dos semanas; los “negociadores” egipcios, jordanos y estadounidenses también participarían de dichos encuentros intentando resolver el conflicto “de aquí a un año…”
Dicen que soñar no cuesta nada. No estoy de acuerdo, porque el precio que han pagado ambos pueblos, la región y el mundo entero por este afán de quimeras irresponsables, de decisiones postergadas y/o no tomadas, de acciones que inducen a la mala fe, a la desconfianza y a la incomprensión, es demasiado alto.
Lo esencial no se ha modificado
Lo concreto es que mientras Hillary Clinton, Benjamin Netanyahu y Mahmoud Abbas se congratulaban a la salida de la reunión que duró un par de horas, el grupo terrorista Hamas, se responsabilizaba del ataque terrorista en la Ribera Occidental que le costó la vida a casi una decena de civiles israelíes. ¡Y suma y sigue, porque dicha organización anunciaba una “alianza táctica y estratégica” con otras organizaciones del mismo carácter!
No nos llamen a confusión. Aquí no hay nada de lo cual asirse para siquiera poder pensar e imaginar (en) la posibilidad de un cambio positivo al “impasse” existente:
a) Hamas sigue negando el derecho de Israel a existir.
b) Hamas sigue negándole legitimidad a Abbas como interlocutor del pueblo palestino.
c) La Autoridad Nacional Palestina (ANP) continúa exigiendo con razón, el cese de la construcción de asentamientos israelíes en la Ribera Occidental.
d) Israel sigue diciendo que dicho programa, continuará.
e) Jerusalem continúa siendo un tema de discusión interminable y, al parecer, insoluble para ambas partes.
f) El problema de los refugiados palestinos sigue latente y sin resolución.
g) La seguridad de Israel sigue amenazada constantemente por Irán, Hamas y sus diversos “proxy”.
h) La cuestión de los límites del futuro Estado palestino, sigue siendo una cuestión candente.
Y podemos seguir con una lista que es interminable.
Conclusión
Cansancio y frustración son términos más que “templados” para describir lo que se siente ante el momento que se vive. Finalmente, no importan (aunque si cuentan como “poderosa motivación”…) las buenas intenciones del presidente Barsk Obama y su equipo; o las del presidente Hosni Mubarak y el rey Hussein de Jordania; lo que sí importa es que aunque el presidente palestino Mahmoud Abbas, sea reconocido como un hombre que quiere la paz para su pueblo, no cuenta con una mayoría que le permita en verdad implementar las medidas que se necesitan; sí importa que aunque el premier israelí, Benjamin Netanyahu, haya estado dispuesto a conversar, casi el total de su gabinete es de corte esencialmente derechista y anti-proceso de paz, y se jugaría peligrosamente la estabilidad del gobierno al acceder a cualquier medida que produzca un acuerdo con los palestinos. Sí importa que aunque ambos líderes hayan conversado y se jueguen la condición de tales al participar en encuentros como los sostenidos, sea a sabiendas de que en el corto plazo no habrá luz al final del túnel.
¿Y cuál es la alternativa? No la hay, salvo continuar conversando, mantener el diálogo lo más fluido posible; reconstruir confianzas perdidas, hacer uso de la buena voluntad política de interlocutores y mediadores; comprender que habrá, como en toda negociación, concesiones dolorosas.
Que fue una foto impresionante lo fue… pero como hemos dicho anteriormente, “mucho ruido y pocas nueces…”

lunes, 6 de septiembre de 2010

El Estado de Israel permanecerá abierto a la inmigración judía y ...........

...
El Estado de Israel permanecerá abierto a la inmigración judía y el crisol de las diásporas; promoverá el desarrollo del país para el beneficio de todos sus habitantes; estará basado en los principios de libertad, justicia y paz, a la luz de las enseñanzas de los profetas de Israel ...
De la Declaración del Establecimiento del Estado de Israel, 1948


Aliá - la reunión de los exilios - es una aspiración fundamental del Sionismo y del Estado de Israel. La Ley del retorno (1950), que otorga a todo judío el derecho a venir a Israel como inmigrante y convertirse en ciudadano, fue decretada para dar una expresión concreta a esta causa. Desde el establecimiento del Estado, han llegado más de dos millones y medio de inmigrantes; su experiencia y talento han contribuido inmensamente a la vida económica, científica, académica y cultural del país.
POR QUE VIENEN?

Las razones por las que los judíos inmigran a Israel yacen profundamente en la base de la historia, la fe y la psiquis del pueblo judío. De acuerdo con las Escrituras Hebreas, Dios entregó la Tierra de Israel a Abraham y a sus descendientes para siempre. La creencia judía, por lo tanto, considera la Tierra como parte del legado religioso/nacional del pueblo judío y atribuye un especial mérito el vivir en ella.
El sionismo moderno, movimiento político de un siglo de antigüedad para el retorno del pueblo judío exiliado, su patria histórica, es la cara secular de la misma moneda: inspirado por una mezcla del nacionalismo del siglo XIX y siglos de falta de hogar y opresión a los judíos, el sionismo ve en Israel la patria del pueblo judío lugar en el cual todos ellos pueden lograr la máxima expresión de su identidad nacional, así como servir de refugio para los perseguidos.
Estos dos enfoques convergen convirtiendo el vivir en Israel en una afirmación definitiva del judaísmo, y la inmigración aquí es considerada por muchos judíos e israelíes como un paso admirable digno de ser alabado. La palabra hebrea para inmigración (aliá) significa ascenso o una elevación espiritual. En notorio contraste, por lo tanto, a prácticamente cualquier otra nación - en la que las comunidades inmigrantes son desalentadas, limitadas, o consideradas ciudadanos de segunda categoría - Israel no sólo recibe de buena gana a sus inmigrantes, sino que se alegra con su llegada. Los atrae ofreciendo readiestramiento profesional, vivienda y reducciones impositivas. Una disminucion en las cifras inmigratorias causa preocupación nacional.
QUIEN VIENE?
El mayor número de inmigrantes, por lejos, viene a Israel de lo que los israelíes califican de "los países de angustia" lugares en los que los judíos no son deseados, son odiados, o perseguidos activamente. A lo largo de sus 50 años, sin embargo, Israel ha recibido también a cientos de miles de inmigrantes del mundo libre personas motivadas principalmente por el idealismo. Alrededor de 200.000 personas han inmigrado a Israel del continente americano, y más del doble de Europa Occidental (sin incluir a los sobrevivientes del Holocausto).
Los primeros años del Estado. Las mayores olas inmigratorias llegaron a Israel durante los tres primeros años del estado, Entre 1948 y 1951 llegaron 688.000 personas, más que duplicando la población judía del joven país. Casi la mitad de ellas llegó de la Europa posholocausto de los campamentos para personas desplazadas, de centros de detención y de comunidades destruidas. La mayoría de los demás provenían de los países musulmanes de Africa y del Medio Oriente, en los que el establecimiento de Israel los ponía en peligro.



