domingo, 3 de junio de 2012

10 Razones por las que Admiro a Israel




La historia de Israel es uno de los capítulos más grandiosos en los anales de la historia.

por David A. Harris


En las noticias dicen: "Si no hay sangre no vende". Por ende, la historia completa de Israel rara vez es contada.
Y con la constante ráfaga de ataques anti-Israel – desde la mayoría árabe de la ONU a las sanciones-boicot-desinversión; desde el lobby generado por las habilidosas ONG a la alianza roja y verde (radical musulmán de extrema izquierda) – no queda mucho lugar para mostrar la imagen completa tampoco.
Pero la historia de Israel merece ser contada. Es, para parafrasear a Winston Churchill, uno de los capítulos más grandiosos en los anales de la historia.
Esto es lo que más admiro:
Primero: la identidad del pueblo judío está construida sobre tres pilares: una fe, un pueblo y una tierra.
La tierra es inextricable para la ecuación. Incluso cuando los judíos fueron echados de la tierra por la fuerza – como ocurrió más de una vez – nunca, ni por un momento, perdieron la conexión con ella; siempre fue el centro de sus plegarias y de su sistema de creencia. Jerusalem, física y metafísicamente, es el centro de la existencia judía. La determinación de los judíos para reafirmar ese lazo por miles de años sólo puede generar asombro.
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Segundo: quienes habitaron la tierra, o retornaron a ella, antes del renacimiento del Estado en 1948 enfrentaron desafíos indescriptibles.
Esos desafíos podrían fácilmente haber derrotado a personas menos decididas. El terreno mismo era árido e inflexible, los pantanos estaban infestados de enfermedades, el agua era escasa, las bandas de pillos árabes los ponían en riesgo. Pero ellos persistieron.
Tercero: esos pioneros, en contra de todas las posibilidades, hicieron florecer un campo tras otro, un árbol tras otro, un trabajo tras otro (para judíos y árabes por igual), y un vecindario tras otro.
Y asimismo, hicieron florecer al hebreo moderno. Tomaron un lenguaje antiguo y lo hicieron contemporáneo, y gracias a eso se convirtió en la lengua del nuevo Estado.
Cuarto: las políticas de estado no eran simples.
Tomó 50 años desde la visión de Teodoro Herzl del renacimiento de la nación judía hasta el Plan de Partición de 1947 de la ONU, que determinó que un estado judío y un estado árabe emergerían de la Palestina gobernada por los ingleses. Durante esas cinco décadas – y con todos los altibajos globales, las artimañas de los gobiernos y fuertes políticas – el liderazgo judío en la tierra perseveró. Fueron impávidos.
Quinto: ese mismo liderazgo judío entendió que media torta era mejor que nada. A pesar de que los judíos hubieran querido un estado más grande, y creían que los hechos históricos los hacían merecedores del mismo, el pragmatismo prevaleció por sobre el maximalismo. Y ahí radica la diferencia fundamental entre los líderes judíos y árabes de la época, y esa ha sido la diferencia desde entonces.
El Plan de Partición de 1947 podría haber solucionado las aspiraciones de judíos y árabes por igual (es decir palestinos, pero el término todavía no era utilizado en la ONU). Hubiera habido dos estados para dos pueblos viviendo juntos, idealmente, en paz y cooperación. Pero la insistencia árabe para quedarse con toda la tierra desató una guerra. La guerra creó un problema de refugiados, y el sueño de “tener todo” continúa siendo alimentado por demasiados líderes palestinos.
Sexto: la guerra de 1948 para aniquilar al nuevo estado podría haber sido la primera y última guerra de Israel, pero no lo fue.
Superados ampliamente en número y con inferioridad armamentística, los 650.000 judíos podrían haber sido exterminados por los cinco ejércitos árabes que estaban atacando, incluyendo a los jordanos que habían sido entrenados por los ingleses. Pero los judíos comenzaron con entusiasmo, pelearon con armas a menudo difíciles de conseguir, y eventualmente ganaron, mientras que perdieron el uno por ciento de su población – y esa fue la primera de las muchas guerras que Israel ganaría para defender su propio derecho a la existencia.
