viernes, 17 de diciembre de 2010

Racismo de puño y letra

Los rabinos que firmaron una carta pública prohibiendo el alquiler y la venta de apartamentos a poblaciones "goim" en cualquier lugar de Israel superan a toda una serie de funcionarios públicos quienes, aprovechando su posición, se dedican muy a menudo a efectuar provocaciones directas contra minorías étnicas en flagrante violación de las leyes.
Sería interesante saber qué es lo que ellos definen por "goim": ¿una filipina que cuida de un anciano? ¿un jugador argentino o norteamericano de Betar Jerusalén o Macabi Tel Aviv? Definitivamente no. Su xenofobia metódica va dirigida única y exclusivamente a los ciudadanos árabes israelíes.
Ellos saben muy bien que la ley de servicios religiosos judíos prohíbe a cualquier rabino designado y remunerado con dinero de las arcas públicas a actuar "de manera inadecuada con la posición que corresponde a una autoridad religiosa en Israel". La incitación racista populista, apoyada por una irrisoria interpretación de la Halajá, cabe dentro de esta categoría.
¿Entonces por qué firmar la carta ahora? ¿Acaso es novedad el odio de ellos hacia la población árabe? ¿Pura casualidad? No. Estos mal llamados rabinos conocen muy bien la escenografía de la sociedad israelí; entienden sus nacionalismos extremos y los proyectos de leyes discriminatorias; están totalmente seguros que ninguno será investigado y que ni uno de sus seminarios dejará de recibir subsidios. El mismo gobierno que los critica, los ampara.
Pero lo que está en juego es la imagen del país. Los líderes del Estado deberían adoptar medidas drásticas contra estos irresponsables provocadores. Sólo su inmediata exclusión de los cargos públicos habría de disuadir a otros de incurrir en crueles expresiones de racismo.
La actual "resolución halájica" no es más que otra sintomática muestra de la rampante escalada racista de estos clérigos fundamentalistas, muchos de los cuales ocupan cargos estatales y se supone que deben servir a un público amplio. Sin embargo, actúan como la peor clase de radicales e ignorantes predicadores.
Los rabinos racistas le hacen un mal a Israel, esparciendo una mancha indeleble sobre la cultura y la herencia judías. No escatiman en utilizar un abominable brebaje de citas sin fundamento, amenazas y calumnias, a fin de sembrar la controversia bajo los auspicios que les otorga su autoridad.
La carta firmada no constituye una discusión halájica, sino un acto equivalente a escupir en la cara de la propia sociedad. Plantea en si una real amenaza al Estado y a su estabilidad social.
El primer ministro Binyamín Netanyahu se unió a los denunciantes sólo en calidad de fino y moderado comentarista de la Halajá. Pero sus palabras no tendrán ningún sentido si su gobierno no se decide a tomar de inmediato duras medidas en contra de los incitadores.
En vista de la prolongada indiferencia que les permite continuar libremente con su desquiciado comportamiento, las declaración de Netanyahu podría incluso convertirse en un símbolo más de la debilidad democrática del Estado.

Ashkelon. La estatua que surgió de la lluvia

Tiene entre 1.650 y 1.800 años de antigüedad

Fuente: elmundo.es

La espectacular tormenta de los últimos días en Israel ha dejado varios heridos, enormes daños materiales y algo más. Si en Tel Aviv, por ejemplo, tumbó 130 árboles, en la sureña ciudad costera de Ashkelon ha provocado importantes desperfectos y un valioso hallazgo.

Al mal tiempo, buena cara. Y al día siguiente de la tormenta una monumental sorpresa ha amanecido en un acantilado de Ashkelon. Para delicia de los arqueólogos y amantes de los misterios, se ha descubierto una estatua femenina romana de un metro y 20 centímetros de altura y 200 kilos de peso. Una mujer tan impresionante como anciana ya que se calcula que tiene entre 1.650 y 1.800 años. Si no fuera porque le falta una cabeza y una mano, se diría que se conserva muy bien para su edad. De mármol y colocada seguramente en una casa de baños, viste una toga y está esculpida de tal forma que aún se aprecian perfectamente sus sandalias y pechos.

Al hacerse público el hallazgo de la estatua romana y otros tesoros arqueológicos escupidos por el acantilado, Ashkelon se ha llenado de expertos y arqueólogos, ansiosos por ver a la musa de cerca. Poco después de ser descubierta por la ira puntual de la naturaleza y retratada por la necesidad permanente de los fotógrafos, la estatua blanca ha ido a parar al departamento de tesoros nacionales de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

"El mar nos ha dado una increíble y bella estatua sin cabeza y partes de una mano. Probablemente fue importada de Italia, Grecia o Asia Menor y quizás sea una representación de la diosa Afrodita", explica el arqueólogo jefe de la zona de Ashkelon, Yigal Israel, que indicó a los medios locales que la figura fue descubierta por un transeúnte que avisó a las autoridades. El Ayuntamiento se puso manos a la obra, nunca mejor dicho, y rescató a la mujer de las amenazantes olas del Mediterráneo. Según él, "la estatua cayó al precipicio desde una altura de 10 metros cuando se derrumbó el acantilado, pero sorprendentemente no sufrió daños. Estimamos que la cabeza y la mano perdidas ya le faltaban incluso desde la época romana".

Pero a primera vista los daños se pueden considerar un desastre nacional. La tormenta no tuvo piedad con todos. Secciones de un mosaico de colores se arruinaron y muchos fragmentos fueron arrastradas por el agua. "Debajo de la zona donde se construyó el paseo marítimo, se encuentran muchas pruebas arqueológicas que podrían arrojar luz sobre diferentes épocas históricas. Desde el lunes, estamos aquí para básicamente lamentarnos de que algunas han desaparecido por completo", comenta el arqueólogo Cobi Sharbit que espera "rescatar lo que se pueda en los próximos dias".

Se suele decir que si remueves un poco en Tierra Santa, descubres una piedra de la época del rey David. A partir de ahora se tendrá que añadir que a cada gran tormenta le espera su estatua romana, ilesa, orgullosa y con sandalias incluidas.
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