Israel ayudó en lo más que pudo. Marsella, por ejemplo, se transformó en el punto de partida para los inmigrantes europeos. Mientras esperaban sus barcos, Israel, a través de la Agencia Judía, ayudó en su alojamiento y alimentación, y a enseñarles hebreo. En mayo de 1949, cuando el Imán del Yemen aceptó dejar que 45.000 de los 46.000 judíos de su país emigraran, aviones israelíes los transportaron "a casa" en la legendaria Operación Alfombra Mágica. En 1951, en otro transporte aéreo magníficamente organizado la Operación Esdrás y Nejemías fueron traídos a Israel 121.000 judíos de Irak, poniendo término a 2.500 años de vida judía allí. La vida judía libia concluyó ese mismo año con la emigración de sus 32.000 judíos a Israel.
Israel recibió este flujo humano en 123 campamentos transitorios, 260 nuevos asentamientos y 78.000 unidades de vivienda. Hacia mediados de los años 50, casi todos los recién llegados residían en viviendas permanentes.
Décadas del 50 y el 60. En los años 50, el carácter de la inmigración empezó a cambiar. Las puertas de la Europa Oriental se fueron cerrando, y el foco se trasladó a Noráfrica. Marruecos, Argelia y Túnez obtuvieron su independencia y se volvieron contra sus comunidades judías. Alrededor de 240.000 judíos norafricanos llegaron a Israel entre 1952 y 1964. Mientras ellos eran dominantes en la escena de la inmigración, llegaron también otros de Hungría, Rumania y Polonia, Egipto e Irán, India y América Latina.
Hacia mediados de la década del 60, Israel había construido 448 nuevos asentamientos y 25 ciudades nuevas. Su agricultura florecía, la industria se estaba desarrollando, la producción había aumentado en un 50% y la tasa de construcción era una de las más altas del mundo. Los inmigrantes eran llevados directamente a viviendas permanentes en lugar de campamentos transitorios, y 28.000 de ellos estudiaba hebreo en 74 ulpanim (escuelas de idioma hebreo) en todo el país.
Desde 1967 a la década del 70. La victoria de Israel en la guerra de los Seis Días de junio de 1967 sacó a la corriente inmigratoria de la baja en que se había sumidos a mediados de la década. 23.900 personas llegaron de Europa Occidental y 17.900 de Estados Unidos. La guerra encendió también la conciencia judía entre los 2.500.000 judíos de la Unión Soviética. Combinado con un creciente détente, el resultado fue una nueva ola inmigratoria: hacia fines de la década del 70 habían inmigrado a Israel 140.000 judíos soviéticos.
Décadas del 80 y el 90. La liberalización en la URSS y su colapso en 1991 abrieron las compuertas.
Entre 1989 y 1996, cerca de 700.000 judíos emigraron de allí a Israel, donde constituyen hoy el grupo nacional más numeroso del país. Durante esos mismos años, la antigua y aislada comunidad judía de Etiopía empezó también a hacer su camino a Israel. Una secreta misión de rescate que Israel inició a mediados de los 70 para salvar a los judíos etíopes de la sequía y de la guerra civil culminó en dos masivos transportes aéreos. Entre noviembre de 1984 y enero de 1985 una operación silenciosa de 45 días que llevó el nombre de Operación Moisés trajo a Israel 8.000 judíos etíopes. Esta fue seguida en mayo de 1991 por la Operación Salomón, en la que Israel transportó a los 14.200 judíos que aún quedaban en Etiopía en 36 horas, alcanzando la comunidad judía de origen etíope en Israel las 56.000 almas.
A comienzos de la década del 90 Israel realizó aún otras acciones de rescate en menor escala, pero no menos osadas, para poner a salvo a las comunidades judías de lugares en guerra, como Georgia, Moldavia, Tajikistán, la ex Yugoslavia y Chechnia, y logró finalmente poner a salvo en Israel a prácticamente todos los remanentes de las comunidades judías de Siria y Yemen.



La década del 90 y más adelante. Hoy en día, al igual que hace 50 años, los inmigrantes continúan llegando a Israel, e Israel sigue recibiéndolos. Aquéllos que provienen del mundo libre se sienten atraídos no solamente por su fe o por su sionismo, sino también por la forma de vida y las oportunidades de ocupación en esa moderna nación de alta tecnología en que se ha convertido Israel.
Y aún hay "países de angustia" lugares como la región de Transdniéster en Moldavia, Tajikistán, Ucrania, Azerbaiján y algunos países árabes en los que Israel mantiene el ojo vigilante por el destino de esas comunidades judías.
ARRAIGANDOSE
Las dramáticas misiones de rescate de último momento son sólo el comienzo de la historia. Lo que continúa es el encontrar un lugar donde vivir, estudiar y trabajar, aprender hebreo y adaptarse a la clamorosa democracia y a la vívida, multicultural y multiétnica sociedad que es el Israel de hoy. Israel tiene 50 años de experiencia en ayudar a los inmigrantes a arraigarse. Los errores cometidos en la integración de los yemenitas en los años 50 y los norafricanos en los años 60 sirvieron de lección y han sido corregidos, al menos parcialmente, con los etíopes y los rumanos en los años 80 y 90. El proceso aún no es perfecto, pero los judíos que llegan al Estado Judío ya sea porque quieren hacerlo, o porque se ven obligados a hacerlo son bien ser del Estado de Israel sigue siendo La razón de aliá, junto a la educación y la seguridad al ser recibidos, se les ayuda, y eventualmente se integran al colorido mosaico del moderno Israel.

¿Quién es judío?

POR ARIEL KANIEVSKY
En 1950, tras la Guerra de la Independencia, el Parlamento israelí aprobó una de las leyes más importantes del estado de Israel, la Ley del Retorno, cuyo único artículo establecía que:

"Todo judío tiene derecho a inmigrar a Israel".
Posteriormente, en 1952, la llamada Ley de Ciudadanía otorgaba a todos los olim jadashim la nacionalidad israelí, con todos sus beneficios, derechos y obligacones.

La pregunta que se formula desde el título - ¿quién es judío? - está sumamente ligada al debate que existe en torno a la Ley del Retorno, y no deja indiferente ni satisfecho a nadie. Históricamente el término "judío" no contemplaba distinción alguna entre la pertenencia nacional del individuo y su creencia religiosa, y se tenía por válida la definición de judío de la Halajá, según la cual judío es aquel que:

a) es hijo de madre judía o;
b) se convierte formalmente al judaísmo bajo la supervisación de un reconocido tribunal rabínico.

Pero en el siglo XVIII, con la llegada del iluminismo judío (la haskalá), muchos judíos decidieron salir del gueto buscando una mejor integración en el mundo secular y fuera del ámbito de las yeshivot. La haskalá dio lugar al surgimiento de una nueva identidad judía, en que judíos se empezaron a ver a sí mismos como miembros de un mismo pueblo, pero separados de la tradición religiosa. Esta corriente de pensamiento animó también a muchos judíos a abrazar la modernidad y dio lugar al surgimiento de los movimientos reformista y masortí (tradicionalista), que rechazan gran parte de las normas halájicas, considerándolas obsoletas e innecesariamente restrictivas.

Según la Ley del Retorno, todo judío tiene derecho a hacer alía, pero ¿quién es judío? La corriente ortodoxa del judaísmo (oficial del estado de Israel) emplea criterios halájicos a la hora de definir quién es judío. Pero la ortodoxia representa solamente a una pequeña parte de los judíos de la actualidad, que se estiman cerca de 14 millones. Más del 70% de los judíos contemporáneos viven integrados en las sociedades modernas siguiendo los conceptos de la haskalá, siendo la ortodoxia una clara minoría. Así pues, carece de sentido que una minoría establezca una normativa para la mayoría.

