DISCRIMINACIÓN A LA COLECTIVIDAD JUDÍA
DISCRIMINACIÓN A LA COLECTIVIDAD JUDÍA
PAULA BARQUETdom may 3 2015
La indignación que generó la noticia, sumada a las declaraciones de algunos gobernantes, disparó una ola de antisemitismo en Uruguay. Al menos así lo percibieron muchos judíos. El asunto se coló en la campaña electoral. Los candidatos participaron en conferencias y tomaron postura.
En ese momento, el judío Alain Mizrahi, director del grupo Radar, estaba en plena zafra de encuestas para conocer las preferencias de la población respecto a los candidatos. Entonces aprovechó que ya tenía una muestra nacional y representativa e incluyó una pregunta para cuantificar la discriminación. Quería confirmar que la percepción del crecimiento del odio a los judíos tenía un correlato en la realidad. Además, había hecho la misma pregunta en febrero de 2014, por lo que podría comparar ambos momentos.
Mizrahi se encontró con que la minoridad judía es la más discriminada de un grupo de colectivos entre los que están los chinos, los peruanos, los negros, los armenios y los españoles. En febrero, un 8% confesó que le "molestaría mucho" tener a un judío en su familia y un 11% respondió que le "molestaría algo". En la colectividad lo interpretan así: casi uno de cada cinco uruguayos es antisemita. Para sorpresa de Mizrahi y de otros, la judeofobia no creció tras el ataque en Gaza, sino que se mantuvo en términos generales.
El estudio se propuso conocer algunos datos del perfil del antisemita uruguayo. Pese a la percepción generalizada, reveló que la judeofobia no se concentra en votantes del Frente Amplio, sino en votantes de los partidos tradicionales. Con un matiz: los frenteamplistas sienten mucho más rechazo hacia los judíos que hacia las otras minorías mencionadas.
Del trabajo de Radar también surge que hay más rechazo a los judíos entre los mayores de 65 años, y que los jóvenes discriminan menos a todas las minorías (ver más datos en la página siguiente).
Los datos fueron un hallazgo para Carlos Kierszenbaum, cirujano pediátrico y director adjunto de la organización judía Bnai Brith. Hasta entonces, Kierszenbaum no había conocido ningún estudio cuantitativo sobre el antisemitismo. Pero eran "solo números" y él quería ir más allá: "Saber quiénes son, qué les gusta, qué opinan de política". Le dieron ganas de "conocer la cara de los antisemitas".
Como organización internacional, la Bnai Brith tiene entre sus objetivos "mejorar la realidad del país" en el que se ha elegido vivir. "Para eso debo saber por qué motivo no nos quiere la gente que no nos quiere", argumentó Kierszenbaum.
La mejor herramienta que encontró fueron las redes sociales. "Las redes son una radiografía de la sociedad porque la gente se expresa libremente", consideró. Estudió las características de Twitter y Facebook y optó por la segunda porque es "mucho más poderosa", "más democrática" y otorga "mayor posibilidad de intercambio". Además, en Facebook hay menos cuentas con nombres falsos.
Su metodología consistió en tomar notas de distintos medios digitales referidas a cualquier asunto que tuviera que ver con Israel o el judaísmo. Luego buscó en Facebook los comentarios de esas notas. No incluyó las "críticas correctas y educadas hacia el gobierno de Israel". Se concentró solamente en el antisemitismo.
Simplemente asusta.
Durante febrero y marzo Kierszenbaum buceó en los comentarios y datos visibles de los antisemitas uruguayos. Y lo que se encontró "simplemente asusta". "Asusta porque es impresionante el nivel de ignorancia y de confusión de temas. Lo que perdura es el odio a los judíos", valoró. Ese odio se vuelca "con total impunidad", tanto de parte del que escribe como del que expresa su respaldo al comentario dándole "me gusta". Además, muchos parecen haber olvidado la noticia de la que están opinando.
Kierszenbaum almacenó la información de decenas de antisemitas uruguayos. Tiene capturas de pantalla de sus muros de Facebook, de sus posteos y de los grupos a los que dicen adherir. Lo hizo con absoluta tranquilidad porque se asesoró con un abogado que le aseguró que lo que se pone en Facebook es "totalmente público". "Es como gritarlo en medio del estadio", simplificó.
Todo ese material —con los nombres y los rostros a la vista— forma parte de una presentación que ha hecho ante autoridades y otros grupos de la Bnai Brith.
Buena parte de los comentarios aluden al "poder oculto" de los judíos que aspiran a "dominar el mundo" a través del control de los medios económicos. "Son argumentos del antisemitismo moderno", apuntó Kierszenbaum. Algunos de los que revelan su judeofobia están vinculados a la Policía o a las Fuerzas Armadas.
Ante una noticia sobre un niño palestino que sobrevivió al ataque en Gaza y juró venganza, un hombre escribió: "A los judíos hay que hacerlos jabón". Recibió 10 "me gusta", pero también algunos comentarios críticos, por lo que luego subió el tono: "Judíos asesinos de mierda (...) Ya de paso pueden ir al comité israelí a mamársela a los jabones". El autor es un joven oriundo de Canelones y fanático del rock.
