jueves, 3 de noviembre de 2011

Nuevas reglas para enfrentar un secuestro






Sólo una ley estricta sancionada por la Knéset sobre cómo actuar ante un secuestro cambiará las normas y realizará convenientemente el trabajo, tanto en lo que respecta a nuestros enemigos como a nuestra propia dirigencia política.
Durante decenas de años hemos tenido que acatar las reglas de juego en materia de secuestros impuestas por las organizaciones terroristas. El primer ministro – cualquier primer ministro, y por lo general solamente él - se ve obligado a aceptar un oprobioso "acuerdo" de liberación, bajo la enorme presión ejercida por los medios de comunicación y la opinión pública israelíes, que tienden siempre a adoptar la emotividad del momento.

No existe ninguna razón para no ponerle fin a esto ahora. Todo lo contrario. Acabamos de darles a nuestros enemigos todas las razones del mundo para que continúen con sus secuestros. Hezbollah ya no tiene más presos que liberar, y decidió por ahora abandonar el juego; pero Hamás y otros grupos palestinos cuentan con miles de terroristas encarcelados en Israel.

Antes de que ocurra otro rapto y complique aún más las cosas, tenemos que cambiar las reglas del juego e imponer limitaciones a todas las partes involucradas. No debería ser tan difícil de lograrlo.

Para llevarlo a cabo, necesitamos una nueva legislación que establezca que cualquier "acuerdo" para la liberación de cautivos requerirá una mayoría de 80 a 85 miembros de la Knéset. Tal mayoría será algo muy difícil y hasta imposible de conseguir. Por otra parte, la ley determinará que aquel prisionero que fuera liberado una vez y que retornara al terrorismo, no será puesto en libertad de nuevo. Esta será la nueva política israelí, democrática en sus fundamentos.

Ya que se trata de un dilema moral de primer orden, la votación de la Knéset deberá ser secreta, a fin de neutralizar los efectos de la opinión pública y otras manipulaciones emocionales (que a menudo hemos tenido que presenciar en el último caso de secuestro). En este caso, la descentralización del proceso de toma de decisiones sería, de hecho, un modo de ejercer el control.

El enemigo comprendería que de ahora en adelante ya no bastará con ejercer presión sobre una sola persona, generalmente el primer ministro. Por el contrario, el nuevo proceso contará con la participación de todos los partidos que componen el espectro político de Israel. Al establecerse el requisito de una mayoría de más de 80 diputados de la Knéset, el enemigo se dará cuenta de que la aprobación de un acuerdo resultará prácticamente imposible.

Esto supondrá un claro mensaje de disuasión: secuestrar israelíes no da buenos resultados. Al contrario de lo que afirman las propuestas que se han hecho, la pena de muerte no disuade a los futuros raptores, sino más bien, la inviabilidad. La ley propuesta asegurará su definición.

Mientras nos conformemos con las recomendaciones del Comité Shamgar, nada se logrará. Tales recomendaciones no son vinculantes ni entrañan una modificación de la realidad. Sin embargo, una ley estricta sancionada por la Knéset cambiará las normas y realizará convenientemente el trabajo, tanto en lo que respecta a nuestros enemigos como a nuestra propia dirigencia política.

No hay nada más democrático que esto: los canjes ya no tendrán que concluir a altas horas de la noche, mientas al público se le ofrece un acuerdo acabado. Por el contrario, serán desarrollados como parte del proceso democrático. Este tipo de operaciones nos pertenecen a todos, por el terror que puede generar y por el potencial de perjuicio que tiene para los ciudadanos; por tal razón, debemos dejar que la población y sus representantes participen del proceso, no sólo las familias y los medios de comunicación. En cualquier caso, la Corte Suprema de Justicia se inhibió de decidir sobre cuestiones relacionadas con el secuestro.

Una observación final: una maniobra de estas características conllevará un gran alivio para nuestros líderes. Ellos sabrán así que no están solos en este asunto, sino que cuentan ahora con un amplio proceso que los respalda y los protege cuando deciden rechazar este tipo de acuerdos.

¿Por qué deberían hacer frente a estos ilógicos dilemas morales por su cuenta? ¿Por qué tendrían que enfrentar solos la inmensa presión de los medios de comunicación?

La legislación los respaldará por completo. Será una ley preventiva que tenga como fin modificar la realidad y ofrecer protección. Sobre todo, nos protegerá a nosotros.




AMARGA ALEGRIA




El acuerdo dejará a Gilad Shalit en libertad, pero también dejará en la calle a centenares de asesinos.


Si conociéramos los detalles de las reuniones en el El Cairo entre David Meidan, el enviado de Netanyahu, y Ahmed Al-Jabari, el jefe militar de Hamas –con la presencia de egipcios y alemanes, y la supervisión de Yoram Cohen, el jefe del Shin Beit–, tendríamos el guión de una película de intriga. Debió ser arduo llegar al acuerdo que implica la liberación del joven israelí Guilad Shalit a cambio de la excarcelación de 1.027 presos palestinos, 500 de ellos con delitos de sangre. Arduo y para los israelíes muy duro de digerir.
En la lista del acuerdo están, entre otros, Zaher Jabarin i Yihya Sanawar, fundadores de la fracción más mortífera de Hamas, y algunos de los artífices de sangrientos atentados. Significativamente no están en la lista prisioneros como Barghuti, probablemente porque Hamas no tiene interés en liberar a líderes de Fatah, sino sólo a los suyos. Sea como sea, la lista es una bofetada directa a la seguridad de Israel, que abre un camino de secuestros muy peligroso.
Como decía un artículo de Haaretz, "In Shalit deal, Israel crossed its own red lines" ("En la negociación de Shalit, Israel cruzó sus propias líneas rojas"). Pero al mismo tiempo que ha cruzado sus propias líneas rojas también es cierto que la liberación de Shalit era muy importante para la sociedad israelí, profundamente conmovida por la tragedia de este chico secuestrado a los 19 años y que lleva cinco en un lugar desconocido, sin ningún contacto exterior. Nadie sabe cómo está ni anímica ni físicamente. Por supuesto Hamas no ha tomado en cuenta la convención de Ginebra, y toda la corte de organizaciones que se pasan la vida vociferando contra la maldad israelí respecto a los palestinos ni tan sólo han aparentado que se preocupaban por él.
¿Dónde ha estado la Cruz Roja, por poner un ejemplo emblemático? Y la "neutralidad" periodística, que hablaba de "soldado retenido", como si Shalit estuviera retenido en un atasco de tráfico. Y en el colmo de la doble moral, ahí está la vergüenza de los famosos cooperantes de la flotilla solidaria con los palestinos, que se negaron a llevar una carta de los padres de Shalit a Hamas, no fuera caso que se contaminaran preocupándose por una víctima judía. Vender como solidaridad lo que es pura militancia ideológica es otra forma de maldad, que perpetúan a menudo todos los voceros del antiisraelismo progre. Y así ha estado Shalit abandonado a la única preocupación de los suyos.
El acuerdo lo dejará en libertad, pero también dejará en la calle a centenares de tipos que han puesto bombas, han segado vidas y han destruido familias. Y ese acuerdo, que ningún país del mundo firmaría, lo firma Israel para salvar a uno de los suyos. Es una amarga alegría, un asco en la boca del estómago, una profunda rabia, pero es Shalit devuelto a la vida. Y como dice el Talmud, "quien salva una vida, salva a la humanidad entera". Esperemos que piensen lo mismo los asesinos liberados.

El Dolor de una Madre



El precio de permitir que asesinos salgan en libertad.