Desde su aprobación, la Ley del Retorno ha sufrido dos modificaciones importantes. La primera, en 1954, de carácter meramente técnico y la segunda y más importante, en 1970, que sirvió para extender el derecho al cónyuge de un inmigrante y a sus hijos y nietos, junto a sus respectivos cónyuges. De esta manera se ofrecía la ciudadanía israelí a todas aquellas personas que fueron (o pudieron haber sido) perseguidas bajo las Leyes de Núremberg del III Reich:

"Los derechos de un judío según esta ley y los derechos del olé según la Ley de Ciudadanía (1952), así como los derechos del olé según cualquier otra legislación, serán otorgados también al hijo y al nieto de un judío, a la pareja de un judío, y a la pareja del hijo y nieto de un judío, exceptuando a quien era judío y cambió de religión por voluntad propia" (Ley del Retorno, artículo 4a, a).

A efectos de la Ley del Retorno, se reconoce la judeidad de un inmigrante hasta la tercera generación. Tener o haber tenido un abuelo judío es suficiente para beneficiarse de la ley. No obstante, según el Registro de Población (a cargo del Ministerio del Interior), un olé jadash sólo puede inscribirse como judío si ha nacido de madre judía o si se ha convertido al judaísmo con alguna de las tres corrientes comúnmente aceptadas: ortodoxos, tradicionalistas o reformistas. En caso contrario, se deja el apartado del grupo étnico (leúm, en hebreo) en blanco y el olé jadash queda inscrito junto a los cerca de 300 mil "sin religión" que hay en el estado de Israel.

Es curioso que la legislación israelí acepte las conversiones no ortodoxas realizadas en el extranjero, pero en cambio se niegue a aceptar la definición de judío de dichas comunidades, que afirman que es judío aquel que tiene un padre judío (en el sentido genérico, es decir, un padre o una madre). Por no hablar de los seguidores del humanismo judío, que afirman que "es judío quien se siente judío".

Entonces, ¿quién es judío? La respuesta varía dependiendo de a quién se le pregunte. Pero para poder dar una respuesta adecueda, primero es necesario entender el concepto de separación entre pueblo y religión. Es importante entender que el judaísmo es un caso singular en el que el nombre de la etnia es el mismo que el de la religión, por lo que ser judío no implica la práctica religiosa ni la creencia en ningún Dios. Muchos judíos no se identifican con las leyendas bíblicas, pero en cambio se ven unidos en la lucha por la igualdad de su pueblo y se identifican con el sionismo y con el moderno estado de Israel. Un estado que, siendo un referente todas las formas de judaísmo por igual, sin conceder representar a monopolios de beneficios exclusivos. para los judíos de todo el mundo

La construcción de la mezquita sobre los escombros del World Trade Center

Por Eduard Yitzhak


A la gran mayoría de los occidentales en general y de los norteamericanos en particular la elección del nombre de Mezquita de Córdoba puede que no signifique nada. A los españoles les recuerda el nombre de la ciudad meridional de su país, y para los izquierdistas les rememora un pasado islámico falsamente idealizado sobre el Califato de Córdoba. Pero en realidad para los musulmanes el nombre de Mezquita de Córdoba tiene otro significado radicalmente diferente.
En la expansión militar del Islam desde sus albores con Muhammad a la cabeza del futuro imperio árabe- islámico las tropas musulmanas convirtieron las sinagogas, las iglesias y los templos de los pueblos conquistados en mezquitas musulmanas.

El mismo Muhammad convirtió el templo de los árabes en La Meca en una mezquita. Desde entonces los musulmanes han estado haciendo lo mismo.

Bajo los estandartes de la Espada del Islam, muchísimos templos judíos, cristianos, hindúes, budistas, zoroastrianos fueron convertidos en mezquitas.

Hace casi 3.000 años el rey Salomón erigió en el Primer Templo, que fue destruido por los babilonios en el año 586 antes de la EC. Los judíos que retornaron del exilio 70 años más tarde erigieron el Segundo Templo en el mismo lugar. El rey Herodes lo renovó transformándolo en un edificio de gran esplendor.

Comenzó Salomón a edificar la casa del Señor en Jerusalem, en el Monte Moriá, que había sido mostrado a David su padre, en el lugar que David había preparado, en la era de Ornán el jebuseo." II Crónicas 3:1

Después que los romanos destruyeran Jerusalem en el año 70 después de la EC, la zona del Templo fue deliberadamente dejada en ruinas y profanada (primero por los romanos y después por los bizantinos). El año 638 después de la EC, con la conquista musulmana de la ciudad a manos del califa Omar ibn al-Khattab, ordenó limpiar el lugar y erigir una "casa de oración".

Medio siglo después, el califa omeya Abd el-Malik erigió el Domo de la Roca enmarcando la base rocosa que asomaba del suelo, considerado como el "lugar del sacrificio" en el Monte Moría. Él (o su hijo, el califa al-Walid) construyó también una gran mezquita en el extremo sur del Haram, que fue llamada Mezquita Al-Aksa por el nombre atribuido por el Corán a toda la zona.

El Domo de la Roca es la expresión arquitectónica de la supremacía del Islam. Los mosaicos interiores de vidrio en el recinto circular y en la cúpula contienen representaciones de las joyas imperiales bizantinas y una de las inscripciones ornamentales afirma que Dios es Uno y no tres y que Jesús fue apóstol de Dios y de Su Palabra, y no Su Hijo.

La edificación del Domo de la Roca y la Mezquita Al-Aksa tiene un triple significado para los musulmanes:

1. el de conquista,

2. la supremacía islámica

3. poder “demostrar” que el judaísmo y el cristianismo son falsos. La Torá como el Nuevo Testamento cristiano creen que el Mesías vendrá, para los cristianos volverá, y con él habrá el Tercer Templo. Los dos edificios musulmanes impiden ese cometido. El Corán predice que toda la humanidad será islamizada. La Torá y el Nuevo Testamento contradicen el Corán, y viceversa. El Domo de la Roca y la Mezquita del Al-Aksa “confirman” a los ojos de los musulmanes que sólo es verdadero el Corán. De ahí procede el gran pavor y temor de los islamistas a la independencia del pueblo judío en su propio hogar, la Tierra de Israel, y la obsesión enfermiza de aquellos, como los mulás de Irán, en destruir Israel, para evitar que pueda ser levantado el Tercer Templo.

Cuando los musulmanes conquistaron el Imperio bizantino en el año 1453 después de la EC convirtieron la iglesia de Hagia Sophia [Santa Sofía], la más grande del imperio cristiano, en una mezquita.

La Mezquita Azul se construyó en el lugar que ocupaba el Gran Palacio de Constantinopla, frente a Hagia Sophia (en esa época, la mezquita más venerada de Estambul) y el Hipódromo , emplazamiento de gran valor simbólico ya que el centro deportivo y social de Constantinopla, capital del Imperio bizantino y ciudad que en el siglo V llegó a ser la más grande del mundo.

En la India más de 2000 mezquitas se han construido sobre los templos hindúes destruidos por las huestes musulmanas.

En Irán numerosos templos zoroastrianos fueron derribados por los musulmanes y sobre ellos fueron edificadas mezquitas.

La Mezquita de Córdoba, de España

Los ejércitos musulmanes invadieron España en el año 711 dEC masacrando a innumerables personas.

La Basílica de San Vicente Mártir fue un templo cristiano edificado a mediados del siglo VI en el lugar que ocupa la actual Catedral de Córdoba. Fue consagrada a San Vicente Mártir. Por su situación en la ciudad, fue adquiriendo importancia y acabó convirtiéndose en el principal templo de la ciudad y en la sede episcopal.

