domingo, 26 de septiembre de 2010

'Lo que nunca me contaron sobre Israel y ni siquiera podía imaginar'

El viaje de un periodista español al país que ama la vida.



Recientemente, veintidós gallegos de todas las edades y profesiones, todos ellos miembros de la Asociación Gallega de Amistad con Israel, viajaron al país hebreo para conocer in situ qué había de mito y qué de realidad en todo lo que nos cuentan y en todo lo que nos dejan de contar los medios de comunicación occidental.

En el grupo había seis periodistas, dos médicos, tres empresarios, cinco estudiantes y dos enfermeras, de todas las ideologías políticas posibles; casi todos cristianos y algún ateo.

La Asociación de la que forman parte se fundó el 1ú de diciembre de 2006 y ya es una de las más activas de Galicia, donde han conseguido que su Parlamento Autonómico aprobara una moción en memoria del Holocausto, han llevado a conferenciantes israelíes como Yehoshúa, Perednik o Alona Fisher y han organizado un encuentro de autoridades de Israel en España con empresarios gallegos para preparar lo que será una cumbre bilateral de negocios.

Por si fuera poco, su presidente, Pedro Gómez Valadés, a quien su partido (los independentistas del Bloque Nacionalista Gallego) abrió un expediente de expulsión por ser amigo de Israel (sin embargo ponen a Irán como ejemplo de país a imitar), fue recibido por Dalia Itzik.

A la vuelta de tu viaje por Israel, la gente, en España, te pregunta si no te ha ocurrido nada, si no te has expuesto a peligros, si no has vivido riesgos innecesarios. Te preguntan si por la calle se nota la violencia, la guerra, los efectos del terrorismo. Si hay psicosis, si no se huele el mie-do, si nos han estado escoltando todo el tiempo, si he-mos podido visitar lo que quisimos o nos obligaron a hacer determinados itinerarios, si hemos podido salir por las noches, si hemos visto tanques en las calles.


Una experiencia única

Y cuando les respondes que no has tenido nunca sensación de peligro, ni de inseguridad, ni de riesgo, ni un poquito de miedo siquiera, los decepcionas. Y no digamos cuando les dices que aquello (Jerusalén sobre todo, pero también Galilea y los Lugares Santos de la vida de Jesús) estaba lleno de viejitos cristianos españoles encantados de la vida y ajenos a todos los prejuicios que, sobre Israel, Occidente crea y difunde.

Tal vez, también, porque en el subconsciente de muchos de esos integrantes de la tercera edad no existe un equivalente entre Israel y Tierra Santa. Para ellos Israel es un lugar en guerra y Tierra Santa es otro lugar donde nunca pasa nada ni puede pasar.

Para nosotros, los que quisimos ir a Israel y no a Tierra Santa, nos encontramos con un país ejemplar y maravilloso en muchos sentidos. En un estado del tamaño de nuestra Galicia sin la provincia de Lugo, vivimos la experiencia única e insuperable de dejar nuestro pedido en el Muro de las Lamentaciones, de flotar en las aguas del Mar Muerto, pisar todos y cada uno de los lugares por los que transitó Cristo desde que nació hasta que fue crucificado y emocionarse en el Museo que recuerda el Holocausto de seis millones de judíos a manos de los nazis.

Arboles y telenovelas en la cuna del mundo

La expedición gallega, que incluso plantó un árbol, y así lo certifica un documento oficial del Keren Kayemet Leisrael, se fotografíó con las soldadas que pasean como civiles por las tranquilas calles de Jerusalén, departió con más de un israelí que conoce el castellano gracias a las telenovelas sudamericanas que allí triunfan, se remojó en el lugar del Jordán donde Juan Bautista bautizó a Jesús, ascendió a las alturas épicas de Masada donde los últimos judíos resistieron hasta el suicidio frente al sitio de los romanos, y atravesó el Mar de Galilea para subir a los Altos del Golán.

Con las banderas de Galicia e Israel en ristre, los viajeros sellamos nuestra amistad con ese pueblo trabajador y amante de la vida, comprobamos el milagro israelí de haber convertido el desierto en un vergel, y nos sentimos en todo momento seguros y emocionados de estar en la cuna del mundo. Lo que no es poco en un país amenazado diariamente por el terrorismo islamista que le niega su derecho a existir.

El mito de la miseria más triste del mundo

A la vuelta del viaje, muchos de mis amigos se quedaban con la boca abierta cuando les decía que en Belén o en Ramala o en cualquier sitio de Cisjordania la gente no vive en tiendas de campaña, sin agua, ni luz, con niños descalzos y letrinas comunales para hacer sus necesidades. El cliché de los medios de comunicación europeos en general y españoles en particular nos ha dibujado un escenario como el descrito, donde la población palestina siempre está al borde del colapso, de la muerte por hambruna y por falta de medicinas El cliché es el que se corresponde con el país más pobre del mundo; más que Rwanda, Guinea, Tanzania, Costa de Marfil, o incluso Haití o Bolivia.

Cuando les cuento que he visto ciudades sin tiendas de campaña y con edificios, con carreteras, escuelas, restaurantes, hospitales y que la gente tiene celulares y coches, y que los comercios están más surtidos que en La Habana, pues les cuesta creerme. Vale, que Gaza es otra cosa, pero tampoco es Mozambique, ni mucho menos.

Del miedo, al ejemplo

Los derechos humanos no existen en los territorios que controlan Hamás o Al Fatah, pero a los europeos nos pareció que a pesar de celebrarse sin libertades, ni derechos fundamentales, ni candidaturas de todas las tendencias; y a pesar de que no se considerarían válidas en ningún país occidental, las elecciones palestinas fueron democráticas. No importa que nunca homologaríamos algo así si tuviera lugar en Israel.


Es decir, si mañana, por ejemplo, la mayoría cualificada de los israelíes decidieran apoyar a un partido ultra nacionalista en cuyo programa figurara expulsar a todos los árabes de los territorios ocupados, entonces Europa pondría el grito en el cielo porque no lo consideraría democrático. (Ya no decimos ético, siquiera).

Está claro que los europeos usan dos varas de medir, según se trate de Israel o de sus enemigos. Así que a los israelíes, de derechas y de izquierdas, les llevan todos los demonios que nosotros, los europeos, los expedidores de los auténticos certificados democráticos king size o extra luxury', miremos con lupa todas sus acciones, pasemos por alto todos los abusos anti democráticos de los dirigentes palestinos y nos comportemos como si nos importara una higa que las mujeres palestinas vivan sojuzgadas mientras las cómicas españolas se iban a fotografiar con Arafat.