¿Por qué será que los familiares de las víctimas del terror son aparentemente los únicos en contra del intercambio de prisioneros? Mientras que otros israelíes celebran, nosotros estamos desesperanzados.
Arnold y Frimet Roth hicieron circular una petición en contra de la liberación de Ahlam Tamimi, una cómplice en el asesinato de su hija Malki en la pizzería Sbarro.
Tamimi dice que se alegra de que muchos niños hayan sido asesinados en el ataque. Meir Schijveschuurder, cuya familia fue masacrada en el mismo ataque, presentó una petición a la corte suprema y dice que va a dejar Israel debido a sus sentimientos de traición. Los padres de Yasmin Karisi sienten que el estado está bailando en su sangre porque Khalil Muhammad Abu Ulbah, quien asesinó a su hija y a siete personas más atropellándolos con un bus en el cruce Azor en el año 2001, también está en la lista para ser liberado. Veintiséis personas más fueron heridas en ese ataque.
¿Por qué tantos de nosotros estamos en contra del intercambio que permite que asesinos y sus cómplices salgan en libertad? Porque conocemos el sufrimiento que esos asesinos dejan a su paso.
Sí, yo quiero que Gilat Shalit sea liberado. Pero no a cualquier precio. No al precio que nosotros hemos pagado.
Mi hijo Koby Mandell y su amigo Yosef Ish Ran fueron asesinados por terroristas hace 10 años cuando ellos tenían 13 y 14 años. Ellos habían salido de excursión en una rambla cerca de nuestra casa cuando fueron atacados por una banda palestina y apedreados hasta la muerte. Fue un asesinato brutal y despiadado.
Actualmente nosotros dirigimos la Fundación Koby Mandell para familias de víctimas del terror. Dirigimos Camp-Koby, un campamento de 10 días para 400 niños que han perdido seres queridos, la mayoría de ellos a manos del terror. También dirigimos retiros curativos y grupos de apoyo para madres.
La mayoría de las personas no entienden la continua devastación del dolor: padres que mueren de ataques al corazón, madres que se enferman de cáncer, niños que abandonan la escuela, familias cuyo hijo único fue asesinado. Nosotros vemos depresión, suicidio, síntomas de trastorno de estrés post-traumático. No creerían cuantos familiares de víctimas aún toman pastillas para dormir y medicamentos contra la ansiedad. Vemos el dolor que no se reduce con el tiempo. Nosotros vemos a las personas literalmente morir de tristeza.
Familias desconsoladas enfrentan un agudo aislamiento psicológico.
“Nadie nos entiende”, se quejan ellos a menudo.
Ellos quieren decir que nadie entiende la duración o la intensidad de su dolor y de su nostalgia. Como consecuencia del intercambio de prisioneros, este aislamiento solamente se verá agravado.
Y lo mismo ocurrirá con el sentimiento de que las muertes de nuestros hijos no importan.
Cuando la gente me decía que la muerte de mi hijo Koby fue en vano, yo siempre solía decir: No, es nuestra labor hacer que su muerte sirva para algo.
Pero ahora no estoy segura. Parece que el gobierno está conspirando para garantizar que las muertes de nuestros seres queridos hayan sido en vano.
La degradación de las muertes de nuestros seres queridos solamente aumenta el dolor. Si Israel está dispuesto a liberar a los asesinos de nuestros seres queridos, entonces el resto del mundo puede observar y asumir que los terroristas son realmente militantes pacíficos. Si los palestinos estuviesen asesinando judíos a sangre fría sin justificación, seguramente el gobierno israelí no los liberaría.
Ningún gobierno cuerdo lo haría.
Cuando estábamos en shivá (duelo) por Koby, un general del ejército nos dijo: "Llevaremos a los asesinos a la justicia". Yo le creí. Tome sus palabras en serio. Hoy estoy agradecida de que los asesinos de mi hijo aún no han sido encontrados. Y también lo están mis hijos. No me malentiendan, por supuesto que me gustaría que los hubiesen encontrado, pero si ellos hubieran sido liberados en este intercambio de prisioneros, yo no habría podido soportarlo.
No queremos que otras familias sean puestas en nuestra situación.
No queremos que terroristas sean liberados cuando nuestros seres queridos están dos metros bajo tierra. Diez años después de que mi hijo fue apedreado hasta la muerte, el dolor a menudo se siente como una prisión. En varias formas, no soy libre.
No queremos animar a otros terroristas dándoles el mensaje de que incluso si asesinan, ellos pueden no tener que permanecer en prisión para siempre. El Presidente Shimon Peres dice que él indultará pero que él no perdonará. Las familias de las víctimas del terror no indultarán ni perdonarán al gobierno por esta liberación.
Hemos sido traicionados. Indultar a terroristas es una burla a nuestro amor y a nuestro dolor.
Más aún, el terrorismo apunta a infundir miedo en una sociedad, para hacer que toda su población se arrodille. Durante la intifada, los terroristas no tuvieron éxito en derrotar a la sociedad israelí. Pero liberar prisioneros le demuestra a Hamas que su estrategia de terror fue correcta y efectiva.
Ellos celebrarán con entusiasmo porque han ganado.
Y como resultado del intercambio de prisioneros, el sistema judicial Israelí solamente puede ser visto como un chiste, una burla, como una parodia de la justicia.
No provee ninguna disuasión o castigo. Es como si nuestro gobierno le dijese a los asesinos: Vengan a herirnos nuevamente. Estaremos felices de liberarlos algún día. Los dejaremos salir cuando lo pidan.
Yo quiero que Gilat Shalit vuelva a casa.
Y ciertamente debemos proteger a nuestros soldados. Pero no con un intercambio de prisioneros al por mayor. Me gustaría poder regocijarme con la familia Shalit. Pero no puedo. El precio es demasiado alto.

Las 7 Leyes de Noaj



La idea judía es que la Torá de Moisés es una verdad para toda la humanidad, ya sea judíos o no. La Torá (como lo explica el Talmud – Sanedrín 58b) presenta siete mitzvot que los no-judíos deben cumplir. Estas siete leyes son los pilares de la civilización humana, y son llamadas las “Siete Leyes de Noaj”, ya que todos los seres humanos son descendientes de Noaj. Ellas son:
1. No matar.
2. No robar.
3. No idolatrar falsos dioses.
4. No ser sexualmente inmoral.
5. No comer un miembro arrancado de un animal vivo.
6. No maldecir a Dios.
7. Establecer cortes y llevar a los infractores ante la justicia.
Maimónides explica que cualquier ser humano que observa atentamente estas leyes gana un apropiado lugar en el cielo. Así que como ven, la Torá es para toda la humanidad, sin necesidad de conversión.
Así mismo, cuando el Rey Salomón construyó el Templo Sagrado en Jerusalem, le pidió específicamente a Dios que considerara los rezos de los no-judíos que iban al Templo (I Reyes 8:41-43). El Templo era el centro universal de la espiritualidad, el profeta Isaías se refirió a él como una "casa para todas las naciones". El servicio en el Templo Sagrado durante la semana de Sucot ofrecía un total de 70 ofrendas de Toros, correspondientes a cada una de las 70 naciones del Mundo. De hecho, el Talmud dice que si los romanos (quienes destruyeron el Templo) hubieran entendido cuanto beneficio recibían del Templo, ¡ellos nunca lo hubieran destruido!
Hoy en día, hay muchos grupos activos de no-judíos llamados "Bnei Noaj" quienes cumplen atentamente las Siete Leyes de Noaj.

Las razones de Israel para cambiar a un soldado por mil presos palestinos






No es la primera vez que Israel cambia miles de presos palestinos por un soldado israelí.

Detrás del drama humano del intercambio de prisioneros israelíes y palestinos hay una extraordinaria asimetría: la tasa que decreta que un sólo soldado israelí es igual a 1.027 prisioneros palestinos. ¿Cómo se llega a esta cifra?

La disposición de Israel a acordar estos términos es, al mismo tiempo, una muestra de fortaleza y debilidad.


Es una fortaleza porque reafirma a las tropas de reclutas y a sus familias que se hará todo lo posible para asegurar el regreso de sus soldados si son capturados. La frase "ningún soldado será abandonado en el terreno" no es una afirmación vacía.

Es una debilidad porque promueve el alto precio que se puede sacar a Israel de cualquier posible futura captura que involucre a un militar, y quizás hasta a un civil.

Existen varios factores detrás de este acuerdo. La naturaleza del ejército israelí, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), es uno de ellos.

A pesar de lo que digan muchos de sus críticos, las FDI son vistas por muchos israelíes como una expresión fundamental de su país, al mismo tiempo que como sus guardianes.

