jueves, 23 de septiembre de 2010

Los riesgos estimados para Israel son muy altos”

Autor: Horacio Calderón
El analista argentino Horacio Calderón en diversas oportunidadades manifestó su pesimismo con relación al proceso de paz en Oriente Medio. Analiza friamente la situación y emite sus opiniones en base a un amplio conocimiento de lo que sucede y a una lectura de los acontecimientos según lo que se desprende de los propios protagonistas.
A continuación, algunas de sus avaluaciones.
*Sobre si la cumbre podría arrojar un resultado exitoso
Lamentablemente no, al margen de una foto para Barack Obama, y cabría decir que muy forzada en este caso tanto para israelíes como para palestinos. Estas “conversaciones de paz” entre Israel y la AP no son el resultado de un proceso natural de aproximación impulsado por actores como Egipto y Jordania, sino el de una serie de presiones insoportables del mismo Obama, que necesita mostrar algún tipo de éxito en materia de política exterior, frente a las elecciones de noviembre y a los desastres que enfrenta en Irak y Afganistán. De ahí las presiones para que se concrete esa convocatoria en Washington, D.C. El presidente parece no entender que su voluntarismo y vacua retórica no pueden conducir a resultados concretos, si se trata de solucionar conflictos de tan larga data en el Levante y el Medio Oriente.
Debe destacarse además que el premier Biniamín Netaniahu y el presidente Mahmud Abás tienen una muy escasa capacidad de maniobra dada la fragilidad de sus coaliciones. Es que una mínima concesión a la otra parte podría provocar la caída de sus gobiernos.
En consecuencia, la resolución de los puntos más sensibles en cuestión, como el trazado definitivo de límites, el retorno de los refugiados, el estatuto final de Jerusalén, los asentamientos en Cisjordania, el control de las fuentes y distribución de aguas y todo lo vinculado a la seguridad, tienen una muy baja probabilidad de ocurrencia y no sólo en los plazos que pretende Obama sino en un futuro previsible.
Pero no hay que olvidarse que los territorios palestinos están divididos en dos: Cisjordania y Gaza, separados por territorio israelí y que ni Hamás ni Al-Fatah, dividida en cinco partes, tiene asegurado su futuro.
*Sobre la posición de Hamás
“Durante un viaje a los territorios palestinos, poco antes de su ruptura, pude confirmar in situ que las diferencias entre ambos movimientos son irreconciliables. Hamás siempre será un obstáculo para cualquier proyecto que no coincida con su agenda, que no es fundar un Estado palestino, sino un emirato islamista regional que incluya a Egipto desde Gaza y a Jordania desde Cisjordania. Debe tenerse en cuenta que Hamás es la rama palestina de la Hermandad Musulmana egipcia. De ahí el primerísimo nivel de importancia de Egipto y Jordania en las negociaciones y por qué han sido invitados -para la foto de Obama- el presidente Mubarak y el rey Abdalá II, jefes de Estado de ambos países, respectivamente.

*Sobre qué pasa tras la cumbre
¿Después de la foto? Muy poco, si no nada, aunque tal vez por un tiempo podría presentarse como que fue un hito en el camino hacia la paz, porque esta especie de “fiesta” conviene a todas las partes, para ganar tiempo, por diferentes razones. El Medio Oriente parece tener un piso de pólvora, y una chispa podría conducir a una conflagración mayor…”.

*Sobre el conflicto por los asentamientos
Uno de los puntos más sensibles enlitigio que figuró en la agenda de la reciente cumbre. En este momento hay cerca de medio millón de colonos judíos viviendo en más de 100 asentamientos desde que Israel ocupó esos territorios luego de la Guerra de los Seis Días de 1967. Tanto la ocupación de esas zonas como la construcción de asentamientos son consideradas ilegales de acuerdo a la ley internacional, pero Israel nunca aceptó cumplir con ello. Justamente se vence a fines de septiembre el congelamiento de las construcciones y Netaniahu va a tener que ejercer una enorme presión sobre sus aliados para lograr una extensión del plazo. Y hablo de ampliación de plazos, no de terminar definitivamente con tales construcciones, que sería improbable sin que termine desintegrada la alianza gobernante. Ahora, si es altamente difícil si no imposible congelar las construcciones, sería mejor no imaginar el escenario al que podría desembocarse si se intentara evacuar a los colonos judíos de las zonas en litigio, o ponerlas bajo soberanía de un futuro Estado palestino.…
Por otra parte, nodebería siquiera imaginarse a un Gobierno israelí intentando imponer por la fuerza un plan como el de Gaza; que además de suscitar un grave conflicto religioso y por extensión político y militar, sería una catástrofe económica para el país. Y menos imaginable sería que ese medio millón de colonos decidiera evacuar voluntariamente lo que por razones religiosas consideran una tierra sagrada, por más que la ley internacional dicte lo contrario.
Tal vez lo más viable sería un intercambio de territorios, porque de eso se ha hablado, peropor múltiples causas cuenta con pocas probabilidades, ya que los sectores más intransigentes del sector palestino (“Jihad Islámica de Palestina”, etc.) difícilmente acepten este tipo de soluciones.

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