La paz es posible

Pero no solo los israelíes. Hay palestinos con nacionalidad israelí, como el comerciante Anuar S. o el taxista Ahmed J. nos dicen con la boca pequeña (y por separado) que ellos lo que quieren es que acabe la violencia, y que si participan en movilizaciones o actos de la intifada es porque si no serán represaliados por los islamistas. ``Queremos trabajar y mejorar, y que nuestros hijos tengan futuro''', dice Anuar, que bien podría ser habitante de Nazaret, donde árabes y judíos coexisten desde 1948. O de la laureada Nevé Shalom (Oasis de Paz), una villa cooperativista situada entre Jerusalén y Tel Aviv que visitamos para comprobar la ejemplar convivencia entre 50 familias, la mitad judíos y la otra palestinos, y de la que se han hecho lenguas desde Hillary Clinton al líder palestino Faisal al-Husseini, pasando por el Premio Nobel Elie Wiesel o el escritor marroquí Taher Ben Jalún.

El amor a la vida

Tan ejemplar como Nevé Shalom, pero en otro ámbito, fue que durante las décadas de los '70, '80 y '90 ingresaran cada día en Israel 150.000 palestinos para trabajar. Naturalmente, Europa siempre exigió que Israel empleara mano de obra palestina, pero nunca pidió lo mismo de Jordania y Egipto, igualmente limítrofes con los palestinos, de quienes son hermanos de sangre y de religión. Eso sí, si les daban trabajo se criticaba a los judíos por tener colapsados en las colas fronterizas a los pobres palestinos, pero si no se lo daban, entonces Israel era un país sin entrañas.

Lejos de ser un país malvado, pudimos visitar el Hospital Hadassa, donde los médicos tratan por igual a víctimas y a verdugos. A personas heridas en un atentado y al terrorista que las atacó. Fue así como supimos que para un israelí, o al menos para un judío, lo importante es, siempre, la vida. Porque salvar una vida es salvar al mundo.

Y nos impresionó, vaya si no, lo que está haciendo la red de voluntarios más grande de Israel en cuestión de servicios de asistencia y cuidados en el hogar, a través de Yad Sará. Impresionante. Una institución que no recibe ayuda del Estado y que le ahorra 300 millones de dólares en costes de internamiento hospitalario y cuidados intensivos.

Así que, visto lo visto y vivido lo vivido, uno se vuelve con la sensación de que acaba de conocer de primera mano todo lo que nunca le contaron sobre Israel y ni siquiera se podía imaginar.

En busca del genoma de la judía

por SILVIA R. PONTEVEDRA
A la Misión Biológica de Pontevedra, la única que llegó a fundar el Gobierno (en 1921) de todas las previstas en España para dar un impulso al atrasado sector de la agricultura, vienen hoy empresas de todo el territorio estatal para encargar legumbres a su medida. Hace poco, un grupo vasco reclamó un guisante pequeño para alta cocina que planeaba lanzar al mercado con el nombre de guisante lágrima. Los biólogos de Pontevedra (que hace ya muchos años dependen del Consejo Superior de Investigaciones Científicas) buscaron en su banco de chícharos, con 250 variedades, y rescataron para este encargo el más pequeño. De momento, el guisante seleccionado está en pruebas, así que seguramente antes (porque ya está "a punto") le tocará el turno a una "pequeña empresa de Galicia" que, con apoyo de la Xunta, se ha empeñado en producir y sacar a la venta un tipo de judía de vaina amarilla en lugar de verde. "Las mejoras de variedades que hacemos aquí suelen responder a demandas empresariales", explica Antonio Miguel de Ron, profesor de investigación en leguminosas de la Misión, considerado uno de los mayores expertos mundiales en la materia.
De Ron tiene peligro cuando se pone a hablar del asunto. Es miembro de varios organismos internacionales dedicados en cuerpo y alma a la judía, ha liderado el único proyecto financiado por la UE sobre este vegetal y preside la Asociación Española de Leguminosas. El coruñés empezó en la Misión trabajando con maíz, y en 1988, después de doctorarse, se dedicó a recorrer Galicia recogiendo semillas de de judía puerta en puerta. Lo primero que hacía al llegar a un pueblo era buscar "al cura, al maestro o a un guardia civil", para poder presentarse después en las casas sin despertar sospechas. "Los paisanos no son conscientes de las maravillas genéticas que guardan en el galpón", comenta De Ron, "te dicen que no tienen nada, y luego resulta que guardan bolsitas con diez tipos diferentes de haba".
De esta forma se fue formando en Pontevedra una colección que asegura la pervivencia de 300 variedades locales recogidas en Galicia, la mitad de las que se han logrado recabar en toda España. De todas las gallegas, sólo una, la Faba de Lourenzá, ha conseguido la denominación de origen. Pero hay otros tesoros genéticos tan valiosos como la variedad Ollo de Pita, una haba blanca con un punto negro que sólo se cultiva en huertas particulares del entorno de la ciudad de Pontevedra. "Es una judía endémica, que sólo he encontrado en un radio de cuatro kilómetros", explica el especialista. En total, en el banco, habrá unas 2.200 de todo el mundo, "aunque en realidad, en el planeta, se podrán contar unas 200 variedades con entidad". Las demás son como hermanas, "presentan diferencias mínimas".
Veintidós años de investigación han valido para que el grupo pontevedrés sea considerado un referente. Para celebrar el Año de la Biodiversidad, en Francia se ha editado un libro (L'histoire du haricot sans en perdre le fil, La historia de la judía sin perder detalle) y se ha organizado una exposición en Versalles. Uno de los capítulos, el que habla del origen, la llegada y la evolución de la especie en Europa, le fue encomendado a los gallegos. El estudio, además de Antonio de Ron, lo firman sus compañeras Ana Paula Rodiño, María de la Fuente y Marta Santalla.
Pero es que el mismo equipo encabeza actualmente uno de los dos proyectos de secuenciación del genoma de la judía común que se están llevando a cabo en el mundo. La especie Phaseolus vulgaris, la madre de las judías, fue domesticada inicialmente en dos zonas: Mesoamérica y los Andes. La primera en llegar a España (seguramente de la mano de Colón y como mera curiosidad gastronómica) fue la centroamericana, y después vino la otra. Hay tantas variedades aquí, que "existen muchas posibilidades de que penetrasen por Galicia". Estas dos judías originarias del Nuevo Continente "presentan curiosamente grandes diferencias genéticas", de ahí que existan dos proyectos de secuenciación, "uno en Estados Unidos para la Andina y otro en el que participan México, Argentina y Brasil, pero que está liderado por la Misión Biológica de Pontevedra, para la mesoamericana".
Pero, de forma paralela, no dejan de trabajar en otras investigaciones. Por explorar, el equipo de De Ron explora cosas tales como la razón por la que algunas judías se pueden tostar y otras no. Lo único que este biólogo piensa que ya no logrará descubrir nunca es de dónde viene el nombre de la judía. "Feixón, feijóo, frijol, claramente vienen de Phaseolus, y haba y alubia eran las denominaciones de otras variedades que se cultivaban antes del Descubrimiento de América y que fueron desplazadas por la Phaseolus cuando penetró. ¿Pero judía? ...Lo que está claro es que de los judíos no viene".