El servicio nacional, muy mal pagado y con frecuencia tedioso y arriesgado, es obligatorio y una de las mejores experiencias para crear lazos en la sociedad judía israelí.

Para la comunidad judía, que representa cerca de tres cuartos de la población israelí, el ejército es visto sencillamente como un país en uniforme. Como resultado, todavía produce una especie de reacción emocional que ha sido en buena parte olvidada en países como el Reino Unido o Estados Unidos, que cuentan con un ejército asalariado.

Tal y como lo dijo el presidente Shimon Peres, sin las Fuerzas de Defensa israelíes no habría Israel.

Vida sagrada

Esto es lo que crea presión política, que pocas veces se produce en otras partes del mundo, cuando un soldado es capturado.

La familia de Gilad Shalit se ha convertido en una excelente organización de cabildeo dentro de Israel, con una presencia muy visible en la vida nacional.

En ese respecto, compara el destino del sargento Shalit con el de Bowe Bergdahl, el joven soldado estadounidense capturado por radicales en Afganistán hace unos dos años y medio.

El ejército estadounidense puede estar haciendo esfuerzos para rescatarlo, pero su destino no está en la agenda del día de la política de Estados Unidos.

Más allá, existen bases filosóficas de Israel y el estado judío.

Las tradiciones del judaísmo hacen un poderoso énfasis en lo sagrado de la vida y en la obligación de redimir o rescatar al cautivo. El Talmud (texto clave de la ley y ética judía) dice que aquel que salva una vida debe ser considerado como si hubiera salvado a todo un mundo.

El primer ministro Benjamin Netanyahu aludió a esa enseñanza para explicarle a la nación el motivo por el cual decidió cerrar el acuerdo para liberar a Gilad Shalit.

La familia del soldado capturado se convirtió en una importante organización de cabildeo en Israel.

También hay en juego factores menos eminentes.

Primero: históricamente está claro que si Israel hubiera tenido una opción militar para rescatar a Gilad Shalit la habría tomado. No existía una vía militar para rescatarlo.

Segundo: en estas circunstancias, los enemigos de Israel saben el tipo de precio que está preparado a pagar para liberar a los suyos. Ese conocimiento ayuda a crear una figura de referencia.


Era sabido, o se rumoreaba, que durante años los gobiernos israelíes estuvieron dispuestos a pagar sumas sorprendentes para obtener cualquier información que los ayudara en el rescate de Ron Arad, un oficial de la aviación que fue abatido en Líbano en los años '80, y quien se cree que estuvo una temporada a manos del gobierno iraní.

Ahora se cree que lo más probable es que haya muerto en cautiverio. Pero mientras existió cualquier esperanza de recuperarlo vivo, Israel estuvo preparado a pagar fuertes sumas para salvarlo.

Existe otro precedente. En 1985 Israel liberó a 1.150 prisioneros en intercambio por tres soldados de la IDF.

El acuerdo entonces fue más controvertido que el actual con Gilad Shalit, pero sugiere que el gobierno israelí de ese tiempo hizo los mismos cálculos políticos y emocionales.

El papel de Egipto

Presumiblemente, Netanyahu calcula que el relativo silencio que hay en Cisjordania y Gaza hace que tal intercambio sea más agradable a la opinión pública israelí.

Egipto también juega un papel importante en esto. Su ambición es ser el mayor mediador de Medio Oriente, y tiene influencia sobre Hamas, debido a que esa organización puede estar buscando un nuevo hogar en El Cairo si el colapso en cámara lenta de las fuerzas sirias la obliga a irse de Damasco.

También tiene sentido para Israel firmar un acuerdo negociado por El Cairo en un momento en que su desesperadamente importante acuerdo de paz con Egipto está más frío que nunca.

Nada de esto debe socavar el poder emocional de lo que prometía ser un día extraordinario.

La familia Shalit, en parte gracias a su propia determinación, estará completa otra vez. Una captura, que debió haber sido inimaginablemente deprimente, se ha terminado.

Muchas familias palestinas, por su parte, en Cisjordania y Gaza, celebrarán su propio momento de reunificación.

En el

lunes, 24 de octubre de 2011

Israel debe cambiar su postura ante situaciones de secuestros


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A cinco días del intercambio de prisioneros que permitió el regreso a Israel del soldado Gilad Shalit, el ministro de Defensa, Ehud Barak (foto), opinó que el Estado judío debe cambiar su postura ante situaciones de secuestros.
“Somos una nación que aprende y no deseamos repetir esto”, así que “haremos lo que debamos” para asegurarse de que nunca más Israel liberará un número tan grande de prisioneros a cambio de un rehén, le aseguró al Canal 2 de la televisión israelí en la noche de hoy, domingo.
El ex primer ministro aseguró que “Hamas entiende que no vale la pena intentarlo de nuevo”.
“Un país amante de la vida no puede continuar” liberando a más de 1.000 presos por un soldado, insistió.
“Este terreno resbaladizo tiene que parar, es necesario un cambio”, resumió Barak, quien estimó que Shalit probablemente haya estado cautivo en el sur de la Franja Gaza.
El ministro de Defensa negó que Israel se haya visto debilitado por el intercambio, sino que “se fortaleció la solidaridad”.
“Cumplimos con un código no escrito de protección de soldados que salen en misiones y terminan secuestrados; tenemos una obligación suprema para con ellos”, subrayó.
De todos modos, Barak admitió que la liberación de terroristas es un logro para Hamas, si bien prometió que los próximos 550 prisioneros de seguridad a ser excarcelados serán “mucho menos” peligrosos que los 477 primeros.

Israel y Palestina, las consecuencias morales de un canje



Si los palestinos obtuvieron una victoria política cuando reclamaron el ingreso a la ONU, Israel ha obtenido una formidable victoria moral canjeando a un soldado por mil palestinos, (1027 para ser más precisos). Si bien los líderes de Hamas festejan el acuerdo obtenido y el retorno de sus combatientes, queda claro que para la moral y para la historia Israel ha ganado la batalla probando que la vida vale y que esa vida debe ser respetada a cualquier precio.

En términos prácticos las negociaciones demuestran que un soldado de Israel vale por mil palestinos. No es Israel quien impuso esa proporción, sino los palestinos. Son ellos los que hoy festejan el retorno de sus combatientes, sin importarles o sin percatarse que de hecho están admitiendo la superioridad moral de su enemigo.

La relación de mil por uno es numérica, pero es también moral y política. Para que un acuerdo de esta naturaleza se haya llevado a cabo, es porque existen concepciones sobre la vida y sobre la muerte, sobre la sociedad y la trascendencia, que dan cobertura moral a determinadas soluciones. Es en ese sentido que hay que decir que la negociación entre palestinos y judíos puso en juego dos concepciones, dos visiones que incluyen a la política pero la trascienden.

Al respecto, no es ninguna novedad señalar que para los palestinos la vida de sus hombres está subordinada a la causa que dicen defender. Esa causa justifica no sólo la muerte de sus enemigos, sino el sacrificio de ellos mismos. Sus niños y adolescentes, también sus mujeres, son educados para el martirilogio. Hay que detenerse un instante a pensar sobre lo que significa un proceso de aprendizaje cuyo resultado consiste en la propia muerte en nombre de Alá.

Se dirá que todo proceso de liberación o toda lucha por ideales nobles exige arriesgar la vida. Es verdad. Pero una cosa es arriesgar la vida y otra muy diferente es sacrificarla. Es la sutil pero decisiva diferencia entre el guerrero y el suicida. Todo combatiente alienta la posibilidad de sobrevivir a la guerra. Esa esperanza otorga sentido a la lucha, ya que no hay coraje verdadero sin una cuota inevitable de miedo porque la valentía real exige sobreponerse al miedo de la muerte. Todas las estrategias militares clásicas parten de ese principio o de ese límite: los soldados en el campo de batalla pelean, no se suicidan. Desde Julio César a Napoleón, este principio orientó al arte de la guerra.