Séptimo: la capacidad de Israel de defenderse a sí mismo no es nada menos que extraordinaria. Un país del tamaño de Nueva Jersey, y sin una topografía militar favorable, ha resistido repetidos ataques de todo tipo – guerras, baterías de misiles, atentados suicidas, secuestros, manipulación de leyes y libelos de sangre modernos.
La moral y el compromiso de los israelíes a cumplir con sus obligaciones nacionales – cuando, sin lugar a dudas, preferirían quedarse estudiando, socializando y viajando – es destacable. Solos, sin haber pedido nunca la ayuda de tropas de otras naciones, defendieron el estado. Y el ingenio técnico de Israel para enfrentar cada nuevo desafío con éxito ha sido una lección para otros países. Desde Entebe a la Cúpula de Hierro, desde Osirak a la planta nuclear de Siria, Israel ha brindado respuestas viables a amenazas aparentemente insuperables.
Octavo: Israel ha forjado una sociedad mucho más cohesiva y vibrante que lo que muchos predecían.
¿Cómo, preguntaban los escépticos, podría Israel absorber judíos de cantidades de países con diferentes lenguajes, tradiciones políticas, normas culturales y prácticas religiosas? ¿Cómo podría Israel forjar un estado democrático cuando tantos refugiados vinieron de tierras árabes no democráticas y de sociedades comunistas – y todo esto en una región (el Medio Oriente), en donde no hay ninguna tradición de sociedades libres y abiertas? ¿Cómo podrían coexistir los judíos religiosos y los seculares? ¿Cómo podría Israel absorber a más de 100.000 judíos etíopes que vinieron de aldeas sin electricidad u otras comodidades modernas? ¿Y cómo podrían los no judíos, especialmente una gran comunidad árabe, participar como ciudadanos del Estado de Israel?
Todo esto es un trabajo en curso, todavía no hay una armonía absoluta pero, después de 64 años del renacimiento de Israel, puede decirse que las fuerzas centrípetas que unen al estado son mucho más fuertes que las centrifugas que tiran hacia el otro lado – y, dada la magnitud de cada uno de los desafíos, esto no es un hecho nada despreciable.
Noveno: dadas las incansables amenazas y peligros, Israel podría haberse recogido, abandonado la esperanza y renunciado a la paz, pero no lo ha hecho.
En cambio, Israel ha abrazado al mundo, compartiendo su amplio conocimiento en la materia con los países en desarrollo, y a menudo, estando entre los primeros en la escena cuando acontecen desastres. Ha apoyado la vida de una manera que es difícil de imaginar. Y, a pesar del fracaso de un esfuerzo de paz tras otro desde los históricos tratados con Egipto (1979) y Jordania (1994) – por no mencionar las experiencias de retirada del sur del Líbano sólo para que Hizbolá, sustentado por Irán, ocupara el lugar desalojado, o de Gaza, sólo para que Hamás, cuyos estatutos llaman a la destrucción de Israel, tomara el control – Israel aún se aferra a la creencia de que la paz, basada en una importante resignación de territorio y en una solución de dos estados, es posible.
Y décimo: lo que los turistas ven por ellos mismos cuando vienen a Israel.
Como muchos visitantes primerizos comentan, ellos no tenían idea que Israel era tan pequeño ni que sus desafíos de seguridad eran tan complejos.
No tenían idea de que el árabe es un idioma oficial y que los árabes israelíes, incluso aquellos que se oponen a la existencia misma del estado, han sido elegidos para el parlamento israelí.
No sabían que las iglesias y mezquitas se encuentran en todos lados, con absoluta libertad de culto.
No tenían idea lo antiguo y moderno que es el país al mismo tiempo.
No entendían la avanzada democracia que es, incluyendo una prensa llena de vida, una magistratura independiente, una variedad de organizaciones sin fines de lucro, abundantes partidos políticos y una cultura argumentativa y autocrítica.
Y no tenían idea lo orgullosos – y optimistas sobre el futuro – que son la mayoría de los israelíes.
Por casi 2.000 años, los judíos sólo podían soñar – y rezar – por el renacimiento de Israel. Hoy es una realidad. Y yo me cuento entre los afortunados que la ven desarrollarse frente a sus propios ojos.