Historia de los movimientos clandestinos en Israel

por Lic. Tzila Chelminsky
Es increíble como ideologías cobran actualidad. Los movimientos subversivos como el Etzel y el Leji han renacido sobre todo en los asentamientos de Judea y Samaria. Se habla hoy de la herencia (moreshet) de Jabotinsky, y conmemorando el 130 aniversario de su nacimiento tuvo lugar un concurso, donde estudiantes de secundaria y bachillerato tuvieron que exponer el espíritu de Jabotinsky. Asimismo, en el mes de junio último tuvo lugar en el Centro Beguin la conmemoración del 70 aniversario de la creación de Leji. La gran mayoría de los participantes tienen hoy más de 80 o 90 años, y aun en silla de ruedas o ayudados por bastones fueron los héroes anónimos atraídos por el carismático Abraham Stern.
Mi primer contacto personal con algunos de los miembros de los movimientos llamados clandestinos o subversivos y de los cuales escuchábamos hablar a media voz, tuvo lugar cuando en el año 1964 asistí al Congreso Sionista que tuvo lugar en la aún entonces dividida Jerusalén. En una de las sesiones hubo una divergencia de opinión entre Rose Halperin, quien encabezaba la numerosa delegación norteamericana de las mujeres de ``Hadassa”, y Menajem Beguin, dirigente del oposicionista partido Jerut, y quien en 1977 sería electo primer ministro israelí. En lo más álgido de la discusión, Beguin, que era conocido como un magnífico orador, subió al escenario y con voz tronante dijo: ``¡Sra. Halperin, sobre su cabeza sólo hay un sombrero nuevo cada día; sobre la mía había una recompensa y un precio!”
La historia oficial del ishuv de la época anterior a la creación del Estado dedicó poca atención al estudio de esos grupos, calificados de ``terroristas”. Después de que el partido Likud, formado por la unión de Jerut y Sionistas Generales, llegó a ocupar el poder, los mismos empezaron a ocupar una parte sustancial de la opinión pública.
Se han construido pequeños museos en Tel Aviv, Jerusalén, Biniamina y otros sitios, que explican en forma didáctica la historia de estos grupos, aparecen constantemente libros que dan su propia versión de los hechos, y mucho han logrado con la puesta en escena de la obra teatral ``Los rebeldes”, escrita por Edna Maze, en base a la biografía de sus padres que militaron en estos movimientos, que no sólo ha sido elogiada por la crítica sino que es actualmente una de las obras más representadas en el teatro israelí..
Todos estos intentos tienen como meta la reivindicación o, si se quiere, la legitimación de estos movimientos, cuyos miembros, debido a su edad, han ido desapareciendo del mundo.
Encabezados por Abraham Teomi, en 1931 un grupo de comandantes salió de la Haganá (la organización defensiva del ishuv) y formó, junto con otro grupo armado del Betar, una organización clandestina llamada Etzel (Irgun Tzvaí Leumi, Organización Militar Nacional), en protesta contra el carácter estrictamente defensivo de la política del liderazgo judío en Palestina ante los ataques árabes.
En 1937, durante los disturbios árabes, este grupo se dividió, nuevamente por un serio desacuerdo sobre la forma de enfrentar el terrorismo árabe, y la mitad de sus miembros se reintegraron a la Haganá, que estaba controlada y dirigida por la Agencia Judía. Rechazando absolutamente la política de contención (havlagá) de la Haganá, que optaba por no responder por las armas a los asesinatos y ataques terroristas árabes, el Etzel llevó a cabo varios operativos en Jerusalén, Tel Aviv y Haifa, colocando bombas en cafés y concurridos mercados árabes y atacando el tren a Iafo.
Estos atentados fueron condenados por la Agencia Judía, la cual manifestó ``que manchaban los logros morales de los judíos en Eretz Israel y ponían en peligro la seguridad y la lucha política”. Muchos de sus miembros y simpatizantes fueron arrestados por los ingleses, lo cual sólo logró que incrementaran sus actividades.
Además, en cooperación con el Movimiento Revisionista, lograron en esa época introducir ilegalmente a Palestina a miles de judíos.
El ``Libro Blanco” restringía la inmigración judía
Después de la publicación del ``Libro Blanco” británico en 1939, que restringía la inmigración judía a Palestina y controlaba la venta de tierras a los judíos, el Etzel volcó sus actividades primordialmente contra las instalaciones e instituciones del Gobierno inglés.
Curiosamente, en esa época contaron con el franco apoyo del Gobierno polaco, que estaba interesado en resolver su problema judío por medio de la inmigración a Palestina, y los ayudó en el adiestramiento militar de sus miembros y los surtió de las armas que les eran tan necesarias.
En represalia, los ingleses realizaron arrestos masivos, pero, al estallar la Segunda Guerra Mundial, el Etzel declaró una tregua, alentando a sus miembros a pelear al lado de los ingleses en contra de los nazis, organizados en unidades palestinas y posteriormente en la Brigada Judía. Esto provocó una segunda escisión en junio de 1940, y la formación de un nuevo grupo clandestino llamado Leji, Lojamei Jerut Israel (Luchadores por la Libertad de Israel), encabezados por Abraham Stern, conocido por su seudónima ``Yair”, quien fue asesinado en 1942.
A este grupo se le apodó popularmente como la ``Banda Stern” y sus partidarios lo consideran el ``pilar de fuego que precedió al campamento”.
David Raziel, el comandante del Etzel, cayó cerca de Bagdad en una operación conjunta con el Servicio de Inteligencia británico en contra del régimen pro nazi de Irak, lo cual indica que, en ocasiones, estos grupos tan opuestos y en constante pugna colaboraban en contra de un enemigo común. Lo sucedió Iaacov Meridor y, en 1943, Menajem Beguin.
Casi al final de la Segunda Guerra Mundial, al empezar a conocerse en toda su dimensión los resultados del Holocausto, y en virtud de que los ingleses seguían imponiendo las medidas del Libro Blanco, tanto el Etzel como el Leji declararon la guerra total al Gobierno británico, bombardeando estaciones policiales, vías ferroviarias y capturando armas y municiones. Las autoridades británicas reaccionaron nuevamente y 251 miembros del Etzel y Leji fueron deportados a Eritrea.
Pero, debido a que hombres del Leji habían asesinado a Lord Moine en El Cairo en 1944, no hubo una reacción organizada por la comunidad judía en contra de las deportaciones, y la Haganá y la Agencia Judía decidieron proceder drásticamente en contra de esos grupos.
En esta campaña, conocida como la ``sezón” (temporada de cacería), varios de sus dirigentes fueron raptados y entregados posteriormente a las autoridades británicas.
Aunque restringidos en su fuerza militar, los grupos subversivos siguieron fieramente su lucha contra los ingleses.
La política anti sionista de los británicos
Cuando la política anti sionista del Gobierno británico terminó de cuajo con las esperanzas de la post guerra de lograr un Hogar Judío en Palestina, la Haganá se unió a estos grupos clandestinos formando el ``Movimiento de Resistencia Hebreo” (1945), y realizaron en conjunto ataques y sabotajes contra ferrocarriles, puentes y botes de patrullaje, a fin de permitir el ingreso de barcos con inmigrantes ilegales. El frente común se desintegró cuando los líderes de la Agencia Judía fueron arrestados, pero los grupos clandestinos siguieron atacando.
El más conocido ataque del Etzel es el que llevaron a cabo bombardeando un ala del Hotel King David en Jerusalén, donde se encontraban las instalaciones del Comando Militar inglés. Y así, en un círculo vicioso, a cada acción británica seguía una reacción del Etzel y Leji. Los ingleses impusieron arrestos, toques de queda, deportaciones y matanzas de varios líderes: cuatro de ellos fueron colgados en la prisión de Acre, entre ellos Dov Gruner. Dos más se suicidaron, y al llevarse a cabo el enjuiciamiento de otros tres, el Leji secuestró y colgó a dos oficiales británicos; amplia divulgación tuvo el ataque que realizaron colocando una bomba en la Embajada británica en Roma.
Tanto el Etzel como el Leji tenían su propia estación de radio y distribuían panfletos con su emblema, que mostraba una mano con un rifle contra el trasfondo de un mapa de Eretz Israel que incluía Transjordania (las dos riberas del Jordán, como lo dicen en su himno).
En 1947, a raíz de la resolución de las Naciones Unidas sobre la partición de Palestina en dos Estados, todos los miembrios de Etzel y Leji salieron de la clandestinidad y ayudaron en la lucha contra los árabes, pero continuaron atacando instalaciones británicas para capturar armas. Al surgir el Estado en 1948, los Altos Comandos del Etzel y Leji ofrecieron desbandar ambas organizaciones e integrar a todos sus miembros al Ejercito. Pero mientras esto se concretaba, actuaron independientemente, especialmente en Jerusalén, donde mal coordinados con la Haganá, atacaron el pueblo de Dir Yasín con nefastas consecuencias.
En junio de 1948, durante la primera tregua árabe-israelí, el barco ``Altalena”, fletado por el Etzel, llegó en forma clandestina a las costas de Israel, cargado de enormes cantidades de armas y municiones (tan necesarias para el recién creado Ejército), y con cerca de 800 jóvenes que habían recibido entrenamiento militar. Durante las negociaciones con el Gobierno provisional encabezado por Ben Gurión, exigieron el 20% del cargamento para sus propias actividades en Jerusalén. Ante su negativa al ultimátum del Gobierno para entregar el barco y su carga, el mismo fue bombardeado por la artillería israelí frente a la costa de Tel Aviv, acontecimiento sobre el cual está dividida la opinión pública del país hasta el día de hoy.
Poco reconocimiento han tenido hasta ahora estos luchadores, muchos de ellos ahorcados y fusilados. ¿Fueron héroes que lucharon por sus ideales, convencidos de que sólo el uso de la fuerza podría detener los ataque árabes contra la población civil judía y sacar a los ingleses del país? ¿Fueron ``terroristas” que no midieron las posibles consecuencias que sus ataques y asesinatos podrían tener? El mismo Beguin, considerado ``terrorista” por muchos israelíes, es uno de los líderes más respetados de Israel. ¿Hasta dónde influyeron sus actividades en la decisión británica de abandonar Palestina, lo cual, a la larga, condujo a la creación del Estado?
Creemos que todas estas dudas requieren más respuestas y un estudio más completo por parte de los historiadores que se ocupan de la época anterior a la creación del Estado