Fue expropiada y destruida en el año 786 dEC por los musulmanes, para construir sobre ella la mezquita principal de la ciudad.

La Mezquita de Córdoba fue después de la de La Meca la más grande en todo el mundo de la época.

La edificación mostraba a los musulmanes la victoria militar y conquista y el supremacismo religioso del Islam sobre el cristianismo.

Construir una mezquita un lugar desde el que se expide la da `wa , construida sobre los escombros del World Trade Center es una sugerencia para los musulmanes de que el Yihad está en marcha y que el Islam está avanzando y conquistando nuevos territorios.

El Yihad destruyó el símbolo de la “capital del mundo occidental”. Fieles muy devotos y creyentes muy fervientes del Islam, los islamikazes, “sacrificaron” sus vidas para derribar el estandarte que representaban las Torres Gemelas.

Cuando los yihadistas asesinaron a sus victimas, “ofreciéndolas a Alá, en toda la calle árabe y musulmán, brotó una espontánea e inmensa alegría en todos los fieles del Islam, sin excepción; surgieron innumerables celebraciones con confeti y dulces y los alaridos de regocijo en el mundo musulmán por la muerte y destrucción en Nueva York se oyeron por todo el mundo musulmán. Esta alegría por la Yihad está siendo henchida por la construcción de una mezquita en el lugar de muerte y desolación de los “infieles”, en “el corazón del mundo infiel”.

El placer de los yihadistas por la muerte de aquellos que consideran sus enemigos, los kafir, infieles, su sentimiento de supremacismo religioso y victoria militar se colma con el apoyo a la edificación de la mezquita Córdoba del primer presidente norteamericano nacido musulmán, Barack Hussein Obama.

La suave política de Hussein Obama hacia el totalitarismo islámico perjudica a los cristianos y beneficia a los islamistas, como afirman ex musulmanes.

La conquista de Córdoba condujo a los musulmanes a una era de opulencia, la llamada Edad de Oro del Islam. Por tanto, es un símbolo de la conquista y la supremacía islámica, que los musulmanes recuerdan con nostalgia.

Los yihadistas no tienen necesidad de falsear ni disimular sus objetivos; son los dhimmies occidentales que aplauden estas iniciativas, empezando por el alcalde de Nueva York, los que no quieren ver como el Yihad avanza a pasos agigantados, y les abren las puertas.

En España el gobierno del socialista Zapatero, el mayor de los dhimmies europeos, se regodea de placer pensando que su proyecto de Alianza de Civilizaciones avanza, cuando en realidad lo que avanza es el Yihad, la transformación de Europa en Eurabia y la reislamización de la península ibérica.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Volando Bajo

a
por Jaim Vegoda
Reconstruyendo tu confianza interior realizando - ¡y cumpliendo! - tus resoluciones de año nuevo.
"¡Ustedes son lo mejor de lo mejor!", gritó el comandante de las fuerzas especiales de la fuerza aérea en el centro de formación de Top Gun.
"Su entrenamiento ha terminado. Me complace decir que cada uno de ustedes se ha graduado como piloto de combate".
"¡Gracias señor!", hizo eco la clase.
"No se relajen. Tenemos una misión para ustedes. No va a ser fácil. ¡No lo lograran a menos que sigan las instrucciones exactamente! ¿¡Estas escuchando Maverick!?".
"¡Sí señor!".
"Espero que sí. Ustedes tendrán que volar sus F15 600 kilómetros a través de territorio enemigo y aterrizar a salvo en la base 5763. Si lo logran, darán un reporte sobre su misión y serán evaluados".
"No se dejen engañar por lo fácil que suena esta misión. El enemigo va a usar municiones reales. Cada kilómetro de tierra que vuelen tendrá misiles antiaéreos listos para dispararse. La única manera... ¿¡estás escuchando Maverick!? ".
"¡Sí señor!".
"La única forma en que ustedes podrán lograrlo es si no son detectados por el sistema de radar de los misiles. El radar no los detectará si vuelan por debajo de 900 pies. No quiero ninguna de sus llamativas voladas Maverick. Pueden verse bien, pero ese es exactamente el tipo de vuelo que lo matará. ¿Lo entiendes?".
"Si señor".
"¿¡Lo entiendes!?".
"¡¡SÍ SEÑOR!!".
"Esto es por lo cual han sido entrenados señores. Buena suerte y que Dios esté con ustedes".
"¡Gracias señor!".
Cumpliendo con las Resoluciones de Año Nuevo
El año pasado en Rosh Hashaná, me comprometí a cumplir con cierta resolución durante el transcurso de todo el año. ¿Lo cumplí? La verdad es que, ni siquiera recuerdo de qué se trataba.
Todos nos hemos comprometido con ciertos objetivos que no hemos cumplido -- una cierta dieta, dejar de fumar, rezar tres veces por día. Un mes después, nos damos por vencidos. Dejar de fumar es fácil, ¿verdad? Lo hago 10 veces por año.
Tomar compromisos para el año nuevo es muy importante. Comienza cuando soñamos con quien queremos ser y que queremos alcanzar. Luego convertimos nuestros sueños en objetivos específicos y nos lanzamos a ellos mientras la visión y emoción todavía se mantienen frescos en nuestros corazones. La emoción, sin embargo, no suele durar.
Mientras el camino se pone difícil y la inspiración empieza a desaparecer, empezamos a darnos cuenta que estos compromisos que hicimos van a requerir de una buena cantidad de auto-disciplina. Nuestras voces interiores comienzan a hacerse oír: "¡Es mucho esfuerzo!", "¡necesito un descanso!" y otro compromiso termina siendo descartado.
Es triste cuando nos damos por vencidos en nuestros sueños. Perdemos los beneficios específicos que hubiéramos ganado de haber seguido adelante. Y lo que es peor, cada vez que tiramos la toalla, reafirmamos la creencia interior que destruye nuestra confianza y nos roba el futuro que podríamos haber tenido. Creencias como:
Soy un perdedor. Yo no soy capaz de tener éxito. Soy un fracasado.
Ir por la vida con estas creencias interiores nos causa que saboteemos nuestras relaciones y oportunidades de crecimiento. Es como caminar con un par de gafas sucias. Dondequiera que miremos las cosas parecen oscuras y temerosas.
Rosh Hashaná es el momento de realizar un nuevo comienzo, de renovar nuestros compromisos. Una persona que hace teshuvá, arrepentimiento, en los días previos a Rosh Hashaná, comienza su año nuevo renovada, recomprometiéndose con sus objetivos y tomando resoluciones especificas.
Pero si nos damos por vencidos en nuestras metas del año pasado y no nos las arreglamos para llevar nuestras resoluciones hasta el final, que nos hace pensar que las cosas serán diferentes este año. ¿Acaso algo cambió? Estamos engañándonos a nosotros mismos si pensamos que todo va a llegar de alguna manera más fácil por arte de magia. Algunas personas simplemente, dejan de intentar realizar un nuevo comienzo y abandonan por completo. Después de todo, se dicen a sí mismos, si no intentamos, no vamos a fracasar.
Saliendo del Ciclo Sin Fin
Aquí hay un enfoque acerca del aparentemente interminable ciclo de fracaso sobre el que nuestros sabios escriben ampliamente.
Es natural tener el deseo de hacer más de lo que somos capaces de hacer. Cada año pensamos en todo el tiempo que hemos perdido y cuanto nos hemos alejado de donde queremos estar. Luego algunos de nosotros hacemos algo ridículo como poner juntas todos los objetivos y resoluciones que no hemos alcanzado en todos los años previos, agregar algunos más para este año y luego adoptar todo como resolución y objetivo para el próximo año. Para la mayoría de nosotros, esta opción no funciona. Es como un levantador de pesas que después de haber pasado un periodo de tiempo entrenando para levantar cierto peso y falla, comienza a entrenar nuevamente para un peso mucho más pesado, para poder así recuperar el tiempo perdido de los fracasos del pasado. Yo mismo sé, que no va a pasar.
Tomar metas nuevas grandes e impresionantes es bueno cuando son reales. Pero necesitamos construir nuestra confianza mostrándonos a nosotros mismos que podemos comprometernos y seguir adelante en algo, incluso que no sea tan grande como quisiéramos. Necesitamos reconstruir nuestra integridad personal, nuestra creencia en nosotros mismos, nuestra creencia de que podemos tener éxito y que cuando damos nuestra palabra y compromiso en algo, nuestra palabra es nuestra palabra. Una vez que hemos empezado a sanar nuestra dañada imagen, estamos listos para afrontar a los "pesos pesados".
Los sabios recomiendan comprometerse a algo tan pequeño que esas voces internas que gritan al cabo de dos semanas ¡"es muy difícil"! ¡"no puedo seguir!" no tenga nada que gritar.
Estas voces son los misiles antiaéreos antes mencionados. Nuestros objetivos son los aviones. Si volamos muy alto, estableciendo nuestros objetivos a una altura imposible, el enemigo nos va a detectar y a derribar. La estrategia consiste en tomar algo relativamente fácil, volar tan bajo que el enemigo ni siquiera nos vea.
Al elegir mantener las pequeñas resoluciones durante todo un año, podemos cambiar y mejorar los patrones negativos que la mayoría de nosotros sufrimos. Actualizamos nuestro sistema de creencias y haciendo esto actualizamos nuestra imagen, mostrándonos a nosotros mismos que podemos comprometernos y que podemos tener éxito. Abrimos la puerta a todo un mundo de nuevas posibilidades.
Por lo tanto toma dos minutos en este mismo momento para pensar en una resolución significativa, pero relativamente fácil, en la que te veas a ti mismo haciéndola realmente por todo el año entero, y comprométete a ella. Prepárate para el vuelo de tu vida. Todavía no va a ser fácil, pero no hubieras sido seleccionado para esta misión si no fueras capaz de hacerlo.