En el caso del suicida, esa lógica no existe; para el combatiente suicida su destino es la muerte, se ha preparado para morir y no sólo se ha preparado sino que, además, desea la muerte. El suicidio para el integrista constituye la verdadera salvación, la redención definitiva. Esa verdad la sabe él y su familia que celebra la marcha del hijo pródigo hacia la eternidad. Suicidas puede haber en cualquier sociedad, pero en este caso la diferencia está dada en que el suicidio es alentado desde la autoridad, desde el Estado.

El soldado profesional no es un suicida, ese es su límite. El límite obedece en el fondo a una concepción humanista que se impone a la lógica guerrera. Los generales pueden disponer de sus soldados para ir a la lucha, pero no pueden disponer de la vida de sus soldados. Esa diferencia es la que ha borrado el terrorismo suicida, que celebra jubilosametne la muerte de los otros y la suya.

La otra diferencia civilizatoria entre el soldado profesional y el terrorista se plantea en la relación que mantienen con los civiles. Los ejércitos profesionales combaten contra soldados profesionales y tratan de preservar a los civiles de la guerra. Este principio ha sido violado muchas veces, pero sobrevive, sobre todo en Israel. El terrorismo, por el contrario, no opera contra soldados profesionales sino que ataca objetivos civiles sin discriminar sexo o profesión.

¿Ejemplos? Entre los flamantes liberados se encuentran los autores intelectuales del atentado terrorista contra Dolphinarium, la disco de Tel Aviv. Como consecuencia del operativo murieron veinte jóvenes, cuya única culpa fue haber ido esa noche a bailar con sus amigos o sus parejas. Los judíos murieron, los terroristas se sacrificaron. Unos eligieron morir a los otros la muerte se les impuso. Los familiares de los judíos lloraron a sus muertos, los familiares de los terroristas los despidieron con cánticos y oraciones. ¿Se entienden ahora las diferencias culturales y civilizatorias? ¿Se entiende por qué la vida de un judío es equivalente a la de mil palestinos?

El sacrificio como virtud habilita a que la muerte sea deseada y celebrada. Desde esa perspectiva sería imposible que lo que hoy sucedió con Shalit se plantee a la inversa. Si por ventura Israel tuviera un prisionero palestino, la exigencia de canjearlo por miles de judíos no sería concebible, porque a los jefes de Hamas o Al Fatah no les temblaría la voz para dar la orden de sacrificar al prisionero en manos enemigas y el prisionero, por su lado, no esperaría otra cosa por parte de sus jefes.

No concluyen allí las diferencias. Israel tiene prisioneros palestinos, pero ellos son juzgados en tribunales constituidos por jueces que han enviado a la cárcel a más de un judío acusado de crímenes de guerra. El juicio se celebra con todas las garantías y a esas garantías el preso las mantiene en la cárcel. Los palestinos detenidos estudian, se casan, reciben visitas de familiares y de la Cruz Roja Internacional.

Ninguno de estos beneficios alcanzó a Shalit. El joven judío estuvo cinco años preso sin un tribunal que lo juzgue, sin recibir visitas de familiares o amigos y sin la posibilidad de ser asistido por los organismos de derechos humanos quienes, dicho sea de paso, nunca protestaron por esta situación, porque pareciera que a los terroristas palestinos les asiste el derecho de secuestrar y matar judíos sin rendir cuentas por ello. También en este punto las diferencias entre Israel y los palestinos son visibles y dan cuenta de dos concepciones antagónicas de la política y la vida. Durante cinco años Shalit fue un “desaparecido” público. Su cautiverio fue motivo de burlas, caricaturas ofensivas y antisemitas, y violaciones permanentes a sus derechos. El escarnio alcanzó a sus padres y a todos los que reclamaban por su libertad. Durante cinco años no lo dejaron hablar con sus familiares y si preservaron su salud fue para poder hacer posible el canje. Salvo Israel, nadie pidió por la vida de este pobre muchacho. Los supuestos barcos solidarios con la Franja de Gaza se negaron a entregar una carta de los padres de Shalit a su hijo.

En Israel la decisión de aceptar el canje en estas condiciones fue motivo de debates y enconadas discusiones que aún no se han saldado. Familiares de víctimas del terrorismo y políticos religiosos y laicos han protestado por la decisión del gobierno de Netanyahu de aceptar un canje en estas condiciones. Los opositores al gobierno han advertido que los terroristas liberados van a volver a las andadas como ya lo han demostrado en otras ocasiones. Al respecto, se recuerda que en 1985 Israel también aceptó un canje de prisioneros y un sesenta por ciento de los liberados retornó al terrorismo.

Este debate es imposible de imaginarlo en Gaza o en Cisjordania. Toda oposición en esta región es siempre oposición armada y las diferencias se resuelven con sangre. Imaginar una movilización de palestinos en contra de la decisión de Hamas o Al Fatah es imposible. Allí no hay “indignados”, mucho menos homosexuales reclamando sus derechos o periódicos que ataquen al gobierno sin contemplaciones. Tampoco existen intelectuales que planteen objeciones de conciencia, porque los únicos intelectuales aceptados en Gaza o Cisjordania son los intelectuales del poder.

Según las informaciones disponibles en Israel, los árabes israelíes salieron a la calle a festejar la liberación de sus “compañeros”. Algunas ciudades de Israel estuvieron embanderadas de consignas a favor de los terroristas liberados. En Gaza o en Cisjordania este escenario es imposible por partida doble: porque no está permitido festejar nada que el gobierno no autorice, y porque mientras en Israel viven con plenos derechos un millón y medio de árabes, en tierra palestina los judíos no tienen lugar.

A modo de conclusión, podría decirse que una sociedad que se constituye sobre la base de esos valores difiere radicalmente de otra donde la prioridad es la vida. Yo diría que la diferencia entre Israel y Palestina reside en este punto. Es como dijera en su momento la señora Golda Meier: “Los palestinos empezarán a ser libres el día en que amen más a sus hijos que lo que nos odian a nosotros”.

El judío que supo de las intimidades nazis







Hermann Goering se consideraba el prisionero estrella de Nuremberg.


Un judío alemán que se convirtió en traductor del ejército estadounidense es el último sobreviviente de un equipo que realizó exámenes psicológicos a importantes nazis después de la guerra. Él explica que aprendieron muy poco, pero obtuvieron un conocimiento único de sus personalidades.

"Si retiras los nombres de estos nazis, y sólo te sientas y hablas con ellos, eran como tus amigos y vecinos".

Howard Triest, de 88 años de edad, pasó muchas horas con algunos de los líderes más notorios del Tercer Reich, cuando trabajó como traductor de los psiquiatras estadounidenses en Nuremberg.

Era septiembre de 1945, poco después del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, y los más altos cargos de los nazis que seguían vivos iban a ser juzgados por crímenes de guerra.

"Había visto a esta gente en sus tiempos de gloria, cuando los nazis eran los dueños del mundo", cuenta. "Estos dirigentes habían matado a la mayoría de mi familia, pero ahora yo estaba en control".

Entre ellos estaban el jefe de Luftwaffe, la fuerza aérea alemana, Hermann Goering, el segundo de Hitler, Rudolf Hess, el propagandista nazi Julius Streicher y el ex comandante de Auschwitz Rudolf Hoess, entre otros.

"Es una sensación muy extraña, estar sentado en una celda con el hombre que sabes mató a tus padres", dice refiriéndose a Hoess.

"Lo tratamos con cortesía, mantuve mi odio bajo control cuando estaba trabajando allí. No podías dejar ver cómo te sentías realmente porque no sacarías nada de sus interrogatorios. Pero nunca le di la mano a ninguno de ellos".

Escapando de los nazis

Howard Triest era técnicamente alemán cuando se unió al ejército de EE.UU.

Howard Triest nació en una familia judía en Munich, 1923, y ya era un adolescente cuando se intensificó la persecución nazi.

Su familia partió a Luxemburgo el 31 de agosto de 1939, el día antes que Alemania invadió Polonia, con la intención de seguir su viaje a Estados Unidos. Pero la falta de dinero les impidió realizar el viaje juntos.

Así que él salió antes, en abril de 1940, sus padres y hermana menor lo seguirían un mes más tarde.