¿Está Israel más aislado que nunca?

Por Efraim Inbar

Muchos israelíes consideran que Israel, una vez más, está solo y que el estado judío está cada vez más aislado en la comunidad internacional. Una encuesta de agosto de 2010 muestra que, sobre la cuestión de la situación actual de Israel en el ámbito internacional, la mayoría de la población judía de Israel piensa que está moderada o completamente aislado (54%), comparado con el 46% que dice que no lo está. Una encuesta similar entre los judíos de la diáspora, probablemente, revelaría una sensación aún más grave de aislamiento porque, como minoría, los judíos de la diáspora están más expuestos a las actitudes antisemitas y antiisraelíes.

Tomando en consideración los muchos ejemplos de cobertura negativa de Israel, por parte de los medios de comunicación, tales sensaciones en Israel y en la diáspora, son comprensibles. En realidad, el infame informe Goldstone y el incidente de la “flotilla de Gaza", entre otros acontecimientos, proporcionan una amplia evidencia de un clima internacional hostil respecto a Israel.

Además, la izquierda israelí sostiene de viva voz, que la continuación del conflicto con los palestinos le exige un precio muy alto a Israel; que Israel se está convirtiendo en una entidad política aislada y menos legítima. Sin embargo, esta afirmación refleja una visión distorsionada de la realidad. La extrema izquierda está influenciada, principalmente, por sus grupos de referencia - la izquierda occidental y sus filiales radicales. Al atribuir una importancia exagerada a la cuestión palestina y al aislamiento de Israel, abogan por un acuerdo urgente con los palestinos, a un alto precio para israelí.

Se equivocan. Una mirada más cercana a las interacciones de Israel con muchos estados del mundo, en donde reside el poder real, y con organizaciones internacionales (ni cerca tan poderosas), explica por qué.

