Israel se intenta blindar
ante una nueva variante del coronavirus detectada en Reino Unido y ha prohibido
el acceso de extranjeros procedentes de territorio británico, un paso
contundente pero con impacto reducido, ya que mantiene vetada la entrada de
turistas del exterior desde el inicio de la pandemia.
Sin embargo, la medida sí afecta a británicos o extranjeros con permiso de
residencia que quieran volver a Israel tras estar en Gran Bretaña, y solo los
diplomáticos quedan exentos de ella, concretó hoy el diario Haaretz.
Por su parte, los israelíes que retornen del Reino Unido deberán ingresar
inmediatamente a su vuelta en hoteles gestionados por el Estado donde deberán
permanecer dos semanas en cuarentena, en lugar de aislarse en su propio
domicilio.
La medida, tomada hoy por el Gabinete de Coronavirus, incluyendo el veto a
extranjeros y el aislamiento en hoteles para locales, se extiende además a
quienes lleguen desde Dinamarca y Sudáfrica, donde también se detectaron
mutaciones del virus.
El Ministerio de Salud alertó que la nueva cepa identificada en el Reino Unido
podría causar que el coronavirus se propague más rápidamente, y realiza pruebas
para determinar si la vacuna -que justo hoy se empezó a administrar a la
población- genera inmunidad o no ante posibles mutaciones.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ordenó la creación de un equipo de
expertos, altos cargos de Salud, ministros del Gobierno y miembros del Consejo
de Seguridad Nacional para valorar qué plan de acción tomar frente a esta
situación.
Los viajeros de los dos vuelos procedentes de Londres que lleguen hoy a Tel
Aviv serán enviados directamente a un área aislada del Aeropuerto de Ben
Gurión, donde serán sometidos a pruebas de coronavrius, antes de ser
trasladados a hoteles donde quedarán estrictamente aislados, informó la cadena
de televisión pública Kan.
Mientras tanto, Salud intenta además identificar a todas las personas que hayan
llegado en las dos últimas semanas desde el Reino Unido, Dinamarca o Sudáfrica,
con el fin de realizarles pruebas preventivas.
Israel, con nueve millones de habitantes, padece un progresivo aumento de
contagios desde noviembre y esta semana rozó los 3.000 casos diarios -la cifra
más alta de los dos últimos meses-.
Este número supera la cifra de 2.500 infecciones diarias establecida por el
Gobierno como límite antes de imponer más restricciones, un asunto que justo
hoy debate el Gabinete de Coronavirus. EFE