jueves, 15 de diciembre de 2011

Israel, a un paso de la Luna


ag. Cabanah

En 2014 Israel podría convertirse en el tercer país que hace alunizar un aparato de su fabricación, después de que ya lo hicieran en su día la URSS y EE. UU.

En el marco del concurso Google Lunar X Prize, el proyecto está siendo desarrollado por la empresa israelí Space IL, que presentó su artefacto el pasado jueves en un acto presenciado por el presidente de país, Shimon Peres.
Conforme a las características presentadas, el módulo de descenso de la nave pesará 90 kilos e irá destinado a obtener imágenes y otro tipo de informacion de la superficie lunar para transmitirlos a la Tierra. En caso de completar exitosamente el alunizaje, el artefacto israelí pasaría a ser el aparato lunar más pequeño en la historia gracias a su diseño basado en nanotecnologías.
Peres inauguró esta iniciativa en un complejo militar próximo a la localidad de Yehud, en el centro del país, acto en el que participó Rona Ramón, viuda del astronauta israelí de la NASA Ilán Ramón, fallecido en el desastre del transbordador Columbia en 2003.
Space IL es una organización sin ánimo de lucro integrada por un equipo multidisciplinar de israelíes expertos en el espacio y creada con el objeto de competir con otros equipos internacionales en el Google Lunar X Prize, un concurso de exploración lunar, apunta un comunicado del propio proyecto.
El objetivo de los investigadores es convertirse en el primer equipo que logra lanzar, hacer volar y aterrizar una nave robótica en La Luna y al mismo tiempo operar el aparato por la superficie lunar y transmitir vídeo, imágenes y datos a La Tierra.
El modelo israelí es una opción nano-satelital cuyo diseño fue presentado en el acto inaugural.

LA LARGA HISTORIA DEL IDISH

La lengua principal utilizada por los judíos ashkenazim



ag. Cabanah
El idish es la lengua principal utilizada por los judíos ashkenazim durante el último milenio, sus lejanos orígenes tuvieron lugar dentro de los grupos que vivieron en los territorios del Emperador Carlomagno, lo que hoy en día es Francia y Alemania. También vivieron en la Bohemia, en Polonia, Lituania y Ucrania y en otras regiones de Europa Oriental a partir del Siglo XIII o en Holanda y en el norte de Italia en los Siglos XVI y XVII.

Fue también la lengua de nuevas comunidades ashkenazim en el mundo entero luego de que los judíos de Europa Oriental emigraron a Europa Occidental, a América del Norte y del Sur, o a Israel, en la segunda mitad del Siglo XIX. El idish tuvo diferentes nombres según que grupos de judíos lo hablaban, así fue que en textos antiguos fue llamado taytsh ("alleman") o idish ("judío"). En las viejas fuentes rabínicas se decía en hebreo que era la "lengua de Ashkénaz", es decir la lengua de Alemania. Se llamaba Ivretaytsh a la vieja lengua arcaica que se empleaba para traducir los textos religiosos. Los científicos han continuado empleando la denominación "judéo-alemán", del mismo modo que se refiere al "judeo-español " etc. Estas son expresiones incorrectas para referirse a la especificidad de las lenguas judías a las que los lingüistas progresivamente les han cambiado el nombre por el de idisch o judezmo.

De todas las lenguas judías, el idish es aquella que ha tenido la expansión geográfica más grande, ninguna otra ha sido hablada por tan gran número de personas, en valores absolutos o relativos: once millones (los dos tercios de la población judía en el mundo antes de la Segunda Guerra Mundial). Es también la única lengua judía, además del hebreo, que ha alcanzado tal grado de desarrollo, porque a través de ella se pueden expresar todos los contenidos de estilo de vida y pensamientos tradicionales pero también discursos políticos, científicos o la literatura de los tiempos modernos. En el transcurso de la última mitad de siglo numerosos factores contribuyeron a debilitar la posición del idish. El genocidio perpetrado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial ha aniquilado más de la mitad de las poblaciones que lo hablaban y las condiciones de transmisión fueron afectadas por el sufrimiento de los sobrevivientes. La asimilación lingüística – muchas veces voluntaria, pero también estimulada, y aún forzada en ciertos países – ha alejado a las generaciones nacidas luego de la guerra.