Tómese el número de estados que tienen relaciones diplomáticas con Israel. Esta medida muestra claramente una mejoría en el status internacional de Israel, particularmente comparado con 1973. Entonces, con la crisis energética, el poder del mundo árabe se encontraba en su cenit. Subsecuentemente, Israel experimentó una avalancha de rompimientos de relaciones diplomáticas. Esto ha cambiado drásticamente, particularmente después de 1991, cuando un número creciente de estados decidió establecer y/o mejorar las relaciones diplomáticas con el estado judío. Por ejemplo, todos los estados dentro de la órbita soviética, en la ex Yugoslavia y la ex Unión Soviética, así como también la mayoría de los estados africanos y asiáticos, optaron por las relaciones diplomáticas. Es significativo que potencias emergentes, como China e India, y estados clave como Rusia, Turquía y Nigeria, decidieron tener plenas relaciones diplomáticas con Israel, las que se han mantenido desde entonces.

En general, los estados que enfrentan los desafíos del terrorismo y/o del islamismo radical, sobre todo después del fenómeno de 1991, buscan la cooperación con Israel. El estado judío tiene mucho que ofrecer en el área de inteligencia y de táctica y doctrina en la lucha antiterrorista. Debido a la creciente amenaza islamista, el número de estados que buscan relaciones en el campo de la seguridad con el estado judío está en aumento.

Significativamente, las relaciones con el mundo musulmán también han mejorado. Israel tiene tratados de paz con Egipto y Jordania. Israel tiene fluctuantes relaciones informales con varios estados árabes del Golfo y del Magreb.

La mayoría del mundo árabe adhiere a la Iniciativa de Paz de la Liga Árabe. Auque este plan de paz no es razonable desde una perspectiva israelí (es una propuesta de tómalo-o-déjalo), los árabes están hablando de paz, no de guerra, lo que implica un reconocimiento de facto de Israel - un cambio histórico en su posición. El boicot económico árabe se ha evaporado en gran medida. Es la amenaza nuclear iraní la que coloca en un segundo plano a las diferencias con Israel sobre la cuestión palestina.

Israel también tiene relaciones cordiales y fructíferas con los estados musulmanes que surgieron de la disolución del imperio soviético. La presencia israelí se hace sentir en estados como Azerbaiyán, Kazajstán, Turkmenistán y Uzbekistán.

La identidad musulmana de estas poblaciones y sus élites, no son un obstáculo para las relaciones con Jerusalem, en áreas importantes para sus intereses nacionales.

De modo similar, los lazos diplomáticos con el país más importante del mundo, EE.UU., ha mejorado mucho desde 1973 y la relación estratégica sigue siendo muy fuerte, a pesar de las equivocadas políticas respecto de Medio Oriente de la administración de Barack Obama. Durante los últimos cuatro décadas, el nivel de apoyo del público estadounidense a Israel se ha mantenido sorprendentemente estable (alrededor del 65%). Esto se traduce, por supuesto, en apoyo del Congreso. Israel sigue siendo popular en EE.UU., sobre todo por cómo es percibido y no por el lobby judío. Recientemente hemos visto a Obama inclinarse ante este sentimiento popular y adoptar una postura más amigable hacia el gobierno israelí de Benjamin Netanyahu.

Un alto nivel de amistad hacia Israel y hacia el pueblo judío, caracteriza a los dos estados más poblados y dinámicos en la escena mundial - India y China - potencias en ascenso en todos los sentidos de la palabra. Ambas son antiguas civilizaciones que no han sido cargadas con equipajes antisemitas, como Europa. Tratan al estado judío con reverencia, ya que ven en él una similar antigua civilización, que ha tenido logros notables. La mayoría de los países asiáticos, aún si votan en contra de Israel en los foros internacionales, tienen una actitud similar. Del mismo modo, los países de la Cuenca del Pacífico, un área que ha ganado importancia internacional, usualmente están a favor de Israel. Corea del Sur y Australia son los principales ejemplos. Los países africanos al sur del Sahara, también contienen círculos muy en favor de Israel, por una variedad de razones.

La "Vieja Europa" es, realmente, un planeta diferente en este respecto. Su ingenua cultura estratégica, donde no hay percepción de la amenaza, y donde el uso de la fuerza es visto como anacrónico, hace que Israel sea para ella un caso difícil de tragar.

Esto se ve reforzado por el latente antisemitismo tradicional que hace que distingan a los judíos como responsables de los problemas del mundo. Bélgica, Irlanda, Noruega y Suecia, en particular, despliegan posiciones antiisraelíes que bordean con el antisemitismo. Afortunadamente, ninguno de ellos son estados europeos centrales. Algunas universidades europeas se han convertido en lugares desagradables para los israelíes, y una gran parte de la intelligentzia europea es intuitivamente antiisraelí, negando, incluso, el derecho de Israel a existir. También es cierto que gran parte de los medios de comunicación europeos de élite, es histéricamente parcial en contra de Israel.

Al mismo tiempo, Francia, Alemania e Italia (los centros de poder de la Unión Europea) están hoy gobernados por líderes que tienen debilidad por Israel. Bolsones influyentes, de fuerte sentimiento proisraelí, están todavía presentes en todos los estados de Europa occidental. Algunos, incluso, ven la lucha de Israel como una vanguardia de su propia civilización occidental asediada, amenazada por el relativismo moral y por el fanatismo islámico. El creciente temor a la inmigración musulmana en el Viejo Continente, proporciona una importante corrección en el prisma de Israel.

Luego está la ampliación de la Unión Europea, que ha trabajado en favor de Israel. La "Nueva Europa", los estados de Europa Oriental, es muy diferente de la parte occidental de Europa. Su cultura estratégica está dominada por una percepción de la amenaza histórica de Rusia; como resultado, es más comprensiva respecto de los dilemas asociados con el necesario uso de la fuerza por parte de Israel.

En general, la mayoría de los estados no están dispuestos a permitir que sus relaciones con Jerusalem sean rehenes de las vicisitudes del diálogo palestino-israelí. Algunos, incluso, han comenzado a darse cuenta de que los palestinos tienen interés en no poner fin al conflicto y en propagar la imagen de víctima, para continuar recibiendo apoyo financiero de los crédulos donantes occidentales.

La mayoría de los foros internacionales sigue siendo rabiosamente antiisraelí, e Israel sigue siendo señalado como el culpable de una serie de "pecados". Pero, como ningún cambio real ha tenido lugar en el campo antiisraelí en las últimas décadas, es difícil llegar a la conclusión que, en esas organizaciones internacionales, la posición de Israel se ha agravado.

Este año, Israel fue aceptado en el club exclusivo de la OCDE, que es una hazaña diplomática significativa.