"La verdad gurí vamo a matar a los judíos del orto, yo te acompaño", escribió otro hombre joven, que tiene como foto de perfil un escudo del club Progreso. Entre los antisemitas hay muchos futboleros, sobre todo de Peñarol y Nacional.
Otro que opinó sobre la misma nota se refirió a los judíos como "sionistas genocidas". A diferencia de los demás, este es estudiante avanzado de abogacía y en su foto de portada figura dando una charla en una actividad de la Universidad de la República. "Hay que darles plomo ya que la justicia internacional mira para el costado", dijo entre otras cosas.
Kierszenbaum se detuvo en este comentario. "Judíos y sionistas, ¿son lo mismo?", se preguntó. La respuesta es no. "Sionismo es el anhelo del pueblo judío de vivir en Israel", sintetizó. Aclaró que no todos los judíos son sionistas ni apoyan las políticas del gobierno de Israel. Para él, "el antisemitismo tiene un fuerte componente de desconocimiento".
Cuatro tipos.
Suele decirse que hay cuatro tipos de antisemitismo que se clasifican por colores. El amarillo es el que proviene de la Iglesia Católica. Este es el "más visceral", según Kierszenbaum. "Es el que transmite de generación en generación que los judíos somos los que matamos al hijo de Dios". El segundo es el del islam; se lo clasifica como antisemitismo verde. El tercer tipo es el vinculado a los nazis y a los grupos de la derecha política, y se lo identifica con el color marrón. El último, de color rojo, es el antisemitismo de la izquierda. "Es el que asocia lo que haga el Estado de Israel con las comunidades judías", explicó.
En Uruguay hoy no hay antisemitismo organizado, pero sí antisemitas desperdigados. Tampoco se ha constatado presencia de islámicos antijudíos.
Mizrahi, de grupo Radar, afirmó a El País que si bien su investigación no arrojó un aumento cuantitativo de la judeofobia, sí reveló la fuerza de un tipo de antisemitismo: el de los "intelectuales de izquierda" que se dicen contrarios a Israel pero, en realidad, "disfrazan su judeofobia de antisionismo". "Es la nueva forma de la judeofobia del siglo XXI, muy común en Europa, que ahora está llegando a Uruguay", agregó. Mizrahi considera que las declaraciones de algunos gobernantes uruguayos tras el conflicto de 2014 alimentaron ese perfil. Se basa en otra pregunta realizada en octubre en la que indagó quién aparecía como principal culpable de la guerra. El porcentaje de los que señalaron a Israel por sobre Palestina aumentó respecto a los datos de febrero.
Por otra parte, Mizrahi sostiene que lo que la investigación de Kierszenbaum pone de manifiesto es que ya no es "políticamente incorrecto" agraviar a los judíos. Para él, el conflicto en Gaza lo volvió algo "tolerable" y ahora se dice sin tapujos, "con nombre y apellido".
A la Justicia.
En el avión de la compañía Germanwings, que se estrelló contra los Alpes a fines de marzo, había 150 personas que fallecieron en su totalidad. De esas, 42 eran de origen catalán.
La tragedia despertó cientos de comentarios burlones de españoles en Twitter. "Vale, lo voy a decir yo, pero media España está pensando que ojalá los 45 apellidos españoles sean de catalanes, vascos y panchitos", escribió uno. "A ver, a ver, no hagamos un drama, que en el avión iban catalanes, no personas", se despachó otro.
La asociación de abogados independientes Drets recibió 1.800 denuncias de internautas por esos comentarios. Analizaron las capturas de pantalla aportadas y seleccionaron solo aquellos tuits "que atentan contra el conjunto de catalanes y que, por tanto, incurren en un delito tipificado en el artículo 510 del Código Penal, ya que atizan el odio, la discriminación y la violencia contra un colectivo por razón de su origen", dijeron en un comunicado.
Denunciaron penalmente a 38 personas, pero solo uno fue procesado con prisión porque tenía antecedentes de otros comportamientos discriminatorios.
María Luisa Tosi, docente titular de Informática Jurídica en la Facultad de Derecho de Udelar, explicó a El País que lo que ocurrió en España podría replicarse en Uruguay. "Debe haber un millón de disparates en Twitter a los que nadie les da bolilla hasta que a alguien se le ocurra que hay una violación de una norma jurídica. El tema es que ese alguien lo lleve adecuadamente a la Justicia y lo pruebe".
Tosi señaló que si bien no hay una ley específica sobre delitos informáticos, en principio no es necesaria ya que "todo lo del mundo virtual proviene del mundo real". La clave es que los jueces y los fiscales estén "lo suficientemente dispuestos a aceptar la tecnología".