Sin Equipaje

por Rav Yaakov Salomon
Este Iom Kipur deja la culpa en casa.
Miré las imágenes, al igual que ustedes, y me pregunté con total incredulidad.
"¿Eso debajo del agua es un automóvil o es un bote?".
"¿Por cuánto tiempo estuvieron esas personas atrapadas en esos techos?".
"¿No se dieron cuenta que esos diques no eran suficientemente fuertes?".
"Eso no puede ser el SUPERDOME, ¿o si?".
"Por todos los cielos, ¿por qué no salieron cuando pudieron?".
Katrina, quizás el mayor desastre natural que haya ocurrido alguna vez en suelo estadounidense, se ha cobrado innumerables víctimas, ha destruido la vida de todos los afortunados sobrevivientes, y causó estragos en el imaginario nacional estadounidense.
Y mientras los cadáveres estaban aún húmedos y las intersecciones del centro todavía estaban inundadas, el obligatorio dedo acusador no podía esperar. Leer la prensa. Escuchar las noticias. Ver el circo. Hoy es el alcalde, mañana es Bush. "Los ingenieros eran aficionados". "Dios ha hablado". La Agencia Nacional para el Control de Emergencias fue totalmente inepta; el gobernador debería renunciar. Era una ciudad de depravación; Ariel Sharon es la fuente de todas las cosas malas.
Y así siguió. Chivos expiatorios fueron difamados e ignorantes se vieron súbitamente ascendidos a expertos. Y mientras tanto, funerales y entierros se volvieron moneda corriente, mientras cientos de miles se preguntaban cuándo Houston se había convertido en un suburbio de Nueva Orleáns.
Una tormenta infernal ha asolado la ciudad y derrumbó para siempre multitud de vidas. ¿Y cuál es nuestra respuesta principal e inmediata? Recriminación y culpas.
Claro, es importante saber que salió mal en las labores de rescate. Debemos aprender de nuestros errores. Pero, ¿no podía esperar un poco el "Show de Culpas", para poder primero velar, enterrar y organizar? Supongo que es lo que los sentimientos de impotencia a menudo pueden causar.
Por supuesto, la culpa no es un concepto desconocido para los judíos. Más de dos mil años de cruzadas, pogroms, holocaustos y expulsiones pueden hacerle eso a un pueblo.
Pero culpar, con todas sus nefastas consecuencias, también connota responsabilidad -- personal, familiar y comunal. Y los judíos, especialmente en estos Días Terribles, abrazamos este concepto de asumir la responsabilidad de nuestras acciones y nuestra pasividad – incluso nuestros pensamientos y sentimientos. Nos sentimos orgullosos mientras hacemos un balance. Aún siendo el proceso doloroso, disfrutamos la sensación de limpieza que cae sobre nosotros con la puesta de sol, que escolta nuestras peticiones de Iom Kipur, conduciéndonos a la expiación.
A veces, sin embargo, en nuestro afán de lograr la rectificación, distorsionamos este sentido necesario de rendición de cuentas en una manera perjudicial. La culpa puede ser fácilmente transformada en un sentimiento indebido de vergüenza y humillación. Sentimientos de culpa, los del tipo necesario para allanar el camino hacia el mejoramiento de uno mismo, a menudo se convierten en mucho más que eso. Ellos dominan nuestro espíritu. Nos castigamos de maneras que puedan marcar y dañar la apreciación de nuestro propio ser. La perfección es confundida con la purificación. No creo que de eso se trate Iom Kipur.
El venerable sabio del siglo XIX, Rab Israel Salanter, una vez hizo una pregunta obvia y ofreció una respuesta penetrante. "¿Por qué Dios eligió poner a Iom Kipur después de Rosh Hashaná? Iom Kipur es el día de expiación; Rosh Hashaná celebra el dominio de Dios sobre el universo y el rol único que nosotros, su pueblo elegido, jugamos en el cosmos. ¿No sería mucho más lógico entrar en ese estado glorificado después de haber pasado el refinamiento espiritual de Iom Kipur?".
En realidad es todo lo contrario, explicó el sabio rabino. No tenemos que estar totalmente purificados para alcanzar el exaltado estatus de pertenencia al ejército celestial. Alcanzamos ese santo estatus sólo por ser quienes somos -- sí, con todos nuestros defectos e imperfecciones y debilidades. Se llama ser humano.
¿Pero no debemos al menos tratar de perfeccionarnos en la medida de lo posible?
Por supuesto. Es, de hecho, precisamente ese esfuerzo el que nos lleva a niveles cada vez más altos de compasión, entendimiento y santidad. Pero cuando la perfección se convierte en nuestra única meta aceptable, y cuando caer un poco nos causa una culpa insalubre, una culpa paralizadora que nos desanima, hemos claramente ido demasiado lejos.
La vida, tal como ha sido dicho tantas veces, es realmente un viaje. Cuando viajamos en avión, cada uno de nosotros se somete a un intenso escrutinio. Y mientras serpenteamos el camino a través de los puestos de seguridad de los aeropuertos, nos acercamos más y más al gran momento -- cuando debemos enfrentarnos cara a cara con la temida pero imprescindible maquina de rayos X y detector de metales. Se nos pide que pongamos todo lo que tenemos en la cinta transportadora a fin de que todas y cada una de nuestras pertenencias pueda ser examinada cuidadosamente. Sabemos que estamos entrando en un lugar sagrado porque muchas veces tenemos que quitarnos nuestros zapatos.
Y luego en una única fila, marchamos a través de la máquina, con la esperanza -- quizás rezando -- que la temida alarma no suene, señalando que hemos sido seleccionados para un examen aún más minucioso.
Pero incluso si esa alarma suena, no quiere decir que no vas a entrar en el avión. Puede que sólo te pidan que dejes un objeto o que expliques porque necesitas llevar algo contigo. Sí, incluso con imperfecciones puedes todavía obtener una tarjeta de embarque.
Y así también es en Iom Kipur. Avanzamos por nuestro camino a través del año y finalmente alcanzamos el gran día, en el que debemos estar cara a cara con Dios. Todo lo que hemos hecho es cuidadosamente analizado y evaluado. Hemos dejado nuestros zapatos en casa.
Y entonces, como decimos en nuestros rezos, toda la humanidad pasa ante Dios, como miembros de una manada que se acerca a un detector de metales espiritual. Así como las ovejas caminan en una sola fila ante su dueño, pasamos por debajo de Su vara y mantenemos nuestro aliento, aguardando su decreto. Cerramos nuestros ojos y rezamos para que la temida alarma permanezca en silencio, y se nos conceda otro año de vida.
Pero no tenemos que ser perfectos para conseguir la tarjeta de embarque -- nadie lo es. Se nos puede pedir que dejemos ciertos pecados o faltas o que expliquemos porque fallamos en alcanzar nuestro potencial este año. Estas son preguntas importantes -- preguntas que nos debemos preguntar a nosotros mismos.
Pero el Dios de la misericordia entiende a cada uno de nosotros. Él ve a través de nuestro equipaje con una de visión rayos X perfecta. Él sabe nuestras intenciones y sabe nuestras pretensiones. Él juzga nuestro nivel de sinceridad y toma totalmente en cuenta nuestra lucha. Y lo único que Él realmente quiere es nuestro máximo esfuerzo -- completo, sincero y sentido.
Sí, Iom Kipur es un día de golpearse el pecho, de lágrimas y reverencias sin paralelos. Pero todo eso es acrecentado cuando tenemos pleno conocimiento del amor incondicional de Dios por sus hijos.
Este año, cuando termines tus embalajes de último minuto, deja el puñal en casa. Lleva un buen libro de oraciones, algunas resoluciones sinceras, y muchos pañuelos.
Y que tengas un buen viaje.
Que todos arribemos seguros