"Los submarinos vendidos a Israel pueden disparar ojivas nucleares"









Un extenso reporte de la revista alemana Der Spiegel señala que el nuevo submarino de clase Dolphin adquirido por Israel tiene capacidad como para ser equipado con misiles nucleares.
La revista alemana, basada en fuentes de Estados Unidos, Alemania e Israel, indica que "No hay ninguna duda. Esta tecnología naval le permitirá a Israel crear un arsenal nuclear flotante en el Oriente Medio".
Los submarinos de clase Dolphin han sido adquiridos para que Israel pueda ofrecer una segunda respuesta en el caso en que la retaguardia reciba un ataque devastador. Según el informe, los oficiales de defensa de Berlín han sido consientes de la naturaleza y el futuro destino de los submarino y comprenden

que el Estado judío debe mantener sus cuestiones de seguridad en la clandestinidad.
La Armada de Israel posee tres submarinos Dolphin. El cuarto que ha adquirido está a punto de entrar en funcionamiento.
Está programado que un quinto submarino arribará a Israel en 2018, y Alemania e Israel han firmado un contrato para la fabricación de un sexto submarino.
La revista indica que el submarino será equipado con misiles Popeye, desarrollados por la fábrica israelí Rafael, que pueden portar ojivas nucleares.
El artículo de Der Spiegel, destaca que la canciller Ángela Merkel dijo, en un principio que las naves no tenían capacidad nuclear, contradiciendo por primera vez en 20 años las premisas del proyecto.
El nuevo submarino Dolphin, que aún se encuentra en el astillero de Kiel, es el más avanzado en su tipo, y puede permanecer hasta 18 días consecutivos bajo el agua.
ag.Cabanah
Un soldadao del Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal) y un terrorista palestino murieron durante un intercambio de fuego en la frontera con la franja de Gaza.
El enfrentamiento se produjo poco después de que el terrorista palestino lograra abrir una brecha en la valla de seguridad que protege a Israel, en la zona cercana al cruce Kisufim, junto al sur de la franja de Gaza.
Cerca de las 5.30 a.m. fuerzas de Tzáhal detectaron un individuo armado atravesando la frontera cerca de los kibutzim (aldeas colectivas) Nirim y Ein Hashloshá - donde residen muchos israelíes oriundos de Argentina y otros países latinoamericanos - . Entonces, los soldados de la Brigada Golani fueron enviados a proteger las comunidades rurales.
Una fuerza de la brigada se topó con el terrorista emboscado que abrió fuego, pero inmediatamente repelió el ataque. Del intercambio de fuego que duró apenas algunos

minutos, resultó muerto el sargento primero Netanel Moshiashvili (foto), de 21 años, residente de Ashkelon, que se desempeñaba como enfermero de combate.
Alrededor de 1.500 personas participaron en el funeral del soldado en Ashkelon.
Fuentes palestinas identificaron al terrorista abatido como Ahmed Abu Nasser, de Khan Yunes.
La Jihad Islámica se adjudicó en un primer momento la responsabilidad del ataque; pero luego se retractó.
Fuentes palestinas informaron que la Fuerza Aérea atacó a una célula terrorista que se desplazaba en una motocicleta que arrastraba a un tráiler. La organización palestina autodenominada Comités de Resistencia Popular declaró que los cuatro heridos producidos en el incidente pertenecen a su organización.
El portavoz militar israelí afirmó que la Fuerza Aérea atacó a escuadrones que abrieron fuego con misiles de largo alcance contra las fuerzas israelíes.
El diario Haaretz señaló, citando fuentes de seguridad, que el terrorista se asistió con dispositivos avanzados para atravesar la frontera sin ser detectado por los equipos de vigilancia electrónica.
Fuentes de Defensa estiman que la infiltración formaba parte del intento de secuestro.

