jueves, 9 de septiembre de 2010

De Ankara a Atenas: el deterioro de las relaciones con Turquía obliga a ello

por Eli Cohen

Todas las noticias referidas al encuentro entre los mandatarios griego e israelí mencionan, en mayor o menor medida, como planea el fantasma turco sobre dicho evento. Nada más cerca de la realidad, de forma directa e indirecta, Turquía ha sido el protagonista invisible en esta visita, la primera de un primer ministro del Estado de Israel a Grecia.

El motivo oficial de la visita de Netanyahu fue analizar la ampliación de las relaciones bilaterales, sobre todo en materia militar y comercial. De esta manera, ambos dirigentes hablaron sobre intensificar los ejercicios militares conjuntos, la compra griega de armamento israelí, y también sobre eventuales inversiones israelíes en Grecia, especialmente en los sectores energético y turístico. Previamente a la llegada de Netanyahu a Poros, en donde tuvo lugar la cumbre, a bordo de un barco de la Guardia Costera griega, el mandatario israelí y su esposa Sara visitaron la Marina de Flisvos, cerca de Atenas, donde están atracados algunos buques históricos como la crucero Averof y el caza Velos.
Como dato significativo, antes del encuentro con el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, su par israelí se reunió con el jefe del principal partido de la oposición en Grecia: "Nueva Democracia", Antonis Samaras. Tras este encuentro, Samarás reiteró que el acercamiento entre Grecia e Israel no tiene que producirse en detrimento de las relaciones de buenos vecinos con Turquía. La repercusión mediática que tuvo en Grecia este histórico encuentro se vio reflejada en las manifestaciones de rechazo a la misma que protagonizaron grupos de izquierda, y otros, propalestinos griegos. En lo estricto -y posponiendo el trasfondo turco- fue un encuentro bilateral regido por la normalidad.
Históricamente, Grecia ha sido un estado tradicionalmente proárabe. De hecho no fue hasta 1991 cuando el país heleno reconoció la existencia del Estado de Israel. En esta línea, el presidente de Grecia, Karolos Papoulias, -que es una figura representativa sin poder ejecutivo como el presidente de Israel o el rey de España- se negó a recibir al primer ministro israelí. Sin embargo, en las dos últimas décadas Atenas ha intentado cambiar su política respecto a Oriente Medio intentando mediar a principios de la década de 2000, en el conflicto entre israelíes y palestinos. Pero el interés de la visita no reside en los antecedentes políticos de Grecia, o en que haya sido la primera visita en la historia que realiza un mandatario israelí, sino en las razones por las cuales Israel ha comenzado un notorio acercamiento político y de colaboración con Atenas. Y, considerando los diferentes análisis estratégicos que se pueden hacer sobre estas razones, el germen de todas ellas es claro: el deterioro de las relaciones entre Israel y Turquía.
¿Buscando un nuevo aliado?
Antes del asalto a la flotilla, Israel tenía acuerdos de cooperación militar de suma importancia con Turquía. De hecho, no hay que ser un experto en geografía para saber que Israel necesita un espacio amplio para su joya de la corona militar: la aviación. Un F-16 tarda unos dos minutos de reloj aproximadamente en sobrevolar todo el Estado de Israel. Turquía, no sólo era uno de los principales campos de entrenamiento de los pilotos israelíes, sino que también se prestaba a maniobras navales conjuntas y tenía suscritos acuerdos de cooperación militar importantísimos para la seguridad de Israel. Además, y más fundamental que lo anterior, era un aliado estratégico de suma importancia para Israel en caso de cualquier conflicto regional con vecinos hostiles como Siria -con la que hace frontera- o Irán.
Por ello, parece evidente y lógico que Israel haya buscado un aliado lo más cercano posible en la zona. Y es que si miramos el mapa, Grecia es el país más cercano a Israel que no le daría portazo a las colaboraciones: es miembro de la Unión Europea, es un país democrático y también tiene sus problemas con Turquía por Chipre y otras zonas. En este sentido, Jay Bushinsky columnista del Jerusalem Post, se pregunta si Grecia podrá reemplazar a Turquía en las materias que ya hemos mencionado -cooperación militar sobre todo- y no deja de apuntar que, pese a los esfuerzos de Israel por buscar un nuevo "mejor amigo" en el Mediterráneo, Grecia actuará siempre bajo su propio interés, el cual incluye la reticencia de la mayoría de la opinión pública hacia una estrecha relación con Israel.
Conclusión
Conforme han pasado las semanas, se ha hecho evidente que uno de los objetivos de la flotilla era dar una excusa a Turquía para tensar y casi romper relaciones con Israel. Desde que el partido islamista de Recep Tayip Erdogan está en el gobierno, el empeoramiento de la tradicional alianza entre ambos países ha sido constante. Sin embargo, con esta situación sobre el terreno, y habiendo comprobado de primera mano las intenciones del Ejecutivo turco, el gobierno israelí, encabezado por Benjamin Netanyahu, ha decidido no perder el tiempo y buscar otro apoyo en el Mediterráneo, ante la cerrazón y obtusidad que ha encontrado en el antiguo aliado turco para restablecer las relaciones.
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