Para sus padres, ese retraso resultó fatal. Su madre Ly, que entonces tenía 43 años de edad, y Berthold, de 56 años, fueron enviados más tarde de Francia a Auschwitz, donde murieron.

Su hermana Margot fue contrabandeada hacia Suiza y de allí a Estados Unidos, donde todavía vive, como su hermano.

El intento de Howard de alistarse en el ejército de Estados Unidos fue frustrado en un principio porque no contaba con la nacionalidad de ese país, pero más tarde, en 1943, lo logró. Lo habían hecho ciudadano estadounidense.

Fue destinado a Europa. Aterrizó en Omaha Beach, uno o dos días después del Día D, y empezó a trabajar para la inteligencia militar, gracias a que hablaba alemán fluido, una destreza que se hacía más valiosa en la medida que los Aliados se adentraban en el continente hacia Berlín.

En el verano de 1945 fue dado de baja, pero inmediatamente después empezó a trabajar para el Departamento de Guerra de EE.UU. como civil, y fue enviado a Nuremberg para asistir al mayor Leon Goldensoh con sus evaluaciones psiquiátricas de los defendidos que esperaban un juicio.

Fue así como un hombre judío, que se había escapado de las garras de los nazis, llegó a pasar horas en su compañía, sentado con ellos en sus celdas, traduciendo las preguntas de los psiquiatras y sus respuestas.

El mayor Goldensohn estaba llevando a cabo diagnósticos con pruebas como las Rorschach, en un intento por entender las personalidades y motivaciones de los prisioneros.

Las memorias de Triest de esta experiencia fueron recogidas en un libro "Adentro de la prisión de Nuremberg", por la historiadora Helen Fry, que contiene bosquejos vívidos de estos personajes. Hess, el zombi

"Goering seguía siendo un hombre pedante", recuerda Triest.

"Era el actor eterno, el hombre que estaba a cargo. Se consideraba a sí mismo como el prisionero número uno, porque Hitler y Himmler ya estaban muertos. Siempre quería la silla número uno en el tribunal".

"Llegó a Nuremberg con ocho maletas, la mayoría llenas de drogas, pues era adicto, y le sorprendió que lo trataran como un prisionero y no como una personalidad famosa".

Triest también tuvo contacto con Rudolf Hess, quien había sido el diputado de Hitler hasta que se escapó a Escocia, en mayo de 1941, donde fue capturado.

Recuerda que Hess era "como un zombi".

"Hess pensaba que lo perseguían, incluso cuando estaba retenido en Inglaterra. Hizo paquetes de muestra de comida y nos daba algunos a mí y a los psiquiatras. Pedía que los analizáramos, pues pensaba que lo estaban envenenando".

"Era un prisionero callado, que respondió algunas preguntas pero no entró en detalles. Nadie sabía cuánto había de actuación y cuánto era real, cuanto realmente podía recordar".

Odio oculto

Dentro de sus obligaciones, Triest también estuvo cara a cara con Rudolf Hoess, fue de los encuentros más intensos por la muerte de sus padres en Auschwitz, cuando el campo de concentración estaba bajo el control de Hoess.

Los nazis más prominentes que quedaron vivos tras la Segunda Guerra Mundial fueron juzgados en Nuremberg.

"Tanto Goldensohn como yo estuvimos con él muchas veces. Algunas veces yo estaba a solas con él en su celda", explica Triest.

"La gente me solía decir: 'puedes vengarte, puedes llevarte un cuchillo a su celda'. Pero la venganza estaba en que yo sabía que estaba tras las rejas y que sería colgado. Así que sabía que iba a morir de todas formas. Matarlo no me hubiera hecho ningún bien".

Triest describe a Hoess como alguien "muy normal. No parecía alguien que había matado a dos o tres millones de personas".

Un incidente extraordinario ocurrió con Julius Streicher, cuyo periódico Der Stuermer alimentó mucho la histeria antisemita entre los alemanes.

"Era el más grande antisemita. Lo entrevisté con otro psiquiatra, el mayor Douglas Kelley. Streicher tenía unos papeles que no le quería dar a Kelley, o a ninguna persona, porque decía que no quería que cayeran en manos judías".

"Finalmente me los dio. Yo era alto, rubio y de ojos azules. Él dijo 'se los daré al traductor porque sé que es un verdadero ario. Lo sé por la forma en que habla".

"Streicher habló conmigo durante horas por que creía que yo era un 'verdadero ario'. Saqué mucho más de él de esa forma".

De hecho, ninguno de los nazis para los que tradujo Triest supieron que era judío.

¿Lección aprendida?

Howard Triest espera que nunca se olvide la historia del Holocausto.

Triest explica que, a pesar de los mejores esfuerzos de los psiquiatras, no se consiguió sacar mucho sobre la psicología de la mentalidad nazi.

"¿Aprendimos algo de estas pruebas psiquiátricas? No. No encontramos nada anormal, nada que indicara algo que los hizo los asesinos que fueron".

"De hecho, eran bastante normales. La maldad y la crueldad extrema pueden ir con la normalidad. Ninguno mostró remordimiento".

"Dijeron que sabían que habían campamentos, pero no tenían conocimiento de la aniquilación de gente".

"Es una lástima que no pasaron por lo mismo que sus víctimas, que Hoess no haya sufrido en un campo de concentración de la misma forma que sus prisioneros".

Triest espera que nunca se olvide la historia del Holocausto.

"Pero mira al mundo ahora. ¿Es más tranquilo? Algunas de las víctimas han cambiado, pero todavía las hay en todo el mundo".

Antes de terminar la entrevista, Triest cuenta otra anécdota sobre el prisionero número uno de Nuremberg.

"Una vez Goering dijo que si alguna bomba era lanzada en Berlín, comería arenque. Bueno, yo estaba a cargo de censurar su correo y una vez alguien le mandó arenque".

Howard se ríe suavemente. "Lo boté. Olía un poco".

martes, 18 de octubre de 2011

Gilad Shalit regresó a casa ! ! ! !

PASO A PASO SU LIBERACION


Una nación entera ha estado esperando este momento: Después de más de cinco años secuestrado por Hamas, Gilad Shalit regresó hoy a Israel, a cambio de la liberación de 1.027 terroristas detenidos en Israel.
Video que registra uno de los primeros momentos de Gilad libre. “Shalom Gilad, Baruj Haba (Hola Gilad, Bienvenido), me llamo Itzik y soy el director médico del ejército israelí”.
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Shalit, que no ha sido visitado por personal humanitario internacional en más de cinco años, fue trasladado a la terminal fronteriza de Rafah, donde fue entregado a las autoridades egipcias, quienes a su vez lo entregaron al Ejército israelí.

Una de las primeras imágenes de Gilad libre, cuando se comunicaba telefónicamente con su familia

En buen estado de salud, aunque delgado, exhausto y pálido, Gilad regresó a Israel.
Según se sabe, Shalit fue transferido de la Franja de Gaza a Egipto, y de allí a Israel. Al mismo tiempo, unos 477 prisioneros fueron liberados de las cárceles israelíes, como parte de la primera fase de la operación. La segunda fase se implementará dos meses después, y verá la liberación de 550 prisioneros adicionales, seleccionados por Israel.
El soldado Gilad Shalit dijo a la televisión egipcia, que sus secuestradores de Hamás lo trataron bien durante los cinco años de cautiverio, y que se sentía aliviado de verse finalmente rodeado de gente, tras su liberación al arribar al territorio egipcio. “Estoy muy emocionado. No he visto gente desde hace mucho tiempo. Extraño a mi familia y a mi gente. Extraño hablar con ellos”, expresó el soldado instantes después de ser liberado. Agregó que supo hace una semana que se estaba preparando su intercambio, y que espera que los liberados no regresen a la violencia.
Funcionarios de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) recibieron a Shalit en Egipto, con el objeto de identificarlo y efectuarle los exámenes médicos preliminares. Luego fue trasladado en avión a una base militar en el centro de Israel, donde se reunió con su familia. Finalmente, fue llevado por un helicóptero a su casa familiar en Mitzpe Hila. Un equipo de psicólogos militares acompañó a Shalit durante todo el procedimiento.
Con el objeto de evitar el frenesí de los medios de comunicación, la unidad del portavoz de las FDI documentó el retorno de Shalit y la reunificación familiar, y entregó las imágenes a los medios de comunicación de una manera ordenada.