Mubarak fue condenado a cadena perpetua

ag. Cabanah
El ex presidente egipcio Hosni Mubarak fue condenado hoy a cadena perpetua por el Tribunal Penal de El Cairo, que lo halló culpable de la muerte de manifestantes durante la revolución que llevó a su renuncia en febrero de 2011.
También fue condenado a cadena perpetua el ex ministro del Interior Habib al Ahli por el mismo cargo, mientras que seis de sus ayudantes, con igual acusación, fueron absueltos al no haber pruebas fehacientes de su implicación, según el tribunal.
La fiscalía había pedido la pena de muerte para Mubarak, acusado de haber ordenado disparar contra los participantes en las protestas que estallaron el 25 de enero de 2011 pidiendo el fin de su régimen.
Por otro lado, la corte, presidida por el juez Ahmed Refaat, absolvió a Mubarak, sus dos hijos, Alaa y Gamal, y al empresario Husein Salem, procesado en rebeldía, de los cargos de enriquecimiento ilícito y daños a los fondos públicos al considerar que esos delitos han prescrito.
Mubarak, con gafas oscuras y en camilla, escuchó impasible la lectura de la sentencia desde la jaula donde estaba acomodados los procesados.
Refaat destacó, durante la lectura del fallo, que "este juicio ha sido justo" porque el tribunal ha dado la oportunidad a todas las partes para mostrar sus argumentos.
Cuando los jueces se retiraron tras la emisión de la sentencia se registraron incidentes, que enseguida aplacaron agentes de seguridad, entre algunos asistentes en el interior de la sala de la Academia de Policía, que alberga el tribunal, a la que solo pudieron entrar los abogados y los periodistas acreditados.
El llamado "juicio del siglo" en Egipto comenzó el 3 de agosto de 2011, tras el arresto de Mubarak y de sus hijos en abril de ese año en la localidad costera de Sharm el Sheij.
El proceso, con un expediente de 60.000 páginas, se ha desarrollado a lo largo de 49 sesiones, que sumaron 250 horas, recordó Refaat.

Los secretos de la supevivencia judía

Hace unas semanas se dio a conocer una encuesta que demuestra que el 80 % de los judíos israelíes creen en la existencia de Di-s



Hace unas semanas se dio a conocer una encuesta que demuestra que el 80 % de los judíos israelíes creen en la existencia de Di-s, 70 % cree que el pueblo judío es el pueblo elegido, 69 % cree que la Torá es divina y un 60% piensa que hay vida luego de la muerte.
Estos resultados son bastante sorprendentes teniendo en cuenta la atmosfera antireligiosa que emana de cierta intelectualidad progresista que se manifiesta en algunos medios de comunicación israelíes.

La investigación demuestra que el surgimiento de un estado judío bajo el espiritu del sionismo de izquierda no logró uno de sus objetivos centrales : la creación de una sociedad israelí enajenada de su tradición. Durante muchos años, desde la misma formación del estado y absorción de miles de inmigrantes, el sistema político, educativo y académico, intentó desconectar al judío, en especial a los sefaradíes, de sus fuentes. La imagen del poderoso "sabra " israelí,luchador,creativo, emprendedor parecía querer contrastar con la imagen del judío galútico, acobardado.
El mito del sabra israelí se derrumbó. El israelísmo no pudo ser alternativa reemplazante del judaísmo.Los israelíes comenzaron a inclinarse ante nuevas culturas llegadas a Israel de un mundo culto y civilizado. Una cultura consumista que santificaba el egoísmo del particular, sus derechos e instintos por encima de los demás ( aún en la Israel socialista ). Una cultura basada en el yo, aquí y ahora mismo. En este contexto creció una nueva generación de nobles israelíes sin raíces en la tradición milenaria. Jóvenes israelíes alienados de su fuente constructora. Generaciones que no conocieron la historia judía ( al igual que hoy no la conocen los de la diáspora ) alejados de los relatos de la Biblia hebrea y de los valores sionistas que en su nombre fue erigido el estado de Israel.
El alejamiento de las raíces de la existencia judía, para formar un judío " nuevo " , se transformó en un peligro existencial solo disimulados por la belicosidad incesante de los vecinos árabes. De hecho un pueblo sin pasado no puede mirar su futuro.
Queda claro que desde la dramatica guerra de los Seis Días, en un proceso lento pero constante, más y más israelíes se han reacercado a sus fuentes judías.Luego de largos viajes por campos extraños, los judíos vuelven a su casa. Un círculo de docenas de años se cerró. Muchos años se necesitaron para que la población israelí internalice el precio pagado por la desconexión de sus raíces.
Es justamente en esta época en donde el sionismo religioso ( escaso en la diáspora ) asuma con madurez su rol conductor ya que muchos laicos judíos asocian la religión judía solo con sus formas más extremas de cumplimiento. Por ello hay que luchar contra todo intento extremista de un lado y del otro y construir una Israel moderna pero tradicional, alejada del extremismo laico y religioso, ajenos ambos a la concepción judía.
El sionismo religioso debe hacer entender que la mayoría de los laicos israelíes son hostiles a la religión porque los han llevado a los extremos. Para ello es básico que servir en el ejército de Israel es lo que las fuentes talmúdicas denominan Pikuaj Nefesh ( salvación de una vida ).Es el punto de equilibrio necesario para una sociedad como la israelí .
La mayoría de los israelíes, según la encuesta, quieren extender sus brazos a la convivencia laico-religiosa. Solo así, mano a mano, se podrá mirar el futuro de un estado de Israel que es ni más ni menos que el comienzo de nuestra redención como pueblo.

