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El 10 de marzo D’’s lloró sobre el Uruguay.
Pesar del tiempo para despedir a nuestro querido Hermano David.
Lágrimas por el infame sacrificio de David, por su familia, por su pueblo, por
la humanidad toda.
Lágrimas por David, por su familia tan querida, y por todos los David
que diariamente son atacados en Israel y en otras partes del mundo
Lágrimas por la muerte de buen hombre, bueno y justo, cuyo único pecado
conocido fue el de haber nacido judío.
Lágrimas porque sigan apareciendo seres humanos que en su patológica
frustración encuentran en el fanatismo religioso el camino de canalizarlas a
través de la muerte (oh casualidad!) de un judío.
Lágrimas por las barbaridades que- paradojalmente- los que dicen actuar
en su representación, hacen en Su nombre.
“Harto ya de estar harto ya me cansé de preguntarle al mundo porqué y
por qué… ” decía una vieja canción de Serrat. Y así me siento hoy: harto ya de
estar harto.
Harto de que haya padres que le tengan que explicar a sus niños el por
qué de esta muerte absurda, de por qué hay más policía en la puerta de su
escuela. Harto de que tengan que explicarles que haya gente que crea que ser
judío es ser distinto. Harto de que tengan que enseñarles a moverse por la vida
“con espejo retrovisor”.
Harto de que haya gente aún que no comprenda que no hay nada más alejado
de la palabra de D’’s que la muerte y la violencia.
Harto de estos iluminados que creen y hagan creer que el Bien está mal y que el
Mal está bien.
Por eso estoy harto
Por eso hoy lloro con D’’s...