Fusión y Diferenciación

El análisis y estudio de la historia de la gramática del idish planteó varios problemas, es una lengua europea y representa un caso único y atípico pues está compuesto de diversas lenguas madres y otras habladas en el vasto territorio de tan grandes dimensiones como es Europa. Por otra parte la vida judía tradicional estuvo basada en la observancia de los preceptos religiosos que constituyeron un sistema cultural específico, completo y coherente, que nunca hubiera podido existir si para ello se hubiera utilizado una lengua ajena.

El hebreo había perdido el carácter de lengua aún antes de la aparición del cristianismo, otras lenguas judías nacidas de su fusión parcial con aquellas de las poblaciones vecinas, lo habían reemplazado en esta función. La primera fue el judeo arameo, que relegó al hebreo como lengua reservada a los estudios, a la liturgia escrita en general. Por lo tanto el origen de toda lengua judía puede ser descripta, esquemáticamente, como el resultado de la fusión de tres tipos de materiales:

a) los elementos del hebreo y el arameo propios de los lugares donde los judíos vivieron primitivamente.

b) Los elementos de la lengua (o de las lenguas) de las poblaciones circundantes.

c) los vestigios de un habla judía anterior, aportados desde otros lugares en el proceso migratorio que involucraba a las poblaciones judías.

En el caso del idish, que apareció hacia el siglo XI en las comunidades judías de la Renania, un elemento fundamental al principio está representado por los diferentes dialectos alemanes de la Edad Media, y más tarde con el desplazamiento hacia el Este del centro de gravedad de los judíos ashkenazim, por las lengua eslavas, especialmente el polaco, el ucraniano, y el bielorruso. En los vestigios de hablas judías anteriores se hallan como elemento esencial las lenguas judeo-romanas, una basada en el francés y la otra en el italiano. Durante el último siglo el idish ha asimilado igualmente mucho vocabulario llamado “internacional” sobre todo el compuesto de palabras neogriegas o neolatinas, corrientemente empleadas en la terminología política, tecnológica o científica. La fusión de estos componentes es un proceso largo y complejo, que implica operaciones de selección del patrimonio de las fuentes lingüísticas y de los cambios concernientes a todos los aspectos del idish, sean del orden fonético, semántico, morfológico o sintáctico. No todas las palabras del idish que se han tomado de otras lenguas, han sido necesariamente familiares al grupo judío donde el idish estaba en vías de formarse. Aun dentro del vocabulario conocido, ciertas palabras fueron inútiles y otras eran rechazadas a causa por ejemplo de su fuerte connotación cristiana. En los prestamos que el idish ha tomado de otras lenguas también se han producido numerosas transformaciones, así es como el cholent, nombre de la comída sabática que se preparaba el día anterior para no infligir la prohibición de prender fuego en Shabat, provienen del francés antiguo, chaud (caliente), muchas veces cambia el género y las formas del plural. Así el Shabat se transformó en Shabes, Kenig, palabra alemana que designa al rey, de esta palabra y en estilo hebraico se creó un nuevo verbo, kenign(reinar).

Contrariamente a una idea comúnmente aceptada, el idish no es solo el resultado de la suma de un cierto número de componente lingüísticos y si el producto de su fusión, que es imposible de determinar a partir del solo conocimiento de las fuentes provenientes de otros idiomas.

Otra tradición sostenía respecto al idish es que las otras lenguas judías postalmúdicas, no podían ser utilizadas más que para las necesidades de la vida cotidiana porque el habla utilizada dentro del ámbito religioso era únicamente el hebreo aramaico. Hecho que no fue así, ciertamente el hebreo tenía su status como lengua sagrada, pero el idish tenía su lugar en el campo de los estudios y de la liturgia. La lectura bíblica o talmúdica se hace sobre los textos, pero los comentarios orales, las discusiones, los comentarios eruditos e incluso a veces las oraciones, especialmente entre las mujeres, se hacían en idish. Paralelamente también se utilizaba el hebreo para cuestiones civiles y comerciales, documentos privados y correspondencia. La diferencia existente entre el hebreo y el idish, es que el primero es solo utilizado como lengua escrita en tanto que el idish es una lengua hablada y escrita. Ciertamente pese a que la religión tiene el mayor componente hebreo-aramaico del idish, no tiene su dominio exclusivo, las palabras de origen hebreo no están ausentes de otros registros de la lengua comprendidas la vulgar y la escatológica.
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