miércoles, 18 de mayo de 2011

Opinión. Unidos por el odio contra Israel

Las noticias de la semana pasada sobre el acuerdo de unidad entre Fatah y Hamas confundieron a Israel y el mundo. Elementos oficiales cuestionan cómo es posible que el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmmud Abbas, en plena concreción de acciones por la reanudación del proceso de paz con Israel, hable de un gobierno de unidad con la organización terrorista Hamas.

Abbas, absteniéndose del conocido refrán árabe que “solo un burro comete el mismo error dos veces”, reiteró la misma equivocación que hizo con respecto a Hamas hace tan solo cuatro años. Tras perder la Franja de Gaza en manos de Hamas, en la revuelta militar de 2007,
Abbas somete hoy a la Autoridad Palestina al riesgo de perder Cisjordania a favor de Hamas.
La medida de Abbas introduce el proceso de paz israelí-palestino en una tendencia decreciente dado que ningún país soberano hablará de paz con una organización terrorista comprometida con su eliminación.
No hay lugar a error. Hamas no está interesada en la paz. La Carta de intención de la organización llama a la eliminación del Estado de Israel y sus líderes expresan esa aspiración, día a día.
Su desmerecimiento a la paz y su unión a la Jihad son claros. Por ejemplo; Ismail Haniye, Jefe del gobierno de Hamas en la Franja de Gaza, se apenó, públicamente, por la muerte de Bin Laden, y llamó al mayor de los terroristas “Santo”. Condenó la exitosa operación norteamericana y acusó a Estados Unidos de “asesino”. Quizás no deba sorprender dado que recordamos, con claridad, los festejos en la calle palestina tras el atentado del 11 de septiembre de 2001. Parece que nada cambió y ninguna lección se aprendió.
Mientras los líderes de Hamas condenaban el asesinato de Bin Laden, Abbas decidió expresar su apoyo moderado a la operación de Estados Unidos. ¿Cómo puede un gobierno de unidad palestina expresar, al mismo tiempo, dos mensajes tan contradictorios entre sí? Quizás Abbas
quiere que, el nuevo gobierno, tenga dos direcciones estratégicas diferentes: Hamas hablando radicalmente en árabe para agradar a la calle árabe mientras él y el Primer Ministro Salam Fayyad hablan, moderadamente, en inglés para agradar a los oídos occidentales. Esa
estrategia naif en el mejor de los casos (y peligrosa, en el peor), demuestra que Abbas no evalúa como correcta la agenda destructiva y manipuladora de Hamas.
Hamas se sumará al partido de Fatah de Abbas para construir una estructura terrorista en Cisjordania, en las colinas de Jerusalén, no para la paz sino a favor de intereses territoriales.
Uno de los objetivos supremos de Hamas es reconstruir, en Cisjordania, la estructura terrorista que el sistema de seguridad israelí logró destruir en la última década. Hamas aspira, en especial, ese territorio dada su cercanía con Jerusalén, Tel Aviv, el aeropuerto Ben Gurion y otras ciudades israelíes. Con motivo de los importantes desafíos de seguridad que esa región representa para Israel, constituye una “tierra de oportunidades” para Hamas.
Bajo el gobierno de unidad palestina, para Hamas será más fácil materializar su aspiración en Cisjordania. La organización introducirá, en Judea y Samaria, la cultura de la Jihad responsable de la Segunda Intifada en la que cientos de israelíes fueron asesinados y
miles resultaron heridos. Israel debe impedirlo a cualquier precio. El Estado judío no puede permitir ese peligro sobre israelíes y palestinos. Tenemos una obligación moral de oponernos a un gobierno de unidad entre Fatah y Hamas. Abbas comprende que, el proceso de paz, será destrozado en manos de Hamas, organización extremista que declaró, taxativamente, que en su concepción no hay ningún lugar para Israel. Después de todo, Hamas declara, abiertamente, que aspira al Medio Oriente musulmán, controlado por la ley de la Sharía y limpia de judíos, cristianos y musulmanes laicos.
Para que haya alguna probabilidad para la paz, Israel y la Autoridad Palestina deben unirse a fin de destruir la capacidad militar de Hamas en Gaza, en lugar de aceptar su expansión dentro de Cisjordania. Antes de una verdadera paz, entre Israel y los palestinos, deberá llegar un total desmantelamiento de armas, por parte de Hamas, en Gaza.
Desde la retirada de Israel de Gaza (2005) no obtuvimos la calma sino miles de misiles y bombas lanzadas hacia el interior de ciudades civiles. Si Hamas se extiende dentro de Cisjordania, creará otra base terrorista que limite con Jerusalén y Tel Aviv. Israel y la Autoridad Palestina no pueden permitirse una copia de lo que sucede en Gaza en Cisjordania. Israel y la Autoridad Palestina deben unirse a fin de destruir la estructura terrorista y aislar a Hamas. Debemos mancomunar esfuerzos para generar fuertes medios de defensa, en especial sistemas de defensa anti-misiles, como Cúpula de Hierro. Debemos, también, exigir no menos que la eliminación del poderío militar y terrorista de Hamas en Gaza.

*Avi Dichter se desempeña como miembro de la Kneset. Fue Jefe de los Servicios de Seguridad y Ex Ministro del Interior. Dirigió el Servicio de Seguridad de Israel durante el período de los ataques terroristas en la Segunda Intifada.

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