Gilad se abraza con su padre. A un costado, el PM de Israel
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El establishment de seguridad declaró que permitirá a Shalit pasar varias semanas con su familia cercana antes de interrogarlo sobre su tiempo en cautiverio.
El miércoles pasado el jefe del Shin Bet, Yoram Cohen, dijo que “el 90% del acuerdo Shalit se decidió hace tres años. No empezamos de cero en julio. La lista de los nombres se acordó hace mucho tiempo y las negociaciones, de hecho, se centraron en quién va adónde y quién recibe a los deportados”.

Preparando vestimentas para conmemorar el regreso de Shalit (17/10/2011)

Cohen agregó que “en las conversaciones iniciales ya entendimos que estaban dispuestos al compromiso. Presentaron su demanda de liberar a 1.400 prisioneros y permitir que Israel eligiera a los 25 asesinos “pesados” de una lista de 75. Ni Israel ni Hamas se rindieron“.
Además, Cohen dijo que Israel accedió a liberar a otros cinco asesinos “pesados” que sufren de enfermedades crónicas sobre la base de “liberación humanitaria”.
De los 450 prisioneros hombres listados para ser liberados, 110 regresarán a sus hogares en la Margen Occidental y Jerusalem Oriental, 230 prisioneros que son residentes de la Margen Occidental serán deportados a Gaza o al extranjero, 131 prisioneros volverán a sus hogares en la Franja de Gaza y a seis prisioneros árabes-israelíes se les permitirá regresar a sus hogares en Israel.
Los prisioneros que retornarán a la Margen Occidental estarán sometidos a restricciones, que incluyen la prohibición de cruzar la Línea Verde o abandonar la Margen Occidental durante 10 años. Además, se les pedirá que informen al Distrito de Coordinación y Enlace de las FDI una vez al mes, y estarán restringidos a su distrito de residencia por un período de tres años.
Entre los prisioneros deportados al extranjero, Israel seleccionará 18 a los que se les permitirá regresar a la Margen Occidental y Jerusalem oriental en el plazo de un año; a otros 18 se les permitirá regresar en tres años, de conformidad con la finalización de su condena. A otros 55 se les permitirá regresar en cinco a 10 años, mientras que a otros 55 se les permitirá regresar sólo después de 20 a 25 años.
A otros 55 prisioneros liberados se les prohibirá la entrada a Israel de por vida.

Los terroristas que obtuvieron la libertad

Uno de los transportes que traslada a los terroristas liberados por Israel abandona la prisión Hasharon (madrugada del 18/10/11)

Israel publicó el domingo los nombres e inició el traslado de los 477 presos palestinos que fueron liberados por el acuerdo, una liberación masiva que asociaciones de víctimas del terrorismo trataron de impugnar ante el Tribunal Supremo.

Los prisioneros, dispersos en once penitenciarías israelíes, empezaron la mañana del domingo a ser concentrados en dos, la de Ktziot Prison, en el sur, en el caso de los 450 varones y la de Sharon, en el centro del país, para las 27 mujeres, incluída Amina Mona, una joven mujer que atrajo por Internet con engaños a un adolescente israelí de 16 años, Ofir Nahum, a una localidad palestina, El Bireh, donde fue emboscado por terroristas palestinos que lo asesinaron a tiros.

Todos los beneficiarios del canje son lo que Israel denomina “prisioneros de seguridad” y entre los que se encuentran condenados por el atentado con bomba contra el Café Moment en Jerusalén en 2002 donde murieron 12 personas.

También se excarceló a Naser Yataima, que planificó el ataque suicida contra el Hotel Park de Netanya en el que murieron 30 civiles, a Chris Al Bandak, arrestado por asesinar a 2 israelíes y herir de gravedad a otro, y a Musab Hashlemon, condenado a 17 penas perpetuas por enviar a dos suicidas contra un autobús en Beersheva en un atentado en que murieron 16 civiles en 2004. Todos estos reclusos son considerados “presos políticos” por Palestina.

Otros de los convictos que obtendrán la libertad serán Ibrahim Jundiya, que cumple 12 perpetuas, Fadi Mohamed Al Jabaa, condenado a 18 penas de por vida, o Mazen Muhammad Faqha, que planeó el atentado de 2002 contra un autobús cerca de Safed en el que murieron 9 pasajeros y cuatro decenas fueron heridos. También está Abed Alaziz Salaha, que en 2002 participó en el linchamiento y descuartizamiento, ante las cámaras de televisión, de dos soldados israelíes en Ramala.

También salió el responsable del doble atentado en Beer Sheba- Musab Ibrahim al Hashlimon – , que envió a los suicidas a estallar en dos ómnibus de pasajeros en la ciudad el 31 de agosto del 2004. Los atentados, cometidos con pocos minutos de diferencia entre uno y otro, en uno de los puntos más concurridos de la ciudad, en dos ómnibus que viajaban por la avenida central, cobraron la vida de 16 civiles y dejaron a más de 100 heridos. El más joven de las víctimas era un niño de tres años que estaba en brazos de su madre cuando fue la explosión.

Ibrahim Jundiya, responsable de haber enviado al terrorista a estallar en un ómnibus en la capital, el 21 de noviembre del 2002, fue otro de los que obtuvo su liubertad. La explosión fue a las 7.15 de la mañana, en el ómnibus número 20 que viajaba del barrio de Kiriat Menajem en dirección al centro. Era una hora en la que, como siempre, estaba repleto de niños y jóvenes en camino a clase. Murieron 11 civiles y más de 50 resultaron heridos. Entre los muertos había un niño de 8 años, dos de 13 y un adolescente de 16.

Otros de los excarcelados fueron Fadi Muhammad al-Jabba y Maed Abu Sarakh, dos de los planificadores del atentado en el ómnibus número 37 en la ciudad de Haifa el 5 de marzo del 2003. En el atentado murieron 17 personas. Entre los muertos había un padre y su hijo y nueve menores de edad.

Hamás no ha logrado lo que desde el principio de las negociaciones era una de sus exigencias fundamentales: obtener la liberación del carismático líder de Fatah Marwan Barghouti, el líder de Hamás Abdala Barghouti, y el líder del Frente Palestino de Liberación Popular, Ahmed Saadat, todos ellos condenados a penas perpetuas por asesinato.
Puede descargar aquí el listado completo de los terroristas liberados.
Israel ni perdona ni olvida