Un creciente y real problema para Israel es el fenómeno de la "guerra jurídica", según el cual los grupos antiisraelíes explotan el sistema jurídico de los estados occidentales, para criminalizar a Israel y a funcionarios israelíes en estos estados y en los foros internacionales. Varios estados han sido sensibles a este problema y han tomado medidas legislativas para remediar la situación. Otro cada vez mayor desafío a la legitimidad de Israel, proviene de organizaciones no gubernamentales que aíslan a Israel por presuntas violaciones de los derechos humanos. El verdadero impacto que esto tiene en el status internacional de Israel no está todavía claro.

El aislamiento en la comunidad internacional, muestra la literatura, casi siempre está conectado con la configuración del poder internacional. Obviamente, las consideraciones normativas tienen poco impacto en la toma de decisiones de los estados autoritarios, que deploran los "abusos" a los derechos humanos de Israel. En realidad, la creciente debilidad de EE.UU., particularmente desde la llegada de Obama, ha expuesto a su pequeño aliado, Israel, a tiempos un tanto más difíciles. No obstante, tomando en consideración que Israel no puede tener el beneficio de una asociación con grandes bloques internacionales, tales como los países en desarrollo o del bloque musulmán, o con bloques regionales como América Latina, Europa o Asia, a Israel le está yendo bastante bien en la escena internacional. Además, el mundo ha demostrado que puede vivir con el conflicto palestino-israelí durante muchos años.

Los judíos están, históricamente, condicionados a la sensación de aislamiento y deslegitimación. Ya en la Biblia, el profeta Balaam llamó a la nación judía "un pueblo que habita solo". Hoy en día, de acuerdo a una reciente encuesta, el 56% del público judío israelí cree que "el mundo entero está contra nosotros". Sin embargo, una mayoría (77%) piensa que no producirá ninguna diferencia lo que haga Israel y cuan lejos pueda ir en la cuestión palestina; el mundo continuará siendo muy crítico al respecto. Si bien el prisma judío en las relaciones internacionales podría amplificar esta sensación de aislamiento, la perspectiva realista sobre las relaciones internacionales, puede evitar temores infundados y conducir a una posición israelí equilibrada en cuestiones de guerra y paz.

La paz depende del reconocimiento del Estado de Israel

El ex presidente del gobierno español José María Aznar aseguró en Washington que para que cualquier iniciativa de paz en Oriente Medio tenga éxito es imprescindible el reconocimiento a la existencia del Estado de Israel.

"Es muy difícil conseguir la paz si una de las partes con la que estás negociando niega tu existencia", declaró Aznar, tras presentar en el Congreso de EEUU su iniciativa "Friends of Israel", con la que promueven la defensa del Estado de Israel.
"Deseo, como todos deseamos, que estas conversaciones sean un éxito, pero ese éxito sólo se puede producir cuando una de las partes, los palestinos, tienen que reconocer sin duda ninguna el derecho a la existencia y a la seguridad al estado de Israel" dijo.
"Si eso no se hace, será realmente difícil que las conversaciones fructifiquen. Si, por el contrario, eso se hace, probablemente puedan tener una esperanza de éxito", agregó, en referencia a las conversaciones directas que se mantienen en Jerusalem.
El ex presidente insistió en que "garantizar que Israel va a estar seguro, es un paso absolutamente indispensable para intentar crear la fórmula de dos Estados en la cual todos estamos de acuerdo".
Aznar presentó en el Congreso de Estados Unidos la iniciativa "Friends of Israel", una organización no gubernamental y "no judía" que aboga por la defensa del Estado de Israel en el mundo, en un desayuno de trabajo con congresistas y senadores estadounidenses, acompañado del ex presidente de Perú, Alejandro Toledo.
El pasado 19 de julio Aznar presentó esta iniciativa ante la Cámara de los Comunes de Londres y el 1 de septiembre ante el Congreso Judío Mundial (CJM) que se celebró en Jerusalén, en la que tuvo duras palabras para el presidente de EEUU, Barack Obama.
En ese foro, Aznar dudó de que Obama pueda defender el modo de vida occidental y criticó su búsqueda de una nueva relación con el mundo musulmán, aunque en Washington no quiso entrar a valorar el papel del mandatario estadounidense en este nuevo intento de paz.
Aznar defendió que “Israel es un país occidental que comparte los mismos valores, problemas y amenazas, y "quiere tener vecinos con los que poder tratar y vivir y comerciar y todos tenemos la obligación de garantizar el derecho a la existencia y la seguridad del Estado de Israel".
Aznar justificó la necesidad de crear un grupo como el que él promueve porque hay tendencias "muy favorables a la deslegitimación de Israel".
En este sentido, el ex presidente peruano Alejandro Toledo señaló que "hay gobiernos que no reconocen al Estado de Israel, como Irán" y que Israel "tiene derecho a tener un estado que se respete".
Pero señaló que la intención de esta iniciativa no es "ni interrumpir, ni tomar posición sobre los componentes de la negociación que están adelante, quiero ser muy cuidadoso con eso, no estamos tomando partido, estamos tomando partido por la democracia y la libertad".
La iniciativa de Aznar cuenta en Estados Unidos con el apoyo de la legisladora Ileana Ross-Lehtinen,la republicana de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, y el independiente Joseph Lieberman.

El rechazo árabe a reconocer Israel como estado judío

Estados árabes: la Liga Árabe, organización que agrupa a todos los estados árabes fue fundada el 22 de marzo de 1945 por siete Estados a los que se han ido incorporando posteriormente todos los países que se autodefinen como árabes a pesar de tener importantes minorías no-árabes.