El antídoto para no revolcarse en la autocompasión.

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por David Frankel

La tradición anual exige una explicación: ¿Qué es Tashlij? Vamos a un río, lago, u otra fuente de agua y decimos una breve plegaria seguida por un simbólico acto de “arrojar nuestros pecados” en su interior. Los niños acumulan pan duro durante semanas para poder tener montones de “pecados” para arrojar. Es algo un poco extraño si lo analizas. El judaísmo no se basa simplemente en símbolos y rituales; es mucho más profundo que eso.
La respuesta es bastante simple y al mismo tiempo estimulante. El hombre es bueno. El hombre es hermoso. El hombre es extraordinario. En su esencia, el ser humano es puro y sagrado. Creado a imagen de Dios con la capacidad de ascender a las alturas de la Santidad. No somos pecadores, sino que pecamos.
Desafortunadamente, a través de las tribulaciones y las tentaciones de la vida diaria, ‘adquirimos’ muchos pecados y transgresiones. Vienen a nosotros en momentos de desesperación o en actos de arrogancia. Los adquirimos en ataques de furia o los digerimos en momentos de debilidad. Puede que los poseamos. Puede que los llevemos. Y puede que hasta disfrutemos algunos de ellos. Pero nunca se convierten en nosotros. Nunca se convierten en quienes somos. Y definitivamente no son lo que nosotros realmente queremos ser.
Son siempre una entidad separada que puede ser renegada, rechazada y abandonada en cualquier momento. El acto simbólico de arrojar nuestros pecados, nos hace entender este mensaje de una manera dramática y concreta.
Tashlij es el antídoto más grande para no revolcarse en la autocompasión. Cuando pensamos en nuestros hábitos, levantamos nuestras manos hacia arriba y nos decimos a nosotros mismos: “¡Han sido muchos años! No hay forma de que pueda cambiar ahora”. O “No puedes enseñarle nuevos trucos a un perro viejo”. Tashlij nos enseña lo contrario. Sí podemos cambiar. Podemos mejorar porque somos en nuestra esencia puros y sagrados – una chispa de lo divino.
La lucha es refregar ese revestimiento superficial de 'pecados'. Raspar hasta eliminar el cinismo, repudiar el negativismo y romper con la desilusión. Mientras podamos aferrarnos a la grandeza y al potencial inconmensurable de nuestras almas, entonces nada nos puede detener. Cuando comprendemos que el amor de Dios hacia nosotros es incalculable e ilimitado, entonces, y sólo entonces, podemos realmente comenzar nuestra travesía hacia el arrepentimiento verdadero y completo.