¿En quién confía Israel?





Cada vez que una noticia se divulga por los medios de comunicación, sobre un supuesto apoyo de Occidente a Israel, la verdadera defensa de nuestro país se debilita.

Ag.Cabanah

Cada vez que una noticia se divulga por los medios de comunicación, sobre un supuesto apoyo de Occidente a Israel, la verdadera defensa de nuestro país se debilita. Si algo es necesario recordarnos cada día es que estamos solos ante el peligro, cual famoso título del “Far West” norteamericano. No podemos relajarnos y creernos más seguros, por tener submarinos alemanes de última generación. Evidentemente estar por delante de la mayoría de las naciones, en tecnología militar, es un objetivo prioritario, que hay que mantener.
La superioridad militar es necesaria, pero sin olvidar también la superioridad moral, ética y espiritual, que ha hecho de Israel el ser reconocida como “luz a las naciones”. Israel es una nación diferente a todas las demás naciones, no se nos olvide. No vivimos como el resto del mundo vive. Tenemos una forma de vida, que hace que muchos luchen contra lo que somos y representamos, tratando de asimilarnos y convertirnos en lo que ellos son. El peligro de la asimilación es tan real, como la amenaza de nuestros enemigos. El moderno Israel, está formado de una multiforme y variada cultura internacional, que muchas veces va en detrimento de nuestra propia y diferenciada cultura.