Los comentarios antisemitas registrados por Kierszenbaum podrían constituir un delito si alguien los denunciara. En el artículo 149 bis del Código Penal dice: "El que públicamente o mediante cualquier medio apto para su difusión pública, incitare al odio, al desprecio, o a cualquier forma de violencia moral o física contra una o más personas en razón del color de su piel, su raza, religión u origen nacional o étnico, será castigado con tres a dieciocho meses de prisión".
Por ahora, en la Bnai Brith no planean denunciar a nadie, pero sí tienen claro que les queda una ardua tarea de "acercamiento y educación" por delante.
Insultos e ignorancia en Facebook.
"Y a los isreaelies les enseñan desde chiquitos que son odiados por el mundo por ser judios! Nadie odia a un judio por ser judio ni a un cristiano por ser cristiano como mucho habemos quienes odiamos a los sionistas por tratarnos como ganado y utilizar la corrupcion para adueñarse de el poder economico a nivel mundial".
"Sionistas genocidas y donde esta la corte penal internacional para juzgar a estos genocidas a es cierto me olvide no son genocidas porque tienen poder económico ratas inmundas tendrían que estar en prisión por crímenes de lesa humanidad".
"A los judíos hay que matarlos a todos".
"A los judíos hay que hacerlos jabón(...) Justamente comento esto para que los pelotudos como ustedes comenten estos disparates y demuestren lo basura que son... JUDÍOS ASESINOS DE MIERDA!!! (...) Ya de paso pueden ir al comité israelita a mamarsela a los jabones".
"Judíos Asesinos Genocidas Invasores. Palestina Libre!!"
"El holocuento no lo cree nadie actualmente. El holocuento ya fue, ni los niños creen esa pavada. No habían ni 3 millones de judíos en toda Europa en esa época, dejen de mentir e insultar la inteligencia de la gente (...) Yo a vos te voy a reportar por terrorista y apoyar el genocidio palestino. Lo que hicieron ustedes en Gaza es espantoso, eso sí que es un holocausto. Asesinos, terroristas".
"Al final el tío Adolfo tenía razón".
"Estos judíos de mierda se creen que la plata lo compra todo, marche un musulman con bombas para aquel cretino con kipa de la mesa 1".
"Judíos de mierda! Son la escoria y se hacen los ofendidos".
"(...) Si terminan con un puñado de judíos no me quita el sueño, cada quien recoge lo que siembra. Hace años q se hacen las víctimas y estan matando niños y mujeres como si fueran descartables".
Nivel de rechazo es "aceptable" en Uruguay.
Los niveles de judeofobia encontrados por Radar son "aceptables" en comparación con el resto del mundo, aunque no hay datos confiables que permitan un análisis comparativo riguroso. De todas formas, en la Bnai Brith impactaron. Más todavía cuando se enfrentaron a los rostros antisemitas que les mostró Carlos Kierszenbaum. Entonces la reacción fue de "sorpresa", contó Kierszenbaum a El País. "Es duro, muy duro, ponerles cara a las estadísticas", afirmó. Hasta ahora a nadie le ha surgido el impulso de denunciar a esas personas en la Justicia. "No es mi intención meter a nadie preso. Acá hay gente, vidas, familias. Creo que el desafío es la educación: enseñar a la gente que no se puede generalizar, que no todos los judíos pensamos las mismas cosas ni somos iguales", dijo. En la colectividad hay quienes quisieran que las voces antisemitas en Facebook se callaran, pero otros, como Kierszenbaum, prefieren oírlas. "Si no, vivís en una mentira". Él sostiene que los judíos tienen el "desafío" de "acercarse" a la sociedad y conseguir más socios para combatir la judeofobia.
Regulación de internet "no es pertinente", según docente
Ha habido algunos proyectos de ley tendientes a regular Internet. Pero para María Luisa Tosi, docente de Informática Jurídica y Derecho Telemático en la UdelaR, "no es pertinente" legislar sobre el tema por varios motivos. Primero porque "es un fenómeno global" que abarca la vida en general. Más que una ley específica, Tosi cree que lo mejor es hacer "pequeñas adaptaciones" a la normativa actual de modo que los delitos cometidos en la web no escapen al marco jurídico.
En segundo lugar, la docente dice que una ley así "corre el riesgo de ser inaplicable o quedar obsoleta en breve". Aunque hace 20 años que existe Internet, los jueces y los fiscales aún no están "lo suficientemente dispuestos" a incorporar la tecnología en sus fallos y acusaciones. Han avanzado, sí, en el procesamiento de varios jóvenes que difunden videos sexuales y lesionan el honor de otro. Pero aún falta, por ejemplo, para que un fiscal promueva por su cuenta una acción.
En tanto, los denunciantes no siempre logran ofrecer una prueba clara y bien preservada de lo que denuncian. Tosi celebró que la Policía cuente con un departamento dedicado a los Delitos Informáticos, dependiente de Crimen Organizado. En muchos casos se necesita la colaboración de las empresas dueñas de las redes, como Facebook o Twitter, que según la docente "generalmente colaboran".