sábado, 4 de septiembre de 2010

La batalla de la conversión al judaísmo

Por Pere Bonnin.
Los judíos no son una raza ni exclusivamente una religión, sino un pueblo o nación que se rige por una constitución -los Diez Mandamientos-, de la cual se deriva la ley judía (halakha). De un pueblo o nación se puede entrar y salir -de una raza no-, por lo que el judaísmo admite la conversión o nacionalización.
En tiempos modernos ha habido conversiones significativas, como las de los 300 alemanes descendentes de nazis que viven en Israel, entre ellos Katrin Himmler, resobrina del comandante de las SS Heinrich Himmler, casada con un israelí; Oscar Ada, miembro de la Luftwaffe, casado con una superviviente del Holocausto; Mathias Göring, resobrino de Hermann Göring; Beate Neumann, hija del mayor de las SS Bruno Sattler; Monika Goeth, hija del comandante del KZ de Plaszow, y el Dr. Daniel Brown, resobrino de Adolf Hitler.
A raíz de publicar mi libro Sangre judía. Españoles de ascendencia hebrea y antisemitismo cristiano, muchas personas me preguntaban cómo pueden convertirse al judaísmo. De las Islas Baleares hay unas cuantas, también de Catalunya. Una menorquina residente en Barcelona hizo la conversión ortodoxa en Israel conjuntamente con su marido, médico del hospital de Sant Pau.
Por otra parte, unos 300.000 no judíos -según la halakha- viven en Israel, la mayoría procedente de la antigua Unión Soviética. A pesar de ser ciudadanos israelíes, no se pueden casar en Israel ni tener funerales judíos después de muertos. Muchos se han convertido, pero los Haredim (ultraortodoxos) que dominan el alto Rabinato no reconocen la conversión, que incluso ha sido anulada por el Bet Din o tribunal rabínico.
Para resolver el problema, Ariel Sharon, siendo primer ministro, contrató docenas de jueces rabínicos del movimiento sionista religioso bajo la dirección de los rabinos en cabeza Haim Druckman y Salomó Amar, sefardí y principal autoridad. Los rabinos ultraortodoxos serían marginados del proceso de conversión, pero consiguieron poner palos a las ruedas rehusando registrar matrimonios de conversos alegando que los cónyuges no eran bastante observantes. El año 2008 se produjo el incidente más grave, cuando el Tribunal Rabínico de Apelaciones anuló retroactivamente las conversiones aprobadas por los tribunales de Druckman. Desde entonces, reina la inseguridad jurídica por las conversiones de los rabinos gubernamentales.
El diputado David Rotem presentó un proyecto de ley que ofrece facilidades para la conversión ortodoxa, permitiendo a los rabinos municipales formar tribunales de conversión, incluso con jurisdicción fuera del municipio. La ley incrementaría la autoridad del alto Rabinato, que nombraría los jueces de las conversiones. También dificultaría la revocación de las conversiones. Rotem asume que el alto Rabinato estaría integrado no solos por Haredim, sino también por rabinos sionistas y ortodoxos modernos. Por contra, los Haredim esperan ejercer presión sobre los jueces municipales para que sean más rigurosos.
El proyecto de ley ha sembrado la alarma en el judaísmo conservador y reformador, difundido mayoritariamente en la diáspora, porque por primera vez una ley israelí concedería al alto Rabinato autoridad plena sobre la conversión, poder del que no goza. Los rabinos reformadores y conservadores se oponen a que en las conversiones sólo sean reconocidas si el converso "acepta la Torá y los mandamientos de acuerdo con la halakha". Esta estipulación sin precedentes excluye todas las comunidades del judaísmo conservador y reformador, como la sefardí de Shearit Israel de Nueva York, la más antigua de los Estados Unidos, que admitió el retorno del compañero Miquel Segura, descendente de judíos conversos mallorquines, sin seguir el procedimiento de la conversión.
El proyecto de ley es contrario al retorno de los “anusim" (conversos forzados al cristianismo), que tendrán que seguir el proceso de conversión pese a ser discriminados -en el caso de Mallorca- como juetes o juetons, que es como es preciso escribirlo en catalán, ya que son palabras derivadas de judío, que los inquisidores escribían con ch para reproducir el sonido de la j catalana, inexistente en castellano.
Las comunidades judías de los Estados Unidos, con el soporte de algunos senadores, la Agencia Judía Mundial y el judaísmo conservador y reformador rechazan esta ley restrictiva y excluyendo. Por ello, la votación en el Kneset (asamblea) ha sido aplazada durante seis meses a fin de entablar un diálogo entre las partes interesadas y encontrar una solución.

Cubrirse la cabeza

Por Moisés Stanckowich [vicepresidente de Tarbut Castelldefels].
Leía hace un tiempo en un periódico una entrevista a unas mujeres musulmanas, afincadas en Londres, que justificaban la decisión de ir cubiertas en la aleya (versículo) 31 de la sura (capítulo) 24 “La Luz”, que habla tradicionalmente de la mujer y su modestia. En esta sura del Corán encontramos, sin embargo, una expresión que recomienda a los creyentes que “bajen su mirada y guarden la castidad”, la cual, y según la interpretación del traductor y comentarista coránico Muhammad Asad, iría dirigida en idénticos términos a hombres y mujeres.

El Corán no prescribe el uso del velo, sólo para las esposas del Profeta y como signo de distinción. Pero esta controvertida cuestión no es exclusiva del islam, sino que en las otras dos religiones del Libro las mujeres también se cubren la cabeza, si bien es cierto que suponen una relativa minoría dentro las respectivas confesiones Sin embargo, el judaísmo tradicional considera “erótico” los cabellos de la mujer casada, por lo cual ésta se cubrirá salvo que tenga el marido en frente o en presencia de otras mujeres.
Esta prescripción parece que tiene su origen en la Torá, en Nm 5:18. Siguiendo el hilo de mi investigación doctoral actual, el historiador Michael Molho relata que en la Salónica de principios del siglo XX las mujeres sefardíes, dentro de casa, debían llevar la cabeza cubierta con una especie de pañuelo fino (que denominaban “mumi”) y que las señoras más piadosas llevaban siempre un tocado bien enganchado a la frente que les tapaba perfectamente los cabellos. Las chicas llevaban la melena descubierta pero no podían salir de casa despeinadas. Por su parte, el cristianismo y, en concreto, el catolicismo tradicional también pide a las mujeres que entren en las iglesias y catedrales con la cabeza cubierta. Aquí, la fuente, neotestamentaria, parece ser I Cor 11:4-16.
En conclusión, cubrirse la cabeza es una práctica en muchas religiones, tanto en hombres como en mujeres, y suele ser el cabello aquello que, en muchos casos, debe ser ocultado (o directamente afeitado). En muchas tradiciones, empero, el límite que separa el mundo filosófico-religioso del mundo profano no existe o se hace difícil de marcar. Definirlo legalmente cuando éstas [tradiciones] se encuentran insertadas en sociedades cultural o tradicionalmente cristianas o declaradamente laicas y aconfesionales, no resulta fácil.

Así pues, cubrirse la cabeza refleja ¿sumisión?, ¿tradición?, ¿ritualidad?, ¿identidad?, ¿ejercicio de libertad? Un Estado de derecho, y desde el respeto entre las partes, debería garantizar la igualdad en derechos y deberes de todos sus miembros, sean como sean y crean lo que crean.

LA IDENTIDAD DE ISRAEL ENTRE POLITICA Y RELIGION

por A. Terenzi


En los últimos meses, el Estado hebreo está viviendo un hecho de gran importancia para su futuro: el pasado julio, en efecto, el diputado David Rotem le ha presentado al Knesset la versión final de una nueva "ley sobre la conversión” que ha levantado una encendida discusión en el mundo hebreo internacional, obligando al primer ministro Benjamín Netanyahu a congelar la propuesta hasta enero, nombrando mientras tanto una especie de comisión arbitral conducida por Natan Sharansky, el ex disidente soviético transformado en una personalidad de relieve del mundo político israelí, actualmente es jefe del Jewish Agency, la histórica agencia promovedora de la colonización sionista en Palestina.


La ley Rotam toca los fundamentos mismos de la identidad del Estado hebreo, puesto que invierte la cuestión de quien se pueda definir legítimamente judío: como se sabe, el Estado israelí lo ha definido desde 1950, con la así llamada Ley de la Vuelta, como "una persona nacida de madre judía o que se ha convertido al hebraísmo y que no sea miembro de otra religión". Es decir, una definición que deja abiertas solo dos vías, una atada a la transmisión de la línea materna de sangre y otra en cambio de carácter religioso.


Mientras el primer aspecto ha planteado la explícita acusación de racismo de parte de quién cree que es una discriminación en contraste con la Carta de los Derechos del hombre, la segunda plantea el problema de quien tenga que tener en Israel el poder de sancionar "la conversión" de una persona al Judaísmo.


Este último aspecto tiene una importante implicación de política interna, sobre todo a causa del imponente flujo migratorio de más de un millón de inmigrantes de Rusia, a quienes Israel abrió; las puertas en los años noventa, por la necesidad urgente de sustentar la propia y difícil situación demográfica, amenazada por las altas tasas de fertilidad de la población árabe-palestina, que determina un desequilibrio numérico que pone en serio riesgo el futuro mismo de Israel como Estado hebreo. Hoy más de 320.000 inmigrantes de origen ruso, incluso habiendo adquirido la ciudadanía israelí, no pueden casarse ni ser enterrados en Israel según los rituales del Judaísmo ortodoxo y sus hijos, chicos a menudo adolescentes son, según el mismo Rotem, una real "bomba de tiempo" social por la dificultad de integrarse culturalmente en la sociedad hebrea, alimentando fenómenos paradójicos como el del nacimiento en el país de círculos neo-nazistas.