Se indicó que los presos no han sido indultados, sino que su pena ha sido conmutada. Y así se hace constar en la documentación oficial que el presidente israelí Shimon Peres firmó para cada uno de los liberados, en la cual se puede leer que el país ni perdona ni olvida.
¿Cómo se llegó al acuerdo?
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El punto muerto militar, la posición del Mossad y los servicios de seguridad, la flexibilidad de Hamas, el pedido de Abu Mazen ante la ONU, la intervención turca y las revueltas en el mundo árabe. Todo ello influyó en el Primer Ministro, Binyamin Netanyahu, para decidir llevar ante el gabinete, un trato para la liberación de Gilad Shalit, que provocará también la liberación de más de mil presos palestinos.
Seis rondas de “conversaciones de acercamiento” en El Cairo tuvieron lugar desde la primera señal en julio. El enviado especial David Meidan en una habitación, el jefe del brazo militar de Hamas, Ahmed Jabri, en otra habitación y los egipcios entre ellos. El jueves, Hamas presentó un borrador de acuerdo que condujo a Israel a la decisión de habilitar el cierre del tema y la elasticidad última fue acordada. El acuerdo marco fue firmado en sus titulares el día domingo hasta que se resolvieron finalmente los nombres. Detrás de la decisión se encuentran algunos “arquitectos”. El principal de ellos, el jefe de los servicios de seguridad, Yoram Cohen. Detrás de él, el Ministro de Defensa, Ehud Barak y junto a él el Jefe del Estado Mayor, Benny Gantz. Así también el jefe del Mosad, Tamir Pardo, quienes apoyaron el trato. Por sobre todos ellos, Netanyahu, que aceptó la pragmática y complicada decisión, en medio de una no simple pulseada. En Hamas, el arquitecto es Jabri, que obtuvo luz verde para una flexibilidad por parte del jefe del brazo político, Khaled Mashaal. Del lado egipcio, los encargados de la tarea son el jefe de la Inteligencia, Murad Muafi, quien se apoyó en el mediador alemán Gerhard Conrad.
Recientemente, Gantz y Cohen anunciaron firmemente su imposibilidad de proponer al gobierno un plan operativo práctico que permita la liberación con vida de Shalit. Con la asunción al cargo, Gantz y Cohen implementaron una nueva y fundamentada revisión de las posibilidades operativas y llegaron a la misma conclusión: la única vía para la liberación era un trato de liberación de prisioneros.
Barak puso su firma a esa conclusión tras verificar detalles y sugirió al Primer Ministro Netanyahu, evaluar el principio que sostuvo en su momento Itzhak Rabin, según el cual, si no existe la posibilidad de una operación militar, deben liberarse rehenes israelíes, sin alternativa, por medio de un trato de intercambio de prisioneros terroristas, por más difícil que ello sea.
El Ministro de Defensa, cumplió un rol decisivo en el convencimiento a Netanyahu de realizar el trato. A diferencia del pasado, en ésta oportunidad apoyaron también el jefe de los servicios de seguridad, Cohen y el jefe del Mosad, Tamir Pardo. Según fuentes destacadas, Cohen garantizó al Primer Ministro que su organización es capaz de supervisar las actividades de los presos “pesados” que serán liberados al territorio de Cisjordania e impedirles su desvío.

Israel obtuvo importantes logros, que dejan sin efecto, en gran medida, los peligros a su seguridad y acompañan al acuerdo. Entre los terroristas que no retornarán a Cisjordania, se encuentran también todos los terroristas, sospechosos, según Israel, de poder re-establecer la estructura de Hamas en Cisjordania. Solo 103 prisioneros palestinos, serán autorizados a retornar a Cisjordania y desde el punto de vista de Israel, se trata de un desafío posible.
La situación en el mundo árabe, también influyó en la decisión de Netanyahu. El Primer Ministro comprendió que el mediador alemán, Conrad, agotó su poder y que la suerte de la negociación residía en el régimen militar egipcio. En Israel existe un fuerte temor que ese régimen, con quien mantiene un diálogo fluído, pueda perder en algunos meses su poder de mediar y quedar bajo la influencia de Los Hermanos Musulmanes. Además, también el Consejo Militar Supremo que gobierna Egipto, requiere por éste momento un logro en el ámbito internacional y árabe.
Otro factor de peso, ha sido la situación en Siria. El régimen de Bashar Asad apoyó la concreción del trato a fin de mejorar su posición en el ámbito internacional. Puso en acción su influencia sobre la conducción de Hamas, con sitio en Damasco, para que flexibilice su postura. En Israel existía el temor que esa influencia, por más débil que fuera, desaparecería si el presidente es derrocado.
Esa es la “ventana de oportunidades” sobre las que se hablaba en Jerusalem. Una ventana posible de cerrarse, en caso de continuar las revueltas en el mundo árabe.

Ex prisioneros de guerra: Shalit precisa alejarse de los medios de comunicación

Ex prisioneros de guerras israelíes dijeron que la recuperación de Gilad podría enfrentar obstáculos emocionales tras pasar cinco años en manos del enemigo y probablemente confinado en solitario.

Pero dijeron también que el país ha aprendido de los errores pasados en el trato a los prisioneros de guerra del Ejército de Defensa de Israel y eso podría beneficiar el regreso a su hogar.

Arik Avneri, un piscólogo clínico que se especializa en el tratamiento de soldados capturados, y quien fuera él mismo prisionero de guerra de los sirios durante ocho meses tras la guerra de Yom Kipur en 1973, expresó, al periódico Haaretz, que Shalit podría haberse beneficiado de su posición como carta de negociación o pieza de cambio.

“Nosotros fuimos golpeados, abusados y torturados porque el objetivo era humillarnos”, manifestó. “La guerra de Yom Kipur fue, para los árabes, una venganza por el pasado de derrotas, y la idea de golpear a los soldados de Tzáhal fue puesta en marcha. En este caso, el objetivo del secuestro fue diferente, él era un valioso recurso para quienes lo poseían, y por lo tanto, espero que hayan interactuado con él y lo hayan protegido”.

Según el rotativo, todos los ex prisioneros de guerra acordaron que será importante sacar a Gilad de la mirada del público y de los medios de comunicación cuando retorne a su hogar, y se le permita un período de gracia para que tenga la posibilidad de asimilar todo lo que le ha ocurrido.

“El peor error será comenzar a exponerlo inmediatamente. Yo aconsejaría protegerlo, con controles médicos, y mantenerlo escondido en su casa y permitir el proceso, que ciertamente tomará varios meses”, dijo un ex prisionero de guerra, que estuvo cautivo seis meses en Siria y no quiso ser identificado, a Haaretz.
“Él parecerá bien exteriormente” estimó Amos Levital, que pasó dos años prisionero en Egipto durante la Guerra de Desgaste. “El problema son las cicatrices emocionales. Es un proceso largo. Supongo que no podrá desconectarse de la celebración nacional que se producirá aquí en Israel. Tal celebración tendrá un aspecto positivo – de alguna manera, paradójicamente, será como un período de duelo, una shivá. Ellos estarán ocupados, la gente visitará su casa y lo abrazará y no le permitirá que tenga tiempo para sumergirse en sí mismo”.

Levital recordó, al periódico, que cuando fue liberado se sintió como si “no podía absorber nada. Fue un problema terrible tratar de concentrarme”.

“Existe una total desconexión entre lo que pasa afuera y lo que sucede dentro tuyo”, explicó Avneri. “Cuando regresé, vi desde el avión un cartel que decía Bienvenidos los héroes de Israel y pensé que algún equipo deportivo había aterrizado antes que nosotros, y la pancarta era para ellos. Eso es porque cuando estás en cautiverio uno no piensa en sí mismo como un héroe. Si se puede, sería bueno mantenerlo lejos de los medios – será duro para nosotros, porque hemos rezado y gritado por él y queremos ver los resultados, pero no es lo que necesita Gilad”.

La mayoría de los israelíes apoya el trato

Un niño cuelga adornos en un arbol fuera de la casa de Gilad, en preparación para su regreso. (17/10/2011)

Una investigación del Instituto Yedioth Ahronoth-Dahaf muestra que hay un apoyo al intercambio de prisioneros a pesar del alto precio, están contentos y emocionados por la implementación, pero temen por sus consecuencias. Las mujeres apoyan más el movimiento que los hombres.
Cuando se les preguntó si estaban a favor de la liberación de Shalit a cambio de los prisioneros terroristas, el 79% de los encuestados dijo que sí.

Con respecto a la conducta del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el 49% dijo que cedió ante la presión pública, mientras que un 43% cree que actuó como un líder.

Algunos signos de oposición dentro de Israel

Diversos familiares y/o víctimas del terrorismo han manifestado su oposición a que se libere a sus victimarios.

El caso más resonante fue el de un joven, cuyos padres y varios de sus hermanos fueron asesinados en el atentado a la pizzería Sbarro en el 2001, fue detenido luego de vandalizar el monumento al ex PM Rabin en protesta frente al acuerdo.

Shvuel Schijveschuurder, de 27 años, residente de Givat Shmuel, quien perdiera a sus padres y tres de sus hermanos en el ataque, profanó el monumento arrojando pintura blanca y pintando en aerosol las leyendas “tag mejir” (represalia o precio de etiqueta) y “liberen a Ygal Amir”, que cumple una condena a cadena perpetua por el asesinato del ex primer ministro en 1995.