En su carta fundacional, la Liga Árabe fijó como uno de sus objetivos que en el Mandato Británico de Palestina la comunidad judía no estableciera un estado independiente (Israel). Se instituía la formación de la Gran Siria, que estaría formada por Siria, Palestina, Transjordania y Líbano en la que se concedería una autonomía muy limitada a los judíos de Palestina. [1]
La Unión del Magreb Árabe, Egipto o la República Árabe Unida, la Gran República Árabe Libia Popular y Socialista, la República Árabe Siria, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, incorporan el sustantivo y adjetivo árabe a su nombre. [2]
Los himnos nacionales de muchos países árabes y/o musulmanes hablan de arabismo e Islam, como esencia del propio país. [3]
Estos países árabes a partir de 1948 expulsaron entre 800.000 y un millón de judíos que habitaban en aquellos muchos siglos antes de la expansión e imposición del Islam llevada a cabo por los árabes. [4] Es el éxodo judío de tierras árabes.
En los países árabes aumentó considerable y permanentemente la discriminación, la violencia, el hostigamiento, la persecución contra los judíos y la confiscación de sus bienes a partir de la guerra árabe-Israel de 1948. En respuesta al maltrato que padecieron los judíos en estos países, estos emigraron de tierras árabes a Israel. La gran mayoría de los judíos de los países árabes tarde o temprano emigró al moderno Estado de Israel.
La Nakbah, el éxodo de entre 420.000 y 910.000 árabes-palestinos a tierras árabes, del Mandato Británico de Palestina ocurrido en la guerra árabe-Israel de 1948.
Estados musulmanes: Todos los países árabes forman parte de una organización musulmana mucho más amplia: la Organización de la Conferencia Islámica, que es el organismo internacional que agrupa a los estados de confesión musulmana. Fue creado en 1969 y sus miembros son 57 países musulmanes, incluyendo a la representación de la Autoridad Palestina. [5]
Los cancilleres de 57 países islámicos apelaron el 26 de mayo de 2009 a la unidad y la solidaridad para fortalecer su fe [el Islam].
Al suscribir la Declaración de Damasco, los ministros de Relaciones Exteriores declararon: "enfatizamos la necesidad de que la OCI asuma un rol efectivo en proteger los intereses y derechos del pueblo y los Estados musulmanes", indicó la declaración. [6]
La Autoridad Palestina es miembro de la Liga Árabe y de la Organización de la Conferencia Islámica, definiéndose como país árabe e islámico.
Los dirigentes árabe-palestinos, tanto del islamista Hamás, como la Autoridad Palestina acaudillada por el rais [Caudillo], el panarabista Abu Mazen [Muhammad Abbas] que se presenta como moderado ante Occidente, se niegan a reconocer Israel como estado judío. [7]
Aunque Israel y Egipto, -la República Árabe Unida como se autodefinía hasta 1971-, firmaron un acuerdo de paz en 1979, Egipto se ha negado a reconocer a Israel como estado judío, igual que Jordania que lo firmó con Israel en 1994.
El canciller egipcio Ahmed Aboul Gheit dijo a la cadena de televisión al-Arabiya que “la demanda de Israel de ser reconocido como un Estado judío es preocupante”, e igualó la demanda de Israel a la decisión de Irán de llamarse “República Islámica de Irán”. [8]
Los países árabes se han negado a aceptar a Israel como estado judío desde 1947 hasta hoy día. [9]
El término "Estado judío" que tanto aborrecen la Autoridad Palestina y Egipto aparece como texto en una veintena de veces en el plan de partición de la ONU (1947) [10]
Israel, el estado judío
La definición precisa de judío es controvertida y puede variar dependiendo de que se haga mayor énfasis en la identidad religiosa o en la secular (étnica y sociológica).
Todos los países árabes pertenecen a la Liga Árabe, se definen como étnica y sociológicamente árabes a pesar de que muchos de ellos tienen porcentajes superiores de no-árabes al que Israel tiene de no-judíos, y a su vez se autodenominan musulmanes. Los 57 países islámicos, todos ellos miembros de la Organización de la Conferencia Islámica, se autodefinen como musulmanes, con identidad religiosa musulmana, a pesar de tener muchos de ellos porcentajes de minorías no-musulmanas superiores al que tiene Israel de no-judíos.
Ningún país de la tierra encuentra reparos a que los países árabes, étnica y sociológicamente árabes, sean miembros de la Liga Árabe y se definan como árabes, ni tampoco hay reparos a que los 57 países islámicos de la Organización de la Conferencia Islámica se definan como islámicos, con identidad religiosa musulmana, a pesar de tener minorías no-árabes y no-musulmanas, respectivamente, y con porcentajes superiores al que Israel posee de no-judíos. [6 y 11]
El ministro de Asuntos Estratégicos y antiguo jefe del Estado Mayor del Tzahal, Moshé (Boguy) Yaalon, ha declarado recientemente que la legitimidad del Estado de Israel es cuestionada constantemente: “Atacan la legitimidad de Israel e intentan denegarle el derecho a ser el Estado del Pueblo Judío y su derecho a defenderse como tal”.Continuó denunciando “los intentos de socavar nuestras relaciones con el mundo libre, al cual estamos muy orgullosos de pertenecer”.
Reconocer a Israel como estado del pueblo judío, no es una forma de preparar el terreno para echar a los árabes ciudadanos de Israel como afirman los árabe-palestinos y los egipcios. ¿Acaso la intención palestina y árabe en general al rechazar la exigencia israelí aquí planteada, es que el futuro estado palestino sea de los árabe-palestinos y que el reducido Israel sea definido como un estado binacional judeo-árabe?
La Autoridad Palestina ha afirmado públicamente en un programa de televisión en árabe en la noche del 8 de septiembre de 2010, en Rosh Hazaña, el Año Nuevo judío, que el culto judío en el Kotel HaMaaravi - Muro Occidental – es pecaminoso e inmundo. [12]
Abu Mazen –Mahmud Abbas- el actual presidente de la Autoridad Palestina, realizó su disertación doctoral en la Universidad Oriental de Moscú en 1982 que consistía en negar el Holocausto. Este negacionista y terrorista se presenta ante Occidente como la cara moderada de los árabe-palestinos, [13] y mientras define a la Autoridad Palestina como Palestina árabe y musulmana se niega a reconocer a Israel como estado judío.
¿Porqué los árabes y musulmanes, en general, rechazan que Israel sea reconocido como estado judío?
Para el mundo árabe y los panarabistas la independencia del judío es una afrenta al orgullo árabe, el judío deja de ser un dhimmi, un ciudadano sometido y de segunda clase; a su vez demuestra que sin petróleo los judíos heridos y extenuados y diezmados por el Holocausto son capaces de crear un país de primer nivel avanzado mundialmente en todas las ciencias y tecnologías, socialmente moderno, y con unas libertades inimaginables en el mundo árabe. El árabe que vive en Israel, “sometido al sionismo” es el que goza de más derechos y oportunidades de todos los árabes del mundo árabe.
El orgullo árabe y su cultura hipermachista no han podido digerir que un pueblo pequeño y sometido a la Espada del Islam durante siglos haya podido liberarse del yugo, no sólo del judeofobo europeo, sino también del árabe.
