martes, 25 de septiembre de 2012

Luces y Sombras del Año que pasó

Lic. Rafael Winter De acuerdo a la tradición del pueblo de Israel, Iom Kipur, el día más sagrado del calendario hebreo, es el momento culminante de un período de Diez Días que comienza con Rosh Hashana, el Año Nuevo Judío. Es en Iom Kipur cuando especialmente confluyen los conceptos de recogimiento, arrepentimiento, introspección y balance. Mirar hacia atrás para mejor construir hacia adelante. Al mirar hacia atrás en el año hebreo transcurrido, al realizar nuestro balance espiritual, personal, general nos encontramos con muchos hechos a destacar: algunos buenos, otros no tanto. Uno de los acontecimientos más señalados del año 5772 fue la liberación del soldado Guilad Shalit luego de cinco largos años de cautiverio bajo grupos terroristas. Shalit pasó a ser un emblema, un símbolo del pueblo y del Estado de Israel. Esto nos lleva a la compleja y dramática realidad del Medio Oriente, que tantas variables ha tenido en el año que pasó. La así denominada “primavera árabe”, que en algunos países ha dado indicios de cambios eventualmente positivos, tiene en estos momentos y desde hace tiempo su “epicentro” en Siria, enfrentada en un conflicto civil sangriento cuya cantidad de víctimas nunca se conocerá. Nuestro deseo es que no sufran más inocentes. Lamentablemente en la región -aunque no sólo en ella- sigue imperando y proliferando el fundamentalismo y el terrorismo. Un flagelo de la humanidad. Con el apoyo del gobierno de Irán que de un tiempo a esta parte, se ha transformado en el principal enemigo de Israel. Que proclama abiertamente su destrucción. Que, en cada ocasión que tiene, niega el Holocausto del pueblo judío. Parecería que parte de la humanidad se ha dado cuenta de que Irán no solamente constituye un peligro real para Israel sino también para la estabilidad de la región. En el contexto de lo anteriormente citado, es digno de mencionar una vez más el valor, el coraje del Secretario Gral. De las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon quien en la reciente Conferencia de Países No Alineados que tuvo lugar en Irán, criticó a dicho país por negar la Shoa y por proclamar la destrucción del Estado de Israel, miembro de las Naciones Unidas. A pesar de todo y más allá de sus problemas internos, Israel sigue creciendo –crisol de diásporas- en cantidad de habitantes, en nivel científico, tecnológico como así también en distintas ramas de la cultura, siendo un faro luminoso en la región. Su Presidente, Shimon Peres - si D’os quiere próximo a cumplir los 90 años - es sin duda una personalidad que simboliza especialmente ese país, su creatividad, pujanza y vitalidad. En otro orden de cosas la lucha en favor de los Derechos Humanos debe continuar con más vigor que nunca. Sigue habiendo países en los cuales imperan, en mayor o menor medida, la discriminación, la xenofobia, el racismo, el antisemitismo. La negación del derecho a ser diferente. La causa de los Derechos Humanos es sagrada y de una forma u otra hay que luchar por ella todos los días. Destaquemos algunos acontecimientos especiales. Cumpliendo un anhelado sueño, el grupo Or-Avodati de la Kehila realizó su viaje a Israel. Un hito en la historia de la Kehila en particular y de la Comunidad judía en general, pero en realidad va más allá: es un hecho sin precedentes que enorgullece a toda nuestra sociedad. Otro gran acontecimiento a señalar fue el encuentro de representantes del judaísmo latinoamericano con el Papa Benedicto XVI, entre los cuales también participó el Presidente del Comité Central Israelita del Uruguay. El diálogo interreligioso es algo imprescindible y específico que debe estar permanentemente en nuestra agenda. Ojalá que dicho diálogo se pueda hacer extensivo a todas las confesiones religiosas en general. Al comenzar un nuevo año hebreo, el 5773, queremos desear lo mejor para el Uruguay, país en el que nos sentimos profundamente integrados en todos los aspectos. Apreciamos plenamente sus realizaciones y sus logros, de la misma forma que consideramos que la crisis de valores universales, es seguramente la raíz de los problemas que todos juntos debemos enfrentar. Como judíos uruguayos tendremos siempre en el mejor de los recuerdos lo que nuestro país ha hecho en momentos decisivos de la historia del pueblo judío, como lo fue su apoyo incondicional a la creación y consolidación del Estado de Israel. En la persona del Prof. Enrique Rodríguez Fabregat se concentraron en su momento distintas ideologías y partidos políticos, sin distinción de banderas e insignias. Para finalizar: el 21 de setiembre se conmemoró un nuevo Día Internacional de la Paz. En ese sentido deseamos que llegue el momento en el que la Paz no sea solamente objeto de un día de conmemoración sino una tangible realidad de todos los días. Para Israel y para toda la humanidad. Que seamos todos inscriptos en el Libro de la Vida. Y que éste sea un año pleno de bendiciones y realizaciones.

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