Israel se ha forjado en la lucha desde su origen, pero nunca ha luchado solo. HaShem, ha estado y estará a nuestro lado como invisible escudo, defendiéndonos de nuestros enemigos. Lo lamentable, triste y realmente peligroso, es que seamos nosotros los que dejemos de confiar en su cuidado y nos creamos protegidos por las resoluciones de la ONU, sus Agencias y los secuaces que la forman, además de toda la tecnología que hoy en día está a nuestro alcance. La ONU y sus también mencionados secuaces, solo están esperando el momento, de asestar un golpe a Israel, que le deje indefenso y en la soledad más extrema, si fuere posible estar más solos de lo que estamos, por lo general. La herencia genética, que han recibido las naciones y las gentes que las forman, en su inmensa mayoría, es la de un cruel rechazo antisemita, contra Israel, la llamen amiga, socio o moderna y soberana nación. Sus intenciones son las mismas, no se deje engañar.
No es una noticia buena, en el sentido más amplio de la palabra, que Israel confíe y se fíe de la sincera y desinteresada ayuda, que le brindan otras naciones. ¿Cuál es el precio que tendrá que pagar Israel a Estados Unidos, por su supuesto apoyo? ¿En qué tendrá que ceder Israel, ante Alemania, por la entrega de sus submarinos?. No es tanto el dinero el que tendrá que pagar Israel, que también, el precio más importante es la falta de soberanía, en la toma de decisiones, que Israel tendrá que pagar a las naciones de este mundo. ¿Quién decidirá si Israel lleva a sus últimas consecuencias, un ataque preventivo contra Irán? Israel no tiene aliados, tiene interventores que toman las decisiones, que solo le corresponderían a Israel tomar.
Es un drama ver como la sociedad israelí, juega a parecerse cada vez más al resto de las naciones. En vez de asumir que somos diferentes y vivir como tales, nos asusta el que nos vean como diferentes. Todo parece indicar, que la imagen que se quiere proyectar de Israel, es la de un moderno y democrático país, que no se diferencia, en absoluto, de las demás naciones. El orgullo de Israel, es tener las mismas celebraciones multitudinarias, que los demás países tienen. ¿Se puede sentir orgullo, por tener “el Día del Orgullo”, sea de lo que sea, como el resto de las naciones?. Las embajadas de Israel están llenas de imágenes turísticas, en las que se ven a atractivas señoritas, luciendo sus bronceados cuerpos, en maravillosas playas, como en el resto de las naciones. Rodeados de grandes y lujosos hoteles, con fabulosas discotecas, Israel aparece como una moderna y progresista ciudad del mundo. La bebida, la comida y el ocio ocupan un lugar preferente, en esta publicidad barata que todos los países ofrecen y que deforman y conforman esa “idílica” imagen de Israel. Un slogan apropiado, podría ser,” Israel no es diferente”, a modo inverso de aquel que la dictadura franquista utilizó para atraer turismo a España y que aun en nuestros días se sigue usando y recordando, “España es diferente” decían entonces. Mejor le encajaría a Israel, el mencionado slogan, Israel es diferente y añadiría, muy diferente. ¿Tenemos que avergonzarnos de ser diferentes, en verdad, al resto de las naciones? Rotundamente no.
No queremos ser iguales que las demás naciones, somos diferentes y lo seremos para siempre. Tenemos una historia que no debemos olvidar, para no repetirla. El Rey David, fue disciplinado desde lo Alto, por confiar un su capacidad militar, por confiar en su numeroso ejército, por confiar en la tecnología de su momento. No fue castigado por hacer un censo, como algunos interpretan, lo fue por confiar en lo mucho que tenía. Poco ha variado la mentalidad de aquellos que confían en lo que tienen y no en lo que son, en este caso Pueblo Diferente, si me lo permiten.
Israel debe confiar por encima de todo, en la protección que le es enviada desde los cielos. Decir a la sociedad israelí que no se preocupen, que tenemos fuertes amigos, que nos ayudan, es debilitar el sentido defensivo que ha dado tantas y trascendentes victoria a Israel, como nación y a sus ciudadanos como esforzado Pueblo, con mayúsculas. Una pregunta que debemos respondernos todos nosotros es ¿De dónde vendrá mi socorro? La respuesta la tiene que dar usted mismo, como ciudadano de la diferente y bendecida Nación de Israel, de la cual forma parte por elección Divina. No lo olvidemos, de ello depende nuestro presente y nuestro futuro.

Genocidios



El exterminio de los judíos europeos durante la Segunda Guerra Mundial se inspiró en el genocidio del pueblo armenio al promediar la Primera. Un llamativo paralelo entre las racionalizaciones del régimen nazi de Alemania y las de la dictadura argentina de 1976- 1983. Los apoyos eclesiásticos y empresariales con que contaron y los argumentos con que intentaron justificar sus crímenes.