Los dictadores y la calle árabe necesitan encontrar un chivo expiatorio, el pueblo judío, que “explique y justifique” su subdesarrollo científico, tecnológico, éticamente y socialmente retrasado y su falta de libertades.
Para los islamistas el conflicto entre los árabes e Israel es una guerra religiosa, como explica en un artículo del 5 de marzo de 2010 Hamed Aghbariya, editor del diario árabe-israelí Sawt Al-Haqq Wal-Hurriya, afiliado al Movimiento Islámico, en el que afirma que el conflicto árabe-israelí es en su esencia una lucha religiosa.
"Es como si estuvieran diciendo que todo lo que ha sucedido desde la caída del Califato islámico y la dada a conocer Declaración Balfour no constituyen una guerra religiosa. Como si la guerra de 1948 contra toda la nación musulmana no fue una guerra religiosa y la ocupación en 1967 de los territorios y la profanación de la Mezquita Al-Aqsa no es parte de una guerra religiosa, y todas las otras guerras y planes de judaización no fueron parte de una guerra religiosa. Como si la guerra contra Gaza no fue una guerra religiosa, y lo que está sucediendo hoy día en Al-Aqsa y Jerusalén no está vinculado a una guerra religiosa. Como si el judaísmo a nivel mundial y sus dirigentes no han declarado una guerra religiosa desde el primer momento en el Congreso de Basilea, cuando anunciaron que el objetivo de su empresa era realizar el sueño de regresar a la tierra de sus antepasados... “ . [14]
El islamismo declara que el judaísmo y el cristianismo son falsos. La Torá como el Nuevo Testamento cristiano creen que el Mesías vendrá, para los cristianos volverá, y con él habrá el Tercer Templo. Los dos edificios musulmanes impiden ese cometido. El Corán predice que toda la humanidad será islamizada. La Torá y el Nuevo Testamento contradicen el Corán, y viceversa. El Domo de la Roca y la Mezquita del Al-Aksa “confirman” a los ojos de los musulmanes que sólo es verdadero el Corán. De ahí procede el gran pavor y temor de los islamistas a la independencia del pueblo judío en su propio hogar, la Tierra de Israel, y la obsesión enfermiza de aquellos, como los mulás de Irán, en destruir Israel, para evitar que pueda ser levantado el Tercer Templo. [15]
Shimshon Zamir, brillante blogger de Israel, más allá de las noticias en Periodista Digital afirma que “el reconocimiento de Israel como estado judío implicaría abandonar la concepción por la cual un estado considerado “hereje” por el Islam no tiene lugar ni derecho a la existencia en Dar al-Islam, la Casa del Islam. Todo otro reconocimiento que no contemple a Israel como estado judío es una forma de ganar tiempo hasta que haya mayoría demográfica árabe-palestina, al estilo conocido de los pactos de Muhamad en el Jaibar.” [16]
Los musulmanes consideran que el conflicto tiene más de 1.431 años de antigüedad, y que comenzó “cuando el profeta Muhammad comenzó a predicar la palabra de Alá”.
El reconocimiento de Israel implicaría en la visión islamista que la “herejía” pueda coexistir con el Islam. [17]
El Islam –basándose en el Corán- considera que todo el orbe será musulmán. El Judaísmo y el Cristianismo creen que “De Sión vendrá el Libertador”
En la declaración Nostra Aetate del Concilio Vaticano II de 1965: ”la Iglesia Católica reconoce que los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya en los Patriarcas, en Moisés y los Profetas, conforme al misterio salvífico de Dios. Reconoce que todos los cristianos, hijos de Abraham según la fe, están incluidos en la vocación del mismo Patriarca y que la salvación de la Iglesia está místicamente prefigurada en la salida del Pueblo Elegido de la tierra de esclavitud.
Por lo cual, la Iglesia no puede olvidar que ha recibido la Revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel Pueblo, con quien Dios, por su inefable misericordia se dignó establecer la Antigua Alianza, ni puede olvidar que se nutre de la raíz del buen olivo en que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles.
Cree, pues, la Iglesia que Cristo, nuestra paz, reconcilió por la cruz a judíos y gentiles y que de ambos hizo una sola cosa en sí mismo".
El apóstol Pablo en su epístola a los Romanos, capítulo 11, dice en los versículos:
1. Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo (Israel)? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín.
2. No ha desechado Dios a Su Pueblo [Israel], al cual desde antes conoció.
11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.
26. Y luego todo Israel será salvo, como está scrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.
Pablo reproduce el texto del profeta Isaías 59:20-21: Entonces el Redentor vendrá a Sión. Y a los de Jacob que se arrepientan de la transgresión, el Eterno les dice: "En cuanto a mí, éste será mi Pacto con ellos: ’Mi Espíritu que está sobre ti y mis palabras que he puesto en tu boca no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de la boca de los descendientes de tus descendientes, desde ahora y para siempre’ ", ha dicho el Eterno.
La guerra del Islamismo contra Israel es el Yihad para que el Islam venza a la Torá, y la Biblia. Es una guerra ideológica, en la que los islamistas creen con absoluta fe en la supremacía del Islam sobre el resto de ideologías.
Para los devotos musulmanes el Islam emana de Alá, y el resto de ideologías y religiones son creadas y elaboradas por los hombres, y es un deber religioso musulmán extirpar de raíz toda ideología que no sea el Islam.
El jefe del movimiento islamofascista Hisbulá, Hassan Nasralá ha declarado que “mientras Israel exista, la paz nunca existirá en la región”. [18]
Los islamistas “necesitan” imperiosa y categóricamente vencer y destruir a Israel, reislamizar Jerusalem e Israel como condición sine qua non e imprescindible para poder “demostrar” la validez del Corán y su supremacía sobre la Biblia.
Si el Islam vence a Israel, la Biblia se basa en falsedades, automática y consecuentemente los cristianos serán derrotados seguida y rápidamente, ya que se sustentan en errores y mentiras.
Entonces el Islam vencerá y dominará el mundo, como aseguró Muhammad a sus seguidores, según recopilan los hadices, y el Yihad vencerá fácilmente en todo el orbe. El Islam podrá imponerse absoluta y rápidamente en toda la tierra.
Esta argumentación teológica puede resultar absurda, pueril y ridícula para los no-musulmanes, para los ateos, agnósticos y para los creyentes de otras religiones, pero para los islamistas es el motor de toda su actividad bélica, de su Yihad.
La validez y consideración que los propios musulmanes conceden a estos hadices permite comprender las motivaciones, aspiraciones y acciones de los islamistas, y de los regimenes de Arabia Saudita y de Irán.
Los islamistas luchan y guerrean para poder ondear el estandarte del Islam sobre los cinco continentes.
El odio del régimen islámico de Irán hacia Israel y del mundo árabe y musulmán se cementa y basa en estas consideraciones teológicas.
No es un odio a Israel por como es, sino porque es, -porque existe-, y porque la “derrota” de Israel es el paso previo inmediato a la victoria mundial del Islam, el epifenómeno de la supremacía del Islam.
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