Schijveschuurder fue detenido por los guardias de la Municipalidad de Tel Aviv, cercana al monumento, quienes a su vez lo entregaron a la policía.
La policía dejó a Schijveschuurder en libertad condicional y le ordenó mantenerse lejos de Tel Aviv durante quince días.

Schijveschuurder, quien confesara los hechos, ha estado consumiendo drogas desde el asesinato de su familia en 2001, y ha sido arrestado en varias ocasiones.

“La lucha por Shalit es legítima, pero si su libertad depende de la liberación de presos, entonces su familia debería sumarse a los familiares de las víctimas del terrorismo”, dijo el joven.

Schijveschuurder agregó que se sentía “traicionado por el Estado de Israel y por el sistema judicial”, afirmando que si la gente responsable del asesinato del ataque terrorista que masacró a su familia es liberada, el los va a perseguir como Wiesenthal que daba caza a los nazis.

La Corte Suprema de Israel rechazó el lunes los pedidos que se hicieron para que el intercambio no se concrete.

Netanyahu les envió cartas a las familias desconsoladas de víctimas del terrorismo

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha remitido una carta a los familiares de las víctimas de ataques palestinos para explicar el acuerdo recientemente alcanzado.

“Comprendo y sé de vuestro dolor”, señala Netanyahu, que sostiene que esta decisión ha sido “una de las más difíciles” que ha tomado, según la carta abierta, recogida por el diario israelí ‘The Jerusalem Post’.

“Sé que vuestras emociones son complejas, que se ha abierto de nuevo la herida del pesar”, pero ha recordado su deber como primer ministro de lograr que vuelvan todos los soldados enviados por el país para proteger a sus ciudadanos. “Cuando yo fui a luchar por Israel sabía que Israel no abandona a sus soldados ni a sus ciudadanos”, ha señalado.

Sin embargo, también debía intentar reducir el precio que debía pagar para ello. “Sé que el precio es especialmente alto para vosotros. Entiendo lo difícil que es digerir el hecho que los malvados que han perpetrado crímenes horribles contra vuestros seres queridos no cumplan con el castigo que merecen”, ha añadido. “En estos momentos solo espero que halléis consuelo en que yo y todo Israel estamos con vosotros abrazándolos en vuestro dolor”, ha apostillado.

“Cometimos un error imperdonable”

Esa es la postura de Rami Igra, de 60 años, retirado del Mossad, donde hasta fines de los 90 encabezó la División de Prisioneros y Desaparecidos. Este es un resumen de la entrevista concedida al Diario “El Universal”.

¿Qué opinión le merece el acuerdo para la liberación de Shalit?

El acuerdo trae por un lado una gran alegría a la familia Shalit y a muchos israelíes, que ven en el joven soldado a un niño israelí querido por todos. Pero es un acuerdo sumamente problemático. El primer ministro (Benjamin) Netanyahu dijo que había que hallar un equilibrio entre su responsabilidad por lograr la liberación de un soldado y su responsabilidad por la seguridad de la ciudadanía israelí. Pero la decisión que tomó puede tener terribles consecuencias.

¿Por posibles nuevos ataques de los presos palestinos a los que se va a liberar?

Sí. Nuestra experiencia ha demostrado que 50% de los terroristas puestos en libertad vuelven a cometer atentados terroristas. Y aquí estamos excarcelando a una gran cantidad de asesinos y archiasesinos responsables de muchas muertes (…) Si para garantizar la vida de un soldado, Shalit, pagamos luego con decenas de muertes, tendremos con ello un serio problema moral, pero no sólo moral.

¿Cómo ve usted la incidencia del acuerdo sobre la posición de Hamas?

Con este acuerdo, Israel ha fortalecido mucho a Hamas. La única razón por la cual Hamas firmó el acuerdo en los términos en los cuales lo hizo, fue que quería y necesitaba esta transacción para fortalecerse, al ver cuánta fuerza ganó Mahmoud Abbas (líder palestino) a raíz de su presentación en la ONU y la expectativa que consiga reconocimiento total o parcial como miembro de la organización. El fortalecimiento de Hamas es el fortalecimiento de un enemigo de Israel, de una organización que busca la destrucción de Israel.
Nadie fortalece a su enemigo y a sus asesinos, pero eso es lo que acaba de hacer Israel. Y yo me temo que esto tenga una gran importancia, significativa y estratégica, a largo plazo.

Frente a este análisis, está el de quienes sostienen que lo que estaba en juego era no sólo la vida de Gilad Shalit sino el principio, el valor, de la responsabilidad de salvarlo, de devolver a casa a un soldado que estaba en misión oficial por la defensa del país
Yo considero que quienes esgrimen este argumento sobre este tipo de valores, no hablan en forma racional. Alegar que es valioso que comandantes sacrifiquen a sus soldados en cualquier situación, pase lo que pase, sean cuales sean las circunstancias, en aras de un valor determinado, sea cual sea ese valor, es inmoral, irracional y no existe en Israel . Yo no enviaría a mis hijos a un ejército así. Es un argumento demagógico que muestra incomprensión respecto al verdadero valor central.

¿Cuál es ese valor?

El cuidado de la vida humana. Y cuando se cuida la vida humana, hay que hacerlo en base a consideraciones racionales, no emocionales. Cuando haya otra familia Fogel, como la pareja con sus tres hijos degollados en su casa hace unos meses por terroristas —y yo le aseguro que habrá— estaremos ante un terrible dilema moral. Y en ese momento, comprenderemos que cometimos un error imperdonable.
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Primeras palabras de Netanyahu luego de reunirse con Gilad
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El primer ministro Benjamin Netanyahu, dijo que el Estado de Israel “continuará luchando contra el terrorismo y cualquier terrorista que retome sus actividades terroristas -.
Netanyahu dijo que los momentos que pasó con Gilad Shalit fueron muy emocionantes y señaló que hoy era “un día duro” y que la decisión de llegar a un acuerdo con Hamas para la liberación de Gilad Shalit fue difícil. “Como soldado estuve en misiones peligrosas y siempre supe que si caía cautivo el gobierno israelí haría todo lo posible para asegurar mi liberación, eso es lo que hice”. Netanyahu también dijo que “Estamos todos unidos en la alegría y el dolor de hoy.”Y agregó: “Una de las principales tareas que tenía era el regreso de nuestro soldado cautivo Gilad Shalit vivo y bien – hoy en día esta tarea se ha completado”.

URGENTE ! ! ! ! Gilad Shalit fue liberado y llegó sano y salvo a Israel



El soldado israelí Gilad Shalit que transcurrió más de 5 años y cinco meses secuestrado (unos 1941 días), por el Hamás arribó a Israel esta mañana alrededor de las 10:20 tras el acuerdo con la organización terrorista a cambio de más de 1000 prisioneros palestinos, entre ellos casi 500 terroristas.
Todo comenzó esta mañana alrededor de las seis de la mañana cuando los primeros terroristas palestinos salieron de las cárceles israelíes y fueron subidos a los ómnibus que los llevarían hacia diferentes puntos, entre ellos Judea y Samaria, Gaza y Jordania.
Gilad fue llevado desde la Franja de Gaza hacia Egipto donde fue encontrado por representantes israelíes y los negociadores que lograron llegar a este acuerdo.
Shalit fue revisado por un médico y este declaró que su estado es bueno.
En las primeras imágenes filmadas por la televisión egipcia, Gilad Shalit se veía flaco llevando un sombrero negro y no con vestimenta militar como había anunciado el Hamás.
Gilad fue entrevistado por la televisión egipcia y luego conversó por primera vez con su madre por teléfono celular.
Los padres de Shalit llegaron a Tel Nof, la base militar israelí que recibió a Shalit en donde también se encontraban el Primer Ministro Binyamin Netanyahu, el Ministro de Defensa Ehud Barak y el Jefe del Ejército Beny Gantz.
Shalit entonces fue trasladado por tierra hacia Israel donde llegó y fue revisado por médicos israelíes para saber exactamente de su salud.
Luego de la revisación fue trasladado en helicóptero hacia la base militar Tel Nof donde se encontrará con su familia.
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