El asesinato masivo de la población judía europea durante la Segunda Guerra Mundial se inspiró en el genocidio del pueblo armenio que comenzó al promediar la Primera Guerra Mundial. A su vez, la política concentracionaria y exterminadora del nazismo tuvo un reflejo sudamericano a partir de 1976, en lo que los militares argentinos consideraban la Tercera Guerra Mundial. El Holocausto se llevó a cabo mediante un encuadre jurídico y en forma gradual, lo que venció las resistencias y facilitó la subordinación de la sociedad y del aparato estatal, incluyendo las Fuerzas Armadas alemanas. El primer campo de concentración, Dachau, se inauguró en 1933, en cuanto Hitler fue electo, para alojar a cuadros de los partidos comunista y socialdemócrata. Luego vino la prohibición de los sindicatos y la creación del partido único. La persecución a los judíos, que a su vez recorrió distintas etapas, comenzó por la cultura y la economía, contra periodistas y banqueros, alcanzó luego a la universidad y a los profesionales de la medicina y el derecho. Más adelante se creó un registro de propiedades, se prohibió que los judíos practicaran el comercio y la agricultura. En momentos sucesivos se obligó a que antecedieran sus nombres con Sara o Israel, se les vedó usar armas, se expropiaron sus bienes, sus hijos fueron expulsados de las escuelas, se les privó de cualquier beneficio previsional. Después se decretó que no podían salir de noche, tener aparatos de radio, vivir en cualquier barrio, manejar vehículos, ir al cine, al teatro, los museos y las bibliotecas. Completaron el cuadro asfixiante la imposición de trabajos forzados, la requisa de joyas, oro y hasta cubiertos de plata, la rescisión de los contratos de alquiler, el uso obligatorio de una estrella amarilla y el confinamiento en ghettos, recién en 1939. Tampoco el ascenso de Hitler al poder absoluto fue instantáneo. Primero fue designado supremo magistrado judicial, luego censuró la prensa y el arte, consiguió que se unificaran los cargos de presidente y canciller, en una fase posterior fue designado máximo jefe militar y más tarde abolió la autonomía de los lander, los estados provinciales. El antecedente del genocidio del pueblo armenio, ejecutado entre 1915 y 1920 por el régimen nacionalista conocido como de los jóvenes turcos, y el estudio sobre las distintas etapas de la persecución a los judíos alemanes, provienen de la Historia de la solución final, escrita luego de diez años de trabajo por el juez federal Daniel Rafecas. Un millón y medio de armenios fueron conducidos a los desiertos de Siria y Anatolia para que allí murieran lejos de la mirada del mundo. Los armenios fueron sindicados como el enemigo interno a depurar y la guerra mundial fue la ocasión para exterminarlos, bajo guisa de deportación masiva.
Aunque el paralelismo con la dictadura argentina no es el objetivo del autor, el material que transcribe permite completar esa parábola impresionante. Como magistrado Rafecas realizó la instrucción más completa sobre crímenes de lesa humanidad, en la causa del Cuerpo I de Ejército. Con el mismo método trabajó como historiador a partir de la copiosa bibliografía internacional existente, que ordenó en forma cronológica para exponer la progresión del proyecto criminal. El Holocausto no fue un arrebato irracional, sino una expresión de la modernidad, la burocracia y la producción industrial, sostiene. Aunque se trata de un libro de historia, por fortuna escrito en buen castellano y no en jerigonza judicialés, no refleja el impacto de la derrota en la Primera Guerra Mundial y de las reparaciones impuestas por los vencedores, con las consecuencias devastadoras que nadie retrató con la profundidad de Georg Grosz y Otto Dix. En cambio, es detallista en la descripción de las sucesivas medidas que a lo largo de doce años condujeron a un resultado espantoso, imprescindibles para no minimizar en el presente señales que deberían encender a tiempo todas las luces de alarma.
Licencia para matar
En 1938 tuvo lugar la conferencia de Evian, donde los aliados se negaron a recibir a los refugiados judíos que por entonces Hitler quería expulsar de Alemania. Tampoco asistió a esa conferencia la Oganización Sionista. La explicación de esa llamativa ausencia consta en otro libro, del periodista israelí Tom Segev, El séptimo millón. La dirigencia que encabezaba David Ben Gurion sentía la emigración de judíos hacia otros países como una amenaza al Sionismo. Para impedirlo llegó a negociar con la sección de la Gestapo que dirigía Adolf Eichmann que los judíos que Hitler quería expulsar de Alemania sólo se dirigieran hacia Palestina. También la Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Brasil, Colombia, Panamá y Canadá rechazaron a los refugiados que llegaron en barcos a sus puertos, donde se les impidió desembarcar, recuerda Rafecas. Ese capítulo de la catástrofe forma parte de una de las