Tradicionalmente en Israel la conversión se confiaba al así llamado “Jefe del Rabinato”, una especie de cumbre eclesiástica que reúne las máximas autoridades religiosas de las dos principales direcciones ortodoxas del Judaísmo, sefardita y ashkenazita; a sus así llamadas "cortes de conversión" les competía la decisión sobre la admisibilidad de los candidatos - con particular atención al hecho de que el convertido estuviera efectivamente listo para respetar y practicar los 613 mitzvòt, las reglas que regulan al detalle la vida del fiel judío.


En el 2004, el gobierno de Sharon constituyó comisiones conjuntas en las que, además de los representante religiosos, estaban presentes también funcionarios del Ministerio del Interior, no sólo en la esperanza de hacer más rápido el mecanismo, criticado también por la lentitud de sus decisiones, pero sobre todo para superar los contrastes en materia religiosa que habían surgido desde hace tiempo con el hebraísmo reformado y con el conservador, ambos movimientos religiosos habían surgido en el curso del Ochocientos, en el clima del modernismo religioso en Europa y en los Estados Unidos, al que pertenecen la mayoría de los judíos norte-americanos, cuyo papel es en particular determinante para asegurar el sostén de EE.UU. a la política israelí.

Desde hace tiempo en efecto se había abierto un contencioso entre los rabinatos ortodoxos y el Tribunal Supremo israelí que, consciente del aspecto político de la cuestión, se pronunció repetidamente, por ejemplo en 1989 y en el 2002, a favor de la plena legitimidad religiosa de las orientaciones del Judaísmo reformista y conservador.


Al mismo tiempo, como si el cuadro no fuera ya bastante complicado, ha ido aumentando la presión político-religiosa de los ultra-ortodoxos, los así llamados Haredim, los que, como se sabe, desarrollan un papel fundamental en la ampliación de los asentamientos hebreos en Jerusalén y en Cisjordania: ellos son representados hoy también en el gobierno de Netanyahu y justo el partido de David Rotam, Yisrael Beiteinu, está muy cercano a ellos, además de ser expresión de la inmigración rusa de la que se ha hablado.


La creciente presión del fundamentalismo religioso ha llevado en el 2008 incluso al bloque de las actividades de las "Cortes de conversión" cuando la Corte de Apelación rabínica ha anulado, con valor retroactivo, todas las conversiones actuadas por las cortes coordinadas por el rabino Druckman, aquellas es decir que obraban según el procedimiento dispuesto por Sharon en el 2004: de este modo se ha creado una increíble situación de punto muerto político-religioso, con graves implicancias para aquellas decenas de millares de potenciales nuevos judíos, sobre todo rusos, que esperan una legitimación a su ciudadanía, cuestión fundamental también sobre el plano político.

El proyecto de David Rotem busca por lo tanto salir de este atolladero, reforzando el papel del Supremo Rabinato Judío: la elección ha sido en efecto la de confiar totalmente al Rabinato la autoridad suprema sobre las cortes, incluido el poder de nombrar los jueces y de formarlas a nivel local - eliminando por lo tanto cualquier componente política del procedimiento de conversión. "Pero el presupuesto de donde parte Rotem - ha escrito el cotidiano Haaretz - es que el Jefe del Rabinato” no es completamente Haredi; comprende en efecto también rabinos sionistas religiosos y ortodoxos modernistas y son ellos los que harán las conversiones. La ley también hace más difícil la revocación de las conversiones, estableciendo que las cortes rabínicas sólo puedan hacerlo previa aprobación de los jefes rabinos. Los Haredim, por otro lado, esperan que el Jefe del Rabinato ejerza presiones sobre los rabinos a nivel local para que adopten estándares más rigurosos en la conversión."

Pero esta posición ha desencadenado una furiosa campaña por parte de los rabinos norte-americanos que han salido al descubierto también sobre el plano político, haciendo mandar a sus mismos fieles decenas de millares de correos electrónicos de protesta al primer ministro israelí.


"Por favor, uníos a mí escribiendo un email al primer ministro Netanyahu para pedirle de parar este histórico error", ha escrito por ejemplo el rabino Jeremy Kalmanofsky de la Congregación Ansche Chesed en el Upper West Side de Nueva York. ("¡El Judaísmo y el pueblo Hebreo no pertenecen exclusivamente al más reaccionario entre nosotros! ").

Así, el rabino David Schuck del Pelham Jewish Center de Westchester County, Nueva York, ha declarado que la ley de conversión "es en particular una afrenta a la diáspora hebrea y, en caso de que fuera aprobada, significaría un ceder de la mayoría de los Hebreos israelíes a una interpretación fundamentalista del Judaísmo."


David Rotam, por su parte, ha respondido enseguida sin medios términos a los jefes del hebraísmo reformado y conservador: "Tienen que controlar los hechos antes de hablar. Se están comportando como idiotas totales."

La confrontación se ha puesto pues extremadamente dura y éste es un hecho muy peligroso por una razón que Davide Hotovitz, editorialista del Jerusalem Post, ha puesto bien en evidencia en su editorial semanal: "esto a lo que estamos asistiendo es una explosiva crisis global sobre la identidad hebrea, un enorme, desastroso alud que está a punto de derribarse sobre las relaciones entre Israel y la Diáspora."


La decisión de congelar todo hasta enero se explica por lo tanto perfectamente a la luz de lo que ha declarado en una entrevista al rabino Shlomo Amar, jefe del Rabinato sefardita de Israel, según el cual Netanyahu le ha dicho que necesita que los judíos americanos estén de su parte durante las negociaciones con el presidente Obama sobre la paz con los palestinos.

Si esta es la razón inmediata, para ganar tiempo con la esperanza de un honorable compromiso, el problema de la conversión queda como un problema extremadamente serio para Israel, porque de una sola vez lleva al peine los nudos fundamentales de la actual identidad del Estado hebreo: el fin del sueño sionista, el nacimiento de un fundamentalismo religioso extremista que condiciona desde hace tiempo a la política interna e internacional, las exigencias de condicionar desde el interior al aliado americano a través de los! potentes lobbies religiosos y políticos hebreos en los! EE.UU., la extensión de los asentamientos que alargan la ocupación militar de Cisjordania, impidiendo el inicio de un serio proceso de paz.


Pero la apuesta en juego, reabriendo la cuestión del "¿Quién es hebreo?", reabre desde el interior de Israel la cuestión de la misma legitimidad del Estado hebreo. No al azar, Sharansky, nada más asumir el cargo de jefe de la comisión, frente a la difícil tarea de mediación que le espera, ha declarado justamente que "en el momento en que la legitimidad de Israel está cada vez más bajo ataque, el pueblo hebreo tiene necesidad de unidad y la legitimidad de todas las tendencias es digna de reconocimiento."

Se trata de ver qué precio tendrá que pagar el Estado hebreo a su propia identidad para salvar su misma legitimidad: un dilema de época entre política y religión que tendrá indudablemente también efecto fuera de Israel y que les recuerda a los occidentales que el fundamentalismo religioso no es una prerrogativa solamente del mundo islámico.
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