primeras novelas que escribió mi padre, En esos años. De acuerdo con los académicos Philippe Burrin y Saul Friedlander, cuando Hitler hablaba de aniquilar a los judíos, en 1939, se refería a su existencia como comunidad y todavía no al asesinato masivo de los individuos que la componían. Es imposible no asociar estas disquisiciones con las que sucedieron en la Argentina acerca del significado del verbo aniquilar en los decretos firmados por Isabel Martínez e Italo Luder. En el juicio de 1985, la defensa de los ex Comandantes argumentó que habían cumplido con las órdenes de un gobierno constitucional, aunque no pudieran explicar en forma congruente por qué acataron sólo esa orden y desconocieron el resto de las disposiciones institucionales. Como testigo, Luder defraudó esas expectativas y dijo que la orden de “aniquilar el accionar de los elementos subversivos” se refería a privarlos de la voluntad de combate y no a matarlos. Este año, Videla terminó por reconocer que para continuar la represión no era necesaria la toma del poder, por lo que el golpe de 1976 fue un error político que les quitó legitimidad. Pero aún así, insiste en que Luder les había dado “licencia para matar”. La similitud entre algunos aspectos de los procesos alemán y argentino recorre asombrosos vericuetos. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, la colectividad alemana en la Argentina tuvo un órgano de expresión opuesto al nazismo, el diario Argentinisches Tageblatt, propiedad de la familia de Roberto y Juan Alemann. Sin embargo, cuando el terrorismo de Estado se incubaba en la Argentina, ese mismo diario publicó un editorial en el que sostenía que “el gobierno podría acelerar y facilitar ampliamente su victoria actuando contra las cabezas visibles, de ser posible al amparo de la noche y la niebla y calladamente, sin echar las campanas al vuelo. Si Firmenich, Quieto, Ortega Peña entre otros, desaparecieran de la superficie de la tierra, ello sería un golpe fortísimo para los terroristas”. Días antes había muerto Perón, días después fue asesinado Ortega Peña. Los hermanos Alemann fueron parte fundamental en los equipos económicos de la dictadura, Juan con Videla, Roberto con Galtieri. Forman parte de esa capa de la burguesía argentina que desde 1955 en adelante avaló las peores atrocidades con la imperturbable buena conciencia de quienes creen que la democracia es el gobierno de los democráticos. O como la caracterizó Walsh: “Las sagradas ideas, los sagrados principios y, en general, las bellas almas de los verdugos”.
De Madagascar a Siberia
El exterminio del pueblo judío recién comenzó a programarse cuando la resistencia británica a los devastadores bombardeos alemanes frustró el trasplante forzoso de todos los judíos a la gigantesca isla africana de Madagascar. En la etapa siguiente, iniciada con la invasión alemana a la Unión Soviética, Madagascar fue sustituida por Siberia. Las pugnas entre distintos sectores de la burocracia nazi por la conducción de la política antisemita, entre las SS, las oficinas de asuntos judíos de los ministerios del Interior, de Relaciones Exteriores y de Justicia, la Gestapo y los gobernadores de las naciones europeas ocupadas, evocan las disputas entre Videla y Massera durante la guerra sucia militar contra la sociedad argentina, el rol que el jefe de la Marina atribuyó a la ESMA como instrumento en su lucha por el poder político y el eje que conformó con los jefes de cuerpos de Ejército Luciano Menéndez y Carlos Suárez Mason. Al comienzo, Hitler se propuso “eliminar a la intelectualidad judeo-bolchevique”. Aplicaba a los judíos el mismo término con el que conduciría su campaña la dictadura argentina: la subversión. Massera era antisemita y en la conferencia que dio luego de recibir la distinción que le otorgó Bergoglio acusó a Marx, Einstein y Freud de todos los males de la sociedad contemporánea. Videla, Viola y Galtieri nunca se declararon antisemitas y no se proponían exterminar a los judíos sino a “los subversivos”, pero es bien conocido el plus de crueldad que padecieron los prisioneros judíos en los campos de concentración, en algunos de los cuales se utilizaron cruces svásticas, retratos y discursos de Hitler. Cuando las Naciones Unidas adoptaron en 1948 la Convención sobre la Prevención y la Represión del Crimen de Genocidio, lo definieron como “la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal”. Stalin impidió que incluyera también a los grupos políticos, porque temía que pudiera aplicarse a su gobierno. Tuvo que pasar medio siglo para que el juez español Baltasar Garzón y la sala penal de la Audiencia Nacional de Madrid interpretaran en la causa por los crímenes de la dictadura argentina que la definición de “grupo nacional” comprendía a cualquier “grupo humano diferenciado, caracterizado por algo, integrado en una colectividad mayor”.
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